martes, 20 de mayo de 2014

Contra Palestina, primero se creó el discurso



La frecuencia con la que un tema aparece en los medios de comunicación no conlleva necesariamente un mejor conocimiento de esa realidad, pero sí genera una opinión sobre ella. En el caso de Palestina, esa opinión se traduce en un “eso no hay quien lo entienda”, “eso no tiene arreglo” o, modelo de comentario con pretensiones históricas, “eso lleva así desde tiempo inmemorial y… no hay quien lo arregle, ni quien lo entienda”. Es decir, que mejor no hacer nada. Aunque la confusión siempre favorezca al opresor.
El drama de Palestina, que no tiene nada de inmemorial, comenzó con el lenguaje. Primero se creó el discurso, la narrativa de la historia; el expolio y la ocupación de la tierra vinieron después.
El discurso negacionista de la realidad de Palestina prendió fácilmente en el caldo de cultivo político-cultural del Occidente colonial. Resulta significativa la naturalidad con la que un mito (“la tierra prometida por Yahveh”) y una falsedad fácilmente comprobable (“una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra) adquirieron categoría de hechos evidentes.
Porque Palestina no era un desierto, ni un espacio vacío. Se sabía que había un pueblo, había censos de sus habitantes, registros de la propiedad, contratos comerciales, periódicos (a finales de los años 20 había más periódicos en Palestina que en España), había comerciantes, campesinos y campesinas, hombres de negocios, escritores, poetas, personas ricas y pobres, conservadoras y progresistas. Un pueblo, en fin. Y, sin embargo…
La necesidad de establecer una continuidad entre el mítico tiempo bíblico y el tiempo actual requirió borrar la historia real de Palestina, ya que su relato cuadraba mal con el discurso excluyente del movimiento sionista. En la operación de limpieza étnica que se llevó a cabo en los meses previos y posteriores a la creación del Estado de Israel no sólo se trataba de vaciar el territorio de población árabe, sino de eliminar las huellas de su presencia y su pasado. Por eso, tras la expulsión de sus habitantes, se procedía a destruir los pueblos y borrar sus nombres del mapa. La arqueología y la toponimia siempre han sido temas políticos en Israel.
Como el lenguaje. Y hay que preguntarse cómo se ha conseguido que al hablar de violencia en la zona se sobreentienda que se habla de “violencia palestina” (tanto la del terrorista suicida como la del niño que lanza piedras al ejército israelí), pese a que los datos del pasado y del presente reflejan que la violencia incomparablemente más mortífera y atroz es la de Israel. Y hay que preguntarse también por qué el término ocupación está prácticamente desaparecido de la crónica periodística o por qué se afianza la expresión “colonias ilegales”, ¡como si hubiera algunas legales!, asumiendo la tesis del ocupante y desechando la versión no del ocupado sino del Derecho Internacional.
La perversión del lenguaje es más peligrosa cuando se produce “naturalmente”, cuando simplemente sigue la corriente. Y la corriente va en la dirección marcada por la versión israelí, que, aun con diferencias de grado y matiz, es también la versión de Occidente.
Pero la realidad no es cuestión de versiones. Hay versiones elaboradas para falsearla, ocultarla, negarla. Contar la realidad de Palestina requiere atravesar la telaraña tejida con silencios, medias verdades y mentiras redondas con la que se ha intentado borrar su pasado y ocultar su presente.
La realidad de la ocupación, la violencia impune de los colonos, el muro, los controles, las incursiones militares diarias, los registros, los secuestros disfrazados de detención, la atrocidad cotidiana y el paulatino e imparable robo de la tierra, apenas ocupan espacio en los medios de comunicación, así que su existencia es percibida débilmente, casi como un elemento colateral de una situación “normalizada”. Una cineasta y amiga de Ramala me dijo no hace mucho: “La ocupación no siempre nos mata, pero siempre nos impide vivir”.
Desde hace mucho tiempo, sobre Palestina, las palabras no se usan para contar lo que pasa, sino para ocultar la dimensión de la tragedia.

Teresa Aranguren es periodista y autora de los libros Palestina: El hilo de la memoria y Olivo Roto: Escenas de la ocupación. Es miembro del Consejo de Administración de RTVE.

Artículo publicado en el nº61 de Pueblos – Revista de Información y Debate, segundo trimestre de 2014, monográfico sobre comunicación, poder y democracia.
Fuente Rebelion.org

lunes, 12 de mayo de 2014

Los palestinos en los libros escolares de Israel (Receta para la deshuma...



En este documental, Nurit Peled-Elhanan habla de su investigación relacionada con el contenido de los libros didácticos de Israel. Ella muestra en detalles como estos libros son elaborados con el propósito de deshumanizar al pueblo palestino y desarrollar en los jóvenes estudiantes israelíes la base de prejuicios que les permitirá actuar de modo cruel e insensible con el mismo durante su servicio militar.
Según explica Nurit Peled-Elhanan, la construcción de mundo hecha a partir de los libros didácticos, por se tratar de las primeras a sedimentarse en la mente de los niños, son muy difíciles de ser erradicadas. De ahí viene la importancia que el establishment israelí le dedica a la ideología a ser transmitida en los libros escolares.
En estos libros, los palestinos nunca son presentados como seres humanos comunes. Nunca aparecen en condiciones o situaciones que puedan ser consideradas normales y aceptables para un ser humano. De acuerdo con Nurit Peled-Elhanan, no hay en ese material ni siquiera una fotografía de un palestino que muestre su rostro. Tan solo podemos verlos enmascarados o en otras situaciones que indiquen amenazas para los judíos.
O sea, los libros didácticos de Israel están hechos en base de un discurso racista que busca deshumanizar a todos los no-judíos que habitan la región, pero en especial a los palestinos.



domingo, 11 de mayo de 2014

EL ARTE ÁRABE CONTEMPORÁNEO DESEMBARCA EN ESTADOS UNIDOS




Jowhara Alsaud, "Golden", 2010. De su serie "Out of Line"
Jowhara Alsaud, “Golden”, 2010. De su serie “Out of Line”
FotoFest, la prestigiosa bienal internacional de Houston dedicada al arte relacionado con la fotografía, acaba de inaugurar su edición de 2014 con la mayor representación de arte árabe contemporáneo celebrada en Estados Unidos en más de una década.
La muestra, titulada View From Inside: Contemporary Arab Photography, Video and Mixed Media Art, acoge a un total de 49 artistas visuales árabes (un tercio de los cuales son mujeres), procedentes de 13 países de Oriente Medio y el Norte de África.

En palabras de Fred Baldwin, cofundador de FotoFest, con esta exposición “reconocemos no solo a nuestra propia comunidad árabe [en Estados Unidos], sino también a las comunidades de los países de Oriente Medio y el Norte de África que hemos traído hasta aquí. Es una celebración”.
En esta entrada, algunas de las imágenes que pueden verse en la exposición, abierta al público hasta el próximo 27 de abril.

Más información y fuentes:

domingo, 4 de mayo de 2014

2º Circular Convocatoria al CONGRESO NACIONAL ALADAA DE ARGENTINA


(Asociación Latinoamericana de Estudios Afro-Asiáticos) 
Buenos Aires, 7 y 8 de Agosto de 2014 
Centro Cultural de la Cooperación 

“20 años de Democracia en Sudáfrica” 



6)Mesa: “Estudios del Mashriq y el Magreb desde la 
contemporaneidad. Problemas de la descolonización, 
transformaciones y resistencias”. 
   
Coordinadores: Mariela Flores Torres (UNPSJB-UNQ) Martin A. Martinelli 
(UNLu/IHAO-CLEARAB UBA), y Gabriel F. López (UBA-ISPJVG). 
  
Correos de contacto: 
Mariela Flores Torres: maflorestorres@yahoo.com.ar
Martin Martinelli: martinellima@hotmail.com 
Gabriel López: espartako68@hotmial.com   


Fundamentación  
La mesa propone reflexionar sobre los cambios políticos, sociales, económicos, 
culturales que han atravesado el Magreb y el Mashirq en conjunto desde los 
procesos de descolonización y qué transformaciones se encuentran en curso 
en la actualidad. El Congreso de ALADAA nos convoca a reflexionar en torno a 
las complejas experiencias que han llevado a cabo las sociedades de la región 
para alcanzar la instauración de regímenes democráticos y da énfasis a la 
figura y la historia del gran luchador sudafricano Nelson Mandela y sus aportes 
a las luchas por la liberación. En virtud de las consignas sugeridas en esta 
edición del Congreso, atenderemos, sin excluir otras propuestas pertinentes, a: 
1- el proceso denominado “Primavera árabe”, 2- el conflicto palestino-israelí 3- 
las problemáticas de la descolonización y los abordajes críticos que la piensan 
y la analizan (materialismo histórico, perspectiva de poscolonial y 
subalternistas, entre otras tendencias). 
La mesa propiciará el debate transversal, el cruce entre lo epistemológico, la 
lectura histórica y la comprensión a partir de las teorías críticas propuestas 
para ello, evocando así la tensión entre la superación del colonialismo y la 
persistencia de la colonialidad y el imperialismo. Nuestro propósito es 
problematizar el conocimiento histórico de la región, dada la gran importancia 
de los acontecimientos contemporáneos. A la vez, siendo declarado por la 
ONU el año 2014 como el año de solidaridad con Palestina atenderemos a su 
historia de colonización y resistencias, prestando particular atención al debate 
sobre la existencia de un régimen de apartheid y sus analogías con el 
sudafricano, lo mismo que la revisión del impacto movimientos civiles, como 
por ejemplo del BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones). 
El esfuerzo crítico en el análisis de los procesos permite una conexión entre 
modernidad, nacionalismo, colonialismo e imperialismo, términos 
profundamente ligados. La propuesta aspira a abrir el debate hacia nuevas
formas interpretativas de la realidad del llamado “Medio Oriente” (Mashriq)
desde una perspectiva de sur a sur, desde una mirada argentina y
latinoamericana ya que encontramos entre ambas regiones una empatía
epistemológica digna de ser aprovechada para nuestras inquietudes teóricopolíticas
en los problemas a tratar.

19)Mesa: “PRÓXIMO ORIENTE, AYER Y HOY. “ORIENTALISMO”, CINE,
REDES SOCIALES, HISTORIA”.

Coordinadores: Prof. Dra. Susana Murphy (UBA/UNLu) y Lic. Estela Salles
(UNLu)

Correos de Contacto:
Susana Murphy: susanab.murphy@gmail.com

Fundamentación
La historia del “orientalismo”, es la de una gran patología, cuyos síntomas
se inscriben particularmente en la ideología del individualismo y la modernidad.
“Oriente”, es un sistema de representaciones, que incluyen textos, gramáticas,
políticas y prácticas que para la sesgada mirada europea, llena de prejuicios,
son el fruto de un espejismo. El problema no radica en el objeto de
conocimiento como en la constitución de un sujeto observante que debe tomar
conciencia de aquello que caracteriza, tanto a él, como a la sociedad a la que
pertenece.
Oriente, se convirtió en un topos que se transforma y ondula al ritmo del
tiempo en el curso de la historia europea.
Nuestra propuesta es abordar el problema de la imagen que se tiene del
Próximo Oriente y su historia, a través del cine, la literatura y las redes
sociales, con el objetivo de debatir acerca de las interpretaciones erróneas,
prejuiciosas y enmascaradas que se han construido.
La interacción entre cine e historia nos permite un abordaje más enriquecedor,
las películas contienen muchos modos de expresión y constituyen para el
historiador, un desafío. Marc Ferro, sostuvo que las películas se instituyenen
documentos y se convierten en agentes activos del devenir histórico. Asimismo,
la redes sociales, se anuncian de manera veloz en la cultura, esa estética de la
desaparición que se inició con el cine y la fotografía, se agudizócon la
dromología tecnológica, en consecuencia, se abren numerosos interrogantes,
que incitan al debate.
El vocablo red, desplaza con velocidad al término “sociedad” tanto en el
discurso científico como a nivel popular y en esta modernidad líquida y
consumista, la desnudez física, social y psicológica, es lo que se impone. Por lo
tanto, nos preguntamos: ¿Cómo se explica la popularidad de las redes
sociales? ¿ Es posible que en el mundo moderno de las relaciones a corto
plazo, el compromiso, los altos niveles de movilidad y velocidad, llenen un
vacío? ¿ Qué ocurre cuando los objetivos propios atentan de alguna manera a
gobiernos y empresas?
¿Acaso, las redes sociales no se usaron masivamente para promover
protestas? ¿ Qué lugar le cupo a la Primavera Árabe?
El análisis de la historia del pasado, presente, futuro, con el aporte del cine, el
estudio de las redes sociales, nos permitirá abrir nuevos caminos a la
investigación e interpretación en la relación Oriente-Occidente.

PARA VER TODAS LAS MESAS  http://aladaa.com.ar/asiayafrica/?p=148

martes, 29 de abril de 2014

Armar a Egipto es jugar con fuego

David Hearst

Fuente: Arming Egypt Is Playing With FireThe World Post, 27/04/2014
Militares patrullan en El Cairo tras confirmarse el golpe de estado en Egipto (AFP / Mohamed El-Shahed)

Estados Unidos está recibiendo, otra vez, un sermón de un estado cliente de Oriente Medio. En esta ocasión se trata de uno de los candidatos presidenciales egipcios, un hombre que debería estar sentado en el banquillo de los acusados de un tribunal de La Haya por la peor represión de la historia moderna del país.
Entre el tira y afloja de los valores y los intereses estratégicos, es sabido que los compromisos de EEUU con Israel, los acuerdos de Camp David y el canal de Suez salen ganadores. Pero si esos compromisos solo fueran una especie de guía de la política de EEUU hacia Egipto, las alarmas estarían sonando en el Pentágono.
Abdel Fatá al Sisi, el jefe militar que derrocó al primer presidente democráticamente electo de Egipto, no solo quiere que EEUU restablezca la ayuda militar a su país para combatir una insurgencia en alza en la península del Sinaí, alimentada día tras día por la táctica de tierra quemada del ejército egipcio. Está pidiendo, también, nada menos que una segunda intervención occidental en Libia.
El general que se otorgó a sí mismo el título de mariscal de campo dijo aFoxNews que al rechazar desplegar sus fuerzas para ayudar a estabilizar Libia tras la caída del coronel Gadafi a finales de 2011, EEUU y la OTAN habían creado un vacío que ha dejado a Libia a merced de extremistas y asesinos: “la historia les juzgará severamente”, dijo. Y añadió que la falta de voluntad de EEUU para ayudar a Egipto en su lucha contra la mayor insurgencia islamista de la historia del país, así como para ayudar a contener la guerra civil en Irak, Libia y Siria, ha creado un terreno fértil para el extremismo religioso, lo cual es un desastre tanto para EEUU como para los árabes.
La sugerencia de Al Sisi de que la parte oriental de Libia estaba albergando “campos de entrenamiento yihadistas”, que trabajaban mano a mano con los Hermanos Musulmanes, no es gratuita. Los medios de comunicación egipcios han sido inundados con informaciones sobre el denominado Ejército Libre Egipcio. Derna, en Libia oriental, se ha convertido en un bastión de yihadistas internacionales conducidos, según se dice, por un emir, Sharif al Radwani, cuyo jefe responsable de la coordinación con los patrocinadores y servicios de inteligencia extranjeros es Ismail al Salabi, uno de los dirigentes más importantes de Al Qaeda.
Tan pronto como sonaron las alarmas sobre la concentración de yihadistas en las fronteras de Egipto, fueron desestimadas por el segundo del ministerio egipcio de defensa, Jaled al Sherif: “Esta historia es falsa. No hemos visto ninguna prueba … la palabra ejército significa que hay numerosos efectivos que no pueden esconderse fácilmente”. La información fue también desmentida por Noman Benotman, presidente de la Fundación Quilliam, que trabaja para combatir el extremismo.
Lo cierto es que se ha dicho que Derna se ha convertido en un campo de entrenamiento para grupos como Ansar al Sharia, al que Washington considera responsable del ataque contra el consulado de EEUU en Bengasi, y un grupo que se autodenomina Ejército del Islam. El hecho de que hay yihadistas en Derna está fuera de discusión. Sin embargo, no hay evidencias de una concentración de militantes en batallones y brigadas para atacar a Egipto. Benotman dijo que se pueden contar con los dedos de una mano.
Los motivos para que el ejército egipcio intervenga en Libia no deberían ser tomados a la ligera, y menos aún por el secretario de defensa de EEUU Chuck Hagel, que tiene la convicción de que los diez helicópteros Apache que han acordado vender a Egipto serán utilizados en el Sinaí, no en la frontera libia. Hagel dijo que los intereses de la seguridad nacional de EEUU requieren que sus socios en la región tengan capacidad para hacer frente a las amenazas terroristas. Además de los Apaches, EEUU enviará una parte de su ayuda militar anual de 1.300 millones de dólares, destinada a promover la seguridad en el Sinaí.
Sisi ya ha dejado claro cuáles son sus intenciones con Libia. El general del antiguo ejército libio Jalifa Haftar dijo que Sisi había ofrecido una intervención militar para apoyar el golpe que estaba preparando el libio, pero fracasó. Haftar dijo a la agencia de noticias libia Ain Libya que el ejército egipcio se había ofrecido a desplegar tropas para controlar los campos de petróleo de Al Hilal. Tras el fracaso del golpe, Egipto negó su participación en el mismo.
No hace falta decir que un dictador militar que está conduciendo a Egipto por el camino de la perdición es bastante malo. Pero al arrastrar a otros estados fallidos como Libia, que está inundado de armas, Sisi se está convirtiendo en una importante fuente de desestabilización regional. Lo que está intentando hacer en Libia oriental pone en peligro la seguridad de todos. Ya hemos visto cómo las armas que inundaron Libia alimentaron la insurgencia en Mali y la guerra civil en Siria. ¿Quiere Hagel añadir a Egipto en esa lista? ¿En eso consiste el interés nacional de Estados Unidos?

David Hearst es editor de Middle East Eye, un sitio web que ofrece una nueva visión de la región de Oriente Medio. Fue jefe de redacción de la sección internacional de The Guardian
Traducción: Javier Villate Fuente http://disenso.wordpress.com/2014/04/29/armar-a-egipto-es-jugar-con-fuego/ Propuesto para el blog por Miguel Ibarlucía