martes, 27 de enero de 2015

¿Quién es el culpable del terrorismo musulmán?

Occidente, una fábrica de monstruos musulmanes

OPINIÓN

Hace cien años, hubiera sido inimaginable ver a un par de musulmanes entrar en una cafetería o subir a un vehículo de transporte público y luego volarse, matando a decenas de personas. ¡O masacrar al personal de una revista satírica en París! Cosas así simplemente no ocurrían.
Al leer las memorias de Edward Said, o si hablas con hombres y mujeres ya de edad en el este de Jerusalén, se ve claramente que la sociedad palestina era mayoritariamente laica y moderada. Se preocupaban de la vida, la cultura, e incluso la moda, más que de los dogmas religiosos.
Lo mismo podría decirse de muchas otras sociedades musulmanas, por ejemplo las de Siria, Irak, Irán, Egipto e Indonesia. Las fotos antiguas hablan por sí solas. Por eso es tan importante mirar cuidadosamente, una y otra vez, las viejas imágenes.
El Islam no es sólo una religión; también es una gran cultura, una de las más extendidas de la Tierra, que ha enriquecido a nuestra humanidad con algunos de los logros científicos y arquitectónicos más importantes y un sinnúmero de descubrimientos en el campo de la medicina. Los musulmanes han escrito una poesía exquisita, y compuesto una música hermosísima. Pero, sobre todo, han desarrollado algunas de las primeras estructuras sociales en el mundo, que incluían grandes hospitales públicos y algunas de las primeras universidades, como la Universidad de Qarawiyyin en Fez, Marruecos.
La idea de lo "social" era natural para muchos políticos musulmanes, y si el Occidente no hubiera interferido tan brutalmente al derrocar a los gobiernos de izquierda y poner en el trono a aliados fascistas de Londres, Washington y París, casi todos los países musulmanes, entre ellos Irán, Egipto e Indonesia, probablemente serían hoy socialistas, guiados por un grupo de dirigentes moderados en su mayoría laicos.
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En el pasado, un sinnúmero de líderes musulmanes se levantaron contra el control occidental del mundo, y eminentes figuras, como el presidente de Indonesia, Sukarno Ahmet, eran cercanas a los Partidos Comunistas y sus ideologías. Sukarno incluso forjó un movimiento antiimperialista mundial, el movimiento de No Alineados, que fue públicamente definido en la Conferencia de Bandung en Indonesia, en 1955.
Esto, en marcado contraste con las élites conservadoras orientales cristianas, que en su mayoría se sentían muy a gusto con los gobernantes fascistas y colonialistas, con las monarquías, los comerciantes y los grandes oligarcas empresariales.
Para el Imperio, la existencia y la popularidad de los gobernantes musulmanes progresistas, marxistas, que gobernaban en países del Medio Oriente o ricos en recursos como Indonesia, era algo claramente inaceptable. Si decidían utilizar las riquezas naturales para mejorar la vida de sus pueblos, ¿qué iba a quedar para el Imperio y sus empresas? Había que pararlos por todos los medios. El Islam fue dividido e infiltrado de radicales y cuadros anticomunistas a los que no les importaba el bienestar de su pueblo.
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Casi todos los movimientos radicales en el Islam de hoy, en cualquier parte del mundo, están vinculados con el wahabismo, una secta ultra-conservadora y reaccionaria del Islam controlada por las políticas de Arabia Saudita, Qatar y otros aliados incondicionales de Occidente en el Golfo.
Citamos al Dr. Abdullah Mohammad Sindi:
"Está demostrado históricamente que sin la ayuda británica ni el wahabismo ni la Casa de los Saud existirían hoy. El wahabismo es un movimiento fundamentalista-británico inspirado en el Islam. A través de su defensa por parte de la Casa de Saud, EE.UU. también apoya el wahabismo, directa e indirectamente, independientemente de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El wahabismo es violento, derechista, ultra-conservador y rígido, extremista, reaccionario, sexista e intolerante... "
Occidente dio todo su apoyo a los wahabíes en la década de 1980. Ellos fueron manejados, financiados y armados, después de que la Unión Soviética fuera barrida de Afganistán en una amarga guerra que duró de 1979 a 1989. Como resultado de esta guerra, la Unión Soviética se derrumbó, exhausta, tanto económica como psicológicamente.
Los muyahidines que combatían a los soviéticos, así como al gobierno de izquierda de Kabul, fueron alentados y financiados por Occidente y sus aliados. Venían de todos los rincones del mundo musulmán, para luchar en una 'guerra santa' contra los infieles comunistas.
Según los archivos del Departamento de Estado de Estados Unidos:
"Contingentes de los llamados árabes afganos y combatientes extranjeros deseaban emprender la yihad contra los comunistas ateos. Destacaba entre ellos un joven saudí llamado Osama bin Laden, cuyo grupo árabe finalmente se convirtió en al-Qaeda”.
Grupos radicales musulmanes creados y repartidos por varios países musulmanes por parte de Occidente forman parte de al-Qaeda y, más recientemente, de ISIS (grupo también conocido como ISIL). ISIS es un ejército extremista que nació en los "campos de refugiados" en las fronteras sirio /turca y sirio/jordana, y que fue financiado por la OTAN y Occidente para luchar contra el (laico) gobierno sirio de Bashar al-Assad.
Estos grupos radicales implantados han estado sirviendo a varios fines. Occidente los utiliza como cipayos en las guerras que está librando contra sus enemigos, que son los países que todavía se enfrentan a la dominación absoluta del Imperio en el mundo. Más tarde, cuando estos ejércitos extremistas 'acaban totalmente fuera de control' (y siempre lo estarán…), podrán servir como espantajos y como justificación de la "guerra contra el terror" o, como cuando ISIS tomó Mosul, como excusa para la renovación del reenganche de las tropas occidentales en Irak.
Historias sobre los grupos musulmanes radicales han desfilado constantemente por las primeras páginas de los periódicos y revistas, por las pantallas de la televisión, recordando a los lectores “lo peligroso que está realmente el mundo ", " la importancia de la participación occidental " y, en consecuencia, cómo es importante la vigilancia, cuán indispensables son las medidas de seguridad, así como los tremendos presupuestos para las guerras de 'defensa' contra tantos estados canallas.
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De ser una civilización pacífica y creativa, que propendía hacia el socialismo, las naciones musulmanas y el propio Islam, se encuentran de repente como descarriladas, engañadas, manipuladas, infiltradas por penetraciones religiosas e ideológicas extrañas, y transformadas por los ideólogos y propagandistas occidentales en una 'tremenda amenaza "; transformadas en el culmen y el símbolo del terrorismo y la intolerancia.
La situación se ha vuelto completamente grotesca, pero la cosa no está para bromas; ¡demasiadas personas han muerto como resultado; muchas cosas se han destruido!
Indonesia es uno de los ejemplos históricos más llamativos de cómo funcionan realmente estos mecanismos de destrucción de los valores musulmanes progresistas.
En la década de los 50 y comienzos de los 60, EE.UU, Australia y Occidente en general, estaban cada vez más «preocupados» por la posición antiimperialista e internacionalista progresista del presidente Sukarno, y por la creciente popularidad del Partido Comunista de Indonesia (PKI). Pero aun más lo estaban, por el cariz progresista, socialista y moderado del Islam indonesio, que se fue aliando claramente con los ideales comunistas.
Ideólogos cristianos anti-comunistas y "planificadores", entre ellos el famoso jesuita Joop Beek, se infiltraron en Indonesia. Crearon organizaciones clandestinas, algunas de ideología paramilitar, lo que ayudó a Occidente a planificar el golpe de Estado de 1965 que costó la vida de entre 1 y 3 millones de personas.
Elaborada en Occidente, la propaganda anti-comunista y anti-intelectual extremadamente eficaz difundida por Joop Beek y sus cohortes, también ayudó a lavar el cerebro de muchos miembros de grandes organizaciones musulmanas, impulsándolos a unirse a la eliminación de izquierdistas, inmediatamente después del golpe. Pocos sabían que el Islam, no sólo el comunismo, había sido elegido como el principal objetivo de la “quinta columna” pro-occidental y cristiana en el interior de Indonesia; más precisamente, el objetivo era el de tendencia izquierdista, liberal del Islam.
Después del golpe de 1965, el dictador fascista patrocinado por Occidente, el general Suharto, recurre a Joop Beek como su asesor principal. También se ayudó ideológicamente de "discípulos" de Beek. Económicamente, el propio régimen se relacionó con magnates de negocios, principalmente cristianos, entre otros, Liem Bian Kie.
En el país musulmán más poblado del mundo, Indonesia, los musulmanes fueron dejados de lado, sus partidos políticos 'no fiables', prohibidos durante la dictadura, y tanto la política (encubiertamente) como la economía (abiertamente) cayeron bajo el control estricto de la minoría pro-occidental cristiana. A día de hoy, esta minoría controla una compleja y venenosa red de guerreros anti-comunistas, los cárteles y mafias empresariales estrechamente unidas, los medios de comunicación y educativos, "incluidas escuelas religiosas privadas, así como los propagandistas religiosos corruptos (muchos jugaron un papel importante en la masacre de 1965) y otros colaboradores tanto del régimen local como del global.
El Islam en Indonesia se ha reducido a una mayoría silenciosa, la mayor parte pobres y sin influencia significativa alguna. Sólo aparece en los titulares internacionales cuando sus frustrados militantes vestidos de blanco van a destrozar bares, o cuando sus extremistas, muchos relacionados con los muyahidín y la guerra afgano-soviética, atentan contra clubes nocturnos, hoteles o restaurantes en Bali y Yakarta.
Pero ¿son ellos en realidad los que hacen todo esto?
El ex presidente de Indonesia y clérigo musulmán progresista, Abderramán Wahid (expulsado de su cargo por las élites), me dijo una vez: "Yo sé quién voló el Hotel Marriott de Yakarta. No fue un ataque de los islamistas; fueron los servicios secretos de Indonesia, con el fin de justificar su existencia y el presupuesto, y para complacer a Occidente”.
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"Yo diría que el imperialismo occidental no sólo es que haya forjado una alianza con estas facciones radicales, simplemente las creó", me dijo en Londres un amigo mío, el líder intelectual musulmán progresista, Ziauddin Sardar.
Y continuó: "Tenemos que darnos cuenta de que el colonialismo hizo mucho más que daño a las naciones y las culturas musulmanas. Jugó un papel importante en la represión y la eventual desaparición del conocimiento y el aprendizaje, del pensamiento y la creatividad, de las culturas musulmanas. El encuentro colonial comenzó por apropiarse del conocimiento y el aprendizaje del Islam, que se convirtió en la base del 'Renacimiento europeo" y la "Ilustración" y terminó por erradicar este conocimiento y el aprendizaje de las sociedades musulmanas y de su propia historia. Lo hizo tanto mediante la eliminación física -la destrucción y el cierre de las instituciones de enseñanza, la prohibición de ciertos tipos de conocimientos indígenas, matando a pensadores y eruditos locales- como reescribiendo la historia como historia de la civilización occidental en el que se subsumen todas las historias secundarias de otra civilización".
¡Desde las esperanzas de los años de la II Guerra Mundial, hasta la oscuridad total actual, ha mediado un largo y terrible viaje!
El mundo musulmán está herido, humillado y confundido, casi siempre a la defensiva.
Mal comprendido por los extranjeros y muchas veces ni siquiera por su propio pueblo, se ve obligado con frecuencia a confiar en las opiniones occidentales y cristianas del mundo.
Lo que solía hacer a la cultura del Islam tan atractiva - la tolerancia, el aprendizaje, la preocupación por el bienestar de la gente - ha sido cercenado del reino musulmán, destruido desde el extranjero. Lo que quedó fue sólo la religión.
Ahora la mayoría de los países musulmanes están gobernados por déspotas, por camarillas militares o por corruptos. Todos ellos estrechamente vinculados con Occidente, con su sistema e intereses.
Igual que lo hicieron en otras grandes naciones e imperios de Sudamérica y Centroamérica, así como de África, los invasores y colonizadores occidentales lograron aniquilar totalmente las grandes culturas musulmanas.
Lo que lo reemplazó no fue sino la codicia, la corrupción y la brutalidad.
Parece como que todo lo que se basa en fundamentos distintos a los cristianos lo está reduciendo a polvo el Imperio. Sólo las culturas más grandes y más resistentes siguen sobreviviendo.
Cada vez que un país musulmán intenta volver a su esencia, para vivir a su manera, socialista o de orientación social - ya sea Irán, Egipto, Indonesia, o mucho más recientemente, Irak, Libia o Siria -, es feroz y salvajemente reprimido y destruido.
La voluntad de sus pueblos es destrozada sin contemplaciones, y las elecciones democráticamente expresadas son derrocadas.
Durante décadas, a Palestina se le ha negado la libertad, así como sus derechos humanos básicos. Tanto Israel como el Imperio escupen sobre su derecho a la libre determinación. El Pueblo palestino está encerrado en un gueto, humillado y asesinado. La religión es todo lo que a algunos de ellos les queda.
La "primavera árabe" se desvió y terminó casi en todas partes, desde Egipto a Bahrein, con los viejos regímenes y con la vuelta al poder de los militares.
Al igual que los africanos, los musulmanes están pagando un precio terrible por haber nacido en países ricos en recursos naturales. Pero también son tratados brutalmente por tener, junto con China, la civilización más grande en la historia, que eclipsó todas las culturas de Occidente.
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El Cristianismo ha saqueado y brutalizado al mundo. El Islam, con sus grandes sultanes como Saladino, se levantó contra de los invasores y por la defensa de las grandes ciudades de Alepo y Damasco, El Cairo y Jerusalén. Pero en general, estaba más interesado en la construcción de una gran civilización, que en el saqueo y las guerras.
Ahora casi nadie en Occidente sabe nada de Saladino ni de los grandes logros científicos, artísticos o sociales del mundo musulmán. Ahora sí, todo el mundo está "bien informado" sobre ISIS. Por supuesto que saben del ISIS sólo como un 'grupo extremista islámico ", no como una de las principales herramientas occidentales utilizadas para desestabilizar el Oriente Medio.
'Francia está de luto' por la muerte de los periodistas en las oficinas de la revista satírica, Charlie Hebdo (¡sin duda un crimen terrible!). En toda Europa, es de nuevo el Islam el que está siendo representado como brutal y militante, y no Occidente con su post-Cruzada, con sus doctrinas fundamentalistas cristianas que siguen derrocando y masacrando a todos los gobiernos y sistemas moderados, laicos y progresistas del mundo musulmán, dejando a los musulmanes a merced de fanáticos desquiciados.
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En las últimas cinco décadas, alrededor de 10 millones de musulmanes han sido asesinados debido a que sus países o no se someten al Imperio, o no lo sirven de manera incondicional, o simplemente estaban en el camino. Las víctimas eran indonesios, iraquíes, argelinos, afganos, paquistaníes, iraníes, yemeníes, sirios, libaneses, egipcios, o ciudadanos de Malí, Somalia, Bahréin y de otros muchos países.
Occidente creó los más horribles monstruos, invirtió miles de millones de dólares en ellos, los armó, les dio entrenamiento militar avanzado, y luego los dejó sueltos.
Los países que están produciendo terrorismo, Arabia Saudita y Qatar, son algunos de los más cercanos aliados de Occidente, y nunca han sido castigados por la exportación de terror en todo el mundo musulmán.
Grandes movimientos musulmanes sociales como Hezbollah, que participa actualmente en un combate a muerte contra el ISIS, pero que también se ofrece para galvanizar el Líbano en su lucha contra la invasión israelí, están en la "lista de terroristas", elaborada por Occidente. Eso explica muchas cosas, si se está dispuesto a prestar atención.
Visto desde el Medio Oriente, parece que Occidente, al igual que durante las cruzadas, tiene como objetivo la destrucción absoluta de los países musulmanes y la cultura musulmana.
En cuanto a la religión musulmana, el Imperio sólo acepta sus aspectos más vergonzantes - aquellos que aceptan el capitalismo extremo y la posición global dominante de Occidente. El único cliché tolerable del Islam es el fabricado por el propio Occidente y por sus aliados en el Golfo, destinado a luchar contra el progreso y la justicia social; el que está devorando a su propio pueblo.
Andre Vltchek es novelista, cineasta y periodista de investigación. Cubrió guerras y conflictos en decenas de países. El resultado es su último libro: "La lucha contra el imperialismo occidental". 'Pluto' publicó su diálogo con Noam Chomsky: El Terrorismo Occidental. Su famosa novela política Point of No Return ha sido reeditada. Oceaníaes su libro sobre el imperialismo occidental en el Pacífico Sur. Su provocador libro sobre la época post-Suharto en Indonesia y el modelo fundamentalista de mercado se llama "Indonesia - El archipiélago de miedo". Su documental "Ruanda Gambit" trata de la historia de Ruanda y el saqueo de la RD del Congo. Después de vivir durante muchos años en América Latina y Oceanía, Vltchek actualmente reside y trabaja en el Este de Asia y África. Está accesible a través de su página web o su Twitter.
Traducción: Red Roja


lunes, 19 de enero de 2015

Caricaturas árabes en solidaridad con Charlie Hebdo

Dilem“Los idiotas me han matado”, Dilem@dilemofficiel, publicado en Liberté (Argelia) el 09/01/2015
Emad Hayyach_2
“En condena del acto terrorista contra el periódico Charlie Hebdo”. En el bocadillo “Libertad de expresión” en la espada “Terrorismo”, por Emad Hayyach, publicado en Al Arabi (09/01/2015)
Ganzeer_Hebdo
Sobre la mitad roja “Queridos caricaturistas, pensad cuando estéis dibujando para #YoSoyCharlie que los terroristas que llevaro a cabo el atentado iban vestidos así:”; sobre el verde “y no así:”, por Ganzir @ganzeer
Muafaq Qat
El humorista sirio Muafaq Qat (publicado en Al Arab, 09/01/2015) relaciona el atentado contra “Charlie Hebdo” (en el bol de lápices) con Hadala, personaje del caricaturista palestino Nayi al Ali, asesinado en Londres,en 1987. Handala escribe: “El terrorismo no tiene religión”.
Amyad RasmiSobre la diana “El mundo islámico”; en el brazo “atacantes de Charlie Hebdo”, por Amyed Rasmi, publicado en Al Sharq al Awsat (09/01/2015)
Majluf_Hebdo_2
Majluf @makhlouz, publicado en Al Masri al Yaum, Egipto (08/01/2015)
Majluf_HebdoMajluf @makhlouz, publicado en Al Masri al Yaum, Egipto (08/01/2015)
Majluf_Hebdo_1Majluf @makhlouz, publicado en Al Masri al Yaum, Egipto (08/01/2015)
 Ganzeer
“¡¡Pues no me ha llamado terrorista el tío!!!”, Ganzir @Ganzeer
Anuar_Hebdo“Por un sarcasmo libre e independiente”, Anuar, publicado en Al Masri al Yaum, Egipto (08/01/2015)
Anuar_Hebdo2Anuar, publicado en Al Masri al Yaum, Egipto (08/01/2015)
Emad HayyachEmad Hayyach @EmadHajjaj

Mohamed SabaanehMohamed Sabaaneh @Sabaaneh
Omar Abdallat“El pensamiento extremista”, Omar Abdalat
Amyad Rasmi, SHAmyad Rasmi
Hes
Jáled Gueddar@baboubicom, publicado en Hespress, Marruecos(08/01/2015)
http://www.fundacionalfanar.com/

sábado, 17 de enero de 2015

Todos somos Charlie


zcomm.org


El mundo quedó horrorizado después del brutal ataque que sufrió la revista satírica francesa Charlie Hebdo. En las columnas del New York Times, el corresponsal Steven Erlanger, presente desde hace mucho tiempo en Europa, describió de forma sobrecogedora las repercusiones inmediatas de lo que muchos describen como el “11 septiembre” francés. Fue “una jornada durante la cual se sucedieron sirenas ruidosas con los ires y venires de los helicópteros. Una jornada de frenesí mediático, de cordones policiacos, de muchedumbres en pánico y de niños alejados de las escuelas por cuestiones de seguridad. Una jornada, como las dos que le siguieron, de sangre y de horror en París y sus suburbios”. El inmenso repudio mundial provocado por el atentado fue acompañado por una reflexión sobre las raíces profundas de esta barbaridad. “Muchos son los que ven en estos hechos un choque de civilizaciones”, anunciaba un título del New York Times.Las reacciones de horror y de indignación respecto a estos crímenes son justificadas, al igual que la búsqueda de sus causas profundas, siempre y cuando guardemos en mente firmemente algunos principios. La reacción debería ser completamente independiente de la opinión que se puede tener de ese periódico y del material que produce. Los eslóganes omnipresentes de tipo “Yo soy Charlie”, no deberían indicar, ni siquiera insinuar, ninguna asociación con el periódico, al menos en el contexto de la defensa de la libertad de expresión. Deberían más bien expresar una defensa de al libertad de expresión a pesar de lo que se puede opinar acerca del contenido, y aunque éste sea calificado de hiriente o depravado.
Y esos eslóganes también deberían expresar la condena de la violencia y del terror. El dirigente del Partido de los Trabajadores de Israel y principal contrincante para las próximas elecciones, Isaac Herzog, tiene toda la razón cuando dice que “El terrorismo es terrorismo. No existen dos formas diferentes de considerarlo.” También acierta cuando dice “Todas la naciones que desean la paz y la libertad enfrentan un inmenso reto” respecto al mortífero terrorismo – si dejamos de lado su interpretación selectiva acerca de este reto.
Erlanger describe muy bien la horrible escena. Cita uno de los periodistas sobrevivientes: “Todo se desplomó. No había ninguna escapatoria. Había humo por todos lados. Fue terrible. La gente gritaba. Una verdadera pesadilla.” Otro periodista superviviente describió “una inmensa deflagración antes de ser sumergidos en la absoluta oscuridad.” La escena, según Erlanger, “no era más que un montón de vidrio roto, paredes caídas, maderas retorcidas, pinturas desgarradas y devastación emocional.” Por lo menos 10 personas habrían muerto a raíz de la explosión, 20 otras habían desaparecido, “probablemente enterradas bajo los escombros”.
Esas citaciones, como nos lo recuerda el incansable David Peterson, no son de enero del 2015. En realidad son extraídas de una nota de Erlander del 24 de abril de 1999, que solo alcanzó la sexta página del New York Times, es muy lejos de alcanzar la relevancia del ataque de Charlie Hebdo. Erlanger en realidad describía el resultado de “un ataque con misil sobre la sede de la televisión de estado de Serbia” por parte de la OTAN (es decir los EE.UU.) que “dejó fuera del aire Radio Television Serbia.”
Hubo una justificación oficial. “La OTAN y los representantes estadounidenses defendieron el ataque”, reportó Erlanger, “como parte del esfuerzo para debilitar el régimen del Presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic.” El portavoz del Pentágono, Kenneth Bacon declaró durante una conferencia de prensa en Washington que “la televisión serbia formaba parte integrante de la máquina de terror de Milosevic, al mismo nivel que sus fuerzas armadas”, lo que la convertía por lo tanto en un blanco legítimo.
El gobierno de Yugoslavia declaró: “La nación entera apoya a nuestro presidente, Slobodan Milosevic”, según reporta Erlanger, quien añade que “no queda claro cómo el Gobierno sabe esto con tal precisión.”
Ningún comentario sardónico de ese tipo sería el bienvenido ahora que se puede leer en la prensa que Francia está en duelo y que el mundo está indignado ante los abominables acontecimientos. Tampoco resulta necesario interrogarse acerca de las causas profundas, ni de preguntarse quien representa a la civilización y quien a la barbarie.
Pero Isaac Herzog se equivoca cuando dice “El terrorismo es terrorismo. No existen dos formas diferentes de considerarlo.” Definitivamente sí existen dos formas de considerarlo: el terrorismo no es terrorismo cuando se trata de un ataque mucho más violento pero perpetrado por los que son Justos en virtud su poder. De la misma forma, la libertad de expresión no corre peligro cuando los Justos destruyen un canal de televisión que apoya a un gobierno que están atacando.
Asimismo, se entiende fácilmente el comentario del abogado de derechos cívicos Floyd Abrams, reconocido por su defensa apasionada de la libertad de expresión, publicado en el New York Times y en el que señala que el ataque contra Charlie Hebdo “es la agresión más grave en contra del periodismo de la que se tenga memoria.” Tiene razón de precisar “de la que se tenga memoria”, lo que divide cuidadosamente a los ataques contra el periodismo y los actos de terrorismo en dos categorías: los Suyos, que son horribles; y los Nuestros, que son virtuosos y fácilmente eliminados de nuestra memoria.
Vale la pena subrayar que esto solamente es uno de los numerosos ejemplos de ataques contra la libertad de expresión realizado por los Justos. Para mencionar únicamente otro ejemplo que fue fácilmente borrado de “nuestra memoria”, el ataque llevado a cabo por las fuerzas de los EE.UU en Falluja en noviembre del 2004, uno de los peores crímenes realizados durante la invasión a Irak, que inició con la ocupación militar del Hospital General de esa ciudad. La ocupación militar de un hospital representa en sí, por supuesto, un grave crimen de guerra, independientemente de la forma en la que fue llevada a cabo. Los hechos fueron trivialmente descritos en un artículo publicado en primera plana del New York Times, junto con una fotografía ilustrando el crimen. El texto señalaba que “soldados armados sacaron de las habitaciones a los pacientes y empleados del hospital, y les ordenaron sentarse o tirarse al piso mientras que las tropas los maniataban por detrás.” Esos crímenes fueron descritos como si fuesen altamente meritorios y justificados: “La ofensiva permitió clausurar lo que oficiales describían como una herramienta de propaganda para los militantes: el Hospital General de Falluja, con su flujo de informes sobre el número de víctimas civiles.”
Evidentemente, no se le podía permitir a una agencia de propaganda de este tipo que siguiera escupiendo sus vulgares obscenidades.
Traducción: Luis Alberto Reygada
Fuente: https://zcomm.org/znetarticle/we-are-all-fill-in-the-blank/
rebelion.org

viernes, 16 de enero de 2015

Charlie Hebdo, los usos del atentado y la Europa que se viene

Charlie Hebdo, los usos del atentado y la Europa que se viene
Por Pablo Gandolfo. Probablemente nunca sepamos cómo se tramó el atentado en París pero sí podemos saber cómo y para qué se lo manipula. La crisis estructural en Europa y las consecuencias de Charlie Hebdo. Paris y Atenas brindan las claves para entrever los trazos del futuro.

1- Un atentado funciona como un disparador de reacciones encadenadas. Conviene observar cuáles son, detectarlas y preguntarse quiénes son los beneficiados por los efectos que ese hecho cataliza. No es infalible, pero por allí tendremos un indicio de quiénes fueron los instigadores.
2- Si bien esa indagación no nos da la respuesta sobre los móviles de los autores materiales, ni nos devela la identidad de sus mandantes, sí nos permite levantar la guardia ante el uso que los poderes establecidos realizan a partir de ese atentado. Con estas dos premisas, repasemos primero el contexto en que se produce y luego la manipulación para dirigir las reacciones en un sentido determinado.
Contexto en Francia
3- El atentado contra Charlie Hebdo ocurre mientras crece la población musulmana en los países europeos y particularmente en Francia. Cuando un grupo particular crece, las derechas propagan un mensaje racista destinado a estigmatizarlo y atribuirle las culpas de las desdichas de la nación. Ese mensaje está avanzando en Europa y quedó reflejado en el desempeño electoral de partidos de extrema derecha en la última elección al Europarlamento en 2014.
4- Francia conoció una dura polémica respecto a la población islámica. Fue en 2004, cuando se aprobó la norma 228 que llevaba por título “Ley que enmarca en la aplicación del principio de laicidad, el uso de signos o vestimentas que manifiesten una pertenencia religiosa en las escuelas, institutos y liceos públicos”. Se trata de una ley que sus opositores denunciaron por tratarse de discriminadora, que apuntaba a eliminar el uso del velo en las mujeres islámicas. Desde hace muchos años y desde el propio Estado se aprueban normas con un contenido discriminador contra un grupo particular. Se trata entonces de una política de Estado.
Contexto internacional
5- Con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, Estados Unidos modificó su estrategia de intervención militar en el extranjero. La fórmula con la que la ex jefa del Departamento de Estado, Hillary Clinton, resumió la nueva doctrina fue “el liderazgo en la retaguardia”, en contraposición (sin explicitarlo) al liderazgo en la vanguardia que había primado en la presidencia de George W. Bush y que había terminado en rotundo fracaso.
6- Esa doctrina necesitaba que alguien ocupara el lugar de vanguardia en los ataques militares por venir. Francia es uno de los países que ocupó más activamente ese rol en los últimos años de la presidencia de Nicolás Sarkozy y durante lo que va del mandato de François Hollande.
7- Francia se involucró activamente con intervenciones militares directas en el terreno en Libia, en Mali y, mediante sus servicios secretos, en Siria. En todos esos casos, grupos musulmanes oscurantistas, que utilizan métodos terroristas, formaron (forman) parte de la estrategia de Occidente para cumplir sus objetivos en esos países.
8- Para decirlo más claramente: Francia no intervino para atacar grupos terroristas sino para apoyarlos y fomentarlos. Esa intervención tuvo como consecuencia que dos países que eran ejemplo en sus respectivas regiones (Libia ostentaba el mejor nivel de vida de África; Siria es ejemplo de convivencia entre distintas minorías y tendencias religiosas)  y que no padecían de expresiones terroristas relevantes, fueran destruidos. En el caso de Libia cayó su gobierno y se convirtió en un verdadero Estado fallido; en Siria, Bashar Al Assad se encuentra firme y con amplio apoyo de la población, pero el país enfrenta una guerra desde hace cuatro años.
Manipulación de la reacción al atentado
Las reacciones al atentado cumplen objetivos en distintos planos. Repasemos algunos.
9- El “choque de civilizaciones” no es una doctrina islámica. Es una invención del geoestratega estadounidense Samuel Huntington, quien fuera profesor de la Universidad de Harvard e influyente en la formación de la élite que dirige la política exterior estadounidense. El ataque a las Torres Gemelas sirvió para criminalizar a toda una “civilización”. Además, fue condición necesaria para que Estados Unidos pudiera gambetear el “síndrome de Vietnam” y volver a realizar una operación militar con despliegue de tropas en el terreno de gran magnitud más de un cuarto de siglo después de aquella derrota. Atentados en Europa son condición necesaria para que el viejo continente asuma como real la invención realizada en un gabinete de Harvard.
10- El choque de civilizaciones busca galvanizar a “Occidente” en contra de un “otro”, en este caso los musulmanes. En el plano externo, esta configuración del campo permite persuadir a la “opinión pública” de los países centrales para realizar intervenciones en el extranjero (*).
11- Sin embargo, este clima de odio y la particularidad de un “otro” que está entre “nosotros”, que se puede infiltrar y realizar atentados, justifica que se tomen medidas “extraordinarias”. Esas medidas no servirán sólo para combatir a ese “otro que está entre nosotros” (musulmán) sino a un “otro” mucho más peligroso: todos aquellos que luchan contra la caída del nivel de vida en Europa, la reacción social que crece ante la crisis económica y los desafíos que se avizoran en el horizonte político.
12- Además de los que podríamos llamar la conversión en norma de medidas de excepción (espionaje, escuchas, cámaras, vigilancia) y de la criminalización de todos los que se oponen a un sistema, el poder político intenta (y esto es aún más importante) galvanizar a una parte de la sociedad alrededor de un mensaje reaccionario. Así se busca prevenir o bien limitar la emergencia de una fuerza política anti-sistema.
13- Agrego al pasar que el país que desde otro gabinete con vista al Boulevard Raspail vio florecer “la deconstruction” y promover“la différance” tendrá la oportunidad ahora de evaluar cuánto avanzó la tolerancia al compás de aquellas teorías financiadas por las fundaciones Ford y Rockefeller.
14- De ahora en adelante, estos recursos (puntos 9, 10, 11 y 12) los veremos crecer más y más, utilizados por el poder político y económico para manipular a las poblaciones de los países europeos. No producto de la casualidad: el capitalismo transita una crisis estructural a escala planetaria pero con particular impacto, en esta etapa, en los países centrales. No fue superada en 2008 y, como viene ocurriendo desde 1973, reaparecerá agravada, ya sea con la remedia de grandes o pequeños programas keynesianos o neoliberales, con su combinación sucesiva o con la alternancia de los principales motores de la economía mundial. Todos esos métodos fueron ensayados en estas cuatro décadas. Esas medidas ayudan a superar coyunturas, pero no atacan la raíz.
15- En estos días estamos viendo cómo se aceleran en el plano político las consecuencias del impacto de la crisis estructural sobre Europa. La configuración del sistema político que imperó en Grecia durante décadas está hecha trizas. El próximo 25 de enero (elecciones en Grecia) puede ser un día histórico, donde las propuestas anticapitalistas comiencen a trascender su actual confinamiento a algunos países de Latinoamérica. La meteórica emergencia de Podemos en España va por el mismo camino. La pérdida de legitimidad de los sistemas políticos de los países europeos y la caída de los partidos tradicionales es un fenómeno que se extenderá. Las clases dominantes europeas se preparan para enfrentar ese fenómeno.
16- La utilización que se realizó tras el atentado en Paris va en esa dirección. Un presidente que es rechazado por amplias franjas en su país, incapaz de generar entusiasmo y que decepcionó las tibias expectativas con las que fue elegido busca capitalizar el amplio, activo y justificado rechazo al atentado. Sobre la base de la fractura social que produce el atentado se llama a una “unidad nacional”, que es la unidad de una parte de la sociedad, hecha en nombre de la nación para enfrentarse a otra parte de la sociedad. O sea, no es unidad ni es nacional.
17- Este proceso ilustrado en el atentado será repetido en escala ampliada ante el impacto de la crisis estructural del capitalismo sobre las sociedades europeas. El poder económico, que es ordenado, previsor y planifica sus pasos, se prepara para transitar el futuro. Atenas tal vez nos entregue una postal de lo que buscan prevenir y luego enfrentar.
No sabemos quién realizó el atentado. Sí podemos saber cómo y para qué se lo utiliza.
(*) ver el artículo Francia enviará un portaaviones a Irak contra el Estado Islámico publicado en el sitio RT
http://www.marcha.org.ar/

Un catastrófico error de Inteligencia occidental

CONMOCIÓN EN FRANCIA La opinión
  • Al Qaeda en Yemen era la sección más operativa de la red

  • Los hermanos Kouachi estaban estrechamente vinculados a ella

Un hombre yemení observa en las noticias una fotografía de Chérif...
Un hombre yemení observa en las noticias una fotografía de Chérif Kouachi. YAHYA ARHAB EFE

Desde hace unos cuantos años se sabe sobradamente en los círculos de Inteligencia, tanto yihadistas como occidentales, que la sección operativa más eficaz de Al Qaeda estaba en Yemen, donde el grupo controlaba territorio, fabricantes de bombas y terroristas suicidas de muy diversas nacionalidades y mostraba adicción a atacar a Occidente.
En consecuencia, este dato hace de la falta de atención prestada a los estrechos vínculos que Said y Chérif Kouachi (los dos hermanos que mataron a 12 personas en la sede parisina del periódico Charlie Hebdo) mantenían con Al Qaeda en Yemen un fallo de Inteligencia aún más catastrófico si cabe.
A diferencia de los grupos de Al Qaeda en Irak y Siria, que han sido derrotados, o han abandonado la lucha, o han sido absorbidos por el creciente poder militar e ideológico del IS [en español, Estado Islámico], Al Qaeda en Yemen nunca ha buscado un enfrentamiento con el Estado Islámico, a pesar de que los dos grupos son rivales.
Al Qaeda en Yemen es casi tan antigua como la Al Qaeda organizada en Afganistán y Pakistán por Osama bin Laden en la década de los ochenta. La familia de Bin Laden era originaria de Yemen y siempre estuvo entre sus objetivos disponer en ese país de una organización operativa permanentemente activa para hacerse con el poder. Él no llegó a verlo en vida, pero hoy es tal el caos allí que es posible que nosotros lleguemos a ver el hundimiento del Estado yemení y que el poder caiga en manos de Al Qaeda en Yemen.
La organización ha mantenido el objetivo primigenio de Al Qaeda, es decir, derrocar el capitalismo occidental y acabar con el poder y la influencia de Occidente en Oriente Próximo con el fin de provocar el hundimiento de los regímenes árabes. En otras palabras, atacar al enemigo lejano para socavar y, en último término, destruir al enemigo cercano de los regímenes árabes.
El IS se plantea el objetivo opuesto: apoderarse de territorio árabe, borrar sus fronteras y establecer un estado islámico unitario o califato que se extienda desde Marruecos a la India; en otras palabras, enfrentarse al enemigo cercano en lugar del lejano.
Sin embargo, es el crecimiento fenomenal del IS en los últimos 12 meses lo que ha distraído a la Inteligencia occidental de los objetivos originales de Al Qaeda. Los éxitos del IS en los campos de batalla han llevado a alrededor de 18.000 yihadistas extranjeros, procedentes de 90 países a sumarse al movimiento y a combatir de su lado en Siria e Irak.
A pesar de su renuencia a atacar a Occidente de forma directa, el IS ha proporcionado inspiración y claridad ideológica a muchos extremistas de todo el mundo.
Tal cantidad [de combatientes], entre ellos los miles que han estado yendo y viniendo a y de Europa, tiene superadas a las organizaciones occidentales de Inteligencia hasta el punto de que éstas han tendido a aflojar la vigilancia sobre los militantes todavía comprometidos con los objetivos de la red terrorista Al Qaeda.
Los atentados de Francia se habrán saldado con la muerte de 17 personas, muchas menos que los atentados del 11 de septiembre [de 2001] en Nueva York, pero han tenido prácticamente el mismo efecto de aterrorizar a los gobiernos de toda Europa y de situar la seguridad y la prevención en lugar preferente; sin duda, en las próximas semanas seremos testigos de sus graves repercusiones sociales, políticas y económicas en Francia y en otros países europeos.
Eso es exactamente lo que la antigua Al Qaeda ha tratado siempre de hacer (y lo seguirá haciendo): poner de rodillas al capitalismo occidental. Es posible que durante algún tiempo surjan nuevos movimientos rivales y más populares, como el IS , pero, para Occidente, el verdadero peligro a largo plazo sigue siendo Al Qaeda.
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