MARTIN MARTINELLI, PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE
LUJÁN, ARGENTINA
Vislumbramos tres ejes de presión y tensión directa
del Imperio: Israel, Ucrania, Taiwán. Todas zonas de conflicto contra tres
potencias euroasiáticas Irán, Rusia y China. Las tres primeras son en la
práctica bases estadounidenses de provocación
Mientras
que para los grandes medios corporativos siempre existe un villano y un bueno
en la historia algo a matizar, lo cierto es que muchos se preguntan de dónde
surge tanto poder de Israel, la respuesta es Estados Unidos, su socio
estratégico.
El año
que viene, 2023, se cumplen dos siglos de la doctrina “Monroe” de 1823 –
América para los estadounidenses –, esto es para Nuestramérica. Entretanto, el
resto del mundo ha sufrido, sobre todo los pueblos como suele ser, la
maquinaria militar oprobiosa de dicha potencia desde 1945. En los últimos
treinta años, posterior a la implosión soviética, pretendido ejercer una
unipolaridad, el Proyecto del Nuevo Siglo Americano (PNAC en inglés).
En 1999,
la OTAN destruye y disecciona Yugoslavia, en la propia Europa, o sea la
balcanización, «el divide y reinarás». Sin embargo, en 2001 emerge la
Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la alianza China-Rusia tan
temida por el país anglosajón. Seis meses después, invaden en una pretensión de
recolonizar la región, llegar a esas potencias Afganistán (2001) nuevamente
Iraq (1991, ahora 2003) y rodear a Irán. Los dos primeros sufren cuatro
décadas, si cuatro, de guerras casi ininterrumpidas de variada índole, en el
corazón de Eurasia (el Heartland).
Asistimos
hoy a un declive hegemónico estadounidense, que no es a corto plazo, sino que
lleva varias décadas. Algo evidente en el porcentaje de productos
manufacturados del mundo que en setenta años descendió de la mitad al entre 18
y 19%. Está acompañado de la crisis en Europa, pero sobre todo de una
asiatización de la economía, que se ha ido trasvasando de la tríada (Estados
Unidos, Europa Occidental y Japón) del imperialismo colectivo al Sudeste
Asiático, y de manera exponencial a Eurasia.
En estos
días se reunió la Organización de Cooperación de Shanghái, el mayor bloque
regional del mundo, que abarca casi la mitad de la población mundial y más del
30% del PIB global. La conforman Rusia, China, la India, Pakistán, Kirguistán,
Uzbekistán, Tayikistán y Kazajstán, a los cuales se sumarán Irán y Bielorrusia.
Este grupo se complementa con el BRICS+ Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica
a los cuales se les sumarían inminentemente Argentina e Irán.
Dichos
organismos se integran con otros de Eurasia como la Asociación Económica
Integral Regional (RCEP en sus siglas en inglés, liderada por el gigante
asiático) y muestra un contrapeso con la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN 1949-), que sobrevivió a su opuesto “Pacto de Varsovia (1955-1991)”
como una organización militar, actualmente en expansión (30 países) bajo las
prerrogativas de la anglosfera, sobre todo del eje Estados
Unidos-Inglaterra-Israel. A estos se suman los aliados más directos como Japón,
Canadá, Australia, Corea del Sur entre otros.
El
pequeño país en territorio Israel, en este mapeo geopolítico, funciona como
enclave – aparte de colonizar y oprimir a los palestinos – de presión sobre
Irán. Observable en el asesinato de Qasem Soleimani, el de Mohsen Fakhrizadeh,
uno de los arquitectos del programa nuclear de Irán liquidado por la agencia de
inteligencia de Israel, el Mossad, por la injerencia retroalimentada con
Estados Unidos respecto al pacto del desarrollo nuclear de Irán controlado por
los 5 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Francia, Rusia,
EE.UU. y Reino Unido más Alemania, del que la potencia norteamericana se aisló
unilateralmente y aún está en tratativas.
Vislumbramos
tres ejes de presión y tensión directa Israel, Ucrania, Taiwán sobre las tres
potencias euroasiáticas Irán, Rusia y China. Las tres primeras se erigen como
bases estadounidenses de provocación a los tres gigantescos euroasiáticos
(faltaría India). Igualmente se añaden otros y se alinean a los establecidos en
la posguerra en Japón, Alemania y Turquía. Sin embargo, esto cambia dado el
acercamiento turco a la OCS más reciente, así como la reunión en Teherán, Irán,
de los presidentes iraní Raisi, ruso Putin y turco Erdogan. Mientras Ucrania se
ha convertido en una bomba de relojería contra la propia Europa y en
preferencia contra Alemania dependiente en su industria del gas ruso.
Israel
además posee armamento nuclear, y ejerce un rol co-imperial de Estados Unidos,
amparados en la culpabilidad alemana por la Shoa. Esto significa que sufrieron
como población europea la criminalidad del aparato nazi, en un contexto
lamentable de entre sesenta y setenta millones de víctimas a nivel mundial, con
el peso mayor recayendo sobre los soviéticos con más de 25 millones de almas
perecidas.
El
acrecentamiento y la importancia de Israel, pese a no tener mucho ni gas, ni
petróleo, ni población, ni territorio, a nivel regional pero también internacional
para la región del Medio Oriente y para África, se explica por su rol
co-imperial de la superpotencia americana. Y por eso se ocultan su violencia
cotidiana frente a los palestinos, a los sirios, libaneses, siendo los primeros
colonizados y los más damnificados por el apartheid israelí que denunciaron
organizaciones de nivel mundial como B´Tselem, Human Right Watchs, organismos
de las Naciones Unidas y un gran conjunto de intelectuales que contradicen la
agenda de los medios de “comunicación” hegemónicos.
A Israel,
oficialmente, el Pentágono le promete una ventaja militar cualitativa en la
región. Eso lo verificamos también por la cantidad de bases militares
existentes en la región, aumentadas desde 1991, así como aumentaron las
intervenciones estadounidenses de esa arista contándose por ellos mismos en 250
alrededor del mundo, con mayor énfasis en el denominado “Gran Medio Oriente”.
Israel funciona como un aliado estratégico, (similar a Arabia Saudita, solo que
con rasgos culturales afines) de Estados Unidos por el lobby pro-israelí, los
casi 7 millones de israelíes que se equiparan, por un lado, con igual número de
palestinos entre las “fronteras” de Israel-Palestina y, por otro, con igual
número de judíos en el país norteamericano. Ese poder decisor al interior del
país de mayor gasto militar del mundo, previsto en más de 800 mil millones de
dólares (su contracara es China sacando de la pobreza extrema a 800 millones de
chinos), está en una política entrelazada que marcó la destrucción de potencias
estatales laicas como Libia, Siria, Iraq, Afganistán y Yemen, que oprime a
Palestina, y que provoca a Irán.
Este
último caso de fricción nos atañe ya que delinea un parteaguas, por ser aliados
de los bloques que hoy día se ven antagónicos, de cercanía a Estados Unidos uno
y el otro a Rusia y China, las máximas potencias mundiales. Pero nos devuelve a
la cuestión del uso de los países como arma de provocación, puesto que para un
observador que desconozca el tema, lo primero que salta a la vista es que un
país de unos 7 millones de personas pretenda desafiar a uno de más de 80, es
cuanto menos llamativo y nos lleva a la cuestión nuevamente de qué país está
detrás de las jugadas geopolíticas de un país que se pretende europeo hasta en
las competencias deportivas, no obstante se localiza en una zona neurálgica del
sistema mundial.
El
ejército de ese país de la costa Mediterránea urde con el gigante
norteamericano una estrategia de dominación y neoimperialismo para la zona,
sustancial como palanca principal para ejercer supremacía sobre el resto del
mundo y más aún sobre sus competidores hegemónicos. Las víctimas son los
millones de refugiados, los muertos, las nefastas consecuencias mentales para
las familias, la destrucción causada de cada uno de los habitantes de esta
región que resisten pero que necesitan que descienda el nivel de violencia
latente y permanente por el que se hallan rodeados.
https://cuadernosdebitacora.com/fin-del-orden-unipolar-soplan-vientos-de-cambio/
https://observatoriocrisis.com/2022/09/23/fin-del-orden-unipolar-el-caso-de-israel-iran-y-palestina/
https://observatoriodetrabajadores.wordpress.com/2022/09/23/fin-del-orden-unipolar-soplan-vientos-de-cambio-el-caso-de-israel-y-palestina-e-iran-martin-martinelli