martes, 10 de diciembre de 2013

El oso ruso toma cartas en el asunto mientras el imperio estadounidense se desmorona en Oriente Próximo

Russia Today
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.


El poder estadounidense en Oriente Medio está declinando y los aliados estadounidenses en la región están empezando a considerar nuevas alternativas a Washington.
La Guerra Fría nunca terminó para los dirigentes estadounidenses. No hay que hacerse ilusiones al respecto, Estados Unidos ha trabajado estratégicamente para contener y debilitar tanto a la Federación Rusa como a la República Popular China. La estrategia estadounidense en Oriente Próximo y las hostilidades de Washington contra iraníes y sirios han sido parte de la línea de ataque estadounidense contra Moscú y Beijing.
A pesar de los esfuerzos de Washington, el papel que este desempeñaba después de 1945 de incidir en las arenas del inestable Oriente Próximo, torturado por las constantes injerencias extranjeras y las amargas rivalidades de dinastías y potencias regionales, está volviendo a cambiar. Los vientos están borrando las viejas trazas mientras que los acontecimientos regionales y globales están dibujando otras nuevas para sustituirlas.
La Pax Americana, la llamada Paz Estadounidense, está muerta. De todos modos, nunca tuvo mucho de paz. En el contexto de Oriente Próximo este término significa un periodo de dominio estadounidense surgido tras la Segunda Guerra Mundial y que alcanzó su cénit en 1978. Entonces, en 1979, se produjo la Revolución Islámica Iraní. Unas pocas décadas después los monumentales errores del gobierno estadounidense de George W. Bush Jr. marcan el punto de no retorno en el constante declive de la influencia estadounidense.
El constante declive de Estados Unidos en Oriente Próximo
En 2006 la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice estaba muy segura de que se iba a expandir la dominación estadounidense por el más amplio Oriente Próximo. En medio de la guerra israelí contra Líbano de 2006 declaró triunfalmente que el mapa de Oriente Próximo cambiaría para siempre a beneficio de Estados Unidos. No lo hizo e Israel perdió la guerra. La influencia estadounidense empezó a debilitarse mientras que la influencia de sus rivales empezaba a aumentar.
Hamas sería elegido democráticamente por el pueblo palestino para representarle. Hamas no solo obtendría el control de Gaza sino que lo mantendría después de que Estados Unidos conspirara con Israel, Arabia Saudí, el Egipto de Hosni Mubarak, el caudillo palestino Mohammed Dahlan y el carente de poder Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, para derrocar el gobierno de Hamas en Gaza.
Ni el bloqueo económico ni el sabotaje político ni una mini guerra contra Fatah ni tampoco la serie de guerras emprendidas por Israel han derrocado al gobierno dirigido por Hamas en Gaza.
En Líbano la influencia de Hizbola aumentaría de forma espectacular. La Alianza del 14 de Marzo, la entidad libanesa dirigida por Hariri y patrocinada por Estados Unidos y sus aliados en contra de Hizbola, ha demostrado ser impotente en su tarea de neutralizar a Hizbola y a sus aliados políticos de la Alianza 8 de Marzo en Líbano. Aunque varios informes motivados políticamente siguen alentando la idea de que la intervención de Hizbola en Siria le ha debilitado y minado su popularidad en Líbano, en realidad la situación es la contraria para este grupo libanés. Un informe de la inteligencia israelí firmado por el Mossad se ha visto obligado a admitir que en realidad Hizbola ha iniciado una edad de oro.
Teniendo todo esto en cuenta, todavía no se ve en ninguna parte el plan estadounidense de volver a trazar las fronteras de Oriente Próximo con el objetivo de crear Estados más pequeños y más fáciles de controlar por Washington para mantener su orden imperial. El “Nuevo Oriente Próximo” de Washington no se ha materializado. Con todo, no se puede negar que las llamas del proyecto siguen ardiendo en Iraq y Siria, y que ha hecho algunos avances sectarios, entre los que se incluyen la división de Sudán y la desestabilización en el norte de África.
Un imperio que se deshace
Estados Unidos no ha neutralizado a sus dos principales adversarios en Oriente Próximo. Ha fracasado el objetivo del cambio de régimen en Damasco y Washington no desató el poderío del Pentágono sobre Siria. En la ciudad suiza de Ginebra se ha logrado un acuerdo nuclear transitorio entre Estados Unidos e Irán.
La decisión de Estados Unidos de no emprender la guerra contra Siria o la de llegar finalmente a un acuerdo con los iraníes no son las razones del desmoronamiento del poder estadounidense. El poder estadounidense ya estaba en declive. Washington aceptó los acuerdos referentes a Siria e Irán como un medio de tratar de mantener su influencia en el más amplio Oriente Próximo y de aminorar la velocidad de su declive.
Los aliados y clientes de Estados Unidos, en cambio, están que echan chispas y asustados. A consecuencia del declinante poder de Estados Unidos, los aliados y clientes de Washington están diversificando sus relaciones poco a poco. Desde Tel Aviv a Riad los aliados regionales de Estados Unidos se dan cuenta de que se ha empezado a debilitar el paraguas imperial de Estados Unidos que había sobre ellos. Están buscando alternativas al patrocinio estadounidense.
¿Vuelve el oso ruso al delta del Nilo?
El 9 de octubre de 2013 Estados Unidos declaró que iba a recortar parcialmente su ayuda militar a Egipto. Este paso se ha considerado parte del nuevo “recalibrado” de Oriente Próximo. El ejército egipcio lo criticó por considerarlo un paso que obstaculizaría y debilitaría al ejército egipcio en el momento en que luchaba contra elementos desestabilizadores, especialmente en la Península del Sinaí.
La ayuda estadounidense al ejército egipcio ha disminuido. Se ha subcontratado de manera encubierta al reino de Arabia Saudí y a las petromonarquías del Golfo Persa para llevar a cabo esta tarea. Bien mirado, Washington ya no puede permitirse financiar al ejército egipcio. El Cairo también percibe que Estados Unidos está en un estado de decadencia y ha empezado a buscar alternativas al patrocinio estadounidense.
Aproximadamente un mes después de que el gobierno estadounidense suspendiera parcialmente su ayuda militar a Egipto, el 11 de noviembre de 2013, un barco de guerra ruso con misiles, el Varyag, hizo escala en el puerto mediterráneo de Alejandría. Días después a esta escala le siguió la de un barco auxiliar de la armada rusa que atracó en el puerto egipcio de Safaga. Este segundo barco ruso era el Boris Butoma, un barco de aprovisionamiento. Rusia no ha hecho escala en Egipto desde 1992 ni ha tenido una presencia militar significativa en Egipto desde la era soviética durante la Guerra Fría.
EL 13 de noviembre de 2013 el Kremlin añadió la diplomacia a las escalas de los barcos rusos. El ministro ruso de Exteriores Sergey Lavrov y el de Defensa Sergey Shoigu llegaron a Egipto acompañados de amplias delegaciones en lo que Lavrov describió como un acontecimiento “histórico”. El Kremlin envió a El Cairo a ambos ministros para que tomaran el pulso del estado de ánimo en Egipto.
Las intenciones del lado egipcio plantean varias preguntas. ¿Están los altos cargos egipcios tratando de tender la mano a Rusia como baza contra Estados Unidos o como una auténtica alternativa a este país? En otras palabras, ¿se está volviendo El Cairo hacia Moscú para regatear con Washington o como una respuesta al control y presión de Estados Unidos?
Después de la visita rusa a Egipto el secretario de Estado estadounidense John Kerry volvió a Egipto para proteger la influencia estadounidense. Parece que El Cairo quiere flexibilidad y ventajas frente a Estados Unidos como un medio de aminorar el control de Washington de modo que el régimen egipcio no se vea arrastrado junto con el hundimiento del orden imperialista estadounidense. La caída de los Hermanos Musulmanes y la disolución de la alianza regional en Siria han enviado un mensaje negativo a todos los aliados y clientes de Estados Unidos. Todo el mundo en la zona, tanto los corruptos como los justos, es más consciente que nunca de que Estados Unidos no les va a proteger. En cambio se han dado cuenta de que quienes están alineados con Irán y Rusia son los que permanecen en pie.
El resurgir de Rusia en Oriente Próximo
La Federación Rusa ya es el segundo suministrador de armas a Egipto después de que el gobierno estadounidense decidiera recortar parcialmente la ayuda militar estadounidense a El Cairo. Rusia simplemente se está aprovechando de la retirada de Estados Unidos para consolidar y mejorar la relación comercial que ya existe entre Rusia y Egipto. Egipto tampoco es el único lugar al que van a parar las armas rusas. En 2012 Iraq firmó un contrato de armas con Moscú que convirtió a Rusia en el segundo principal proveedor de armamento a Iraq después de Estados Unidos.
Las amistosas relaciones de Rusia con Irán y todo el Bloque de Resistencia le ha otorgado una cierta ventaja en Israel. La gran cantidad de emigrantes rusos y de hablantes de ruso en Israel ha contribuido a la influencia de Rusia. La presencia de una gran comunidad de hablantes de ruso en Israel es una de las razones de que los políticos israelíes visiten Rusia y acudan a los canales rusos durante las campañas electorales. Además, Moscú ha sido miembro del inepto Cuarteto de Oriente Próximo, que se supone media entre israelíes y palestinos desde su creación en 2002.
Desde 2011 Rusia ha hecho nuevos avances por todo Oriente Próximo y la influencia rusa en Levante se ha ido afianzando de forma constante. La Federación Rusa ha fortalecido sus relaciones con Líbano e iniciado un diálogo estratégico con Hizbola de Líbano.
Los sirios están críticamente agradecidos a Moscú por su apoyo. Junto con Irán Rusia ha sido una importante influencia en Damasco y ayudó a Siria resistir frente al intento de cambio de régimen. El ataque terrorista a la embajada rusa en Damasco en un testimonio de la importante influencia de Rusia.
Es erróneo considerar que el aumento del perfil ruso en Oriente Próximo signifique una reaparición de algún tipo de este país. Oriente Próximo siempre ha estado muy cerca de la Federación Rusa. Lo que está teniendo lugar es un renacer de la influencia rusa a medida que Estados Unidos va retrocediendo.

Mahdi Darius Nazemroaya es sociólogo, autor ganador de varios premios y analista geopolítico.
Fuente: http://rt.com/op-edge/us-middle-east-russia-757/

domingo, 8 de diciembre de 2013

Plan Prawer, el rostro moderno de la limpieza étnica de Palestina

prawer english

Lo que no lograron los líderes palestinos en las últimas décadas, lo está logrando el gobierno más ultraderechista en la historia de Israel: unir a todo el pueblo palestino, hoy fragmentado entre el estado judío, la Franja de Gaza, los territorios ocupados de Cisjordania, Jerusalén Este anexada ilegalmente en 1967 y la diáspora.
El sábado 30 se llevó a cabo el Tercer Día de la Ira, una jornada de protesta que se extendió desde el Mediterráneo hasta el río Jordán contra el Plan Prawer. Llamado así por el nombre del legislador que lo ideó, el plan pretende destruir 36 aldeas beduinas “no reconocidas” en el desierto del Negev (Naqab en árabe) para construir en sus tierras colonias para población judía. Para ello, unas 70.000 personas beduinas serán desplazadas por la fuerza y despojadas de 800.000 dunams de su tierra ancestral [1].
Se calcula que en Israel hay más de 150 aldeas árabes “no reconocidas” por el Estado en las regiones del Naqab y de Galilea. Las mismas son consideradas ilegales por el gobierno, no figuran en los mapas y carecen de agua corriente, electricidad, teléfono, carreteras, escuelas y centros de salud. En el Naqab, las comunidades beduinas (cuyos habitantes tienen ciudadanía israelí) constituyen un 30% de la población, pero sus aldeas ocupan apenas el 2,5% de la tierra. Antes de la creación del estado de Israel, se desplazaban libremente a través del desierto; ahora, dos terceras partes de la región han sido designadas como campos de entrenamiento militar, inaccesible a la población beduina. La realidad conocida por todos es que grupos de colonos judíos de raza blanca están esperando ansiosamente que la tierra sea despejada de sus habitantes nativos para instalarse en los modernos y cómodos poblados que el Estado construirá para ellos.
El gobierno pretende presentar el plan [2] como una acción “humanitaria” que brindará vivienda adecuada, servicios públicos y “un futuro mejor para los niños” beduinos del Negev, permitiéndoles “integrarse ala estructura de un Estado moderno al tiempo que conservan sus tradiciones”. Pero la realidad es que ninguna de las comunidades afectadas ha sido consultada ni está de acuerdo con el traslado. Y tienen buenas razones: además de perder sus tierras, serán reubicadas en siete asentamientos superpoblados y empobrecidos donde ya otros grupos beduinos fueron concentrados hace años (por eso hay quienes hacen un paralelo con las reservaciones indígenas de EEUU).
Hemos vivido aquí desde antes de la creación del Estado de Isarel”, declaró Maqbul Saraya (70) a Al Jazeera. "Sentimos que la democracia y la justicia de Israel no se aplican a nosotros”.
Rechazo local y global
En los países árabes vecinos y en varios de Europa, en Turquía, Túnez, Corea del Sur, Kuwait, Canadá y EEUU también hubo manifestaciones de solidaridad el sábado 30 para denunciar lo que se considera la operación sionista de limpieza étnica de mayor envergadura desde la Nakbade 1948.El Parlamento Europeo, el Comité contra la Discriminación Racial de la ONU (CERD) y otros organismos inter-gubernamentales han pedido a Israel que cancele el proyecto, que se convertirá en ley a fin de año. Organizaciones y redes internacionales como Amnistía InternacionalVoces Judías por la PazAvaaz, y por supuesto palestinas y algunas israelíes también han criticado el plan y lanzado campañas pidiendo su anulación. Más de 50 intelectuales y artistas británicos (entre ellos Ken Loach, Mike Leigh y Peter Gabriel) publicaron una carta en The Guardian calificando la intención de Israel de desarraigar a la población beduina como “desplazamiento forzado de palestinos/as de sus hogares y su tierra, discriminación y separación”.
En los territorios ocupados hubo protestas en Gaza, Ramala, Jerusalén, Hebrón, Nablus. Pero quizás las imágenes más elocuentes y que tuvieron mayor difusión [3] fueron las de las localidades que se encuentran dentro de las fronteras de Israel –donde la represión tuvo el mismo exceso de violencia que en Cisjordania: gas lacrimógeno, granadas de estruendo, cañones de agua pestilente, palos y patadas policiales y decenas de arrestos. Al ver la profusión de banderas palestinas en calles, plazas y alumbrado público y de rostros envueltos en kuffieyehs, resulta difícil para quien no esté familiarizado con la geografía del país entender que las fotos de Yaffa o Haifa (ciudades costeras que eran joyas de Palestina antes de 1948y todavía tienen una importante población árabe) fueron tomadas dentro de Israel.
Lo mismo vale para la manifestación en la aldea beduina de Hura, una de las que serán afectadas por el plan: las imágenes podrían ser del Valle del Jordán o las Colinas del sur de Hebrón, territorios palestinos ocupados y sometidos a las mismas políticas de desplazamiento forzado de la población nativa para entregar sus tierras a colonos judíos. El paisaje y el pueblo que lo habita son los mismos, y el poder que los oprime también.
En respuesta a la jornada de protesta, el ministro de Relaciones Exteriores israelí Avigdor Lieberman (un colono fanático y ultranacionalista –irónicamente emigrado de Moldavia-, que ha llamado abiertamente a anexar Cisjordania expulsando a la población palestina y a aniquilar a la de Gaza) hizo una de sus habituales declaraciones de racismo explícito: “Estamos luchando por el territorio nacional del pueblo judío, y hay quienes tratan deliberadamente de robarnos esa tierra y controlarla por la fuerza.”
Sionismo al desnudo
Quizás el ‘mérito’ mayor del Plan Prawer, más allá incluso que unir a la población palestina de todos los sectores políticos y geográficos, ha sido poner en evidencia -más que ninguna otra política israelí- la naturaleza y el programa del proyecto sionista: la expansión demográfica y territorial judía y la contención demográfica y el despojo de la población árabe nativa . El objetivo último de estas políticas perfectamente articuladas a ambos lados de la frontera internacional –no reconocida por Israel- es consolidar un régimen que muchos cientistas sociales (como el geógrafo israelí Oren Yiftachel [4] ) han calificado de etnocracia.
Al mismo tiempo, estas políticas revelan la falacia de analizar el conflicto desde el paradigma de ‘los dos estados’ o ‘las fronteras de 1967’. La realidad es un único Estado que, al definirse como judío, requiere para preservar su pureza etno-religiosa eliminar por todas las formas posibles la amenaza demográfica que constituye la población no judía. Eso incluye no sólo robo de tierras, colonización, limpieza étnica y apartheid hacia los palestinos, sino también expulsión masiva de los inmigrantes africanos.
Ese Estado no reconoce otras fronteras que la totalidad de la “tierra de Israel” bíblica y no está dispuesto a cederla a sus habitantes no judíos. No lo estuvieron los primeros líderes sionistas ni lo están los actuales. Todo lo demás –incluida la industria del proceso de paz- es discurso para consumo mediático occidental.
No menos importante, o más, es la cuestión de la integridad del pueblo palestino. Realidades como el Plan Prawer muestran la omisión que implica reducir la cuestión palestina a los 4 millones que hoy viven en Cisjordania y Gaza en menos del 20% de su territorio original: tan injusto como excluir de cualquier solución a los seis millones de refugiados/as dispersos por el mundo es olvidar al millón y medio de palestinas/os que viven dentro de Israel (20% de la población), expuestos a más de 55 leyes de apartheidy políticas de exclusión y desplazamiento por el afán ilimitado de judaización. Mientras no cambie la naturaleza de ese régimen colonial y racista, no habrá paz justa ni duradera –y menos democracia- en esa tierra desgarrada.
Con información de HarrietSherwood en TheGuardian: http://www.theguardian.com/world/2013/dec/01/israel-negev-bedouins-day-of-rage  
Más información sobre la resistencia al Plan Prawer en: http://972mag.com/special/prawer-plan-to-displace-bedouin/  
Notas
[1] Una dunam equivale a 1000 metros cuadrados.
[2] Este video de propaganda se ha colocado en los sitios web de las embajadas israelíes en el mundo: https://www.youtube.com/watch?v=bBr4gY4MPPI
[3]  Ver por ejemplo: http://972mag.com/photos-day-of-rage/82813/
[4] Etnocracia. Políticas de tierra e identidad en Israel/Palestina” (Bósforo, Madrid. 2011). 

jueves, 5 de diciembre de 2013

Palestina vive

link aquí Palestina vive
Un nuevo libro contra la normalización


Contrabandos

La Ocupación israelí de Palestina tiene un aliado estratégico en las políticas de normalización cuidadosamente diseñadas por el Gobierno de Israel. La normalización pretende borrar la historia, el derecho internacional y la noción misma de justicia para consumar a nivel internacional el estado de cosas interno: Israel es la sola realidad, y los palestinos, si acaso, un apéndice molesto, y con fecha de caducidad. La voracidad de los colonos y la creciente agresividad del apartheid se encargarán de ello. De legislar para que así sea ya se ocupa el Gobierno, el actual, el anterior y el que venga. Tal es la lógica israelí: cuestión de tiempo y Palestina será una palabra proscrita. Ya alertaba de ello Mahmud Darwish, que no sin sorna corregía al que le llamaba “poeta palestino”, y se reclamaba “poeta de Palestina”.
En el terreno de la cultura, uno de los últimos episodios de esta normalización impune es la Feria Internacional del Libro que se celebra en Guadalajara (México) del 30 de noviembre al 8 de diciembre de 2013. Se trata del mayor evento económico y promocional del mercado editorial en lengua española, y uno de los mejores escaparates de la cultura iberoamericana. El país invitado de honor en esta ocasión ha sido Israel, al que, según reza la información oficial, se le franquean las puertas para que muestre lo mejor de su producción intelectual de la mano de sus escritores, editores, investigadores y artistas. Ni una mención a Palestina, por supuesto, pero ni una sola referencia tampoco a los palestinos, ni a los del Interior, el 20 % de la población israelí, ni mucho menos a los que viven bajo el régimen de Ocupación en Cisjordania, Jerusalén Este o Gaza. Porque es sabido que la “marca Israel” presenta la cultura y la democracia israelíes como un oasis de civilidad en medio de la barbarie oriental. Palestina vive quiere sumarse a las iniciativas que ha habido en México para denunciar esta ausencia de la producción intelectual palestina en la FIL. Quiere con ello recordar que el activismo internacional por Palestina es un instrumento fundamental para desenmascarar la lógica perversa de la ocupación-normalización. Los testimonios de Rachel Corrie y Vittorio Arrigoni recogidos en estas páginas son, por desgracia, tan actuales como su propia lucha.
Pero además, y sobre todo, Palestina vive quiere mostrar cómo dentro de la sociedad palestina la lucha contra la Ocupación y por la consecución de una resolución justa del conflicto viene desarrollando su propia dinámica intelectual y cultural. El año 2005 supuso un importante punto de inflexión. Fue entonces cuando más de un centenar de asociaciones cívicas, sindicatos y grupos palestinos de diversas tendencias lanzaron la campaña Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) para canalizar la presión interior y exterior contra Israel, siguiendo el modelo de la campaña internacional contra el régimen segregacionista de Sudáfrica. El BDS ya está teniendo sus consecuencias en el ámbito sindical, empresarial, académico y cultural europeo, también en España. A su vez, a nivel interno palestino, es notorio cómo la campaña del BDS ha facilitado la incorporación a la lucha contra la Ocupación de sectores de la sociedad tradicionalmente marginados. Haneen Maikei, en una certera entrevista que reproducimos, da cuenta de cómo se ha producido esta evolución entre los grupos LGBT, lo cual refleja la vitalidad de los debates políticos e intelectuales palestinos en marcha. Igualmente vibrante es la cuestión de la futura configuración estatal, que Edward Said replanteó en 1999 con su reflexión sobre la necesidad de actualizar la idea binacional. Hoy, bien muerto y enterrado Oslo, el Estado binacional concita el interés tanto de los palestinos israelíes como de la diáspora, aunque suscita más dudas entre quienes viven día a día la Ocupación y cifran en la solución de los dos Estados su futuro. Todo ello está cambiando, y Mustaphá Barghouthi así lo discute con Eric Hazan en el diálogo aquí recogido.
Por último, y no con menor interés, Palestina vive también quiere asomarse a la creación literaria palestina. Los autores que se recogen en esta selección hablan de la injusticia, de la guerra, del absurdo y de las formas de resistir y elevarse. Hablan de Palestina, y ya se sabe que sólo existe lo que se nombra.

Luz Gómez García, arabista, es profesora de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, Premio Nacional de Traducción por su trabajo En presencia de la ausencia, de Mahmud Darwix (Pre-Textos, 2011) y autora del Diccionario de Islam e Islamismo (Espasa, 2009). Palestina vive es una iniciativa de la Asociación de editores independientes de libro político Contrabandos.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Palestina y la academia

Víctor de Currea-LugoLos académicos, incluyendo a los colombianos, pecan generalmente en dos cosas con relación al conflicto palestino: saben poco y lo poco que saben está sesgado.
Por: Víctor de Currea-Lugo
Cuando se parte de la lógica de que el judío es “eternamente víctima”, desde Masada hasta el Holocausto, y que el árabe es siempre “el terrorista”, no hay discusión académica posible.
La actitud cómoda, es igualar a las partes del conflicto y asumir una fingida postura de neutralidad entre el ocupado (Palestina) y el ocupante (Israel), que no deja de ser más que una posición cosmética para maquillar la falta de criterio o conocimiento. En el caso colombiano, los intercambios económicos y militares entre Israel y Colombia, más la constante presión del lobby judío, han generado resultados en la manera en que la academia analiza el conflicto.
La historia queda contada de tal manera que la versión sionista es neutral mientras que la versión palestina es sesgada. Así las cosas, decir “territorios en disputa” es algo neutral aunque todo el derecho internacional sobre el tema diga “territorios ocupados”.
Es de esperar este juego lingüístico en los escenarios políticos, pero si una universidad cae en el mismo juego, renuncia al Derecho Internacional como categoría de análisis, decide que toda crítica a Israel es antisemitismo, persigue a aquellos que basados en la evidencia denuncian las violaciones a los derechos humanos realizadas por Israel, la universidad no estaría solamente negando el estudio de la realidad y sesgando su carácter mismo, sino asumiendo una posición política ajena al derecho: la negación de la ocupación y la relativización de los crímenes de guerra que suceden allí.
Hasta las estadísticas de organizaciones judías de derechos humanos son rechazadas. No es posible negar los Convenios de Ginebra y al mismo tiempo preciarse de ser universidad. Los crímenes son presentados por el sionismo como “narrativas” y problemas subjetivos de percepción. Así, la demolición de casas y las torturas son sucesos marginales ante las pretensiones milenarias del pueblo judío sobre la histórica Palestina, como si Abraham tuviera algo que ver con el muro que construye Israel encerrando palestinos.
El más claro ejemplo, fue la persecución al profesor universitario judío Norman Filkenstein, autor del libro La Industria del Holocausto. Muchos que no han leído más allá del título, asumen que es un negacionista cuando en realidad, toda su familia por parte de padre y de madres fueron asesinados en los campos nazis. Filkenstein cuestiona es la instrumentalización del Holocausto para generar inmunidad/impunidad a los sionistas y al lobby judío, y para condenar cualquier cuestionamiento a Israel alegando antisemitismo.
Si las universidades construyen el conflicto palestino sobre la base de lo poco que se sabe y sobre los vicios que el poderoso lobby judío vende, es fácil entonces censurar cualquier postura sacando a relucir la carta del “antisemitismo”.

*PhD. Profesor Universidad Javeriana.
http://www.elespectador.com

martes, 3 de diciembre de 2013

Cuerpos y fronteras

Entrevista con Ella Shohat, árabe-judía de origen judío-baghdadí y profesora de Estudios Culturales en la Universidad de Nueva York


Jadaliyya Traducido para Rebelion por J.M.


La académica Ella Habiba Shohat siempre ha tratado con las líneas de demarcación, ya sean reales o imaginarias, que informan sobre algunos de los conflictos más graves de nuestro tiempo. Se define como una "árabe-judía" de origen judío-baghdadí, que ha hecho de Estados Unidos su hogar adoptivo, donde es profesora de Estudios Culturales en la Universidad de Nueva York. Su libro de 1989 El cine israelí: el este y el oeste y la política de representación", de 1989, clarifica la construcción de Occidente y Oriente en el discurso sionista, un proyecto crítico que también ha demostrado en su libro Taboo Memories, Diasporic Voices(2006). En libros como Talking Visions (1998), Unthinking Eurocentrism: Multiculturalism and the Media (con Robert Stam, 1994) y Race in Translation: Culture Wars Around the Postcolonial Atlantic (con Robert Stam, 2012), altera y reinterpreta los límites entre "Occidente y el resto", así como entre los países globalizados del Sur y el Norte. Hablamos con Ella Shohat en un restaurante de Berlín sobre la politización de la cultura y la culturización de la política. Aquí ella aborda con fuerza temas tan variados como las íntimas conexiones entre las historias y la cultura judía y musulmana y los debates sobre la circuncisión, la islamofobia y el antisemitismo, siempre de una manera sensible y empática, al tiempo que conserva la distancia analítica y una visión teórica aguda.
Sérgio Costa (SC): Como usted sabe, la política en el mundo de la posguerra estuvo dominado por la presencia de los estados naciones y los debates intelectuales tenían fuerte compuesto de un sentimiento de pertenencia nacional. Los intelectuales estaban, en cierto modo, presionados a declarar su lealtad a un solo estado nacional. Su biografía y su obra son mucho más en el medio, entre las pertenencias nacionales y étnicas, y sin una postura nacional fijal. ¿Podría usted por favor, contarnos sobre su trayectoria y cómo esta forma de posicionarse en el medio ha influido en su trabajo?
ES: Después de la Segunda Guerra Mundial, con la descolonización y las particiones, la vida cambió para muchas comunidades. Hubo traspasos de las poblaciones, y con ellos una identidad se transformó en otra identidad. Un indio musulmán se convirtió en un paquistaní. En nuestro caso, los árabes-judíos se convirtieron en israelíes. Todo esto pasó prácticamente de la noche a la mañana. Estas nuevas identidades oficiales no siempre reflejaban los sentimientos de las personas desplazadas, y no se podían traducir las contradicciones en el terreno. Esta nueva situación no reflejaba necesariamente el sentido de pertenencia de estas comunidades. Por lo tanto, se generó una fuerte tensión entre la documentación oficial que uno poseía y la situación emocional de la identidad y el sentido de hogar y pertenencia de cada quien. He tratado de explicar este contexto histórico con el fin de dar sentido a nuestra brutal ruptura a raíz de la partición. Crecí en Israel como judía, en un país que se define como un estado para los judíos y de los judíos, que era de suponer una solución para "el problema judío". Pero ¿para los judíos y una solución para qué? Ser educado en hebreo en un Estado judío requiere que el rechazo total de todo lo relacionado con mi hogar, a saber, el árabe que hablamos en casa con mis padres iraquíes y mis abuelos iraquíes que no hablaba una palabra de hebreo. El hecho es que muchas personas en mi comunidad perdieron a Bagdad. Pero en este contexto, Irak y los iraquíes eran el enemigo del Estado a la que ahora pertenecía oficialmente. A menudo describo mi experiencia de mi niñez como una esquizofrenia virtual, donde tuve que vivir simultáneamente dos identidades, una exterior de la casa y otro en el interior de la casa.
En 1948, después de la partición de Palestina, un gran número de palestinos fueron desposeídos y se convirtieron en refugiados. Muchos terminaron en los países vecinos, en Siria, en Irak, en el Líbano, en Egipto (por no hablar de otras partes del mundo). ¿Cuál fue el impacto de la dislocación palestina sobre los árabes judíos? Los árabes judíos nunca sufrieron un holocausto en el mundo árabe, pero la aparición del sionismo y de la situación de los palestinos crearon un ambiente ansioso e incómodo. Ya no era posible simplemente ser un judío que cohabita con los árabes-cristianos y los árabes musulmanes. Pero mientras que los árabes-cristianos y los árabes-musulmanes podían mantener su identidad, los árabes judíos no podían. De repente, tuvimos que elegir entre un judaísmo que reflejaba Israel, visto prácticamente como colindante con Occidente y con la europeidad, frente a un arabismo que ahora se equiparaba con el Islam y el Este, y por primera vez, un Oriente despojado de judaísmo. El conflicto entre el sionismo israelí y el nacionalismo árabe genera una situación en la que no teníamos cabida.
SC: ¿Qué papel jugaron las prácticas religiosas en relación con estas construcciones de identidad?
ES: A menudo se olvida que siempre ha habido tensiones-incluyendo en Europa y las Américas-entre judíos sionistas y judíos religiosos que desde el principio pensaron que el sionismo era una aberración porque era secular. Ellos creían que el único momento aceptable para regresar en masa a la Tierra Santa sería con la venida del Mesías. (Muchos judíos seculares también se mostraron escépticos). Pero, después del Holocausto, la perspectiva sionista cobró impulso y llegó a ser visto como más legítimo entre los judíos, convirtiéndose poco a poco en una especie de discurso normativo.
También es problemático cuando la historia de los judíos en los países árabes y en los espacios islámicos es vista como idéntica a la historia de los judíos bajo el cristianismo, es decir, como una historia de persecución implacable. Hoy, esta narración por desgracia se ha convertido en dominante-y, yo diría en un modo de representar la historia judía euro céntricamente. Incluso orientalistas como Bernard Lewis, a pesar de los problemas con muchos de sus formulaciones, reconocieron la existencia de una "simbiosis judío-islámica”. El diálogo judío-musulmán era a la vez cultural y teológico. Así que, aunque hubo ciertos momentos en la historia de los judíos dentro del Islam donde la discriminación, ya veces incluso la persecución, tuvieron lugar, también hubo un patrón de fuertes afinidades culturales y convivencia relativamente pacífica. En cualquier caso, los judíos no eran la única minoría en un Medio Oriente repleto de minorías étnicas y religiosas, por lo que nuestra historia no puede ser discutida sólo en relación a judíos en la Europa cristiana, sino que debe ser discutido también en relación con las diversas minorías en el Oriente Medio.
Manuela Boatca (MB): Parece que hay poca conciencia de la ubicación de los judíos dentro de una perspectiva global. En Europa y los Estados Unidos, y quizás también en otras partes del mundo, mucha gente ve a los judíos como que siempre y en todas partes fueron parte de Europa, una visión que excluye no sólo a los árabes judíos, sino también a los latinos judíos y afro-judíos. ¿Diría usted que esto es parte de la construcción del judaísmo identificado con la blancura? ¿Cree usted que esto tiene algo que ver con la forma en que la diáspora judía se construye en términos de la historia europea, con exclusión de otras partes del judaísmo en todo el mundo?
ES: Sí. Debido a un cierto discurso euro céntrico ha sido difícil de articular un judaísmo incorporado en la cultura árabe. Con la dominación colonial en el Medio Oriente y África del Norte, ciertas instituciones ganaron poder, incluidas las instituciones de judíos europeos que estaban conectados al poder colonial, y que jugaron un papel decisivo en nuestra occidentalización incluso antes de la llegada a Israel. Por ejemplo, la Alianza Francesa Israelita, o el sistema escolar judío francés, se establecieron en el norte de África, Líbano, Irak y Turquía. Como parte de la Ilustración francesa, la Alianza combinaba una educación francesa con un tipo de educación judía secular, todo ello en la lengua francesa. Pero esta influencia occidental existía incluso antes de la dominación colonial francesa o fuera de sus territorios colonizados, en los lugares que todavía estaban bajo el Imperio Otomano antes de la Primera Guerra Mundial I. En Bagdad, la Alianza Francesa-israelita continuó después de la caída del Imperio Otomano, cuando Irak estuvo bajo la influencia británica. Los judíos franceses se veían a sí mismos como instrumentos de la razón y de la civilización y extendieron esta visión incluso a sus correligionarios en el mundo islámico / árabe. No fue sólo el Estado francés que promovió esta "misión civilizadora”; los judíos franceses así lo creían y lo prolongaron a los espacios no occidentales.
MB: Esta hegemonía de los judíos blancos europeos parece ser de un momento muy reciente, sin embargo, el blanqueamiento de los judíos europeos también es un momento en la historia del judaísmo. ¿Qué piensa usted de ese cisma?
ES: Creo que es fascinante debido a que el blanqueamiento de los judíos se lleva a cabo en varios niveles. Si nos remontamos a Iberia, con la Inquisición y la limpieza de sangre, vemos que la diabolización operó tanto contra el judío como contra los musulmanes juntos. Y el discurso racista, especialmente en lo que culminó el racismo científico del siglo XIX, categorizó a los judíos junto con los asiáticos y los africanos, por ejemplo, como inferiores. Hegel en La Filosofía de la Historia ve a diversos pueblos, sobre todo los africanos y los judíos, como viviendo "fuera de la historia", en mi opinión un concepto muy problemático. ¿Cómo alguien puede vivir fuera de tiempo y lugar?
El sionismo por lo tanto puede ser visto como la respuesta, a nivel discursivo y teórico, a estos discursos perjudiciales, un intento de colocar al judío dentro de la historia. La utopía visionaria de Theodor Herzl, Altneuland, contiene al "Nuevo Judio" que va a transformar Palestina, imaginado como un lugar atrasado, en un espacio moderno y civilizado. En cierto modo, Herzl estaba respondiendo a los discursos antisemitas sobre el judío. El sionismo, en mi opinión, puede ser descrito como un esfuerzo para blanquear al judío filosófica e incluso literalmente. El ideal del Nuevo Judío se postula en contraste con el estereotipo antisemita del Ostjuden: una especie de judío errante, afeminado, débil, un luft-mensch meditando sobre libros. El Nuevo Judio era ser masculino y un trabajador de la tierra, enraizado en la naturaleza, no más el del exilio en la diáspora cosmopolita, un judío que ha regresado a su tierra natal. La noción del Nuevo Judío fue influenciada por el Jugendkultur, o movimiento juvenil en alemán, y apareció en novelas hebreas y sionistas y, (más tarde), en el cine israelí. El héroe a menudo sería rubio, de ojos azules, o al menos de piel clara, y por supuesto nunca agraciados con la nariz ganchuda estereotipada. Esta de-semitización tuvo lugar dentro de la lógica de la hegemonía occidental, algo así como el caso de la arianización de Cristo en la pintura europea. Y por lo tanto, se puede argumentar que ha habido una especie de arianización y blanqueamiento del judío, como resultado de la experiencia del antisemitismo. Por otra parte, Israel se creó con la idea de que sería un puesto occidental de avanzada – algo así como la Suiza de Oriente Medio, como la frase conocida - aunque situado en el Oriente Medio, y a pesar de que la mayoría de los judíos en Europa Oriental fueron llamados Ostjuden , y a pesar de que Israel terminó poblado con muchos judios de lugares como Yemen, Irak, Siria y Marruecos. Sería difícil describir a Israel, entonces, como una simple entidad occidental. Y, por supuesto, esta caracterización ignora los palestinos que son ciudadanos de Israel. Entonces, incluso en términos demográficos, Israel no puede ser reducido simplistamente a "Occidental", pero, no obstante, esta ecuación persiste.
SC: Para saltar a algunos debates actuales, es bastante irónico que esta inversión política de los judíos para occidentalizarse sí parece tener límites, al menos en las prácticas religiosas. Como usted sabe, la circuncisión es interpretada por algunos juristas y ahora por un tribunal de Colonia, Alemania, como un ritual bárbaro que viola los derechos fundamentales de los niños. Así, los abogados están utilizando argumentos universalistas con el fin de restringir la libertad religiosa de los padres. ¿Acaso estos conflictos muestran un límite para esta estrategia de occidentalización?
ES: Es una pregunta interesante, porque el problema de estos debates es que se fragmentan y fetichizan un aspecto de la cultura, lo que resulta en un discurso ahistórico que es insensible a la historia de la dominación colonial y la hegemonía occidental. También se convierte en un tipo de discurso farisaico que se presenta como actuando en nombre de "lo universal." El objetivo de estos discursos es, obviamente, es aquello que se considera como "lo particular" y aquellos "otros" que necesitan ser salvados de su particularidad. El debate sobre la circuncisión moviliza un discurso similar al que se ha utilizado para el velo. La pregunta es: ¿quién representa y actúa en nombre de "lo universal"? La dicotomía particular/universal a menudo quedó atrapada en una narrativa de salvación. No podemos olvidar cómo el discurso colonial representa a menudo el colonialismo conquistando y explotando, sino también como el avance de una misión civilizadora universal de rescate a las personas-especialmente a los bárbaros, por supuesto, a sus mujeres y niños-de sus propias tradiciones horribles, sus rituales y su cultura . Este discurso idealista fue enmarcado por el imperialismo arrogante que vio como llevar la luz a los lugares oscuros.
Este es, desafortunadamente, un lado de la iluminación. Y enfrentar la meta narrativa de la Ilustración con el discurso colonial no significa rechazar la Ilustración en general. La iluminación es un fenómeno complejo que ofrece discursos contradictorios. Entonces, lo que se requiere, es realzar sus contradicciones filosóficas así como su imperial lado oscuro “según cada caso”. En el contexto colonial, la Ilustración a menudo significaba la subordinación cultural y devastación psíquica. Así que la pregunta es, ¿qué es una "práctica bárbara", y quién tiene el derecho de determinar lo que es una barbaridad? ¿Quién tiene el derecho de decir: "Yo soy el salvador de estos niños?" No es una cuestión de estar "a favor o en contra de" la circuncisión. Yo vengo de una cultura de la circuncisión, pero no necesariamente me veo a mí misma apoyándola sólo porque es mi tradición. Aparte del hecho de que hay judíos y musulmanes que se niegan a circuncidar a sus hijos, me opongo a la forma en que el movimiento en contra de la circuncisión se ha basado en un imaginario orientalista. Yo estaría preocupada por cualquier tipo de estado-idólatra que otorgaría al estado-nación la facultad de determinar, legalizar, y entrar en la zona privada y/o comunitaria de las decisiones familiares y no permita ciertas prácticas culturales, bajo el supuesto de que "el estado es el que sabe mejor". También, y especialmente en contextos de dislocación y alienación, donde los individuos y las comunidades tienen dificultades para mantener su lengua, la cultura y la identidad - como en el contexto de Alemania, donde hay poco lugar digno para la cultura musulmana (s)-, el rechazo de la circuncisión no puede sino interpretarse como otra forma de violencia cultural. Tal rechazo se percibe inevitablemente como una imposición de las prácticas cristianas, sobre los valores y las tradiciones de los musulmanes. Dada la historia colonial, así como la persistencia del antisemitismo y la islamofobia, la circuncisión, al igual que el velo, se convierte en un significante altamente controvertido. Por supuesto, algunos podrían argumentar que estos no son valores cristianos, sino valores humanistas seculares universales. Pero el humanismo puede ser visto como una forma de sublimación y secularización de las ideas cristianas, tales como la providencia, la salvación, la caridad, etc. La narrativa de rescate en relación con los niños musulmanes asume la normatividad cultural de los niños cristianos a menudo no declarada. Sin embargo, todos los niños nacen en contextos particulares y los estados-nación, ya sea como laicos o religiosos, de cierta clase o etnia, es decir que cada niño nace en una red de afiliaciones múltiples, identidades cruzadas, y de potenciales identificaciones.
SC: Quizás, por ejemplo, algunos niños nacen con un nombre cristiano...
ES: Si uno tiene un nombre cristiano, es llevado a la iglesia desde niño, está determinada por ciertas ideologías, a veces en una forma semi-secular sublimada, no se es particularmente menos que un judío o un musulmán. Entonces, ¿qué hace que el Estado arbitre cuáles particularidades son legítimas y cuáles no; por qué ir a una iglesia es una práctica más legítima en un estado supuestamente laico? ¿Por qué se celebrar la Navidad y el relato de la resurrección de Cristo se considera aceptable? Para recurrir a unreductio ad absurdamd, ¿por qué los niños estan expuestos a la historia de la crucifixión, de clavos martillados sobre el cuerpo de Cristo, con toda la sangre y las lágrimas? Se podría argumentar que la historia de la crucifixión es traumatizante para los niños, y que los niños no deben ser expuestos a ella, y ese solo hecho sería merecedor de ser sancionado con la intervención del Estado. Ciertamente, es legítimo tener una discusión sobre si es o no la circuncisión una buena idea. El debate es saludable, pero estoy preocupada por la concesión del Estado, parafraseando a Max Weber, del monopolio de la violencia religiosa, sobre todo cuando el poder del Estado se ejerce de manera discriminatoria.
Además, es importante reconocer que hay una carga particular sobre la historia de la circuncisión en la Europa cristiana en términos del papel de la circuncisión como aprobación y asimilación durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, no sólo en Alemania, sino en la Francia de Vichy. Si las autoridades sospechaban que alguien era judío, pero que pasa por no-judío, las autoridades podían comprobar si la persona fue circuncidada. Durante la Segunda Guerra Mundial, los niños judíos que fueron enviados para ser adoptados por familias no judías fueron advertidos por sus padres biológicos "nunca ir al urinario" a fin de no ser develados como judíos. Teniendo en cuenta que la historia de la circuncisión es un marcador de identidad que podría determinar la vida y la muerte, ¿cómo podríamos no reconocer que la circuncisión ha servido como un marcador de identidad, y que fue utilizada en contra de las minorías religiosas? En un contexto contemporáneo de la islamofobia, donde la gente se siente muy vulnerable en todo la negación de su identidad, el rechazo de su cultura, la persistente identificación del Islam con el terrorismo, en mi opinión, cualquier tipo de monitoreo sobre las costumbres sólo pueden interpretarse como una especie de imposición, como la asimilación, e incluso como una forma de violencia cultural por parte del estado-nación alemán. En este contexto, la violencia no puede ser leída exclusivamente como algo que los padres musulmanes hacen a sus hijos, y que, por lo tanto, estos niños necesitan ser rescatados por el Estado. El objetivo implícito del debate ha sido la circuncisión a los musulmanes, pero ¿cuál sería el lugar del judío en ese discurso? ¿Podría el Estado permitir a los judíos continuar con el ritual, y negárselo a los musulmanes? Hay una sensación de que, a raíz del Holocausto, el Estado alemán tiene que ser sensible de no ofender a los judíos. Pero ¿dónde trazamos las líneas relacionadas con las prácticas religiosas musulmanas que pueden ser reguladas diferencialmente? Uno se acuerda de la prohibición de los franceses sobre los distintivos religiosos, donde todo el mundo sabía que estaba dirigido a los musulmanes y no a los católicos (crucifijos, por ejemplo), a los judíos (con la kipá ), a los sijs (con sus turbantes), o a los Santeiros (con sus amuletos), y así sucesivamente.
MB: El debate sobre la circuncisión pasó a ser el punto en el que las protestas de las comunidades musulmanas y las comunidades judías de Alemania se unirían y se han unido. Porque en ese lugar surgió una política de coalición donde había habido durante mucho tiempo una línea divisoria que acentuó la diferencia entre musulmanes y judíos.
ES: Es una ironía de la historia, al menos de la historia reciente. Debido a que en los últimos tiempos, en gran parte debido al conflicto árabe-israelí, se ha producido una construcción en la esfera pública de judíos y musulmanes como que siempre fueron enemigos. En los medios de comunicación, los periodistas a menudo apelan al cliché que "este conflicto se remonta a miles de años". Pero eso es históricamente falso; se remonta apenas hacia los finales del siglo XIX y el surgimiento del sionismo. Por muchos siglos e incluso milenios, judíos y musulmanes a menudo enfrentaron juntos los prejuicios cristianos. Durante la Reconquista, que culminó en 1492 y la caída de Granada, los judíos y musulmanes que quedaron se vieron obligados a exiliarse o bien a convertirse. Tal vez la Inquisición fue el primer caso de política de vigilancia de una potencia emergente, una especie embrionaria de formación del Estado-nación. La vigilancia de las prácticas culinarias y rituales corporales formaba parte de este mantenimiento del orden religioso-cultural. Para investigar si la conversión era real, las autoridades podían comprobar los penes de los bebés y niños de sexo masculino. Otra forma de actuación policial de la Inquisición era entrar en las cocinas y buscar los coladores. La comida ritual judía –Kashrut- (y su homóloga islámica Halal) conforman leyes dietéticas y requieren el drenaje de la sangre de los animales que incluye esa dieta. En la tradición judía el drenaje se realiza a través de la salazón de la carne y por lo general con un colador, permitiendo que la sangre gotee fuera para que así quede separada de la carne. Entonces, la mera presencia de un colador en la casa de un converso era una prueba de la presencia de judaísmo para la Inquisición. Otro marcador de la identidad judía y musulmana era la prohibición de comer carne de cerdo. ¿Se podría especular que la práctica generalizada en España de colgar carne de cerdo en los restaurantes algo que no encuentra en muchos países, se entiende como un marcador de la identidad? ¿Volvemos a la época de la Reconquista, donde la ingesta de jamón se convirtió en una marca distintiva de la identidad cristiana como forma de revelar a los judíos y musulmanes?
Los dos relatos/historias de judíos y musulmanes a menudo se relatan en soledad, aunque, de hecho, los dos grupos fueron sometidos a la misma Inquisición y siguieron viviendo juntos en espacios musulmanes. La convivencia en Iberia fue de hecho la norma dentro de los espacios musulmanes aunque fue inusual dentro de los espacios cristianos. Los judíos fueron invitados por el Imperio Otomano en 1492 para establecerse dentro de sus diversos territorios. Los judíos sefardíes que se establecieron en Turquía, Bulgaria, Grecia, Egipto y Marruecos, continuaron hablando español hasta hace muy poco. Sin embargo, la visión dominante de las relaciones judío-musulmanas sigue la falsa narrativa sobre una división eterna entre el judío y el musulmán, pero, irónicamente, este debate actual trae a la superficie la historia judía-musulmana borrada en gran parte. En mi trabajo, he insistido en el guión judío-musulmán, porque mientras que la tradición judeo-cristiana implica una meta-narrativa legítima, el guión judío-musulmán fue omitido. Sin embargo, históricamente el guión judío-musulmán podría ser visto como la norma más que la tradición judío-cristiana, que es un fenómeno relativamente reciente, que se remonta a la Ilustración euro-judía y reforzada por el eurocentrismo sionista. España ha publicado recientemente una convocatoria a las personas que puedan demostrar ascendencia sefardí para solicitar la nacionalidad española, pero no ha hecho un llamamiento similar a los musulmanes que también podrían demostrar su origen andaluz. Al igual que con la prohibición impuesta por Francia de la insignia religiosa y el debate de Alemania sobre la circuncisión, la política de España legitima un grupo semita pero no en otro en el nuevo contexto europeo. En este sentido, hay un alejamiento de lo oriental del "judío", por así decirlo, , pero no del "árabe-musulmán".
MB: La cuestión de la crueldad con los animales también se ha presentado en los debates acerca de la circuncisión en Alemania. Los oponentes de ambos lados de la cuestión plantean argumentos acerca de la idea del dolor. Creo que lo que es fascinante es que, a fin de evitar la cuestión de la religión o de las prácticas religiosas, se plantea el tema de la crueldad con los animales, lesiones corporales o hasta cosas que no parecen estar relacionados con la práctica cultural y se estigmatizan como actos criminales que se han configuradofuera de la práctica social legítima.
ES: Creo que es legítimo traer estas cuestiones de daño corporal y la crueldad hacia los animales. Las leyes dietéticas superpuestas como la sh'hita judía y la dhabiha (masacre ritual) musulmana insisten en evitar la crueldad a los animales a través de regulaciones detalladas sobre el tipo de cuchillo utilizado, donde se aplica, etc. Pueden haber conversaciones y discusiones en la esfera pública sobre si masacre ritual es de hecho una forma de crueldad hacia los animales. Preguntas similares se aplican a la circuncisión: ¿es una forma de daño físico? Es de vital importancia generar este tipo de conversaciones, pero hay una diferencia entre tener esta conversación y convertirla en un único punto de vista impuesto por un estado. Tal enfoque no toma en cuenta las cargas de la historia, no reconoce los dilemas filosóficos, y no se enfrenta a la realidad de que la prohibición de la circuncisión es problemática cuando se declara en el nombre de una pseudouniversalidad.
Fuente: http://www.jadaliyya.com/pages/index/15203/bodies-and-borders_an-interview-with-ella-shohat 

domingo, 1 de diciembre de 2013

Irán y la trágica geopolítica en Oriente Próximo

EUGENIO GARCÍA GASCÓN Corresponsal en Jerusalén

El acercamiento entre iraníes y occidentales tiene que ser recíproco, pero parece que no será posible mientras las administraciones americanas dependan del lobby judío

Desde la revolución islámica de 1979, Irán ha desempeñado un papel destacado en los conflictos regionales, un papel que ha fundamentado en gran parte en las relaciones con los grupos chiíes, especialmente en Siria y Líbano, pero también en Irak desde la caída de Saddam Hussein y la invasión americana de 2003, así como con las minorías chiíes de otros países del Golfo Pérsico.
Pero esta ansia de influencia se ha vuelto contra el régimen por dos razones: el enorme recelo de los países sunníes del Golfo, con Arabia Saudí a la cabeza, y la confrontación frontal con el estado judío, un choque que se inició con la misma caída del Shah, estrecho aliado de Israel, que continuó durante la cruel guerra contra Irak y que se agudizó desde que Irán puso en marcha su programa nuclear.
El programa nuclear ha servido de pretexto a Israel para condicionar durante muchos años la política exterior de Estados Unidos y Europa occidental, como ya lo hizo durante la guerra Irán-Irak. Una vez más, Occidente no ha tenido más remedio que sumarse a las demandas de Tel Aviv poniendo en evidencia la enorme dependencia de las sucesivas administraciones de Washington del lobby judío.
En lo tocante a Oriente Próximo, Washington carece de una política propia que redunde en su propio beneficio y en el beneficio de sus aliados occidentales. Es Israel quien una y otra vez dicta con precisión los pasos que Washington debe dar, siempre en la misma dirección, algo que en Oriente Próximo se ha traducido en un desbarajuste general y trágico que prácticamente afecta a todos los países de la región.
La enemistad con Irán resulta beneficiosa para Israel por muy diversos motivos, entre los cuales figura apartar la atención de la opinión pública de la persistente ocupación de los territorios palestinos y la consiguiente expansión colonial por todas partes, una expansión que se acrecienta día a día mientras los occidentales miran deliberadamente hacia otro lado, a menudo hacia Irán.
Irán es el único país de Oriente Próximo que puede hacer sombra a Israel
Pero Israel también combate de esta manera las aspiraciones de dominio regional de Irán, el único país de Oriente Próximo que puede hacer sombra a Israel, si no en toda la región sí al menos en los países donde Teherán tiene más influencia por razones religiosas.
Aparejado a esta noción está el hecho inexcusable de que el enfrentamiento con Irán ha permitido a Israel un acercamiento a los países sunníes, enemigos viscerales de los chiíes, de manera que el estado judío y Arabia Saudí y sus restantes aliados están ahora en el mismo barco en lo tocante a toda la cuestión chií, tanto en Irak, como en Siria, Líbano o Bahrein, así como en sus múltiples derivaciones.
No puede extrañar por tanto que en los medios de comunicación hebreos, árabes y occidentales se haya subrayado que el conflicto del programa nuclear iraní ha permitido al estado judío un acercamiento a los países sunníes del Golfo Pérsico. Esta es una consecuencia natural que el primer ministro Binyamin Netanyahu reconoció públicamente ayer y que está aprovechando para incrementar la presión sobre Estados Unidos y Occidente.
Tenemos pues que un conflicto como el sirio está siendo utilizado por saudíes e israelíes para desgastar Teherán sin atender a la tragedia humanitaria que conlleva, a los más de 100.000 muertos en dos años y medio, y a los millones de refugiados y desplazados que han tenido que dejar sus casas y sobreviven en una situación muy precaria a la que por el momento no se ve ningún fin.
Todo indica que las potencias occidentales no firmarán con Irán nada que antes no tenga el visto bueno de Israel
El reciente cambio de presidente en Teherán ha suscitado ciertas esperanzas en Occidente. Las duras sanciones que debe soportar el régimen islámico, o más exactamente los iraníes corrientes, no han doblegado la política de sus líderes, al menos por ahora. El acercamiento entre iraníes y occidentales tiene que ser recíproco y progresivo pero parece que esto no será posible mientras las administraciones americanas dependan de una manera tan desmesurada y decisiva del lobby judío.
En estas circunstancias, las consecuencias de las negociaciones de Ginebra en lo tocante el futuro de la región son todavía inciertas, pues no resulta razonable pensar que en el caso de Siria, por ejemplo, Teherán vaya a abandonar a su suerte al presidente Bashar al Asad, puesto que eso destrozaría toda la política exterior que los iraníes han apuntalado desde 1979.
Las negociaciones de Ginebra se han interrumpido durante diez días y se reanudarán el 20 de noviembre. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viaja de nuevo a la región para "tranquilizar" a los países árabes sunníes acerca de las negociaciones, tal y como le ha pedido Israel. Netanyahu y los sunníes están en el mismo barco y todo indica que las potencias occidentales no firmarán con Irán nada que antes no tenga el visto bueno de Israel y sus nuevos aliados.
www.publico.es

"Huellas imperiales"



NOVEDAD EDITORIAL
Huellas imperiales

(2da edición)

EDITORIAL: Imago Mundi, CICCUS
AUTOR: Pablo A. Pozzi y Fabio Nigra (compiladores)
ISBN:978-950-793-162-8
FECHA DE EDICIÓN:29-11-2013
CATALOGACIÓN: Historia de Estados Unidos de América del Norte
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS: Idioma Español, 672 páginas, 15x22 cm, encuadernación cosido a hilo
AUTORES QUE PARTICIPAN EN ESTE LIBRO: Ana Bocchichio, Athan Theoharis, Christian Benítez, Christian G. Appy, Diego G. Paiaro, Elena Sciricca, Ellis Hawley, Fabio Nigra, John Mearsheimer, Jorge Hernández Martínez, Leo Huberman, Márgara Averbach, María Graciela Abarca, Pablo A. Pozzi, Pablo A. Vommaro, Paul Sweezy, Sebastián Marco Cacciatore, Stephen Walt, Valeria Carbone

RESUMEN:
El capitalismo estadounidense está viviendo una prolongada crisis económica, distinta a todas las anteriores y más difícil de resolver. El desempleo crónico, la marginación social, la especulación económica, la falta de canales políticos de expresión y la intervención militar cada vez más salvaje y despiadada en cualquier punto del planeta (con especial énfasis en el Cercano Oriente), son algunas manifestaciones de esta crisis.

Este libro da cuenta desde la historia y las ciencias sociales de este proceso trascendente, creemos, para toda la humanidad, siendo Estados Unidos una superpotencia hegemónica (o con intenciones de serlo) cuyos actos de una manera u otra repercuten en todos los rincones de la tierra.

Hace ya una década que se publicó una primera versión de Huellas imperiales. Esta nueva edición refleja cuánto se ha avanzado en los estudios sobre Estados Unidos en la Argentina. Por lo tanto el criterio que guía esta obra, es mirar a Estados Unidos desde una perspectiva latinoamericana en función de las necesidades e intereses de América Latina.
- se puede ver un adelanto acá - 

Las dos caras de un muro que divide Medio Oriente

Para los israelíes, la barrera es sinónimo de seguridad; para los palestinos, de apartheid
Por   | Para LA NACION

TEL AVIV.- De un lado lo llaman "el muro del apartheid ", del otro es "la cerca de seguridad", principal garante de la atmósfera de relativa tranquilidad que se respira hoy en las calles de Israel.
Pero la comunidad internacional y especialmente cuatro millones de palestinos no pueden comprender que el mismo pueblo que sufrió como pocos otros la segregación y el aislamiento haya construido un muro con alambres de púas y sensores electrónicos a lo largo de 700 kilómetros para marcar su barrera con los territorios palestinos.
Desde la visión israelí, la cerca, que comenzó a levantarse en 2002, fue totalmente efectiva para poner fin a la ola de ataques, especialmente los atentados suicidas de terroristas palestinos que causaron la muerte de 357 civiles a comienzos de este siglo. Se acabaron las matanzas en shoppings, ómnibus y terminales de medios de transporte.
Hoy en esta moderna ciudad de Tel Aviv la gente puede volver a esperar tranquila en las paradas de colectivos, sin temor a cada joven árabe que lleva una mochila.
El precio a pagar es la muralla que se levanta a sólo veinte kilómetros de esta ciudad, una línea retorcida que serpentea caprichosamente los límites con Cisjordania, en partes respetando la "línea verde" fronteriza, y en otras avanzando generosamente en territorios palestinos con el objetivo de proteger también los asentamientos de colonos judíos en zonas palestinas.
"El muro arruinó la economía de mi familia", dijo a LA NACION el agricultor Omar Jatib, de 56 años, quien vive en la localidad palestina de Bil'in. Desde hace algunas generaciones su familia tenía en esta aldea varias hectáreas dedicadas al cultivo de olivos. Pero la arbitraria línea de la muralla separó su casa de su campo. Sin dar explicaciones, las autoridades israelíes que controlan el puesto fronterizo no otorgaron el permiso de paso, y los Jatib ya no pudieron regresar al terreno.
El gobierno israelí le ofreció, al igual que a otros palestinos damnificados, una compensación económica. Pero por cuestión de principios, ninguno de ellos aceptó el dinero. "Yo no quiero indemnización, lo que deseo es recuperar mi tierra", dijo.
El propio nombre del muro es cuestión de debate entre palestinos e israelíes. Quizá para alejar los terribles recuerdos de los guetos de la Segunda Guerra, los judíos se niegan a llamarla "muro".
Le dicen en cambio "la cerca", y fundamentan su explicación en que, en realidad, el 95% de ella, especialmente en las áreas despobladas, es un alambrado de ocho metros de alto, con púas y sensores electrónicos en la parte superior. Es en los sectores urbanos donde la muralla se convierte en bloques de concreto rematados también con alambres de púas y cámaras de seguridad. Junto a la valla, del lado israelí, hay un camino de pavimento por el que transitan las patrullas, en un área de exclusión de 60 metros.
Existen 28 cruces fronterizos con Cisjordania y dos en la Franja de Gaza. Según el día, las esperas en los puestos de control pueden demorar varias horas, pues los israelíes se reservan el derecho de decidir quién puede cruzar y quién no.
El médico argentino-israelí Carlos Gruzman, de 61 años, padre de cuatro hijos y director del Hospital Hasharon de la localidad fronteriza Petah Tikva, tiene sentimientos encontrados frente a la barrera de seguridad. Su vida también tiene una cruel línea divisoria antes y después del 25 de diciembre de 2003.
Ese día su hija Rotem, de 19 años, que estaba haciendo el servicio militar obligatorio, había ido a una fiesta con otras uniformadas y se disponía a regresar a su casa. Alrededor de las 18.30 conversaba con sus compañeros en una parada de colectivos, cuando un joven palestino de unos 20 años bajó de un taxi con una mochila. En cuestión de segundos, el hombre se colocó en medio de los ellos y se suicidó haciendo estallar su mochila. La explosión mató instantáneamente a Rotem y a tres compañeros y dejó una decena de heridos.
"Fue muy duro -recuerda el doctor Gruzman-. Además, nos enteramos a través de la televisión."
Las investigaciones mostraron que el terrorista provenía de Cisjordania en una época en que no existía aún la barrera de seguridad. "Yo no sé si el muro podría haber evitado que maten a Rotem. Pero creo que es una idea excelente porque disminuye la probabilidad de otros ataques", dijo el doctor Gruzman.