lunes, 25 de agosto de 2014

El califato contra todos los demás

Immanuel Wallerstein
E
n los interminables realineamientos geopolíticos de Medio Oriente, el califato del Estado Islámico (antes Isis o Isil) parece haber amedrentado al resto de los grupos involucrados en la política de Medio Oriente, orillándolos a formar una alianza geopolítica de facto. Repentinamente, encontramos a Irán y a Estados Unidos, a los kurdos (tanto en Siria como en Irak) y a Israel, a Turquía y al gobierno sirio de Bashar al Assad, a Europa occidental (Gran Bretaña, Francia y Alemania) y a Rusia persiguiendo, por diferentes vías, un mismo objetivo: impedir que el califato se expanda y se consolide.
Esto no ha alterado significativamente otros loci de conflicto geopolítico tales como Palestina-Israel y Ucrania, pero es seguro que tendrá un impacto sobre ellos. Por supuesto, todos estos actores están persiguiendo objetivos de mediano plazo que son bastante diferentes. No obstante, miren lo que ha ocurrido durante la primera quincena de agosto.
Nouri al Malaki fue derrocado como premier de Irak por la presión combinada de Estados Unidos, el gran ayatola Alí al Sistani, Irán y los kurdos, primordialmente porque se resistió a contemplar un papel significativo para los sunitas en el gobierno iraquí. ¿Y por qué era esto importante? Porque para todos estos actores parecía la única manera de minar el califato desde dentro.
Estados Unidos ha comprometido susdrones (aviones no tripulados), una nueva fuerza de cerca de mil infantes de marina y fuerzas especiales para salvaguardar a los yazidís y a los cristianos iraquíes de ser masacrados (operación que recibió la asistencia de facto de Bashar al Assad), así como para frenar el avance del califato en Erbil –la capital kurda de Irak, donde hay un consulado estadunidense y un número significativo de ciudadanos de dicho país–; probablemente logre otras cosas tras una evaluación en el terreno que está ocurriendo en estos momentos. El presidente Barack Obama se rehusa a indicar una fecha límite para esta operación y, por tanto, es casi seguro que dejará incumplida su promesa firmada de retirarse por completo de Irak durante su presidencia.
El gobierno turco ha cerrado la frontera abierta para las fuerzas anti Assad en Turquía, lo que previamente fue un elemento clave en su política hacia Siria. El ex senador Joseph Liberman, conocido halcón y ardiente promotor de las políticas israelíes, ha encomiado públicamente a Obama por lo que ha hecho, mientras los iraníes se han abstenido de criticarlo. Los saudíes, que no se pueden decidir respecto de su política hacia Siria, aparentemente han decidido que el silencio y el misterio son la mejor táctica.
Entonces, ¿qué sigue? ¿Y quién se aprovecha de este realineamiento? Parece haber tres ganadores en el corto plazo. El primero es el califato mismo. La re-entrada de Estados Unidos a la lucha militar iraquí le permite al califato presentarse como fuerza importante que desafía al diablo encarnado, Estados Unidos. Le servirá para conseguir muchos reclutas adicionales, sobre todo en el mundo occidental. Y uno puede esperar que intentará involucrarse en actividades hostiles al interior de Estados Unidos, así como en Europa occidental. Por supuesto esta ventaja de corto plazo podría colapsarse, si el califato fuera a sufrir reveses militares serios. Pero tomará tiempo para que esto ocurra, si sucede alguna vez. El ejército del califato parece todavía ser la fuerza militar más entrenada y comprometida de la región.
FotoDesplazados de la minoría yazidí que huyeron de la violencia de milicianos del Estado Islámico, en el norte iraquí, esperan el autobús para reingresar a Irak desde Siria, en el campo de refugiados en QamishliFoto Reuters
Un segundo ganador importante es Bashar al Assad. El respaldo exterior para las fuerzas contrarias a Assad siempre ha sido mucho menos decisiva y es probable que se seque aún más en el corto plazo, conforme más y más oponentes sirios se alineen con el califato.
El tercer beneficiado importante son los kurdos, que han consolidado su posición dentro de Irak y mejoraron sus relaciones con los kurdos en Siria. Ahora recibirán más armas de los países occidentales y posiblemente de otros, haciendo que sus combatientes, los peshmerga, se tornen una fuerza militar aún más consolidada.
¿Y los claros perdedores? Uno, sospecho, es Estados Unidos. A menos que el califato se desmorone en el futuro cercano (algo que parece muy improbable), este esfuerzo militar muy pronto expondrá, de nuevo, los límites de las capacidades militares estadunidenses y la inconsistencia de sus posiciones públicas con respecto a Irak, Palestina y Ucrania. Y Obama habrá perdido su alegato principal en cuanto a logros geopolíticos. El público estadunidense respalda los logros, no empantanamientos.
Y hay por lo menos tres grupos cuyo futuro inmediato como ganadores o perjudicados permanece incierto. Uno es Irán. Si Estados Unidos e Irán están del mismo lado en Irak y Afganistán, ¿puede Estados Unidos negarse a llegar a algún arreglo de compromiso con Irán respecto de los asuntos relacionados con la energía nuclear? La posición iraní en esta negociación por lo menos quedó fortalecida.
Un segundo caso es Hamas. Los israelíes están bajo una pesada presión internacional para reformular sus posición en torno a Palestina. ¿Será que este énfasis en los peligros del califato sirva de presión adicional? Es lo más probable, pero los israelíes se quedarán el mayor tiempo posible.
El tercer caso es Rusia. Mientras escribo esto, el gobierno de Kiev está resistiendo la entrada de los camiones que dicen los rusos que es una misión humanitaria para auxiliar a los atrapados y sufrientes habitantes de Lugansk, población rodeada por las tropas ucranias que buscan hambrearlos hasta que se rindan. ¿Acaso es esto algo en verdad diferente de los esfuerzos del califato por hambrear a los yazidís en su montaña para que se sometan? Si Estados Unidos y Europa occidental están en favor de la ayuda humanitaria en un lado, ¿pueden sostener una posición en contra en otras partes?
Vivimos tiempos interesantes.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein

jueves, 21 de agosto de 2014

Estado Islámico: ¿un espejismo? - Ignacio Alvarez Ossorio

Ignacio Álvarez Ossorio para El Pais


La organización yihadista ha conquistado una base territorial en la que ha proclamado su propio califato, dispone de una red de financiación que le aporta grandes recursos y utiliza el terror como su mejor arma


La proclamación de un nuevo califato el pasado 29 de junio de 2014 ha sorprendido a propios y extraños, tanto en los países occidentales como en el propio mundo árabe. Y su brutalidad, que ha mostrado su lado más perverso con el asesinato del periodista James Fowley, ha despertado ya todas las alarmas. Abu Bakr al Bagdadi, que ahora se hace llamar califa Ibrahim, es el artífice del fulgurante ascenso del Estado Islámico, que ya domina buena parte de Siria e Irak.

Desde la caída de Mosul, el Estado Islámico no ha dejado de ganar posiciones tomando plazas estratégicas en torno a Bagdad y amenazando Erbil, la capital del Kurdistán autónomo, lo que ha constatado la descomposición del Estado iraquí. Este creciente poderío ha obligado al presidente estadounidense Barack Obama a abandonar su tradicional mutismo y autorizar ataques selectivos para contener el avance yihadista. Con este movimiento del todo insuficiente intenta redimirse de su nefasta gestión del dossier sirio, ya que ha sido precisamente el vacío de poder provocado por la guerra civil el que ha permitido la irrupción del Estado Islámico. Como advirtiera hace dos años el International Crisis Group: “La guerra siria ofrece a los salafistas un entorno propicio: violencia y sectarismo, desencanto con Occidente, líderes seculares y figuras islámicas pragmáticas, así como acceso a la financiación del golfo Árabe y el saber hacer militar yihadista”.

Si bien es cierto que Al Qaeda no tenía presencia en territorio sirio antes de marzo de 2011, también lo es que aprovechó la guerra para implantarse sobre el terreno. En un video difundido en febrero de 2012, su líder Ayman al Zawahiri invitó a todos los musulmanes a acudir a Siria para combatir al régimen “apóstata” de Bachar El Asad. El desembarco de Al Qaeda en Siria se realizó por medio de su franquicia local: el Frente al Nusra. Sin presencia en los primeros compases de la contienda fue precisamente la inmovilidad de la comunidad internacional y la regionalización del conflicto, lo que provocó un “efecto llamada” entre los yihadistas internacionales paralelo a la progresiva sectarización de la guerra siria. Este proceso se debe a varias razones, pero quizás la más relevante es el respaldo de los países del Golfo a las facciones islamistas ante la pasividad de los países occidentales.

En realidad, el Frente al Nusra no era otra cosa que la rama siria del Estado Islámico de Irak comandado por Abu Bakr al Bagdadi. No obstante, las relaciones se tensaron cuando este último anunció la fusión de ambos grupos el 8 de abril de 2013. Unos meses más tarde, el propio Ayman al Zawahiri intercedió en la disputa exigiendo que cada grupo se centrara en su propio país de origen, orden que no fue acatada por Bagdadi. Desde entonces, ambos mantienen un enconado enfrentamiento por el control del movimiento yihadista internacional. De hecho, la conquista de una base territorial por parte del Estado Islámico y el establecimiento de un nuevo califato representan una amenaza sin precedentes para Al Qaeda, que ve peligrar su monopolio de la ideología yihadista detentado desde los atentados del 11-S.
El principal objetivo del Estado Islámico no es sólo restablecer un califato regido por lasharía, sino también imponer su disparatada interpretación del islam basada en una lectura extrema del wahhabismo. Para tratar de justificar su guerra sin cuartel contra el régimen alawí sirio y contra el gobierno chií iraquí aluden a hadices atribuidos a Mahoma y a ciertas aleyas coránicas como la que reza: “Combate a los politeístas tal y como ellos te combaten a ti” (9:39). A los cristianos se les ofrece elegir entre el pago de un impuesto de capitación, la conversión al islam o la expulsión. Otras religiones minoritarias como el yazidismo han corrido todavía peor suerte al no ser consideradas religiones monoteístas reveladas, por lo que deben ser, simple y llanamente, erradicadas de la faz de la tierra.

Todos estos planteamientos forman parte del ADN de cualquier formación yihadista. Lo que les hace especialmente peligrosos es que ahora el Estado Islámico tiene una base territorial en la cual pasar de la teoría a la práctica. En Siria han logrado conquistar las provincias de Al Raqqa y Deir Zohr, aunque también tiene presencia en Idlib y Alepo. En Irak ha logrado avances aún más espectaculares en las provincias de Al Anbar y Nínive aprovechando el hartazgo de la población suní hacia el gobierno sectario de Nuri al Maliki, recientemente desalojado del poder por quienes antaño fueran sus principales protectores: EEUU e Irán. Su objetivo final sería redibujar las fronteras establecidas un siglo atrás por británicos y franceses en los Acuerdos de Sykes-Picot. No obstante, su osadía tiene límites, ya que de manera significativa no han cuestionado la existencia de las petromonarquías del golfo Pérsico, que durante la última década han financiado generosamente a los grupos yihadistas con el pretexto de contener el avance de Irán en la región.
El principal éxito del Estado Islámico radica, por lo tanto, en haber triunfado allí donde Al Qaeda fracasó. No sólo representan una organización yihadista transnacional con una creciente facilidad para captar a islamistas de diferentes nacionalidades (incluidos españoles), sino que han sido capaces de conquistar una base territorial en la cual proclamar su propio califato. Además disponen de una eficaz red de financiación que les aporta abundantes recursos materiales gracias a su control de campos petrolíferos y a los impuestos que recaudan en las zonas bajo su autoridad, sin olvidarnos de la extorsión a los hombres de negocios y a los minorías confesionales a las que requisan sus pertinencias. Sólo en la toma de Mosul las huestes del Estado Islámico se hicieron con 400 millones de dólares provenientes del Banco Central. Dichos recursos les permiten adquirir material militar y pagar las soldadas de sus milicianos, pero también distribuir alimentos entre la población y abrir centros de predicación para captar nuevos adeptos. En las medersas que han establecido, la educación se reduce al Corán, la Sunna y las tradiciones de los califas ortodoxos con contenidos plagiados de los textos escolares saudíes.

Los brutales métodos empleados por el Estado Islámico parecen haber generado un rechazo unánime, no obstante la respuesta de la comunidad internacional no ha estado ni mucho menos a la altura de las circunstancias. Los coches bomba y los atentados suicidas empleados en el pasado han dejado lugar, a medida que controlaban cada vez mayores porciones de territorio, a las ejecuciones sumarias, las decapitaciones públicas e, incluso, la crucifixión de infieles, todo ello con el objeto de extender el terror entre sus rivales. Tras la toma de Mosul se ha intensificado la espiral de violencia registrándose un éxodo masivo entre la diezmada minoría cristiana. Hoy en día, la espada pende sobre los yazidíes, una secta sincrética preislámica que cuenta con especial predicamento entre la población kurda y que está siendo objeto de un genocidio cuidadosamente planificado. Esta violencia irracional e indiscriminada podría pasarle factura y volverse en su contra, tal y como ocurrió en 2006 cuando los jeques tribales suníes organizaron sus propios comités de autodefensa con el objeto de expulsar a las fuerzas de Al Qaeda en Mesopotamia.

A estas alturas parece probado que el Estado Islámico se ha convertido en una amenaza no sólo para Irak y Siria, sino para el conjunto de Oriente Medio. Los garrafales errores cometidos por EEUU desde el derrocamiento de Sadam Husein, la nada soterrada Guerra Fría que mantienen Arabia Saudí e Irán y el creciente sectarismo de los gobiernos iraquí y sirio han creado un monstruo incontrolable que no será fácil de domeñar mientras todos estos actores sigan atrincherados en sus posiciones maximalistas y utilicen al Estado Islámico como cortina de humo para ocultar sus respectivos fracasos.
Fuente: proximooriente.blogspot.com y elpais.com

miércoles, 20 de agosto de 2014

"Para comprender Palestina hay que conocer las raíces históricas del conflicto"

Entrevista a Martín A. Martinelli, docente-investigador, por Fabricio Lombardo para Revista Último Round

Revista Último Round
Rebelión


-¿Dónde y cuándo surgen los “palestinos”?
-La idea del nacionalismo árabe nace en la época otomana como reacción al dominio de este imperio. Las raíces del movimiento fueron laicas e insistían en sus lazos históricos y culturales, de aquí se derivan los países actuales de Egipto, Siria, Irak, Jordania y los palestinos entre otros. La diferencia con el caso de los palestinos es que el sionismo europeo creó un Estado israelí-judío en el mismo territorio en que ellos pretendían administrar su Estado. 
-¿Cómo se conforma esta identidad?
-Las identidades transnacionales del panarabismo y del panislamismo influyen sobre la conformación de la identidad palestina. De esta manera, la identidad palestina se encuentra dentro del mundo árabe e islámico: es de base étnico-cultural árabe y social-religiosa islámica. Los palestinos son árabes y, en su gran mayoría, musulmanes. La religión en este caso debe ser entendida como parte del patrimonio cultural. Los palestinos buscan consolidar un Estado que los represente.
-¿Qué influencia tuvieron las potencias coloniales de principio de siglo XX?
-Luego de la primera guerra mundial las potencias coloniales incumplieron su promesa de ayudar a la independencia de estos pueblos del dominio otomano. En esa época los palestinos se manifiestan como identidad particular, se proclaman más que nada desde el fin de la primera guerra mundial, aunque esto se venía desarrollando de diferentes maneras entre la población ya que compartían la misma tierra y cultura desde hacía tiempo. Comenzaron teniendo un sentido primero de identificación con su ciudad, luego con su región y por último con Palestina como un todo, similar a otros tantos casos de identidad nacional. Los palestinos lucharon contra el legado otomano, la autoridad mandataria británica y la colonización sionista. Y pasaron por diferentes dificultades para poder conseguir su Estado; su caso tiene similitudes, por ejemplo, con el de los kurdos y los armenios, de los cuales hasta el momento, solo los armenios lograron tener un Estado independiente.
-¿Cuándo comienza el conflicto con los judíos asentados en Palestina?
-Este conflicto moderno tiene su inicio a partir de finales del siglo XIX (1881) con motivo de las migraciones de judíos europeos (aliya en hebreo) de diferentes nacionalidades hacia la región de Palestina, que en esos momentos estaba bajo el Imperio Otomano con una división administrativa en “provincias”, ya que previamente los palestinos tanto judíos, como musulmanes y cristianos, convivieron pacíficamente durante siglos en este territorio. Los franceses e ingleses se dividieron la región de Medio Oriente en 1916. En la Declaración Balfour de 1917, se utilizó como testimonio de la afinidad por las aspiraciones judías sionistas que eran perseguidos por la judeofobia (el mal llamado antisemitismo) que se practicaba en Europa, y buscaron la protección de las potencias para poder crear un Estado judío en Palestina o en otras tierras como por ejemplo Argentina, según planificaban desde el momento en el que se escribe la base de estas ideas en el libro de Theodor Herzl de 1896, El Estado judío. En 1920 se crea el Mandato Británico de Palestina, en donde hoy se encuentran Israel y los territorios palestinos ocupados de Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
-Decís que este es un “conflicto moderno”, pero las justificaciones de Israel para asentarse allí son milenarias.
-Empiezo haciendo una aclaración al respecto: la Biblia no es un libro histórico, en el sentido en el que lo analizamos los historiadores. Esto no quita que sea considerado sagrado por muchas personas en el mundo. En este caso Israel con el propósito de legitimar su asentamiento en la zona recurrió a la tradición bíblica (la Torah en este caso, libro sagrado para los judíos), considerando lo escrito allí como una especie de título de propiedad de esas tierras. Denominaron a Cisjordania como Judea y Samaria, junto con la intención de ir aumentando los asentamientos israelíes en esos territorios. En otras palabras, se emplea una justificación bíblica para la obtención de determinadas tierras en el siglo XX. Lo que dice la Biblia - Torah se utiliza para tratar de establecer el mito de que los judíos tienen un vínculo ininterrumpido con esas tierras y por ello les corresponde la misma en desmedro de los palestinos. 
-Por otra parte, mitos extendidos en otros lugares y momentos históricos…
-En efecto, la creación de los mitos que justifican tanto el sionismo, como el apartheid en Sudáfrica o la conquista de América. Estos mitos coloniales pueden resumirse en: “la tierra estaba en estado virgen”; “el pueblo a ser conquistado es de una condición inferior”; “la colonización es una misión civilizadora”, y otros. En el caso particular del sionismo se da la apelación al mandato bíblico, al derecho histórico, al persistente anhelo de la diáspora, a la Shoah (catástrofe en hebreo), a la decisión de las Naciones Unidas (181 de 1947), a la realidad de la conquista militar, a la ininterrumpida residencia judía en la tierra. El Estado de Israel se funda sobre los mitos de “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, “la voluntaria emigración de los árabes” y las ideas de “hacer florecer el desierto” y dar solución parcial al problema judío en Europa, entre otras.
-¿Qué son las “Intifadas” y cuándo comienzan?
-Entre 1936 y 1939 se produjo una revuelta espontánea que podría considerarse la primera Intifada compuesta básicamente por campesinos y marginados de los centros urbanos, conocida como la Gran Revuelta. Esto marcó la primera reacción masiva a la llegada de judíos europeos. Las revueltas conocidas como Intifada (“levantarse”) podría decirse que comienzan con este hecho. Intifada literalmente significa “el despertar a sobresaltos”, podría decirse que es un producto histórico de todos los esfuerzos previos de resistir a la supresión de la identidad nacional palestina, mediante la expropiación gradual y un control de los territorios ocupados. 
-¿Cuál es el contexto de la formación de Israel, a fines de 1947?
-El sionismo, que es un movimiento político surgido entre europeos judíos, tuvo desde sus comienzos el objetivo de crear un Estado, con un nacionalismo étnico junto a una forma de colonialismo europeo de ultramar. El sionismo buscó que la identidad judía, que es religiosa y en parte cultural, se fundiera en una identidad nacional judía moderna, aunque no tuvieran un único país de origen, ni una misma lengua, ni cultura, ni costumbres en común, por provenir de lugares disímiles. Hasta mediados del siglo XX los ingleses respaldaron la iniciativa del sionismo, y luego de la segunda guerra mundial ese respaldo lo realiza Estados Unidos hasta hoy. En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y la culpa europea del horror contra los judíos, recomendó un plan de partición que adjudicaba el 54% de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía, que ocupaba una pequeña porción del territorio en esos momentos, y el resto a los árabes palestinos. Jerusalén quedaría según esa recomendación como ciudad internacional.
-La reacción a este hecho no se hizo esperar.
-No. En 1948 se produce la guerra entre los ejércitos árabes y el naciente Estado de Israel. Allí son expulsados unos 780.000 habitantes de Palestina, creando el problema de los refugiados más largo de la historia actual, a partir de los ataques y amenazas del ejército próximamente israelí, un hecho que luego se quiso justificar diciendo que en realidad los ejércitos árabes le habían mandado mensajes radiales a los palestinos árabes para que evacuaran la zona, lo cual nunca fue comprobado. La guerra de 1948 en Palestina es conocida por los israelíes como “la guerra de la Independencia”, al mismo tiempo que para los palestinos es al-Nakba “la catástrofe”. En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. En lo que es considerado un intento de limpieza étnica. El mito sionista del éxodo voluntario contrasta con los planes de “transferencia” que tenían los sionistas de trasladar a los palestinos nativos a otros países árabes de la región.
-¿Qué importancia tuvo la guerra de 1967?
-La guerra de 1967 marcó una nueva etapa en el conflicto israelí-árabe e israelí-palestino, por ser la tercera derrota de los países árabes frente al Estado de Israel. Israel ocupó los territorios habitados por los palestinos de Cisjordania (administrada por Jordania) y la Franja de Gaza (administrada por Egipto), junto a la península del Sinaí de Egipto y las alturas del Golán perteneciente a Siria. La cuestión palestina adquirió una nueva dimensión y los Estados Árabes no pudieron recuperar los territorios perdidos, en consecuencia la reacción palestina fue que abandonaron las directivas árabes, todo ello con el agravante de esta situación que gran cantidad de los palestinos pasaron a vivir bajo la ocupación militar israelí. El fracaso militar árabe de 1967 provoca una progresiva palestinización del conflicto y desde 1967 existe una ocupación militar por parte del ejército israelí y la política de asentamientos de israelíes, tanto en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. 
-¿Qué querés decir con “palestinización” del conflicto y cómo se relaciona ello con la guerra de 1973 y el estatus que logró en esos años la OLP?
-Palestinización en el sentido de que ellos mismos defienden su causa, siendo representados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sin la intermediación como hasta ese momento principalmente de la Liga Árabe, y ansían que finalice la ocupación militar de sus territorios. La OLP es reconocida, el papel desempeñado por ella en la recuperación y articulación de la identidad palestina fue sustancial tanto en las comunidades que permanecieron en la Palestina histórica, como en los campos de refugiados y la diáspora. En 1974, en la Cumbre Árabe de Rafat se reconoce a la OLP como “único y legítimo representante del pueblo palestino”. En cuanto a la guerra de octubre de 1973, Siria y Egipto intentan recuperar los territorios ocupados por Israel en 1967, los altos del Golán y la península del Sinaí. Esta última fue recuperada por Egipto, luego de realizar algunas concesiones en el tratado de paz que firmara con Israel recién en 1979.
-¿Qué fue la “Primera Intifada” y qué consecuencias tuvo?
-La “Primera Intifada” se produjo en 1987 y enfrentó a las poblaciones palestinas contra el ejército ocupante israelí. Dicha sublevación fue fruto de la desesperación, la explotación económica, la sensación de no tener salida para la larga ocupación, la expropiación de tierras y los asentamientos judíos. Tiene analogías con la producida en 1936, ya que recae en principio sobre la Palestina rural. Las razones que causaron la primera intifada deben buscarse en los veinte años de ocupación israelí y su política de socavar la existencia nacional y material de los palestinos en su propia tierra. Dejó fragmentadas geográficamente y demográficamente Cisjordania y Gaza mediante una intensa ocupación militar acompañada de nuevos asentamientos. La Intifada comenzó sin que la OLP ni los Hermanos Musulmanes tomaran la decisión política de comenzar con la revuelta.
-¿Cuál es la relación del proceso de Oslo con “Segunda Intifada”?
-En el proceso de Oslo de 1993, lo que la OLP buscaba era negociar sobre el problema de los refugiados, el asunto de Jerusalén y la cuestión de un Estado palestino de pleno derecho. Su objetivo era solucionar lo acaecido en 1948 y no únicamente poner fin a la ocupación israelí de 1967. En la cuestión palestina hallamos algunos sentimientos de fracaso de la población como el fracaso de la paz y a continuación la creación de la Autoridad Nacional Palestina en 1994. La “Segunda Intifada” se produce en el año 2000 y se emplean de parte palestina los ataques suicidas para enfrentar una fuerza militar superior israelí. Se continúa con la ocupación militar y el crecimiento de los asentamientos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. La esperanza de un Estado democrático laico en toda Palestina pasó a ser la de un Estado palestino en Gaza y Cisjordania. De todos modos en este caso las leyes israelíes son las que imperan, en una zona limítrofe y en litigio dado que no tienen un estatus totalmente definido. Son parte de un territorio ocupado militarmente.
-En este sentido está la construcción del muro que construyó Israel en Cisjordania.
-Sí, Israel ha comenzado a construir en 2002 un muro de ocho metros de alto por dos de ancho, “El muro del apartheid o de separación”, en límite inexacto con Cisjordania, que será de setecientos kilómetros de largo a su finalización. Utilizó como pretexto la seguridad. Pese a ello, en el año 2004, la Corte Internacional de Justicia declaró que el muro violaba el derecho internacional humanitario y de derechos humanos, que se debía desmantelar además de repararse los daños causados por la construcción del mismo. Los palestinos han quedado dispersados en un territorio inconexo. Se aplica un modelo similar al de los bantustanes para dispersar e incomunicar a los palestinos mediante numerosos checkpoints, que son los controles exhaustivos que realiza el ejército israelí en los territorios palestinos.
-¿Israel se opone a la creación de un Estado palestino?
-Sí, en los hechos Israel se opone a la creación de un Estado palestino pero también se niega a conceder derechos plenos y ciudadanía a los palestinos de Gaza y Cisjordania. Los palestinos siguen viviendo sometidos al colonialismo de poblamiento israelí, la ocupación o en otros tantos casos el exilio. La situación en la actualidad nos muestra que existen más de nueve millones de personas árabes musulmanes y cristianos que se identifican a sí mismos y son identificados por otros como palestinos y que están en la búsqueda de conformar un Estado propio, aun con las diferencias políticas internas entre Hamás y Al-Fatah que son las organizaciones más representativas de la Franja de Gaza y Cisjordania. Esto se produce en medio de las dificultades que provoca el constante control militar israelí sobre todo en Cisjordania. Para los palestinos es complicado circular por los territorios que habitan y reclaman, porque deben pasar por los diferentes puestos de control militares israelíes.
-¿Cuál es la situación de Jerusalén hoy día?
-Este conflicto es una “guerra” o más bien una disputa asimétrica entre dos contendientes en condiciones diametralmente opuestas, por lo tanto se necesita un importante cambio de paradigma para llegar a una solución real, lo cual no es imposible pero sí complicado. Pongamos por caso, la indefinición que existe sobre el territorio de Cisjordania. No obstante vale aclarar que, la presunción de que es un conflicto de compleja magnitud, suele ser utilizada como excusa para no buscar las soluciones adecuadas al problema, como podría ser una retirada israelí de los territorios ocupados, lo cual a su vez es intrincado ya que la infraestructura que Israel construye a diario allí lo dificulta enormemente. Un acuerdo equitativo sobre la forma de compartir Jerusalén y los lugares considerados sagrados constituiría una pieza central en el acuerdo entre estos dos pueblos, y la clave para una paz justa y duradera en todo Medio Oriente. De todas maneras es difícil augurar si esto o la creación de un Estado palestino independiente en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este darían solución definitiva al conflicto.
-¿Qué es lo que se pide de un lado y de otro en la actualidad del conflicto?
-Desde el sector palestino se reclama el derecho al retorno de los refugiados, el detenimiento de las políticas de asentamientos israelíes en Cisjordania y el estatus de Jerusalén. Desde el sector israelí, se promete que mientras se realizan las conversaciones por la paz se detendrá la construcción de asentamientos, aunque inmediatamente se continúa buscando como objetivo la consecución de “hechos sobre el terreno”, que significa que lo que está hecho no puede volver atrás. Los palestinos consideran que el territorio de Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza tiene que formar parte del Estado palestino. No obstante ellos consideran “Palestina” a todo el territorio que formaba parte del Mandato Británico de Palestina (1922-1948), pero dadas las condiciones impuestas por las guerras de 1948 y de 1967, anhelaron luego obtener al menos un Estado independiente en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este, con las dificultades que esto acarrea.
-Desde Israel se dice que Hamás es una organización terrorista. ¿Qué tipo de organización es Hamás?
-Hamás (acrónimo que significa Movimiento de Resistencia Islámica) es una organización que cuenta con una serie de organizaciones dependientes que desarrollan sus actividades en muy diversos ámbitos. Estos abarcan desde la educación cultural y religiosa a los jóvenes a través de sus madrasas, la asistencia social a los palestinos más necesitados, la representación en las instituciones democráticas palestinas. Las últimas elecciones palestinas, bajo supervisión internacional, resultaron en victoria de Hamás, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. Siempre hay que tener en cuenta la polivalencia de los términos y quién es el que emite los términos. El gran público en general abreva de la información masiva que simplifica todo: “los musulmanes y los árabes son terroristas, no les importa morir con tal de matar a otro”. Por otra parte, hay que aclarar que no todos los árabes, que es una lengua y una cultura, son musulmanes, que es una religión, ni todos los musulmanes son árabes.
-¿Cuál es el rol de la prensa en el modo en que informa sobre el conflicto?
-Creo que en la prensa ha habido un pequeño cambio, aunque no rotundo en su crítica por la política del ataque israelí sobre todo a partir de difundir la muerte de niños palestinos. Lamentablemente, en Argentina existen falsas acusaciones de judeofobia, erróneamente llamada “antisemitismo”, como la que sufrió Pedro Brieger por explicar la ocupación militar israelí. Además, en las redes sociales ha habido una mayor pronunciación en contra de la forma en que está empleando la violencia el ejército israelí contra la población civil, y esto ha provocado una mayor difusión que en otros momentos de lo que está sucediendo.
-¿Cuáles otros objetivos persigue Israel con estos últimos ataques?
-La política de Israel es aislar todavía más la Franja de Gaza, dejar a Hamás en el poder aunque más debilitado, oponerse a toda posibilidad de unión palestina y desviar la atención de la ofensiva colonialista acelerada en Cisjordania. Mientras que Hamas desea reforzar su posición en tanto que movimiento de resistencia tras los golpes que ha sufrido como movimiento político. Desde Hamas se está ofreciendo una resistencia quizás inesperada para Israel, por ejemplo, el diario israelí Haaretz advirtió sobre la lentitud de la misión y la “matanza al por mayor” de civiles palestinos. La comunidad internacional lamentablemente no interfiere para frenar lo que está ocurriendo, dados los intereses de las diferentes potencias. Al menos hasta ahora han mirado hacia otro lado. Por otra parte, existe sí un movimiento internacional de boicot, desinversión y sanciones a Israel similar al que se utilizó en su momento para detener el apartheid en Sudáfrica que el tiempo dirá si logra ser efectivo. A su vez, Rusia y China que han logrado imponerse ante el inminente ataque de Estados Unidos a Siria en este caso no han intervenido. Las Naciones Unidas han condenado el accionar de Israel en numerosas ocasiones pero Estados Unidos, “el mediador deshonesto”, ha intervenido para salvaguardar sus intereses y los de Israel.
-Por último, hay quienes piensan que el Estado de Israel debe desaparecer como tal porque se creó a partir de una invasión ilegítima y violenta, mientras que otros opinan que Israel tiene el derecho a conformar su Estado allí donde se asentó hace más de medio siglo. ¿Cuál es tu opinión?
-Noam Chomsky dice al respecto de tu pregunta: “Los Estados son lo que son. Ninguno tiene una legitimidad heredada”. Como están las condiciones actualmente, si se pudiese y fuese viable podría formarse un estado binacional o dos estados contiguos, Israel y Palestina, aunque ambas opciones son complicadas teniendo en cuenta cómo está todo a día de hoy. Lo que no hay que dejar de lado es que la mayor parte de las poblaciones optan por vivir allí y no desean la guerra o el enfrentamiento, sino que es algo que se decide mayormente en las altas esferas. El caso de Israel es paradigmático, porque además existe una población al menos tan numerosa como la colonizadora y dominante que pide por un derecho sobre el mismo territorio que considera que le han usurpado. Aclaro que yo estoy en contra de toda esta violencia, es muy importante que se detenga el sufrimiento que soportan tanto los palestinos como los israelíes comunes, que son los más afectados por este conflicto.

Martín A. Martinelli docente-investigador autor del blog mediorienteactual.blogspot.com.ar 
rebelion.org
http://issuu.com/revistaultimoround/docs/ur_06_final/26
www.revistaULTIMOROUND.com.ar

martes, 19 de agosto de 2014

Horror y esperanza en Palestina

19/08/2014 :: MEDIO ORIENTE

x Claudio Katz - La Haine

Israel volvió a perpetrar su repetido crimen en el gueto de Gaza, pero esta vez mediante una guerra contra los niños

 Las imágenes de los pequeños asesinados, las madres enloquecidas de dolor y los jóvenes ultimados mientras recogían a sus familiares, impactaron al mundo. Los videos mostraron la aterradora destrucción de hogares, escuelas, hospitales y mezquitas.
El número de cadáveres supera la mascare precedente del 2009. Ya se computan 1913 palestinos muertos y más de 10.000 heridos, frente a 64 soldados y tres civiles israelíes caídos. Para aumentar el terror de las víctimas los bombardeos fueron anunciados con pocos minutos de antelación.Los habitantes de Gaza quedaron privados de luz, comida y remedios.

La barbarie volvió a desatarse sobre una población condenada a incursiones de exterminio. Israel perfecciona el modelo de Hiroshima, sustituyendo la batalla contra otro ejército por indiscriminadas matanzas desde el aire.

Claudio Katz, Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es: www.lahaine.org/katz
www.lahaine.org

sábado, 16 de agosto de 2014

Comprender Palestina e Israel en Revista Ultimo Round

Entrevista que me hizo Fabricio Lombardo intitulada "Comprender Palestina" 
http://issuu.com/revistaultimoround/docs/ur_06_final/26

Este ULTIMOROUND
Cesar Vallejo, “Me desvinculo del mar” por Raquel Rabinovich. IlustraciónGustavo De Tanti
La sensibilidad de Vallejo por Pablo Nardi. Ilustración Maxi Falcone
10 mitos sobre el conflicto palestino-israelí por Jeremy R. Hammond
Comprender Palestina: entrevista a Martin A. Martinelli por Colectivo ULTIMOROUND. Fotos Maru Lastra Cordero
El aborto en Argentina por Rocío Aime y Valentin Vivas. Fotos Dina Cantoni
"Cucullú, una historia escrita con el tizne de las gomas quemadas" porFabricio Lombardo. Ilustraciónes Paula Lupo
No nací feminista” entrevista a Mariana Carbajal por Mara Yañez. FotosOrlando Gonzalez
"Violeta Parra, viajes de una mujer que no para de renacer" por Germán Batalla. Ilustración Diego Parpaglione
Crónicas bolivarias: Comuneras de Santa Rita por Marco Augusto Teruggi
¿Por dónde la vez, izquierda?: Entrevista a Itai Hagman por Martin Acosta. Fotos Sebastian Trípoli y entrevista a Leandro Amoretti porFederico Aime. Fotos Gerardo Pérez Elío
El Horror.
Editorial ULTIMOROUND número seis

"Tienes que tener hombres que tengan moral… y al mismo tiempo que sean capaces de utilizar sus instintos para matar sin sentimentalismos… sin pasión… sin juzgar… sin juzgar. Porque es el juzgar lo que nos derrota.” Apocalipsis Now
Pensábamos tocarlo más adelante, porque el tema es complejo. Pensábamos destinarle una edición casi completa para poder focalizarnos en el aspecto mitológico e histórico y avanzar por el siglo XX deteniéndonos en los puntos que considerábamos esenciales: el Holocausto, el rol de las potencias, el problema de los desplazados y, obvio, la cuestión religiosa.
Pero las bombas y la muerte lo trastocaron todo. 
Las imágenes que nos está dejando esta nueva “guerra” son de una tristeza indecible, una tristeza que nos hace deambular por las horas ahogados de horror, de impotencia facebookera plagada de hombres sin piernas, de madres llorando, de pibitos que –si tienen la suerte de vivir– no entienden nada. El horror, solo eso. Como lo susurrara Marlon Brando en Apocalipsis Now. Como en Auschwitz.
Nosotros tampoco entendemos. O sí; pero no alcanza. Alcanza para gritar, para denunciar, para manifestarse. Pero no alcanza para quitarse el dolor de la cara, para tomarse un mate tranquilo y pensar que no está pasando nada, porque el aire de Gaza durante estos días lo nubló todo. Espesó el aire y lo volvió irrespirable, nos puso un espejo delante y el reflejo que mostró fue el de un mundo que no merece absolutamente nada.
Ya se sabe: lo que ocurre hoy en Gaza pasará a ser un nuevo hito en esta guerra sin fin, porque cada cierto tiempo Israel invade, somete, asesina y/o desplaza so pretexto de su seguridad contra “los terroristas”, como si estos últimos surgieran de un repollo o como si asesinar despiadadamente desde un ejército regular fuese menos terrible que mediante otros métodos. Israel se asienta con violencia, Palestina resiste con violencia. El resultado: muchos muertos, sobre todo civiles, y muchos pibitos.
Lo extraño es que justamente esta edición estaba pensada para que se tratara de lo contrario, de las luchas que justamente contradicen la idea de que la Humanidad no merece absolutamente nada: la lucha por los derechos de las mujeres y la igualdad de género; la que desde la literatura planteó uno de los más grandes de nuestra América, Cesar Vallejo; y la que ahora un nuevo sector de la política argentina –la llamada Izquierda Popular– emprende con los anhelos de siempre pero con otras formas. La planteada era una edición alentadora, digamos.
Pero en el medio de eso, otra vez Israel y Franja de Gaza. Allí también se lucha, claro que se lucha. Pero una cosa es empujar y otra muy diferente es resistir. En nosotros el resultado lógico fue una especie de contradicción que seguramente podrá percibirse hojeando este número. No es una contradicción ideológica ni política, sino más bien filosófica, existencial; es la contradicción de saber que como humanidad somos capaces de las luchas más hermosas y las miserias más terribles. 
Gaza: muchos muertos, muchos pibitos que podrían ser los nuestros. 
Que son los nuestros. Pibitos que, como escribía Rodolfo Walsh, nacen con el yugo de la ocupación y el sometimiento israelí sobre sus espaldas. De grandes, si tienen la suerte de vivir, seguro que no se van a quedar de brazos cruzados. Y es lógico: algunas certezas fundamentales se aprenden desde muy pequeño. Los niños palestinos saben lo que está ocurriendo: el horror está ocurriendo. En eso, curiosamente, se parecen –y mucho– a los niños judíos de la Alemania Nazi. Exterminados, también ellos, por un ejército regular.

Ver número completo en www.revistaULTIMOROUND.com.ar


miércoles, 13 de agosto de 2014

Lecciones del conflicto en Gaza - Avi Shlaim

Israel afirma que su ofensiva en Gaza es una guerra contra el terrorismo; de hecho, es un acto de terrorismo de Estado. 
Última actualización: 09 de agosto 2014
 Avi Shlaim es profesor emérito de Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford y autor de Israel y Palestina: Valorizaciones, Revisiones, refutaciones (Verso). 

Hamas se suscribe a una ideología anti-israelí violento y que tiene un ala militar, pero también es un partido político con un apoyo popular masivo, escribe Shlaim [EPA] 

El ciclo de violencia que ha envuelto a la Franja de Gaza desde la retirada unilateral de Israel en 2005 es repetitivo y predecible, y profundamente deprimente. En los últimos seis años, Israel ha puesto en marcha tres grandes ofensivas militares en este pequeño, aislado, desesperadamente pobre y densamente poblada enclave palestino. 
Invariablemente, Israel se presenta como la víctima, alegando que el ejercicio de su derecho a la legítima defensa, al tiempo que niega el derecho equivalente a los palestinos. Sin embargo, todas estas guerras fueron instigados por Israel, todos fueron dirigidos contra la población civil, y todos los crímenes de guerra que participan. Ellos son un producto directo del colonialismo israelí, de la ocupación militar más prolongada y brutal de los tiempos modernos. 
La brutalidad israelí contra la población civil a escala nuevas alturas en la actual guerra que Israel llama de manera fraudulenta "Operación protectora Edge." En esta guerra, el ejército israelí, que en su lengua orwelliana propagandistas israelíes les gusta llamar "el ejército más moral del mundo", ha estado lloviendo muerte y destrucción en la población cautiva de la Franja de Gaza con poco esfuerzo por distinguir entre civiles y militares objetivos. 
Además de continuar la lucha contra el Hamas, el ejército israelí ha bombardeado viviendas particulares, mezquitas, hospitales, clínicas de salud, ambulancias, la Universidad Islámica de Gaza, y las escuelas y refugios de la ONU. También dirige y destruyó la planta sólo el poder, así como los sistemas de agua y alcantarillado, conducción de Gaza al borde de una catástrofe humanitaria. Se estima que $ 5 mil millones de dólares en daños han sido causados. Más de 475.000 personas han sido desplazadas. La cifra de muertos israelíes se sitúa en el 67 a 64 soldados y 3 civiles. El ejército israelí ha matado a unas 1.900 personas, la mayoría civiles, de los cuales 450 son niños, e hirió a 9.500. 
La defensa propia contra quién? 
Como de costumbre, Israel pretende que su pelea es con Hamas, no con el pueblo de Gaza. La razón aparente de la guerra es proteger a los civiles israelíes con cohetes y morteros contra los ataques de los militantes de Hamas. En efecto Israel afirma que ésta es una guerra contra el terrorismo. En verdad se trata de un acto de terrorismo de Estado. El terrorismo es el uso de la fuerza contra los civiles con fines políticos. 
El fin político en este caso es mantener la ocupación ilegal de Israel de los territorios palestinos; para evitar que la unidad entre Gaza y Cisjordania; y negar al pueblo palestino su derecho natural a la independencia y la estadidad en sus tierras, en el 22 por ciento que les queda de la Palestina histórica. 
 
La narrativa israelí sobre la guerra, en pocas palabras, es que Hamas es una organización terrorista, es un error de negociar con terroristas, y la única manera de lidiar con ellos es por la fuerza militar. La realidad es más compleja. 
En primer lugar, el discurso oficial omite el hecho crucial de que, aunque Israel se retiró unilateralmente de Gaza en 2005, según el derecho internacional sigue siendo una potencia ocupante, ya que controla los cruces terrestres hacia Gaza, su espacio aéreo y las aguas territoriales. Por otra parte, después de retirarse de Gaza Israel continuó ampliando sus colonias ilegales en Cisjordania y estas colonias constituyen el principal obstáculo para la paz. 
En segundo lugar, Hamas no es una organización terrorista, aunque no recurrir a los ataques terroristas contra civiles israelíes en su contrario legítima resistencia a la ocupación israelí. Tampoco es un movimiento yihadista como afirman sus críticos. Lejos de ser un movimiento mesiánico, es una organización local con un local en lugar de una agenda global. 
A los ojos de los árabes y los musulmanes ordinarios en todo el mundo, es un grupo patriótico que lucha con valentía encomiable ante las circunstancias. Sin lugar a dudas, Hamas se suscribe a una ideología anti-israelí violento y que tiene un ala militar, pero también es un partido político con un apoyo popular masivo y esto lo convierte en un actor político legítimo. 
Hamas ganó una elección justa y libre en 2006 y formó un gobierno que se ofreció a negociar un alto el fuego a largo plazo con Israel. Israel se negó a reconocer al gobierno palestino democráticamente elegido y las negociaciones rechazadas. Al año siguiente, Hamas y Fatah formaron un gobierno de unidad nacional y la renovación de la oferta de negociar. 
Los papeles de Palestina , un alijo de 1.600 documentos diplomáticos filtrados a Al Jazeera, revelan que Israel conspiró con Fatah, Egipto y los EE.UU. para derrocar a este gobierno, obligando a Hamas a abandonar Cisjordania y la toma del poder en Gaza. El próximo paso de Israel fue imponer un bloqueo a Gaza en violación de muchas de las disposiciones humanitarias de la Cuarta Convención de Ginebra. Este asedio salvaje de los 1,8 millones de habitantes, en su mayoría refugiados de las guerras árabe-israelíes anteriores, aún es impuesta por Israel con la ayuda del régimen militar que recientemente suprimió la democracia en Egipto. 
Por último, está la negativa de Israel a hablar con Hamas sobre la base de que es una organización terrorista. El registro histórico muestra que a pesar de su terrible Carta, Hamas está dirigida por líderes políticos pragmáticos que se han establecido para una solución de dos estados a lo largo de las líneas de 1967, y que han hecho todo lo posible para poner fin al conflicto por la vía diplomática. 
Un paso importante en esta dirección fue el acuerdo de reconciliación entre Hamas y Fatah y la formación, el 2 de junio, de un gobierno de unidad nacional. Este gobierno de Ramala se compone de los líderes de Fatah, figuras políticas independientes y tecnócratas; que no incluye un solo ministro, afiliado a Hamas. Y cumple plenamente los tres criterios principales del Cuarteto para calificar como socio negociador: reconocer a Israel; respeto pasado acuerdos; y renunciar a la violencia. Sin embargo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu denunció este gobierno esencialmente moderada como un voto para el terror, no para la paz. 
Una narración ficticia 
Los términos en que Netanyahu y ​​sus colegas de derecha enmarcan el conflicto con Hamas es una mezcla de medias verdades, mentiras completas, engaño deliberado, y la doble moral alucinantes. Su narrativa no ofrece ninguna manera decente de el enigma. Es el problema, no la solución. Esto hace que sea imposible hacer frente a las verdaderas raíces del conflicto palestino-israelí. Este es un conflicto político para que, como el registro histórico demuestra de manera concluyente, no hay una solución militar. 

 

De ello se desprende que si Israel se adhiere a su política actual, el resultado sería más de lo mismo: más violencia, más sangre, más terror, más destrucción sin sentido, más sufrimiento humano, más guerras, y más crímenes de guerra. En resumen, la narrativa israelí gira en torno a la demonización de Hamas y la demonización conduce directamente al estancamiento diplomático. 
La comunidad internacional tiene tanto una moral y una obligación legal de proteger a los civiles palestinos que viven bajo la ocupación militar de Israel y para hacer a Israel para dar cuenta de sus violaciónes persistentes de las leyes de la guerra y del derecho internacional humanitario. 
La política occidental de negarse a colaborar con Hamas, de apoyar la interpretación perversa de Israel del derecho a la legítima defensa, y de dotarlo de armas que se utilizan varias veces para bombardear un pueblo indefenso es moralmente indefendible y, por tanto, en última instancia, insostenible. 
Secretario general de la ONU Ban Ki-moon, calificó el ataque israelí en Rafah, en el que murieron un gran número de civiles refugiados en escuelas de la ONU, "una vergüenza moral y un acto criminal". Esta descripción resume adecuadamente toda la política de Israel en el conflicto con Gaza. 
Por sus propias acciones Israel ha socavado cualquier reclamación que podría haber tenido que dictar los términos en los que el mundo debería ver su confrontación con Hamas. Una nueva narrativa se necesita con urgencia, una basada en los hechos reales de este trágico conflicto, el derecho internacional y la decencia humana. 
Avi Shlaim es profesor emérito de Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford y autor de The Iron Wall: Israel y el mundo árabe e Israel y Palestina: revaluaciones, revisiones, refutaciones. Él va a donar el costo de este artículo para Ayuda Médica para los palestinos . 
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Al Jazeera. 
Fuente: Al Jazeera
http://plataformadistritocero.blogspot.com.ar/

lunes, 11 de agosto de 2014

“EL HUMANISMO ES LA ÚLTIMA TRINCHERA DE RESISTENCIA QUE TENEMOS”

LUNES, 11 AGOSTO 2014 18:32     |    
Mariam Cortas Said. Escritora, vicepresidente de la Fundación Barenboim-Said.
Se ahonda la brecha entre los que creen que es posible la coexistencia intercultural y los que ven inevitable el choque de regímenes belicosos, señala esta intelectual pacifista.
Fabián Bosoer
Habla del conflicto israelí-palestino, pero se refiere a la encrucijada de la cultura occidental enfrentada a sus propios fantasmas y demonios. Todo tambalea en Oriente Medio, nos dice, y no estamos preparados para imaginar hacia dónde va el mundo árabe, con tantos focos de conflicto y convulsiones en curso. Se agranda la brecha entre quienes creen que es posible la coexistencia entre pueblos y quienes consideran inevitable el choque superpuesto de nuevas y viejas beligerancias, señala esta intelectual árabe-americana y activista cultural por la paz: “No son sólo las fronteras físicas las que están en cuestión: también las mentales”, nuestro modo de pensarlas, sostiene. Es Mariam Cortas Said, viuda del escritor e intelectual Edward Said y vicepresidente de la Fundación Barenboim-Said, proyecto de su esposo con el gran pianista, creadores de la Orquesta West- Eastern Divan. Ella nació y creció en Beirut, Líbano, vive hace varias décadas en Nueva York y estuvo esta semana en Buenos Aires, donde recibió un doctorado honoris causa y participó de actividades en la Maestría en Diversidad Cultural de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF).
Es ineludible preguntarle en primer lugar por lo sucedido en Gaza y sus consecuencias ...
Lo que está pasando en todo Medio Oriente en este momento es más que terrible: es horroroso. Es una repetición de lo que ha estado pasando durante los últimos siete u ocho años, pero agravado aún más por el bombardeo masivo al que están expuestas las poblaciones civiles. Cohetes de un lado, bombardeos masivos del otro; al final, no importa quién empezó ni cuál sea la justificación: nadie puede pretender la razón sosteniendo que es inevitable la matanza de mujeres, niños y ancianos de manera indiscriminada.
Se habla de “defensa propia” frente a “autodeterminación”: todo pueblo tiene derecho a defenderse cuando ve amenazadas sus vidas, todo pueblo tiene derecho a liberarse de la dominación para construir su destino. ¿Es inevitable la guerra?
Todos tienen derecho a la defensa propia. Todos tienen derecho a la autodeterminación. Todos tienen el derecho a resistir. Y todos son seres humanos; y al final, lo humano es el aspecto más importante en todo esto: las vidas que se pierden en las hogueras de una civilización. Este bombardeo extensivo y sostenido sobre Gaza fue en 2006, 2008 y 2009, en 2012, y esto de ahora. Parece estar acelerando la escalada del conflicto, pero hacia dónde no lo sabemos.
¿Cuál es la clave para entender este conflicto? ¿Es geopolítico, cultural, religioso, nacionalista?
No creo que sea un conflicto cultural o religioso, aunque tenga esos elementos también, que se utilizan para marcar las diferencias aparentemente irreconciliables. Los israelíes no se propusieron crear un nuevo Estado colonial, pero es lo que terminó ocurriendo. Cuando Israel declaró su independencia, y más adelante peleó la guerra de 1948 y ganó una parte muy importante de tierra, un gran pedazo de lo que era conocido como Palestina, y luego de las distintas guerras con los países árabes, terminó convertido en un Estado expansionista. Es una parte del problema que no puede desconocerse si se quiere encontrar una solución. Los palestinos no pudieron tener su propio Estado en su territorio. Es tan simple y complicado como eso. Hamas es otra expresión más de ese proceso que no podemos justificar pero de lo que tampoco el Estado de Israel, y sobre todo estos gobernantes actuales, pueden desentenderse, porque indirectamente los han alentado. En realidad el conflicto no es tan antiguo ni de los tiempos bíblicos, en absoluto. Es un conflicto moderno que comenzó en el siglo XIX.
Un conflicto del siglo veinte en una región que parece volver al siglo XIX o más atrás aún, a los tiempos de los imperios, las cruzadas y guerras religiosas ...
Eso es cierto, es lamentablemente cierto. Hubo una gran esperanza con la llamada Primavera Arabe pero resultó en gran medida frustrante. En Egipto han vuelto al poder los militares. Las guerras religiosas son atizadas por los grandes intereses económicos y poderes que están involucrados en toda la región. Están despedazando países, como sucede en Irak a partir de la invasión de EE.UU., en Líbano y en Siria hoy. Las grandes fuerzas y potencias que conquistaron Oriente Medio y los movimientos nacionales que las enfrentaron están todos actuando como fuerzas centrífugas. Lo que es más peligroso ahora es el extremismo islámico que no sólo quiere volver al pasado, al siglo XII o XIII, sino que están en contra de cualquier forma de diversidad, de coexistencia de ninguna clase. Eso es contrario a la propia historia, porque esa región (específicamente Líbano, Siria, Irak, Jordania y Palestina) ha sido un área donde la diversidad y las religiones pudieron coexistir pacíficamente. Tenían vínculos de coexistencia entre ellos. Esto es lo que es aterrador en este punto. Que tanta fuerza destructora cargada de fanatismos religiosos esté pasando al frente. Esto es lo que está preocupando en la mayoría de los países árabes. La región está en caos.
Pero la resolución del conflicto palestino-israelí parecía estar al alcance de las manos con los distintos acuerdos de paz de los últimos veinte años. ¿Qué es lo los hizo fracasar?
La cuestión de Palestina nunca se ha resuelto, y eso agrega combustible al fuego porque lo que está en juego es lo que un pueblo considera que se trata de una ocupación colonial que debe cesar. Dividieron a los palestinos en dos entidades, Cisjordania y Gaza, luego dividieron la Cisjordania en zonas. La mayor parte de las áreas pobladas en Cisjordania, que tenían grandes poblaciones, se las dieron a la Autoridad Palestina y dijeron “ustedes háganse cargo de su gente”. Pero luego procedieron a crear más asentamientos, a tomar más del agua de Cisjordania, a construir drones que circundan las aldeas y a crear lo que es más o menos un Estado apartheid. Gaza ha sido bloqueada durante al menos ocho años y medio. Dejaron Gaza y desmantelaron los asentamientos allí, pero lo que hicieron fue que los encarcelaron. Les dicen que es su tierra, que pueden quedarse, pero no pueden salir ni usar sus cielos ni pescar sin permiso. Y con el bloqueo comenzaron a restringirlos para recibir cualquier cosa. Todo en el nombre de la autodefensa. Deberían haber comenzado por evitar convertir ese territorio en lo que lo han convertido haciendo de sus vidas un infierno y sin poder salir de allí.
1P
Raíces del odio. “Es aterrador que tanta fuerza destructora cargada de fanatismos religiosos esté pasando al frente” dice Cortas Said / MARIA EUGENIA CERUTTI

¿Cómo se detiene esta escalada y se puede encauzar este torrente de fuerzas encontradas en un curso de resolución pacífica? ¿Todo remite a cumplir con el mandato de la ONU del ‘47 y a la creación de un Estado palestino?
Lo cierto es que no hay tal cosa como un Estado palestino junto a un Estado israelí, y dudo que como están las cosas eso sea algo realista y posible. La solución de dos Estados lleva largo tiempo muerta. Sólo habrá un Estado en el que vivirán judíos y palestinos en la misma tierra. No veo otra forma. Porque, verá, hay tantos asentamientos en Cisjordania que no pueden ser desmantelados. Entonces, ¿qué van a darles a los palestinos? ¿Cinco por ciento de Palestina?¿Cinco por ciento, un poco aquí, un poco allá, otro poco acá? Eso no puede ser un estado viable. Y está claro que los israelíes que viven allí no se irán de allí. Lo que tienen que hacer ahora es lo que no quieren hacer: decir “los palestinos son parte del Estado, de la tierra que queremos”. Los actuales líderes israelíes quieren mantener al ejército en el valle del Jordán, seguir controlando Jerusalén. Quieren hacerlo así y tienen la fuerza para imponerlo, pues bien, las poblaciones están allí y se van a quedar y van a resistir, tienes que tratar con ellas. Tendrán entonces que hacerlos ciudadanos con plenos derechos. Y van a tener otro problema, la paridad demográfica entre las dos poblaciones. Sea como sea, la decisión depende de los israelíes ahora, en la guerra o en la paz que pueda lograrse.
¿Cuál sería entonces un nuevo punto de partida para un acuerdo que no sea sólo una tregua más hasta la próxima escalada?
Desafortunadamente con todo lo ocurrido en los últimos años y ahora con esto, las diferencias entre los palestinos y los israelíes se han ampliado. La situación ha empeorado. Habrá que conducirlo de vuelta a un momento anterior, desactivar las formas inmediatas de la agresión. No hay posibilidades de que dos pueblos puedan coexistir en esta tierra con el odio que vemos hoy. Si lo ponemos en los términos de dos pueblos luchando por un mismo territorio, ninguno podrá ganar, ambos serán perdedores. Porque cada uno va a luchar hasta el final. Y cuando luchen hasta el final, se habrán aniquilado el uno al otro. Militarmente, no hay solución, Absolutamente ninguna solución.
¿Entonces?
El humanismo es la última resistencia, y la única resistencia, que todavía tenemos. Debemos luchar por ese humanismo, en el que nos reconocemos e intentamos tratarnos como seres iguales desde el reconocimiento de nuestras diferencias. Buscar escucharnos, entendernos y ver cómo, a uno y otro lado, podemos avanzar.
Edward Said, su compañero de vida, escribió sobre el “Orientalismo” como el modo en que Occidente distorsionó sus miradas sobre Oriente. ¿Ve algo de eso en la mirada actual sobre los árabes y el islam?
Así es. El orientalismo adopta ahora una forma diferente, que es la islamofobia. Pero también ha prendido en el mundo árabe, cuando se pretende implantar la idea de una “islamización” homogénea que termina aplastando la verdadera autodeterminación y borrando la diversidad cultural y religiosa en esos pueblos.
Copyright Clarín, 2014.
http://catedraedwardsaid.com.ar/