martes, 21 de mayo de 2013

Más de 1.5 millones de refugiados han huido ya de Siria


Jordania es el país que más refugiados ha recibido hasta la fecha, más de 532.000, según el Gobierno de Ammán

Por David Alandete, Ammán, 17/05/13

Niños sirios refugiados en la ciudad turca de Reyhanli, cerca de la frontera siria, el pasado 12 de mayo. / B. OZBILICI (AP)
En sólo 10 semanas, medio millón de refugiados ha huido de Siria, en uno de los mayores éxodos de población civil en la historia reciente. Son ya más de 1,5 millones las personas desplazadas desde que comenzara el conflicto entre el régimen de Bachar el Asad y los opositores en marzo de 2011, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Las naciones que los alojan, especialmente Jordania, han pedido ayuda a la comunidad internacional, porque consideran que la escasez de recursos alimentarios, médicos y económicos para atenderlos puede generar una grave crisis humanitaria.
Jordania, que comparte una frontera de 370 kilómetros con Siria, es el país que más refugiados ha recibido hasta la fecha. Según una estimación del Gobierno son más de 532.400. Antes de la revolución ya vivían 750.000 sirios en esta nación de 6,1 millones de habitantes. De los nuevos desplazados, casi 160.000 habitan en los campos de refugiados. A los que viven fuera de esos recintos, el Gobierno no les otorga permisos de trabajo, porque el desempleo de este país ya es de por sí del 12,8%.
“El problema de los refugiados tiene un gran coste social. Aquí en Jordania, muchos ciudadanos se ven ahora en la situación de tener que hacer colas para comprar pan, algo que no sucedía. Tiene un coste”, explica Anmar Al Nimer Al Hmoud, coordinador del comité especial del Gobierno de Jordania para los refugiados sirios. Las autoridades jordanas aseguran que los refugiados sirios han traído también enfermedades antes erradicadas a su país, como la tuberculosis o la esquistosomiasis. Muchos refugiados se han negado a vacunarse contra el sarampión, del que ha habido un reciente brote.
Entre miércoles y jueves, en sólo 24 horas, 1.846 sirios cruzaron la frontera con Jordania, donde hay al menos 45 puntos de cruce ilegal. Cuando llegan, el Ejército les traslada a unos campos provisionales, donde reciben atención inmediata. Tras Jordania, Líbano es el país que más desplazados acoge, unos 470.450, según ACNUR. Turquía, por su parte, aloja a 147.400, y Egipto, a 66.900. En su mayoría esos refugiados provienen de zonas rebeldes como Homs, Deraa o Alepo.
“Debemos seguir trabajando para que la ayuda humanitaria internacional alivie algo la carga de los Gobiernos en esta crisis”, explica Rianawati, una de las representantes de ACNUR en Jordania, indonesia de origen y que, como muchos de sus conciudadanos, sólo utiliza un nombre sin apellidos. “El peso sobre las naciones que alojan a los refugiados podría suponer riesgos, como el cierre de fronteras o las deportaciones. Es importante que las agencias de ayuda humanitaria sigan recibiendo fondos para evitar esos problemas”, añade.
El Gobierno de Jordania estima que cuando reciba 660.000 refugiados necesitará 500 millones de dólares en ayudas internacionales para poder distribuir alimentos y atención médica. A los refugiados sirios se les ofrece cobertura sanitaria universal, como al resto de la población jordana. “Los jordanos han recibido a sus hermanos sirios. Al fin y al cabo, muchos son de origen sirio, y todos somos árabes”, explica el coordinador gubernamental Al Hmoud. “En esta zona se dice que la costumbre es alojar a alguien de visita dos días. Convertir ese espacio de tiempo en años es ya una gran carga”, añade.
Cerca de la frontera de Jordania con Siria se halla ya el que es el segundo mayor campo de refugiados del mundo, Zaatari, donde viven casi 150.000 desplazados. Si el influjo de refugiados se mantiene como hasta ahora, antes de finales de año superará al mayor, el de Daab, en Kenia, en el que viven 500.000 personas junto a la frontera con Somalia.

sábado, 18 de mayo de 2013

EEUU presiona para derrocar al gobierno sirio



Estados Unidos no se detiene en sus intentos por desestabilizar Siria. Con sus aliados en Medio Oriente buscan la caída de Al Assad.

La denominaron “estrategia conjunta”. El objetivo: que el presidente sirio, Bashar Al Assad, deje el poder y se despeje el camino para una nueva administración, bajo la excusa del conflicto interno que desde hace dos años vive la nación árabe.
Esta fue uno de los acuerdos que tomaron el jueves el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en una reunión efectuada en Washington.
En una rueda de prensa conjunta, el mandatario estadounidense reiteró su postura amenazante contra Siria y afirmó que su administración tiene el derecho de aplicar medidas adicionales, tanto diplomáticas como militares, contra la nación árabe. Desde que comenzaron los ataques terroristas en territorio sirio,la Casa Blanca y la Unión Europea (UE) han aplicado diversas sanciones económicas al gobierno de Damasco, con el argumento de que el Ejército de ese país reprime a la población. Sin embargo hasta ahora no han tomado medidas concretas contra los grupos opositores armados que operan en diferentes zonas de la nación árabe, responsables del asesinato de soldados y civiles, y de cientos de atentados.
Obama y Erdogan anunciaron que sus administraciones intercambian datos sobre el presunto uso de armas químicas en Siria, aunque no se explayaron sobre el tema. El gobierno de Al Assad solicitó la intervención dela Organización de las Naciones Unidas (ONU), tras denunciar que las agrupaciones mercenarias utilizan este tipo de armamentos. De forma automática, Washington manifestó que la administración siria posee armas químicas, aunque todavía no presentó pruebas concretas. A esto se suma que recientemente el equipo de investigadores dela ONU negó la existencia en Siria de ese armamento.
Obama expresó que “las armas químicas en Siria amenazan nuestra seguridad, así como la seguridad de nuestros aliados y vecinos. Pero es un problema internacional y espero seguir trabajando con todas las partes interesadas”.
Por su parte, Erdogan resaltó el papel que juega Rusia y China para solucionar la crisis siria y aseveró que su país continuará la política de puertas abiertas a refugiados sirios. Se estima que en Turquía hay más 300 mil refugiados llegados desde el país vecino.
Los anuncios realizados por Obama y Erdogan sucedieron un día después de que la Asamblea General de la ONU aprobara una resolución de condena contra Siria. La propuesta, presentada por Qatar -otro aliado de Estados Unidos-, obtuvo 133 votos a favor, 12 en contra y 31 abstenciones. Entre los país que rechazaron la resolución se encuentran, además de Rusia y China, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Cuba, Irán y Corea del Norte, entre otros.
Las naciones que no apoyaron la medida, argumentaron que el documento presentado por Qatar no respeta la soberanía de Siria, contribuirá a agravar la crisis y le dará fuerza a la oposición armada. También apuntaron que la decisión podría obstaculizar los esfuerzos diplomáticos e iniciativas como la acordada entre Rusia y Estados Unidos para promover un diálogo en la nación árabe. En la resolución, a su vez se llama a una “transición política” con la condición de la renuncia de Al Assad, pese a que el presidente sirio mantiene un alto apoyo de la población. En el texto se califica a los grupos opositores violentos como “interlocutores representativos eficaces” necesarios para la transición. En contraposición, condena al gobierno de Damasco por el “uso de armas pesadas y graves violaciones de los derechos humanos”.
Al conocerse la resolución, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafari, denunció que la propuesta aprobada es parcializada y politizada, y tiene por objeto “intensificar la crisis y alimentar la violencia en Siria”. El diplomático agregó que cada vez que aparecen “signos de cristalización de una solución política a la crisis”, aumentan los ataques terroristas y se profundizan las presiones para una intervención extranjera. En la misma tónica, el representante permanente de Rusia en Naciones Unidas, Alexander Pankin, calificó el texto como “muy dañino y destructivo”, porque no toma en cuenta ni condena “las acciones ilegales de la oposición armada”.

miércoles, 15 de mayo de 2013

The Nakba is a past and a present, a continuous and developing process of Zionist colonization


Ben White
Wednesday, 15 May 2013 

[RW/Aqabat Jabr/11] Aqabat Jabr refugee camp, West Bank, 1973.  UNRWA photo
fuente: http://www.unrwa.org/etemplate.php?id=559 (agregada por M.M.)
Today marks the 65th anniversary of the historic ethnic cleansing of Palestine by the Zionist movement, and the establishment of the State of Israel on the rubble of hundreds of emptied, destroyed villages.
Nakba Day continues to grow in prominence as a time forremembrance and protest, an alternative history to the narrative of Israeli 'independence', and a reminder that the 'miracle' of a Jewish state was actually realised through the historically familiar methods of expulsion and colonial erasure. But this is more than just an anniversary or commemoration. In three important ways, the Nakba is not simply confined to the history books.
First, the Nakba is a defining event. Many potted histories or summaries of the "Israeli-Palestinian conflict" cover 1948 with a sentence like this: 'The State of Israel declares independence and is immediately attacked by its Arab neighbours'. The Palestinian refugees emerge in the narrative as if by magic, or as a vague consequence of war.
Yet the ethnic cleansing of 1948 is the heart and soul of the Palestinian people's struggle. This is how a landscape was obliterated and communities destroyed; homes, schools and mosques disappearing under rolling explosions, citrus groves and fields of crops separated from their owners. Palestinian lives are shaped by the Nakba, from refugee camps and fragmented families to destroyed livelihoods and murdered loved ones.
The Nakba is how a Jewish majority was established in the first place, and thus it is no wonder that many people wish to consign it to 'the past'. For just as its impact is felt deeply in Palestinian society so also the Nakba is a defining event for Zionism and the State of Israel - the inconvenient truth that turns myths to dust, the reminder of - in the words of Meron Benvenisti - 'what lies beneath'. Nakba denial is commonplace, a history covered up by distortions and counterfactuals in the same way Jewish National Fund forests were planted over the rubble of Palestinian villages.
Second, the Nakba is also an ongoing event, and not just in the sense that the Palestinian refugees still await return and restitution. The Nakba is a past and a present, a continuous and developing process of Zionist colonization. You can see it in the discriminatory and colonial logic of the land regime and planning laws inside the pre-1967 lines, designed to maintain Jewish spatial hegemony and guard against the threat of the land being 'lost' to its indigenous people.
The admission committees that exclude Palestinians from the kibbutzim and moshavim built on top of ethnically cleansed villages. The 'look out' communities built by the state and the Jewish Agency in the Galilee in order to 'break up' areas of Palestinian territorial contiguity. Zionist forces often described Palestinian villages in 1948 as simply enemy bases to be cleansed. How little has changed, when the existence of Palestinian communities is seen as a threatening presence to be fragmented and watched over by Jewish citizens.
Catastrophes are experienced daily by Palestinians in the south Hebron Hills, Jordan Valley and East Jerusalem, when the bulldozers and soldiers arrive to demolish homes and shelters. More catastrophes are planned, in the name of 'development', 'security' or even 'tourism' - like in the Negev where, 65 years after soldiers pushed them into the 'Fence', Bedouin Palestinians face another mass expulsion.
Third, the Nakba is a paradigm-shaping event. Palestine is not about 1967, warring tribes, a family dispute, or religious fundamentalism. It's not about negotiations over a border dispute or 'confidence-building measures'. It's about settler colonialism and ethnic cleansing, about the establishment of an ethnocracy and the exclusion of an indigenous people. Decades before Oslo, before the first red-roofed settlement on the West Bank hilltops, before Hamas and the Quartet, the Catastrophe happened.
Having a Nakba-defined paradigm is not about 'intransigence' or wishing an impossible return to a long-lost past. It is about understanding the roots of what has unfolded over the decades - the establishment of a state for one people at the expense of another, the maintenance of a regime of privilege for some while excluding others to the point of destroying their very existence in the land. It is in the roots where we search most fruitfully for an answer: equality and return, a decolonized space and state that welcomes back and does not expel.
Finally, as a defining, ongoing, and paradigm-shaping event, the Nakba is also therefore, an urgent call to action. The Catastrophe must end.

lunes, 13 de mayo de 2013

Map Collection Middle East Maps


Perry-Castañeda Library


The following maps were produced by the U.S. Central Intelligence Agency, unless otherwise indicated.

jueves, 9 de mayo de 2013

Cambiante mapa del poder en Medio Oriente


Los gobiernos islamistas deben cumplir en el ámbito socioeconómico y construir al mismo tiempo instituciones democráticas.


Volker Perthes | 8/5/2013
BERLÍN – El estallido de las revueltas árabes entre finales de 2010 y principios de 2011 puso las  relaciones de poder entre los países de Medio Oriente en un cambio constante, y así han surgido ganadores y perdedores. Sin embargo, dado que las fortalezas y debilidades de gran parte de los actores son excesivamente contingentes, el equilibrio regional de poder sigue siendo muy variable. 
De acuerdo al equilibrio actual, Egipto seguirá siendo uno de los actores más influyentes de la región y el éxito o fracaso de su transición política y económica afectará la forma cómo evolucionen otros países árabes. Pero Egipto tiene la carga de sus problemas internos, incluida una economía que se desploma y una situación de seguridad en la que los militares tienen que realizar funciones propias de la policía.
La expansión del poder suave de Egipto dependerá de la habilidad de su primer gobierno elegido democráticamente, encabezado por el presidente, Mohamed Morsi, para tomar decisiones difíciles y construir consenso interno. El éxito para establecer una gobernanza efectiva marcará la pauta para que muchos vecinos de Egipto traten de imitarlo, al menos, en parte.
En este sentido, Turquía es un buen ejemplo. El poder de Turquía reside principalmente en una economía dinámica. Su impresionante fuerza militar es de uso limitado como instrumento de poder, y su influencia política se ha sobreestimado, en particular en Siria. Un acercamiento con Israel y, más importante, una paz duradera con la población kurda, impulsaría la influencia regional turca.
Israel también gana en términos generales, pese al cambiante entorno estratégico y su prácticamente ausencia de poder suave en la región. La inminente caída del enemigo más confiable de Israel, el presidente sirio Bashar al-Assad, afecta a Israel casi en la misma medida que la pérdida de su aliado, el ex presidente egipcio Hosni Mubarak. No obstante, puesto que la economía y la capacidad disuasoria de Israel son más fuertes que nunca, ningún actor regional significa una amenaza real a la seguridad israelí en el corto plazo.
Mientras tanto, los esfuerzos activos que ha realizado Qatar durante las últimas dos décadas para ampliar su influencia han dado resultado y el país ha desarrollado un considerable poder de atracción. Desde 2011, Qatar ha aumentado su participación en los asuntos de sus vecinos: apoyó la revolución en Libia, al gobierno en Egipto y a la oposición en Siria.
Pero tal vez Qatar se esté sobrepasando. Tiene dinero, pero ningún otro poder duro y ha recibido críticas por su interferencia en Siria y su apoyo a la Hermandad Musulmana. Si Qatar no usa sus recursos con prudencia, podría perder la legitimidad que necesita para sustentar sus patrocinios.
Al mismo tiempo, la guerra civil en Siria resalta la pérdida de la influencia considerable que ese país tuviera alguna vez en la región. Ahora, Siria se ha convertido en objeto de una lucha geopolítica entre otros actores regionales. Sin embargo, los esfuerzos de los Estados del Golfo para armar a la oposición siria son insuficientes para inclinar la balanza del conflicto, sobre todo debido a las armas pesadas que el régimen de Assad tiene a su disposición. Además, la oposición no ha logrado hacer suyas la reputación y la influencia que Assad ha perdido.
De hecho, independientemente del equilibrio de poder entre el régimen y sus oponentes, es poco probable que Siria restablezca un gobierno fuerte y centralizado en mucho tiempo, si es que lo llega a restablecer. En el mejor de los casos, después del conflicto actual, Siria se convertirá en un Estado descentralizado o federal; en el peor, sufrirá la suerte de Somalia. En cualquiera de esos escenarios, Siria está claramente en el bando perdedor.
Irak pudo haber sido un ganador si hubiera logrado convertir la recuperación de su industria petrolera y el retiro de las tropas estadounidenses en estabilidad política e influencia regional. No obstante, con el gobierno del primer ministro, Nouri al-Maliki, que muchos consideran como otro régimen autoritario y sectario, Irak no ha podido obtener ningún poder suave.
Además, las probabilidades de que el Kurdistán irakí obtenga una independencia de facto o de jure son mayores que nunca. Es probable que los kurdos irakíes amplíen incluso su influencia a la zona poblada por kurdos del norte de Siria, con lo que tendría una mayor influencia como actor regional que el gobierno irakí de Bagdad.
Su vecino, Irán, es el sobreviviente por antonomasia. Ha afrontado las sanciones cada vez más duras de la comunidad internacional y ha logrado mantener su programa nuclear. Al mismo tiempo, sigue participando en el proceso diplomático con el P5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania). Irán ha fortalecido su influencia en Irak y ha contribuido a conservar en el poder al régimen de Assad, un aliado clave, durante mucho más tiempo de lo que se esperaba.
No obstante, la polarización política en la región podría debilitar la posición de Irán. En vista de que los conflictos regionales se diseñan cada vez más según las líneas chiitas-sunitas, se vuelve más difícil para el Irán chiita influir sobre los países con mayoría sunita. Además, el apoyo de Irán al régimen brutal de Siria está dañando el considerable poder suave que tenía en otros países árabes.
Arabia Saudita también podría contarse entre los sobrevivientes, puesto que se ha enfrentado a una profunda inseguridad estratégica derivada de los esfuerzos de Irán para debilitar su posición, al descontento social en Bahrein, su aliado y vecino, y a la llegada al poder de la Hermandad Musulmana en Egipto. Los líderes sauditas también se han vuelto cada vez más desconfiados con respecto a sus aliados estadounidenses, de quienes depende la seguridad del país.
Al mismo tiempo, el liderazgo saudita se enfrenta a desafíos internos considerables, incluidos enormes desigualdades económicas, servicios inadecuados, una frustración creciente por la falta de libertad política y un difícil proceso de sucesión en el seno de la familia real. No obstante, aunque el poder suave de Arabia Saudita está disminuyendo, su enorme riqueza petrolera garantizará que siga siendo uno de los actores con mayor peso en la región.
Los actores no estatales también desempeñan un papel crucial en el equilibrio de poder de Medio Oriente. Las minorías religiosas se han vuelto más inseguras. Los kurdos, que solían estar oprimidos, están ganando espacios. Entre los principales grupos políticos transnacionales, la Hermandad Musulmana ha sido la mayor ganadora
Sin embargo, el éxito conlleva nuevos desafíos. Los gobiernos islamistas deben cumplir en el ámbito socioeconómico y construir al mismo tiempo instituciones democráticas. (Irónicamente, solo podrán declarar que han tenido éxito en la construcción de un mejor Estado cuando acepten su primera derrota electoral.) En efecto, el reto al que se enfrentan todos los ganadores actuales de la región es convertir los logros de hoy en un poder creíble a largo plazo.
Copyright: Project Syndicate, 2013.www.project-syndicate.org

La invasión de Irak, o el día que EEUU encendió la mecha del sectarismo regional


MÓNICA G. PRIETO | 21 DE MARZO DE 2013
    Soldados_EEUU_estatua_Sadam
    Dos soldados colocan la bandera de EEUU sobre la estatua de Sadam, el 9 de abril de 2003, en Bagdad. / Mónica G. Prieto
    A veces pienso que el verdadero propósito de la invasión de Irak no era apropiarse de recursos naturales, vengarse de Sadam Husein por su pasado de amor/odio hacia Estados Unidos o proteger a Israel creando un régimen afín a los intereses norteamericanos en la antigua Mesopotamia. No es que nunca me creyese las mentiras que justificaron la invasión de Irak: ni la (in)existencia de Armas de Destrucción Masiva (varios expertos del programa UNSCOM, entre ellos Scott Ritter, me habían sacado de cualquier duda en Bagdad, en los meses previos a aquel desastre) ni la pretendida defensa de los Derechos Humanos que decía promover la Administración de George W. Bush. No había más que estar en Irak durante la ocupación para ver cómo los soldados norteamericanos observaban desde sus carros de combate cómo una banda de saqueadores robaba edificios públicos, escuelas  y hasta hospitales donde se seguía tratando a los heridos por los bombardeos y combates sin mover un sólo dedo. “No tenemos órdenes”, aducían cuando se les inquiría por qué no ponían fin al caos que presagiaba lo peor. Quizás ese fue el problema. No tenían órdenes ni un plan B. Invadieron un país que, harto de dictadura, no les plantó cara para luego ver cómo era devorado por las hienas. Y no me refiero sólo a los saqueos, sino a las milicias armadas que, animadas por la invasión en sí -cada una, a su manera- terminarían sumiendo el país en la guerra civil y expandiendo el odio sectario en todo Oriente Próximo.
    Tras un largo año de insurgencia generalizada, que hizo perder muchas vidas a los ocupantes, entre 2004 y 2005 la invasión dio un giro radical. Los primeros coches bomba contra objetivos sectarios comenzaron a producirse. Desmanteladas las Fuerzas de Seguridad del país, la seguridad corría a cargo de los ocupantes, quienes sólo velaban por su propia integridad y de facto ponían en peligro, con su presencia, las vidas de los civiles que se encontrasen cerca. La desbaazificación criminalizó a la comunidad suní, pese a que muchos militaban en el Baaz sólo para conseguir un puesto de trabajo. La entrada de yihadistas en el país, atraídos a combatir contra el icono imperialista, reforzaba a este bando opuesto a a la administración norteamericana, quien a su vez había confirmado su apuesta por la comunidad chií -duramente castigada por la dictadura suní de Sadam Husein- promoviéndola al poder. Los atisbos de insurgencia chií quedaron rápidamente devorados por atentados contra barriadas chiíes reclamados por grupos afines a Al Qaeda. El enemigo cambió de rostro: de las tropas norteamericanas a la comunidad suní.
    Ante la ausencia de líderes políticos iraquíes -masacrados por la dictadura ante el temor de que, un día, se hicieran con el poder, salvo aquellos llegados desde el exilio, vistos con desagrado en el interior- los clérigos chiíes tomaron el poder, a menudo hijos o sobrinos de respetados religiosos asesinados por el régimen. No estaban preparados para ejercer cargos de responsabilidad política, y a muchos de ellos les movía la venganza. No tardaron en crear milicias armadas que terminarían siendo integradas en los cuerpos de seguridad del Estado, incluidosescuadrones de la muerte que dependían de ministros, vice primeros ministros o incluso el jefe del Gobierno iraquí. La violencia sectaria quedó institucionalizada, definiendo el segundo bando en conflicto.
    Las potenciales tensiones entre chiíes y suníes eran obvias, y detonarlas era extremadamente sencillo. Hay quien piensa que la guerra civil iraquí -tantos coches bomba de procedencia dudosa, tantas explosiones de alto nivel profesional que no fueron reclamadas por Al Qaeda- fue parte de la estrategia de Estados Unidos para poner fin a los ataques contra sus tropas. Lo fuera o no, lo cierto es que funcionó en ese sentido: el número de bajas entre los ocupantes disminuyó drásticamente mientras las calles de Irak se llenaban de cadáveres. Los salvajes niveles de violencia empleados por ambas partes -cadáveres rellenos de explosivos, torturas y violaciones generalizadas, incluso de niños, secuestros a manos de fuerzas de Seguridad, bombas contra autobuses escolares, hoteles y hospitales- inocularon una desconfianza casi paranoica entre los iraquíes. A la destrucción material del país, producto de varias guerras, una década de sanciones y la invasión en sí, se sumó algo mucho peor: la destrucción del tejido social de un país que antes se caracterizaba por la convivencia religiosa. Y la degradación moral de una población que ha visto demasiadas atrocidades para no sufrir un trauma colectivo.
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    Imagen de la plaza Firdous de Bagdad, durante la invasión anglo-americana de 2003. / Mónica G. Prieto
    La identidad de los ciudadanos con su nación ha desaparecido: ahora se identifican con su secta o su etnia, no con su país”, me explica por correo electrónico el escritor e intelectual iraquíRaed al Hamed. Es el veneno sectario que divide a chiíes y suníes y que, desde Irak, se ha exportado a todo Oriente Próximo. El hecho de que la invasión -ironías del destino- haya colocado a importantes aliados de Irán en el Gobierno iraquí ha reforzado a Teherán hasta niveles insospechados: si antes era el único país de mayoría chií con un régimen chií de Oriente Próximo, ahora ha ganado en Irak a un socio privilegiado. Y confía en que Bahréin, de mayoría chií pero gobernado por una monarquía suní y en plena revuelta social para revertir esa realidad, siga el mismo camino para ampliar así su poder regional.
    Los suníes, mayoritarios en el Islam y mucho más conservadores que sus colegas chiíes, ven con muy malos ojos ese aumento de la influencia chií en la región. Eso explica que regímenes como el de Arabia Saudí, Kuwait o Qatar armen a los rebeldes sirios en lo que ellos ven como un conflicto sectario: una mayoría suní enfrentada contra una minoría alauí, escisión del chiísmo. Sus propósitos tampoco tienen nada que ver con la justicia, la democracia -se trata de regímenes totalitarios- o la libertad de los sirios: invierten en extender el poder suní por Oriente Próximo, no en velar por sus poblaciones. Y no les importaría que ese poder lo aplique una dictadura, siempre que sea suní y vele por los intereses de los suníes.
    Siria es un buen ejemplo de cómo el sectarismo que incendió Irak se ha extendido por toda la región. Algunos de los sirios que, en su día, fueron a combatir en Irak con los suníes en contra de la ocupación y, posteriormente, en contra de la comunidad chií, hace tiempo que regresaron para poner en práctica sus habilidades bélicas en su propio país. A Bashar Assad se le volvió en contra su perversa estrategia de permitir el paso por sus fronteras de yihadistas con destino a Irak, pensando que debilitaba así a Estados Unidos, ya que éstos han regresado a Siria para derribar su régimen. Y si la oposición suní es ayudada por los regímenes suníes del Golfo, así como por Al Qaeda, al régimen le apoyan activamente todos sus aliados chiíes: desde Hizbulá hasta combatientes iraníes, pasando por clérigos iraquíes como Muqtada al Sadr, que respaldan verbalmente a Assad y, según la oposición, habría enviado milicianos a tierra siria. En un peligroso giro, hace unos días medio centenar de soldados sirios morían en suelo iraquí víctimas de una emboscada que ha sido reivindicada por el Estado Islámico de Irak, la rama local de Al Qaeda, en lo que confirma la regionalización del conflicto entre chiíes y suníes. “Destacamentos militares han logrado aniquilar una columna entera del Ejército safávida”, explicó el grupo en un comunicado empleando un término que alude a una de las grandes dinastías persas para referirse a las tropas sirias.
    Los medios árabes describen los acontecimientos en Siria con términos sectarios, los mismos que emplean los políticos regionales ahondando en las diferencias religiosas. En Irak, la terminología sectaria también es común, como lo es desde hace pocos años en Líbano. El país del Cedro es otro ejemplo de país que corre el riesgo de ser devorado por el sectarismo regional. Con un 40% de chiíes, otro 40% de suníes y un 20% de minorías religiosas, la tensión entre ambos bandos es tan extrema que incluso el primer ministro, Najib Miqati, pronunciaba en su cuenta Twitter hace días una frase inquietante: “Que Dios proteja al Líbano”. Suníes libaneses acusan a sus hermanos chiíes de ser corresponsables de la masacre siria, y los chiíes acusan a los suníes de proteger a los “terroristas” sirios que pretenden acabar con el régimen alauí. Y el sectarismo regional no se queda ahí: en Arabia Saudí, la minoría chií de Qatif es reprimida duramente en las calles por exigir igualdad con los suníes, en Yemen los houthis (minoría chií) que aspiran a la secesión son armados por Irán y se han convertido en objeto de ataques de Al Qaeda, en Bahréin la población -minoría- suní ha radicalizado su oposición hacia las protestas de la mayoría chií…
    Hablo con suníes iraquíes implicados en las protestas masivas que se están produciendo en la provincia de Anbar y llego a la conclusión de que Irak, tal como lo entendemos, está perdido. Me dicen que las manifestaciones son preparativos para una nueva fase militar que pretende independizar de facto las áreas suníes de Irak y muy en especial Anbar, que comparte fronteras con Siria, Jordania y Arabia Saudí, tres países de mayoría suní. ¿Se trata del principio de un nuevo Oriente Próximo? “No creo que Irak siga unido en el futuro, tras el derramamiento de sangre de los últimos 10 años a manos de milicias apoyadas por el Gobierno iraquí y por Irán. Por eso, los suníes piden ahora con voz firme un Estado suní independiente, y no una confederación”, incide Al Hamed.
    Por eso comienzo a pensar que el verdadero objetivo de la invasión era muy distinto al petróleo o la venganza. Más bien parece que una estrategia de redistribución de Oriente Próximo, que pretende trazar nuevas fronteras según la composición sectaria aniquilando identidades nacionales. A veces parece que el principal objetivo de la invasión de Irak era promover el odio entre musulmanes, desatando guerras internas que distraigan a los extremistas y les aparten así de objetivos occidentales. Si esa era la apuesta, lo están logrando. Pero que nadie piense que no se volverá en el futuro contra Occidente.

    miércoles, 8 de mayo de 2013

    Los ataques aéreos israelíes sobre Damasco nos involucran en la guerra


    The Independent
    La ausencia de respuesta de EE.UU. y la UE supondría su aprobación
    Luces sobre Damasco. Otro ataque israelí ("audaz", claro está, según los simpatizantes de Israel y el segundo en dos días) sobre armamento, instalaciones militares y arsenales de Bashar al-Assad. La historia ya resulta familiar: los israelíes querían evitar un cargamento de misiles de fabricación iraní Fateh-110 con destino a Hezbolá en Líbano, que iba a ser enviado por el gobierno sirio. Al menos según una "fuente de inteligencia occidental". Anónima, evidentemente. Y se reabre la vieja pregunta: ¿por qué razón iba el régimen sirio, que lucha por su supervivencia, a enviar misiles avanzados fuera de Siria?Los propios sirios han confirmado oficialmente el bombardeo de sus instalaciones por la aviación israelí. Y no era la primera vez que ocurría durante la rebelión. Los misiles Fateh-110 -la nueva versión, al menos- tienen un alcance de 250 km. y podrían llegar a Israel desde el Líbano. Si Hezbolá hubiera adquirido realmente alguno. Pero ¿por qué motivo iba Siria a desprenderse de ellos, como mantenían fuentes estadounidenses anoche, cuando los mismos norteamericanos afirmaban el pasado diciembre que tropas gubernamentales habían utilizado ese tipo de misiles tierra-tierra contra fuerzas rebeldes en Siria?
    Es decir, que el régimen sirio estaba dispuesto a prescindir de sus misiles para enviarlos al Líbano aunque los estuviera usando en su propia guerra brutal... Pero ésa no es la única pregunta sin respuesta. Si las fuerzas aéreas sirias pueden utilizar de forma tan devastadora los aviones MIG –que tantas pérdidas civiles causan- contra sus enemigos dentro del país, ¿por qué no pudieron enviar esos cazas para proteger Damasco y atacar a la aviación israelí? ¿No se supone que la fuerza aérea siria está para defender al país de Israel? ¿O es que los MIG no tienen capacidad técnica para enfrentarse al armamento más sofisticado (estadounidense) de Israel? ¿O eso sería ir demasiado lejos?
    Pero lo más importante de todo es el hecho destacado de que Israel ya ha intervenido en la guerra siria. Puede que diga que su ataque solo tenía como objetivo las armas destinadas a Hezbolá, pero esas mismas armas se estaban usando también contra las fuerzas rebeldes sirias. La reducción del arsenal del régimen contribuye a su derrocamiento por los rebeldes. Y como Israel se considera a sí misma una nación occidental –el mejor amigo y mejor aliado militar de EE.UU. en Oriente Próximo, etc., etc.- eso significa que todos "nosotros" estamos ahora involucrados en la guerra, que nuestra participación ha caído directamente del cielo".
    Vamos a ver si Estados Unidos y la Unión Europea condenan los ataques aéreos israelíes, pero dudo mucho que lo hagan. Si nos mantenemos en silencio significaría que los aprobamos. En palabras de Tomas Moro, el silencio otorga consentimiento.
    Así que, ahora que se acusa a los iraníes y a Hezbolá de intervenir en Siria –lo cual es cierto, aunque no hasta el punto en que nos quieren hacer creer- y a Qatar y Arabia Saudí de pasar armas a los rebeldes –lo cual es cierto, pero no las suficientes, según los rebeldes sirios- los israelíes acaban de unirse. Ahora ya estamos involucrados militarmente.
    Traducido del inglés para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
    Fuente original: http://www.independent.co.uk/voices/comment/robert-fisk-the-truth-is-that-after-israels-air-strikes-we-are-involved-8604593.html

    martes, 7 de mayo de 2013

    Google 'calienta' conflicto en Medio Oriente


    El reconocimiento del buscador web a Palestina como estado enfurece a las autoridades de Israel.
    'Google reconoce la independencia de Palestina', señala Israel. (betazeta.com)
    'Google reconoce la independencia de Palestina', señala Israel. (betazeta.com)
    Agencias
    TEL AVIV, Israel.- Las autoridades israelíes mostraron profundo descontento con la decisión deGoogle de reconocer al Estado Palestino y acusaron al gigante de internet de apoyar laindependencia de los palestinos.

    Google siguió el paso de la ONU de reconocer al Estado Palestino. Hace unos días en la versión palestina del buscador (www.google.ps) empezó a aparecer la palabra 'Palestina' debajo del logo de Google, mientras que antes el gigante denominaba a esta zona como 'Territorios palestinos'.
    Los altos funcionarios israelíes, a su vez, condenaron esta decisión de Google. "Creo que esta decisión en medio de los acontecimientos de los últimos días se ve muy, muy problemática", anunció Zeev Ekin, viceministro de Relaciones Exteriores de Israel y asesor del primer ministro Benjamin Netanyahu, según publica la agencia rusa RT.
    "Con este paso, Google aleja la paz, socava el proceso de negociación y crea la ilusión entre los dirigentes palestinos de que puedan lograr resultados tangibles", declaró el diplomático en un comunicado y añadió "sin negociación directa con nosotros, no pasará nada".
    El enfurecido diplomático israelí no se limitó a una entrevista y envió una carta al confundador de Google, Larry Page, donde criticó el cambio de la página principal del buscador.
    "Cambiando el nombre, en realidad, Google reconoce la independencia de Palestina", se dice en el mensaje de las autoridades israelíes.
    Sin embargo, un portavoz de Google en Israel insistió en que la compañía no va a cambiar el nombre del motor de búsqueda. "En este tema seguimos la política de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales", señaló.
    En noviembre pasado la Asamblea General de la ONU aprobó la elevación del estatus de Palestina de 'observador' a 'Estado observador' por 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones, pese a la fuerte oposición por parte de EU e Israel.

    sábado, 4 de mayo de 2013

    Israel ataca un envío de sofisticados misiles de Siria al grupo chií Hizbulá


    Un caza F-15 israelí maniobrando para aterrizar, en una base de Israel. | Efe
    Sal Emergui | Jerusalén
    Actualizado sábado 04/05/20

    Fuentes israelíes han confirmado el ataque aéreo contra un envío de sofisticados misiles de Siria al grupo chií libanés Hizbulá. Las fuentes, bajo el anonimato y citadas por AP, añaden que el objetivo en la madrugada del viernes no fue un depósito de armas químicas sino un arsenal avanzado que "puede cambiar la relación de fuerzas". Todo indica que se trata de modernos misiles tierra-tierra de largo alcance. Mientras, el Ejército israelí declina hacer comentarios.
    "¿Qué significa confirmación? ¿Quiénes son esos funcionarios que citan? Para mí, la confirmación es oficial cuando lo hace el portavoz del Ejército", ha afirmado esta tarde el alto funcionario del Ministerio de Defensa israelí Amos Gilad, que se ha negado a confirmar o desmentir las informaciones al respecto.
    Según varias cadenas norteamericanas, los cazas israelíeshabrían atacado en la noche del jueves al viernes un almacén sin violar el espacio aéreo sirio. El ataque destinado a evitar latransferencia de armas del régimen de Bashar Asad a su aliado Hizbulá habría sido efectuado desde el Líbano. Según la web del Ejército libanés, un total de 16 vuelos de cazas israelíes violaron su espacio aéreo desde el jueves por la noche hasta el viernes por la tarde.
    Citando "una fuente de seguridad en la región", Reuters confirma el ataque revelando que tuvo lugar tras una reunión secreta del minigabinete de seguridad israelí mantenida el jueves por la noche. "El objetivo no fue una instalación de armas químicas sirias", añade la fuente.
    Preguntado por el supuesto ataque, el embajador sirio en la ONU, Bashar Ja'afari declaró: "No estoy al tanto de ningún ataque en estos momentos". Sin embargo, un comandante rebelde, Qassim Saadedin, confirma los hechos a Reuters. "Nuestra información indica que ha habido un bombardeo israelí contra un convoy que transfería misiles a Hizbulá. Aún tenemos que confirmar la localización", señaló Saadedin, ex coronel del Ejército sirio desertor al bando rebelde.

    Secretismo israelí

    Mientras los dirigentes israelíes no hacen declaraciones públicas este sábado -ya sea por ser la festividad del Shabat o por ser un tema altamente delicado- la embajada en Washington rechazó comentar la información limitándose a la postura oficial y conocida: "Israel está empeñado en imposibilitar el traspaso de armas químicas u otro tipo de armamento excepcional del régimen sirio a los terroristas, sobre todo a Hizbulá en el Líbano".
    "Nosotros haremos lo que sea necesario para frenar la transferencia de sofisticadas armas de Siria a grupos terroristas", explicó hace unos días a ELMUNDO.es una fuente del ministerio de Defensa israelí que no quiso confirmar ni desmentir el ataque del pasado mes de enero contra un convoy sirio de misiles antiaéreos SA-17 que iba destinado a Hizbulá.
    Dos fuentes estadounidenses, citadas por la cadena CNN, declaran hoy que "no hay razones que hagan creer que Israel ha atacado instalaciones de armas químicas".

    Armas químicas

    El paradero de las armas químicas sirias se ha convertido en los últimos meses en una prioridad para numerosos países y objeto de seguimiento especial de los servicios de Inteligencia de Israel, EEUU y Gran Bretaña.
    La posibilidad de que Asad las use contra su población o caigan en manos de Hizbulá o de yihadistas de Al Qaeda en Siria es unalínea roja tanto para Israel como para EE.UU.
    Hace unos días, el jefe de la unidad de investigación de la Inteligencia Militar israelí, Itai Brun, reveló que las tropas de Asad ya hicieron uso de armas químicas -en concreto gas sarín- contra los sirios.
    Estados Unidos fue sorprendido por esta valoración pero días después la Casa Blanca informó de la existencia de "ciertas garantías" de que las armas químicas fueran empleadas.
    Según fuentes militares israelíes, el envio de arsenal muy sofisticado (en su mayoria de fabricación rusa) a Hizbulá es también una "línea roja" que, en según qué circunstancias, les obligaría a intervenir.

    Incertidumbre israelí

    Israel mira con incertidumbre a sus dos fronteras norte, Siria y Líbano. Teme que El Asad esté entregando armas sofisticadas a Hezbolá, como pago o como custodia, que acaben sirviendo para un nuevo ataque contra sus intereses. Por el momento no hay pruebas de que la milicia tenga armas químicas, que seguirían en poder del régimen sirio. La inteligencia israelí vigila de cerca que nunca se produzca este intercambio. El conflicto sirio es hoy un interrogante para Israel, que teme que El Asad mantenga el poder y con él perpetúe su alianza con Hezbolá e Irán pero, a la vez, también recela de los islamistas, cada vez más presentes entre la insurgencia, como relevo en Damasco.
    Sobre el terreno, esta mañana los opositores Comités Locales de Coordinación informan de otra posible masacre con 200 muertos, asesinados a puñaladas y luego quemados, en Raas Nabea, un barrio de Banias, la ciudad costera que está siendo asediada por tercer día consecutivo. Las tropas del régimen atacan su periferia, suní, protegiendo el corazón de la ciudad, alauí como el presidente El Asad. Ninguna otra ONG disidente ha informado de este caso.
    Anoche, el Ejército Libre de Siria lanzó dos cohetes contra el aeropuerto de Damasco, causando un potente incendio, informa la agencia oficial SANA. Es la primera vez que un medio del Gobierno confirma un impacto en aeródromo