domingo, 18 de agosto de 2013

Brutal desalojo de una mezquita en Egipto

EL REGIMEN ACUSO DE EXTREMISTAS A LOS SIMPATIZANTES DEL PRESIDENTE DERROCADO
En el mismo día en que la policía desalojó en una violenta operación una mezquita de El Cairo donde se refugiaban cientos de manifestantes islamistas, el gobierno de facto declaró que estaba en una “guerra contra el terrorismo”.
Simpatizantes de Mursi chocan con la policía cerca de plaza Ramsés, en El Cairo.EFE
La presidencia de facto egipcia afirmó ayer que el país está en guerra contra el terrorismo. Al mismo tiempo, acusó a los islamistas que piden la restitución del derrocado presidente Mohamed Mursi de fuerzas extremistas. La declaración del Ejecutivo se produjo el mismo día en que la policía de-salojó en una violenta operación una mezquita de El Cairo donde se refugiaban cientos de manifestantes islamistas, donde se registraron enfrentamientos con civiles que pretendían defenderlos. El asesor presidencial para Asuntos Políticos, Mustafa Higazi, expresó que el pueblo egipcio salió a las calles para rechazar el fascismo teocrático de la Hermandad Musulmana, mientras el gobierno estaría evaluando la disolución de la cofradía islamista. Un informe de Amnistía Internacional reveló el accionar violento y desproporcionado de las fuerzas del orden durante las protestas de la última semana.
En una conferencia de prensa, Higazi sostuvo que fueron los líderes de la Hermandad quienes impidieron un arreglo negociado a la crisis y confirmó la detención de Al Zawahiri, hermano del número uno de la red fundamentalista islámica Al Qaida, en un puesto de control de El Cairo. Las declaraciones del asesor se dieron luego de un nuevo enfrentamiento en El Cairo que se desató cuando la policía irrumpió en una mezquita en la que se refugiaban seguidores de Mursi.
Tras un tiroteo, las fuerzas especiales de la policía egipcia irrumpieron en la mezquita Al Fatah, en el barrio Ramsés, y detuvieron a varios de los seguidores de Mursi que se refugiaban dentro de la misma. Un rato antes, la televisión estatal informó que los simpatizantes de Mursi treparon al minarete (torre) de la mezquita y desde allí comenzaron a disparar a los policías que estaban apostados en el lugar, quienes respondieron con armas largas.
Pero las protestas se replicaron a lo largo de todo el país. Miles de islamistas tomaran las calles en claro desafío a las autoridades apoyadas por el ejército, tras la entrada en vigor del toque de queda. Manifestaciones en El Cairo, Alejandría, Asiut o Minia reivindicaron la restitución de Mursi, derrocado por un golpe de Estado militar el pasado 3 de julio. La presión sobre los Hermanos Musulmanes y sus aliados no se limita a las calles. Las autoridades egipcias comenzaron a dar señales de que la cofradía islámica podría ser ilegalizada, después de que varios de sus líderes ya hubieran sido detenidos.
La Hermandad Musulmana informó que durante los enfrentamientos del viernes en el centro de El Cairo murió el hijo de su líder espiritual, Mohammed Badie. Se trata de Ammar Badie, de 38 años, quien murió por una herida de bala cuando participaba de las protestas en la plaza Ramsés, informó el brazo político del grupo, el Partido de la Libertad y la Justicia, en su página web oficial. El hecho se produjo en medio de la convocatoria al “Día de la Ira”, realizada por los Hermanos Musulmanes y que profundizó la violencia desatada ayer. El padre del joven fallecido está prófugo luego de que las autoridades de facto lo acusaran de incitar a la violencia y lo citaran a un juicio el 25 de agosto. Además, en las protestas de la semana pasada murió la hija de otro miembro de la Hermandad Musulmana, el veterano político Mohamed el Beltagui.
El portavoz gubernamental, Sherif Shauki, aseguró que el Ejecutivo estudia los medios jurídicos para disolver la Hermandad, aunque más tarde Higazi matizó esas declaraciones. El asesor presidencial se limitó a aclarar que no hay esfuerzos dirigidos a disolver ningún grupo, sino que toda organización que trabaje en Egipto tiene que estar legalizada con medidas jurídicas para que actúe dentro del marco de la ley. La Hermandad permanece en un status de alegalidad tras la revolución que depuso a Hosni Mubarak en febrero de 2011, después de haber sido ilegalizada por Gamal Abdel Naser en 1954.
Por otro lado, trascendió un informe de la agrupación humanitaria Amnistía Internacional (AI) con testimonios que muestran el desprecio por la vida humana que pusieron de manifiesto las fuerzas de seguridad egipcias en su persecución a los seguidores de Mursi. “Estaban disparando en la puerta del sanatorio”, afirmó uno de los médicos que atendía a los heridos, quien agregó que se dio cuenta de lo que sucedía cuando lo llamaron para ir al hospital montado sobre el terreno. “Nada más salir, el hombre que estaba custodiando la puerta recibió un disparo en la cabeza”, aseguró. Philip Luther, director del programa de Medio Oriente y Norte de Africa de AI consideró que si bien algunos manifestantes usaron la violencia, la respuesta de las autoridades fue gravemente desproporcionada.
La ola de violencia y muerte comenzó el miércoles, cuando las fuerzas de seguridad desalojaron con gases lacrimógenos, balas y tanquetas los campamentos que los islamistas mantenían en las plazas de El Cairo. Ese día murieron 638 personas y casi 4000 resultaron heridas, según datos del Ministerio de Salud a los que se suman los 173 muertos y 1330 heridos del viernes.
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Egipto, una bomba de tiempo para la región

Temen que otros gobiernos árabes apelen al mismo modelo de "mano dura"
PARÍS.- La brutal represión lanzada por los militares egipcios contra los Hermanos Musulmanes es una bomba de tiempo que amenaza con dinamitar la "primavera árabe", que comenzó a fines de 2010.
El precedente egipcio podría convertirse en un "modelo" para los otros países que oscilan entre la democracia, los regímenes autoritarios y el radicalismo islámico.
Las repercusiones provocadas por los casi 900 muertos egipcios de esta semana se harán sentir en toda la región, desde el norte de África, pasando por Turquía y hasta los más alejados países de la península arábiga. La primera de esas consecuencias es probablemente la más preocupante.
"El gobierno militar de Egipto reforzará sin duda el ánimo de todos los partidarios de la mano dura en la región", afirma Haleh Esfandiari, directora del programa para Medio Oriente del Woodrow Wilson Center.
"La lección egipcia será sin duda recibida con beneplácito en los palacios del Golfo Pérsico o en aquellos países que consiguieron hasta ahora contener la presión de la calle", señala el analista francés Marc Lynch.
Para Esfandiari, el líder sirio Bashar al-Assad continuará masacrando a sus opositores todavía con más impunidad. El primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, se sentirá aún más convencido de excluir a los sunnitas del poder. Las monarquías de Bahrein y Arabia Saudita no tendrán ya reparos en aplastar todo murmullo de disensión. Mientras que en Turquía, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan podrá seguir ignorando en forma olímpica a los centenares de miles de ciudadanos que exigen su renuncia.
También en Irán, "los Guardias Revolucionarios podrían ver en los militares egipcios un modelo muy tentador para seguir", advierte Esfandiari.
Hablar de un "modelo egipcio" parece ser una expresión apropiada. Según numerosos historiadores y analistas de la región, la ferocidad de los ataques lanzados contra los manifestantes islamistas esta semana parece haber sido el resultado de un cálculo deliberado para provocar una respuesta violenta de parte de los Hermanos y sus aliados.
El objetivo -según afirman- fue demonizar a los islamistas ante los ojos de la población, convalidar el derrocamiento del presidente Mohammed Morsi el 3 de julio y, sobre todo, dinamitar cualquier posibilidad de diálogo que permitiera reintegrar a los Hermanos Musulmanes en la política egipcia.
No faltan obviamente aquellos que ven un paralelo entre la actitud de los militares egipcios y sus pares argelinos cuando, hace poco más de dos décadas, intervinieron con la misma brutalidad para impedir que los islamistas asumieran el poder después de haber ganado las elecciones. Aquella experiencia terminó con la aventura islámica en Argelia, pero dejó miles de muertos.
"Teniendo en cuenta la propaganda alentada por el Estado en El Cairo, que presenta a los Hermanos Musulmanes como una banda de terroristas, enemigos del pueblo, es fácil comprender que los militares están preparándose para aplastarlos y eliminarlos", asegura Hugh Roberts, director del programa de Estudios Árabes en la Universidad de Tufts.
El término que utilizaban entonces los militares argelinos era: "erradicación". Pero esa estrategia podría transformarse en un peligroso búmeran. Usada como una muletilla por los militares egipcios para estigmatizar a los islamistas, la presencia "terrorista" bien podría transformarse en realidad en poco tiempo más en ese país. Pero no será por culpa de los Hermanos Musulmanes, sino por la llegada de los jihadistas de Al-Qaeda para librar una guerra santa.
El islamismo radical prospera durante los períodos de violencia y de inestabilidad política. La "primavera árabe", que debía ser el momento de la libertad, se transformó en un enfrentamiento entre los partidos religiosos y sus adversarios laicos y militares", señala Anne Giudicelli, especialista de Medio Oriente.
En otras palabras, sería un regalo del cielo para el islamismo radical, furioso adversario de la democracia. Si bien en la mayoría de los países árabes los primeros tiempos de cambio pacífico habían representado un desafío mayor para la ideología de Al-Qaeda, la violencia sin límite en Siria, en Libia y ahora en Egipto es el terreno casi perfecto para el renacimiento de una jihad mundial.
Al-Qaeda prosperó durante los períodos de guerra y tensiones. Durante la "guerra contra el terror", posterior al 11 de septiembre de 2001 o en los cinco primeros años de ocupación estadounidense de Irak, cuando podía "presentarse como portaestandarte de la gran causa musulmana", explica Giudicelli.
Conscientes de los riesgos de la actual situación, las condenas internacionales se multiplicaron. Pero las palabras no bastan. A pesar del desafío que acaban de lanzarle los militares egipcios, es compresible que Estados Unidos dude en suspender su ayuda a Egipto (1300 millones de dólares anuales). Una ayuda que mantiene vigentes los acuerdos de paz con Israel. El presidente Barack Obama optó por dosificar su reacción: anuló unas maniobras militares conjuntas, sin cortar la llegada de fondos.
Sin compromisos similares, Europa podría suspender los 5000 millones de euros de ayuda prometidos a Egipto y ser fiel a su posición de apoyo a la democratización en la región. Pero aún no se tomó ninguna decisión.
"En diplomacia, todo es una cuestión de realpolitik ", ironiza el profesor universitario Jean-Pierre Filiu. "Casi siempre, más vale un dictador funcional a nuestros intereses que un grupo de románticos revolucionarios, religiosos o no, que sólo quieren patear el tablero del orden político internacional", precisa.
Ante semejante situación, los árabes que habían conseguido cruzar la barrera del miedo para sumarse a las protestas contra las dictaduras en 2011, ven hoy el ejemplo perfecto de los peligros que corren.
"Aquellos jordanos, tunecinos, turcos, sirios, iraquíes, marroquíes, libios y ciudadanos de las monarquías del Golfo, tentados de continuar su marcha hacia la "primavera árabe", tendrán cada vez más motivos de duda al ver los baños de sangre perpetrados en Siria o en Egipto", asegura Anne Giudicelli.
Hoy todos saben que la trayectoria escogida por los militares en Egipto no conducirá a la democracia, el pluralismo y la tolerancia, sino a una sociedad polarizada, dividida y ensangrentada. Las revoluciones suelen devorar a sus hijos. Esa lección, que pasó a los manuales de política después de la Revolución Francesa en 1789, demostró desde entonces su exactitud en numerosas ocasiones. La gran incógnita es saber si ése también será el trágico destino de la "primavera árabe".

OFENSIVA CONTRA LOS HERMANOS

El gobierno militar de Egipto amenazó ayer con disolver a los Hermanos Musulmanes e inició una feroz ofensiva contra el grupo, que incluyó cientos de arrestos, entre ellos, el del hermano del actual jefe de Al-Qaeda.

EL "INVIERNO ÁRABE"

En Egipto, Siria y Libia, la rutina diaria de protestas, balas y bombas hace que la euforia de las "primaveras árabes" sea un lejano recuerdo
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    Foto: Reuters 
    Egipto
    En Egipto, Siria y Libia, la rutina diaria de protestas, balas y bombas hace que la euforia de las "primaveras árabes" sea un lejano recuerdo
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    Foto: Reuters 
    Siria
    De la revuelta pacífica a la guerra civil en curso, que ya dejó 100.000 muertos y dos millones de desplazados, Siria es la contracara más rotunda del fervor revolucionario y democrático que se adueñó del mundo árabe durante 2011
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    Foto: AP 
    Libia
    El gobierno interino no ha logrado cambiar el curso de fragmentación, descontrol y violencia que envuelve a Libia desde la caída del régimen de Khadafy con la ayuda de la OTAN. El Estado es un rehén de las milicias enfrentadas entre sí

EL FUTURO, SEGÚN LOS ESPECIALISTAS

Tres expertos en Medio Oriente hablan del posible impacto de la crisis egipcia en la región
SHADI HAMID - INSTITUTO BROOKINS
Peor que Mubarak
"Sería perverso si con la revolución de 2011 se hubiera abierto el camino a algo peor de lo que se buscaba reemplazar. Pero ése es el rumbo que está siguiendo Egipto. Bajo el régimen de Hosni Mubarak, los Hermanos Musulmanes eran reprimidos, pero la represión nunca fue total. La Hermandad, como principal fuerza de la oposición, contaba con espacio para operar, disputar las elecciones y tener escaños en el Parlamento. El actual gobierno militar es mucho más ambicioso que Mubarak, con su objetivo de desmantelar a los Hermanos y destruirlos como fuerza política."
HALEH ESFANDIARI - CENTRO WOODROW WILSON
La línea dura
"El gobierno militar que se está afianzando en Egipto fortalecerá con su ejemplo a los gobernantes de línea dura de la región. Bashar al-Assad en Siria continuará masacrando a sus oponentes con mayor sensación de impunidad. En Irak, el primer ministro Nouri al-Maliki reforzará su decisión de excluir a los sunnitas de participar en el poder. En Bahrein y Arabia Saudita, los regímenes se sentirán menos condicionados para sofocar la disidencia. Y en Turquía, el primer ministro Erdogan no tendrá por qué escuchar los reclamos de los manifestantes que exigen su renuncia."
JAMES L. GELVIN - UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA
No fue una primavera
"La sangrienta represión en Egipto no marca el final de la 'primavera árabe', simplemente porque eso nunca existió. Si bien es muy popular, esa etiqueta no resulta adecuada por dos razones: primero, exageró las ventajas de lo que sucedió en la región a tal punto que era imposible que cumpliera con las expectativas. Segundo, el concepto de primavera da a entender que la lucha por la libertad política y la justicia económica podría resolverse en el transcurso de una temporada. Pero no es así. La lucha tuvo otros episodios mucho antes de 2011, y tendrá más en el futuro.
"
www.lanacion.com.ar

sábado, 17 de agosto de 2013

Egipto no tendría tercera revolución

Manifestación en apoyo del depuesto presidente egipcio Mursi.

Manifestación en apoyo del depuesto presidente egipcio Mursi.REUTERS.



















El recurso a las armas situaría a Egipto en una posición muy difícil social y económicamente
Muchos islamistas egipcios confiaban en llevar a cabo una tercera revolución que muy probablemente ya no tendrá lugar, al menos a corto o medio plazo. Es más, los militares que dieron el golpe el 3 de julio se encuentran ahora en una difícil tesitura que con toda seguridad les conducirá a mantenerse en el poder indefinidamente, y en estas circunstancias es prácticamente imposible que se lleven a cabo las elecciones prometidas para dentro de seis meses.
Lo más inquietante es el camino que tomarán los islamistas. Los Hermanos Musulmanes renunciaron a la violencia a mediados de los años sesenta, y una y otra vez han insistido en que las armas no son su objetivo. Si se levantaran contra el régimen no cabe duda de que estaríamos ante una sangrienta guerra civil que obligaría al ejército a actuar a fondo durante muchos años.
Los radicales podrían recurrir a las armas al ver que las urnas han sido aplastadas por el Ejército
Ahora bien, Egipto tiene una larga tradición de violencia islamista que han firmado organizaciones pequeñas, ajenas a los Hermanos Musulmanes. Estos grupos radicales sí que podrían recurrir a las armas después de ver que los resultados de las urnas han sido aplastados por los militares en connivencia con los mubarakistas y los liberales, estos últimos apoyados muy significativamente por las potencias occidentales.
El recurso a las armas situaría a Egipto en una posición muy difícil social y económicamente. El turismo caería en picado y el estado tendría dificultades para hacer frente a sus tareas. Afortunadamente para el régimen, existen numerosos países árabes del Golfo que están dispuestos a ayudarle generosamente, como se ha demostrado en las semanas posteriores al golpe.
Durante las pasadas seis semanas, Estados Unidos ha mantenido una actitud comprensiva con los militares, y aunque han condenado explícitamente lo ocurrido esta semana en El Cairo y en otras ciudades del país, los americanos disponen de poco margen de maniobra para echarse atrás en un momento tan complicado como el presente, habida cuenta de que siguen sin calificar de "golpe de estado" la intervención militar. 
Los israelíes están más que satisfechos con el golpe de los militares egipciosMuy interesante es el comportamiento de Israel. Aunque la cúpula política guarda silencio, los israelíes están más que satisfechos con el golpe, y funcionarios de segunda fila así lo han comentado en público y en privado. No en vano, la primera decisión que tomaron los militares egipcios fue destruir la inmensa mayoría de los túneles que servían a Hamas para introducir subrepticiamente bienes en la franja de Gaza.
Un día antes de los luctuosos hechos del miércoles 14 de agosto en el El Cairo, Ehud Barak hizo una encendida defensa del régimen y pidió abiertamente a la comunidad internacional que apoye el golpe. Barak ha desempeñado cargos relevantes en Israel, incluidos los de primer ministro, ministro de la Defensa y jefe del ejército.
 Lo ocurrido esta semana es un gran fracaso del régimen militar, pero también es un revés para la diplomacia occidental que ha tratado sin éxito de mediar entre las partes. Especialmente es un fracaso para el departamento de Estado, que necesita una sacudida urgente antes de que pueda hacer más daño en Oriente Próximo.
El departamento de Estado no ha aprendido nada de las lecciones de hace una década en Afganistán e Iraq y sigue empeñado en llevar la democracia a la región al coste que sea, que esta siendo muy alto, ignorando la situación económica, social y religiosa de esos países. Esa nefasta política que iniciaron los neoconservadores republicanos, unos auténticos visionarios en el peor sentido de la palabra, sigue vigente hoy sin que la administración demócrata la haya corregido.
Lo que vemos estos días es un regreso al pasado puesto que cuanto más cambia la situación más se parece a la que hubo en Egipto desde principios de los años cincuenta, con Nasser, pasando por Sadat y hasta el 2011 con Mubarak. La ley marcial vuelve a imperar y no se ve una salida satisfactoria de la crisis.
No hay que descartar que las carnicerías del miércoles respondan a un plan deliberado del ejército para conservar el poder. En nuestros días existen medios antidisturbios muy avanzados para disolver concentraciones multitudinarias como las cairotas, métodos que no se han utilizado. Muchos de los centenares de muertos y heridos presentaban disparos en la cabeza y en el pecho, según los sanitarios, lo que abunda en la idea de que la masacre pudo ser premeditada.
La crisis podría deteriorarse aún más, pero no parece muy posible que degenere en una guerra civil
Las concentraciones de los islamistas las plazas de Rabaa al Adawiya y Al Nahda han sido escrupulosamente pacíficas y el régimen, no obstante, las ha encontrado amenazadoras. La presencia de decenas de millares de personas en las calles de manera permanente es algo que interfiere con el gobierno del país, de ahí que el régimen seguramente no las tolerara, con lo cual no se puede descartar que la crisis se deteriore aún más, aunque no parece muy posible que degenere hasta una guerra civil.
Sería un error de los Hermanos Musulmanes recurrir a la violencia. No parece que este vaya a ser el camino que tomen, aunque en gran parte dependerá de cómo se gestione la crisis. Está claro, sin embargo, que el proceso político que se inició con la caída de Mubarak en febrero de hace dos años sufrirá una parálisis, y que el futuro de Egipto es bastante incierto.
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viernes, 16 de agosto de 2013

El ‘Viernes de la ira’ sume a Egipto en el caos

Los manifestantes retiran a los heridos de la plaza Ramsés, de El Cairo. / K. ELFIQI (EFE)
El desafío islamista a la represión del Ejército dejó ayer a Egipto sumido en el caos propio de un conflicto civil cada vez más irreconciliable. Los islamistas marcharon en varios puntos del país en protesta contra la matanza de más de 600 personas en una carga militar contra sus campamentos, ocurrida el miércoles. Las Fuerzas Armadas tomaron varias calles de El Cairo y bloquearon los accesos a la icónica plaza de Tahrir, epicentro de protestas pasadas. Grupos de civiles armados, a favor y en contra de los islamistas, abrieron fuego en las calles tomadas por los manifestantes, provocando, solo en El Cairo, al menos 50 muertes. Al caer la noche, antes y después del toque de queda declarado junto al estado de emergencia, se oían en la capital de Egipto disparos y ráfagas de fusil.
El resultado del Viernes de la ira convocado por los islamistas fue más muerte. Solo en una morgue improvisada en la mezquita de Al Fatah, en la plaza cairota de Ramsés, se recibieron más de 30 cuerpos de islamistas muertos por armas de fuego, según un recuento de testigos. La mayoría presentaban heridas de bala en la cabeza o el cuello. Varios habían sido alcanzados por la espalda. Y la violencia en El Cairo fue solo parte del desgobierno en el que ha quedado Egipto, primera avanzadilla de la llamada primavera árabe, seis semanas después de un golpe de Estado que anuló el resultado de las elecciones democráticas. Según un recuento de los servicios de emergencia, al menos 90 personas murieron en la capital y otras ciudades como Alejandría o Ismailía.
Los servicios médicos recuentan 70 fallecidos, 50 de ellos en El Cairo
Aparcados han quedado los planes políticos, las intenciones declaradas por los gobernantes interinos de la nación, tutelados por los militares, de reformar la Constitución y convocar elecciones legislativas y presidenciales. Los islamistas sienten que les han arrebatado el poder que ganaron de forma legítima. Protestaron durante semanas contenidos en dos campamentos en El Cairo, erradicados y aplastados por las fuerzas armadas el miércoles. Ahora, ante la represión del Gobierno, en lugar de callar han extendido su protesta a todo el país, que queda muy lejos ya no de una reconciliación nacional sino ni siquiera del más mínimo atisbo de estabilidad.
“Las cosas han cambiado, esto es una historia completamente diferente. Nuestras marchas son cada vez más grandes, tenemos el apoyo cada vez de más gente”, dijo ayer Gehad el Haddad, portavoz de los Hermanos Musulmanes. “Y que no quede duda de que vamos a mantenernos en las calles, que no vamos a desaparecer, que no nos van a acallar al menos que nos maten a todos. Seguiremos protestando hasta que se reinstaure en el poder al presidente Mohamed Morsi, al que eligieron las urnas, hasta que el Ejército vuelva a sus barracones y Egipto vuelva al proceso democrático”.
Lo cierto, sin embargo, es que los islamistas han quedado cada vez más aislados en sus protestas, sin granjearse la simpatía aplastante de la mayoría de los egipcios, necesaria para que se cumpla esa voluntad de ver volver a la presidencia a Morsi, que sigue en paradero desconocido, detenido por los militares.
Las fuerzas de seguridad tomaron calles y bloquearon los grandes accesos
Las concentraciones de los Hermanos Musulmanes han sido conflictivas no por el número de gente que ha acudido a ellas, sino por la desmesurada respuesta del Ejército, empeñado en pacificar el país por la fuerza, algo que no está siendo capaz de conseguir, dado el desorden y la violencia que se vieron ayer en las calles de El Cairo.
“Lo que vemos es a los Hermanos Musulmanes empujando al país al borde de la guerra civil, ese es el desafío al que se enfrentan las fuerzas de seguridad y el nuevo Gobierno”, opina Emad Hamdy, analista político en el diario Al Dustour y afiliado a la Universidad de El Cairo. “Los Hermanos Musulmanes no le dejaron al Ejército más opciones, dadas sus acciones. En esos campamentos se estaban formando células terroristas, ahora están exportando ese terrorismo en sus manifestaciones”, según Maha Abu Bakr, organizadora en el movimiento juvenil Tamarrod, que convocó las multitudinarias marchas previas a la deposición de Morsi.
Mientras el Ejército custodiaba varias calles de El Cairo, subidos en sus tanques y parapetados en sus barricadas, varios grupos antiislamistas, armados todos ellos, imponían su propia justicia, ante la pasividad de los soldados. Muchos colocaron puestos de control improvisados en diversos puntos de la capital, cacheando y prohibiendo el paso a quienes se le antojara, según sus propias normas. En los aledaños de la plaza de Tahrir, una turba se dedicaba a descubrir y cazar a extranjeros árabes de los que sospechaba que pudieran ser espías islamistas. “¡Son sirios, islamistas!”, gritaban a dos hombres de mediana edad a los que aprehendieron pasadas las cinco de la tarde, mientras les golpeaban con palos y les apuntaban a la sien con pistolas. Se los entregaron a dos soldados, que se los llevaron, sin cuestionar por qué un grupo de civiles les había entregado a dos hombres detenidos aleatoriamente.
Cuando a las siete de la tarde entró en vigor el toque de queda impuesto por los militares, en virtud del estado de emergencia declarado por la presidencia interina, las calles quedaban en su mayoría desiertas y a merced, en muchos casos, de esos vigilantes. De fondo se oían, constantemente, disparos. La televisión pública, sin hacer ni siquiera un amago de imparcialidad, titulaba en un rótulo sobre imágenes de la capital en oscuridad: “Egipto lucha contra el terrorismo”.
Quedan muchos días de lucha por delante, pues. Después de las concentraciones, los Hermanos Musulmanes anunciaron en un comunicado que durante siete días habrá manifestaciones como la de ayer. “Pedimos a la gente de Egipto que se manifieste a diario hasta que acabe este golpe”, dijo la Hermandad. Con el golpe, el Ejército prometió seguridad y estabilidad, darle a Egipto un Gobierno que atendiera las necesidades de todos los ciudadanos. Ese objetivo queda cada día más lejano, sobre todo dado el desafío, firme y cada vez más encendido, de las fuerzas islamistas, que sienten que ya tienen muy poco que perder.
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jueves, 15 de agosto de 2013

El Gobierno egipcio eleva la cifra de muertos a 638 y la de heridos a 3.994

Fuerzas de seguridad dispararon contra manifestantes que protestaban contra el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi. (EFE) 
Agencias
La cifra de víctimas mortales tras el violento desalojo de las acampadas de El Cairo y la posterior represión de las manifestaciones de los partidarios de Mohamed Mursi asciende ya a 638, según ha confirmado el Ministerio de Salud del país. Los heridos son 3.994. Sin embargo, los Hermanos Musulmanes hablan de más 2.000 muertos.
La violencia comenzó el miércoles al amanecer, cuando la policía y las fuerzas del orden egipcias entraron en los dos campamentos instalados -tras el derrocamiento de Mursi- en plazas de la capital. Lo hicieron a la fuerza y sin contemplaciones. De los 638 muertos, 288 fallecieron en estos campamentos. El resto en las distintas protestas violentas que se han sucedido a lo largo del país.
Se trata de los disturbios más graves en Egipto desde el inicio de la Primavera Árabe, que dejaron más de 570 muertos, y no se descartan nuevos enfrentamiento violentos después de que grupos islamistas hayan convocado para este viernes un nuevo "viernes de la ira" contra el gobierno de transición.
Pese a la gran cantidad de víctimas, la violencia continuó en la jornada de hoy: en el norte de la península de Sinaí, presuntos extremistas mataron a cinco soldados egipcios en Al Arish. En esa ciudad murió además un policía, cuando extremistas abrieron fuego contra el club de oficiales de la policía. En el barrio cairota de Gizacientos de islamistas asaltaron oficinas de la administración provincial. Según las fuerzas de seguridad, se desató un incendio.
El Ministerio del Interior ha instruido a la policía para que dispare, a partir de ahora, con munición pesada contra saqueadores y sabotedores. En un comunicado dice que la decisión se tomó tras los "ataques terroristas de la organización de los Hermanos Musulmanes contra diferentes instalaciones del gobierno y de la policía en varias provincias". De esta manera se busca evitar que los edificios públicos sean incendiados y se roben armas de las comisarías.
Pese a las masivas críticas internacionales al violento proceder de las fuerzas de seguridad, el gobierno defiende su actuación. En varias regiones del país rige el estado de emergencia.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Violento desalojo de manifestantes en Egipto deja varios muertos

Policías reprimieron y dispararon contra seguidores del 
depuesto presidente Mursi. Fuentes oficiales contabilizan al
menos 15 víctimas fatales, mientras que los Hermanos 
Musulmanes hablan de más de 200.

Seguidores del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi se enfrentan a las fuerzas de seguridad que intentan desalojarlos de la plaza de Rabea al Adauiya en El Cairo. (Efe)
El violento desalojo de los dos campamentos de los manifestantes egipcios que apoyaban al depuesto presidente islamista Mohamed Mursi dejó hoy al menos 15 muertos, entre ellos cuatro policías, informó una fuentes de seguridad que advirtieron que el número puede aumentar. No obstante, la cifra de fallecidos asciende a 200 si se tiene en cuenta el recuento que hacen los Hermanos Musulmanes.
El Ministerio de Sanidad egipcio ha confirmado, hasta el momento, 15 muertos y 203 heridos por la operación policial para desmantelar las dos acampadas en El Cairo de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi. Los Hermanos Musulmanes, grupo al que perteneció Mursi hasta que llegó a la Presidencia, señalaron, por su parte, que hay al menos 200 muertos y miles de heridos entre sus seguidores por el asalto policial.
El Ministerio del Interior egipcio confirmó que cinco de los fallecidos son policías y que tienen 28 heridos en sus filas.
Testigos informaron que la policía lanzó al principio sólo granadas de gas lacrimógeno contra los manifestantes en los barrios de Ciudad Naser y Giza, que respondieron con piedras y botellas. Más tarde hubo disparos por parte de ambos bandos.
El campamento de Al Nahda en Giza, en el sur de la ciudad, fue desmantelado tras tres horas de enfrentamientos, mientras que en el de Ciudad Naser, en el noreste, sigue resistiendo un núcleo duro.
También hubo ocho muertos en enfrentamientos entre la policía y seguidores de Mursi en la ciudad sureña de Minia, informa el diario estatal "Al Ahram", que cita a una fuente médica. El hecho se produjo después de que los seguidores del depuesto presidente intentaran tomar una comisaría.
Tras el inicio de la operación policial, los seguidores de los Hermanos Musulmanes se manifestaron en varias provincias y el gobierno paralizó la circulación de trenes hacia El Cairo y cerró carreteras principales para impedir que puedan desplazarse hasta la capital.

Fuente: Agencias

40 maps that explain the world pt2

28. Child poverty in the developed world
Click to enlarge. Data source: UNICEF. (Max Fisher/Washington Post)
Click to enlarge. Data source: UNICEF. (Max Fisher/Washington Post)
The United States ranks 34th out of the developed world’s 35 countries by child poverty rates, above only Romania. The United States doesn’t do much better on overall child well-being.

29. The cancer villages of China
Locations of communities where cancer rates have spiked recently. (Global Times via Weibo)
Locations of communities where cancer rates have spiked recently. (Global Times via Weibo)
China’s problem with “cancer villages,” or communities where cancer rates are spiking, thought to be due to rapidly worsening pollution, have become such a big problem that even Communist Party-run outlet Global Times felt compelled to share this map on Chinese social media.

30. What Europeans think about the European Union
Data source: Eurobarometer. (Max Fisher/Washington Post)
Data source: Eurobarometer. (Max Fisher/Washington Post)
Europe’s economic slump is no secret, but how people within the European Union feel about their big collective experiment can very widely. This map is a pretty telling indication of whom the E.U. has helped, whom it has hurt and who think they shouldn’t really count as European (read: the United Kingdom).

31. Meet the world’s 26 remaining monarchies
(Max Fisher and Caitlin Dewey/Washington Post)
(Max Fisher and Caitlin Dewey/Washington Post)
There are barely two dozen left, and only 11 of them are really still in charge, but they’ve all got a story to tell. Read a mini-bio of each one here.

32. The diversity of the Levant
Click to enlarge. Each color represents a language group, with shades for each dialect. (<a href=
This color-coded map shows the different ethnic groups of Syria, Lebanon, Jordan and Israel. There’s an awful lot of history packed into this corner of the world — and maybe some of the deepest ethnic and religious animosities anywhere in the world.

33. The nuclear powers, after the Cold War
Click to enlarge. (International Law and Policy Institute)
Click to enlarge. (International Law and Policy Institute)
The Cold War may have ended, but its thousands of nuclear warheads are still around — and often still divided along the same lines. This map shows in blue the Russian “umbrella states,” which are formally under the protection of Russian nuclear weapons, and in orange the “umbrella states” protected by the U.S./NATO. The five other nuclear powers — Israel, Pakistan, India, China and North Korea — are in gray.

34. How people think their economies are doing
Click to enlarge. Data source: Gallup (Max Fisher/Washington Post)
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People in red countries are pessimistic about their country’s economy; people in blue countries are more optimistic. With a handful of exceptions (cough cough, China), economists seem to agree.

35. A partial map of geopolitical anomalies
Revised-Map-Of-Geopolitical-Anomalies
Each of these red markers cheekily indicates some unusual or unique phenomenon — for example, Abkhazia, the “barely recognized puppet state” just between Russia and Georgia. (Read more on Abkhazia and other not-yet-real countries here.) My favorite may be the various overseas French territories, such as French Guyana, that are simply and accurately labeled “France.”

36. Where the atheists live
Click to enlarge. Data source: WIN/Gallup International poll. (Max Fisher and Caitlin Dewey/Washington Post)
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Plenty of godlessness in China, Japan and a few European countries, perhaps unsurprisingly. But there are lot more atheists in places like Saudi Arabia than you might think, despite the fact that it’s considered a serious crime.

37. What the Muslim world believes, part 1: democracy
Click to enlarge. Data source: Pew. (Max Fisher/Washington Post)
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The first of three maps from a comprehensive study on attitudes and views in the Muslim world (full breakdown of the report here) shows that most Muslims broadly support democracy, with a few telling exceptions.

38. What the Muslim world believes, part 2: religious conflict
Click to enlarge. Data source: Pew. (Max Fisher/Washington Post)
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Significant shares of just about every large Muslim population worry about religious conflict (there is a widespread view in many Muslim-majority countries that the religion is under siege from the outside world). That share is more than half in four countries: Tunisia, Pakistan, Nigeria and Niger.

39. What the Muslim world believes, part 3: honor killings
Click to enlarge. Data source: Pew. (Max Fisher/Washington Post)
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Red indicates countries where most surveyed Muslims believe that “honor killings” — the practice of killing someone, typically a member of your own family, for having sex out of wedlock — are sometimes justified. Blue indicates countries where most surveyed Muslims believe it is never justified.

40. The world as seen from space, over a 12-month time-lapse

This NASA moving image, recorded by satellite over a full year as part of their Blue Marble Project, shows the ebb and flow of the seasons and vegetation. Both are absolutely crucial factors in every facet of human existence — so crucial we barely even think about them. It’s also a reminder that the Earth is, for all its political and social and religious divisions, still unified by the natural phenomena that make everything else possible.