miércoles, 27 de diciembre de 2023

INCONSISTENCIAS DE UNA INÉDITA AGRESIÓN

Claudio Katz




En las primeras semanas de gobierno, Milei ha transparentado el descomunal atropello

que pretende implementar. Ninguna denominación exagera esa ofensiva. Es ¨un plan de guerra
contra la clase trabajadora¨, una ¨motosierra contra los desposeídos¨ y una ¨contrarreforma
integral de la sociedad argentina¨. Aplica la doctrina neoliberal del shock con una virulencia
nunca vista. Martínez de Hoz, el Rodrigazo, Menem o Macri son tibios antecedentes de la
brutalidad en curso.
Milei espera consumar en un año, la cirugía del gasto público que el FMI propuso
efectivizar a lo largo de un quinquenio. Proclama la conveniencia del sufrimiento y pronostica un
desplome aún mayor de los ingresos populares, antes de lograr la prometida recuperación
económica. Omite que esos padecimientos no se extenderán al puñado de poderosos que
enriquece su gestión. También oculta el carácter innecesario y premeditado del daño que está
provocando a toda la población.
El libertario presenta su mazazo como la única contención posible a una inminente
catástrofe de la economía. Pero fundamenta ese diagnóstico con cifras disparatadas. Inventa una
hiperinflación del 15 mil por ciento, déficits gemelos del 17% del PBI y advierte contra un
encarecimiento del litro de leche de 400 a 60 mil pesos. Exagera alocadamente los desequilibrios
de la herencia recibida para disimular la atrocidad de sus medidas.
En pocos días ha desmentido todos los mensajes de la campaña electoral. Sus decretos
penalizan al grueso de la población y no a un puñado de políticos. Ya sustituyó las menciones de
la ¨casta¨ por todo el Estado como destinatario del recorte. Ahora confiesa que su tijera se
extenderá al sector privado, pero omite que los grandes grupos capitalistas quedan eximidos de
ese ajuste.

EMPOBRECIMIENTO GENERAL

Con el cuento de evitar una hiperinflación futura, Milei genera una superinflación
inmediata. Comenzó con una mega devaluación del 100% que escaló la carestía al 25-30%
mensual. Remediar con más inflación el peligro de ese flagelo es el primer absurdo de su
programa.
Los precios de los alimentos se han disparado nuevamente por encima del promedio,
amenazando la supervivencia de los sectores más humildes. Milei motoriza esa degradación,
anulando todos los obstáculos legales al salvajismo del mercado (ley de abastecimiento y de
góndolas). Eliminó las restricciones a la exportación de carne, para situar el precio de ese
alimento en su impagable cotización internacional.
Ya se avizora un dramático salto en la pobreza, que en el primer trimestre del 2024
afectaría al 55-60% de la población. La irrelevante compensación que dispuso al recorte de los
planes sociales desembocará en situaciones de subalimentación.
Los jubilados son nuevamente el segmento más golpeado. Milei soslayó el otorgamiento
de los bonos, que periódicamente alivian a los perceptores del haber mínimo. Prepara, además,
otro cambio en la fórmula de movilidad para castigar al sector más vulnerable de la sociedad.
Ese ensañamiento apunta a recrear el fallido régimen de las AFJP (jubilación privada), alegando
insuficiencia de fondos en la Seguridad Social. Omite que bastaría con restaurar las cargas
patronales (que eliminó el menemismo y no repusieron sus sucesores) para equilibrar ese
sistema.
La prioridad de Milei es precarizar el trabajo, aprovechando la demolición del costo
laboral que impone la inflación. Con ese objetivo motoriza una reforma laboral que pulveriza las
indemnizaciones, elimina la ultra actividad de los convenios y extiende los períodos de prueba.
La clase media será atropellada con tarifazos que duplicarán en el AMBA el precio del
transporte. Sin apartarse del principio de nivelar para abajo, Milei argumenta que en el resto del
país esas erogaciones son más elevadas. También apuntala la campaña de las empresas de
medicina prepaga para apropiarse de la crema del mercado. Su decretazo les permitirá capturar a
los afiliados de mayores ingresos de las obras sociales, para expulsar a los empobrecidos al
infierno de hospitales públicos sin recursos. Esas compañías preparan su nuevo negocio con
incrementos de cuotas del 40 o 50%.
La guadaña para los empleados públicos transita por congelar los sueldos en pleno
aluvión inflacionario. Está en marcha el despido de los contratados y una purga posterior en
numerosos organismos. También avanza la destrucción de la estructura científica, acorralando al
CONICET a sobrevivir con seis meses de presupuesto.
El libertario promociona esta sangría denigrando el trabajo estatal y propiciando una
confrontación con los asalariados del sector privado formal. Con ese objetivo autorizará para este
segmento, la vigencia de las paritarias cortas con cláusulas gatillo, que proscribe en el universo
público.

AVENTURAS Y APROPIACIONES

Milei pretende consolidar la demolición del nivel de vida popular, con una recesión que
genere altas tasas de desempleo. Espera disuadir la resistencia social con esa masa de
desocupados. Menem recurrió a esa receta y su émulo la recrea, paralizando la obra pública y
reduciendo las transferencias a las provincias. Ese vendaval provocaría, además, un masivo
quebranto de las pequeñas empresas a favor de los grupos concentrados nacionales, que el
libertario favorece anulando la ley de góndolas. Las compañías foráneas son premiadas con la
eliminación de la ley de Compre argentino.
El ocupante de la Casa Rosada supone, que con esa topadora la economía encontrará un
punto de inflexión, cuando la depresión pulverice el consumo interno. Prevé que la estabilidad
monetaria inducirá en ese momento un ciclo de reactivación, manejado por los poderosos que
sobrevivan al hundimiento del resto. Pero no computa la posibilidad de una estanflación
perdurable por los desequilibrios que introduce su ajuste.
Si, por ejemplo, la recaudación decrece junto al declive del nivel de actividad más que el
recorte del gasto público, la economía quedará entrampada en un círculo vicioso de sucesivas
regresiones. También la inflación puede carcomer la devaluación y forzar en poco tiempo otro
ajuste del tipo de cambio, con el consiguiente rebrote de los precios.
Estas eventualidades son conocidas, pero omitidas por el grueso de las clases dominantes.
Todas sus fracciones sostienen la feroz arremetida del nuevo mandatario. Celebran la fenomenal
transferencia regresiva de los ingresos que ha impuesto la remarcación de los precios.
Milei no disimula su convocatoria a reforzar la primacía económica de un grupo de
empresas. El eje de su mega decreto son los cambios en el Código Civil y Comercial, que
otorgan a esas compañías la última palabra en cualquier controversia jurídica. Para estabilizar un
modelo neoliberal parecido al que impera en Chile, Colombia o Perú propicia el fulminante
predominio del gran capital.
El libertario ya tiene preestablecidos a los ganadores de su partida. Diseña las
privatizaciones a medida de esas firmas, mediante la conversión de las empresas públicas en
sociedades anónimas. Cada capítulo de su mega decreto favorece a un grupo predeterminado.
La anulación de la ley de góndolas es para Coto, los cambios en los clubs de fútbol son
para Macri, la remodelación del azúcar para Blaquier, la desregulación financiera para Galperín,
el desmembramiento de YPF para Rocca y el descontrol de los alimentos para Arcor, Danone y
Molinos.


También pone fin a las normas de los alquileres por pedido de la Cámara Inmobiliaria,
Airbnb y Booking, avanza en la demolición de las obras sociales a favor de Osde, Swiss
Medical, Galeno y Omint. La derogación de la Ley de Tierras es un presente para Joe
Lewis y Luciano Benetton y las modificaciones del régimen farmacéutico se amoldan
a Farmacity. La desregulación satelital ha sido explícitamente concebida a medida de Starlink.
En los grandes negocios irresueltos del extractivismo minero, el libertario hará lobby para
sus candidatos mediante la desfinanciación de las provincias. Existe, además, una larga lista de
empresas sin compradores que serán recortadas o cerradas (ferrocarriles, Aerolíneas, YCF,
medios públicos). Ya se vislumbran también los conflictos entre apropiadores por las compañías
más apetecidas (fondos buitres versus Techint por YPF).
LA PRIMACÍA DE LOS FINANCISTAS
.
El capital financiero tiene total preeminencia en un gabinete bendecido por el FMI. Los
bancos festejan la desregulación de las tarjetas de crédito y la eliminación del tope a los intereses
punitorios que pagan sus clientes.
Ese protagonismo financiero quedó explicitado, con la emisión de un nuevo bono para
saldar la deuda del Estado con los importadores. Ese título (Bopreal) pretende resarcir a las
empresas que adquirieron bienes del exterior, sin contar con las divisas que Massa rehuyó
entregarles ante la forzosa carencia de reservas. Para remediar ese impago, los adalides de la
austeridad fiscal vuelven a endeudar el Estado, con un bono por 30 mil millones de dólares, que
cotiza en divisas y ofrece elevados rendimientos.
Pero el pasivo alegado para justificar esta nueva deuda pública no está documentado y su
envergadura es un enigma. Los importadores proclaman distintas sumas para compensar
operaciones muy dudosas. Es evidente que los montos están inflados e incluyen todo tipo de
fraudes (autopréstamos con las casas matrices, sobrefacturación de precios de transferencia). Por
simple petición de los capitalistas, el Estado asume nuevamente un compromiso que pagará toda
la población. Aunque la estatización de esas deudas privadas no es aún explícita, se están
creando las condiciones para ese traspaso.
Caputo no solo busca socorrer a sus amigos. También intenta iniciar la paulatina
sustitución de la deuda pública en pesos por otra nominada en dólares. Gran parte del pasivo
reclamado por los importadores está reciclado en el sistema bancario y quedó atado a la montaña
de títulos públicos que acumulan las entidades (Leliqs). El ministro aspira a reconvertir esos
papeles en bonos en dólares para priorizar las transacciones en divisas. Sustituiría los dólares
frescos que no consiguió en el exterior por títulos estatales nominados en esa moneda.
Hasta ahora, el bono que emitió para los importadores no cuenta garantías significativas y
tampoco puede ser objeto de litigio en tribunales internacionales. Su emisión es otra aventura del
timbero que hundió al país durante la gestión de Macri.
Con esa colocación pretende iniciar un lanzamiento general de títulos en divisas, para
contraer la masa total de pesos en circulación y dejar abierto un curso de eventual dolarización.
Ese desemboque es concebido como coronación del proyecto neoliberal o como un recurso de
emergencia, frente a corridas cambiarias o colapsos bancarios. Las señales de esa intención
dolarizadora se verifican también en el desaliento a los depósitos en pesos (tasas de interés
decrecientes) y en las nuevas normas de contratos en dólares (alquileres) o en sus equivalentes
virtuales (bitcoins).
Pero Caputo juega con fuego al coquetear con una dolarización sin respaldo. No
consiguió hasta ahora el auxilio externo de los fondos de inversión o del FMI, para atenuar el
agujero de 10.000 millones en las reservas. Tan sólo espera inflar una burbuja con sus cómplices
de la City, hasta que en abril ingresen las divisas de la cosecha.
Lo más insólito es el fundamento de su jugada en el saneamiento de las finanzas públicas.
Un gobierno que destruye la economía en nombre de reducir el déficit fiscal, está montando un
gigantesco agujero en el erario público. Sus voceros omiten que la mitad de los 5,5 puntos del
PBI que pretenden recortar corresponde a intereses de la deuda. Ese pasivo volverá a escalar en
forma incontrolable con las nuevas andanzas de un endeudador serial, que promete cuidar el
gasto público, mientras despilfarra el dinero de todos los argentinos.
GUIÑOS DEL AGRONEGOCIO Y LA INDUSTRIA
Milei inauguró su mandato con la mega devaluación que exigían los exportadores del
agro. Ya tenían el dólar soja que les otorgó Massa y ahora obtuvieron la cotización que
ambicionan para sus ventas. Ese beneficio es solventado con el empobrecimiento de la
población, que sufrió el inmediato traslado a los precios internos de la duplicada cotización del
dólar. Nunca el país soportó un encarecimiento tan descontrolado de la comida para engordar a
los terratenientes, los contratistas y los comercializadores de granos.
Con ese zarpazo comenzó el alineamiento estratégico de las cotizaciones internas de los
alimentos y los combustibles con los promedios internacionales. Un territorio inmensamente rico
en nutrientes y energía quedará habitado por pobladores subnutridos, que no pueden refrigerar o
calefaccionar sus hogares.
Lo más chocante de este ajuste es su implementación en un año de cosecha récord, con
novedoso excedente energético. Esos lucros serán embolsados por el puñado de privilegiados,
que Milei defiende con elogios a la oligarquía que exterminó a los pueblos originarios. De esa
devastación surgieron los latifundios que obstruyeron el desarrollo de Argentina.
Milei apuntala el agronegocio anulando la ley de fuego que limita el extractivismo. Como
descree del cambio climático, fomenta la expansión de la frontera sojera a costa de los bosques.
Auspicia esa primarización, promoviendo, además, el pernicioso acuerdo de libre comercio del
Mercosur con la Unión Europea.
Ese favoritismo hacia el agro no está exento de conflictos, porque Milei es un servidor
del capital financiero. Por eso sugirió un incremento de las retenciones, que la agroexportación
eludió con maniobras de evasión (anotaron las ventas antes de la sanción de los nuevos
impuestos). Paradójicamente, los entusiastas agrarios del ajuste ajeno, están molestos con el
corte de las obras públicas que apuntalan sus negocios.
Con el sector industrial Milei afronta mayores tensiones. Su mega devaluación encareció
las importaciones de insumos, sin favorecer las exportaciones fabriles. Introdujo, además, un
llamativo incremento de los impuestos a esas ventas.
Gran parte de las regulaciones anuladas con el mega decreto presidencial, afectan a los
regímenes de promoción industrial de las provincias. El anunciado encarecimiento de la energía
erosionará la rentabilidad fabril y la abrupta apertura comercial podría generar una invasión de
mercancías baratas. Mientras despotrica contra China, Milei crea las condiciones para esa
mortífera llegada de importaciones asiáticas.
Pero las cúpulas de las Cámaras Industriales apoyan en forma abierta o silenciosa al
gobierno por su fomento de la reforma laboral contra los trabajadores y por su aval a la
remarcación de precios. Al igual que otras fracciones de la clase capitalista, los industriales
privilegian el atropello contra los asalariados a la propia marcha de sus negocios.

TRES ENDEBLES PILARES

Milei intenta reconfigurar la Argentina a puro decreto. Sin explicar cuál es la necesidad y
la urgencia de modificar 300 leyes, enunció un paquetazo que usurpa las atribuciones del
Congreso, avasalla la división de poderes y concentra la suma del poder público. Ha sido el
primer tanteo del presidencialismo autoritario, que el libertario adelantó asumiendo la
presidencia a espaldas del Parlamento. Ese simbólico ninguneo de los legisladores anticipó el
expeditivo uso de la lapicera presidencial.
En su debut mezcla las leyes con los decretos como si fueran normas equivalentes.
Apuesta a la docilidad de la justicia, al desconcierto de la oposición y al sostén de gobernadores,
que facilitaron su captura de las comisiones del Senado. Espera concertar con la derecha
peronista la gestación de un segundo menemato.
Milei retoma todos los enjuagues de la casta política para dilatar el tratamiento de su
mega decreto. Por eso manipula el envío de ese proyecto al Parlamento y socava la formación de
la comisión bicameral que tratará el tema. Busca empantanar el tema hasta marzo para imponer
la vigencia del decretazo, recordando que el Congreso nunca rechazó un DNU relevante. Si esa
maniobra falla, ya anunció que subirá la apuesta con la convocatoria a un plebiscito.
El libertario pretende repetir la trayectoria que siguió Yeltsin para destruir la Unión
Soviética. Busca imponer una remodelación total de la sociedad, aprovechando el estupor, la
pasividad y el rechazo al sistema político.
Pero en sus primeras semanas de gestión afronta múltiples adversidades. Los bloques de
la oposición debaten estrategias para rechazar un decreto, que en los primeros sondeos es
mayoritariamente objetado por la población.
Milei espera contrarrestar esa hostilidad con intimidaciones represivas. Es el segundo
pilar de su andanada. Desplegó un gran operativo de amenazas para disuadir la realización de
marchas opositoras, con un protocolo antipiquete concebido para prohibir las protestas,
vulnerando todos los derechos constitucionales. Esa campaña de criminalización incluyó multas
millonarias a los organizadores de las movilizaciones (y a otras agrupaciones que ni siquiera
participaron de esos actos).
El nuevo mandatario se calzó también un patético disfraz de militar, para anunciar en
Bahía Blanca que el Estado no puede socorrer a las víctimas de la tormenta. Olvidó esas
carencias, cuando dispuso regalar a Ucrania dos helicópteros que se utilizan para emergencias
climáticas.
El desbocado presidente no oculta su prioridad represiva. Su decretazo incluye fuertes
restricciones al derecho de huelga en múltiples actividades. Espera contar con la cobertura de los
medios y el sostén de la justicia para esa agresión. Como opción complementaria, imagina la
repetición del modelo fujimorista de autoritarismo presidencial, con presencia callejera de la
gendarmería. Pero los primeros tanteos de esa provocación han fallado. El protocolo antipiquete
quedó anulado de hecho, en las protestas que ignoraron las directivas de Bullrich.
Como el dominio de las calles definirá quién gana la partida, Milei construye su tercer
pilar en este último terreno. A diferencia de sus pares de otras latitudes, no cuenta con una fuerza
derechista propia para confrontar con los sindicatos, los movimientos sociales, el kirchnerismo y
la izquierda. Por eso intenta construir esas legiones con los recursos públicos desde el timón del
Estado.
Su primer ensayo fue la ceremonia de asunción. La acotada masa de concurrentes entonó
cánticos a favor del policía, con poco entusiasmo por el ajuste. Los votantes del libertario siguen
imaginando que ese sacrificio lo pagará otro. Otro intento de gestar una marcha oficialista, en
respuesta al debut de las protestas fue directamente desactivado, ante los indicios de apatía. Muy
poca gente quiere vitorear por ahora a un demoledor del nivel vida.
Milei tampoco suma alianzas. Sus socios de la derecha esperan resultados antes de
adoptar compromisos. El libertario forjó un gabinete con personajes impresentables, que
desconocen el funcionamiento del Estado e improvisan directivas desde insólitos organismos,
como el nuevo ministerio de Capital Humano. El presidente acompaña ese cambalache con
enunciados místicos y esotéricos mensajes de conversión al judaísmo medieval.

LA RIESGOSA APUESTA EXTERIOR

Milei imagina una reedición de las ¨relaciones carnales¨ que mantuvo Menem con
Estados Unidos. Supone que si el país ingresa en la OCDE (cumpliendo los requisitos
neoliberales de esa admisión) y ratifica su exclusión de los BRICS, conseguirá el apoyo
sostenido de Washington.
Esa expectativa de retribución es la invariable ilusión de los gobernantes derechistas.
Todos olvidan que la primera potencia otorga y retacea auxilios, en función de circunstancias
internacionales de mayor peso. El Departamento de Estado siempre exige resultados previos a
cualquier soporte de un vasallo.
Esa conducta imperial quedó corroborada en los fallidos créditos que exploró Caputo en
Nueva York. Luego de consultar a Washington, los financistas exigieron constatar primero la
viabilidad del ajuste contra el pueblo. Por el momento siguen con atención el desenlace del
decretazo, sin aportar un solo dólar. La Reserva Federal está conforme, pero se limita a observar
lo sucedido.
Para ganar el favor estadounidense Milei sobreactúa la sumisión, exhibiendo un
fanatismo por Israel que supera a los propios sionistas. Ya modificó el voto de Argentina en las
Naciones Unidas para convalidar la masacre de Gaza y participa en las festividades judías para
congraciarse con la DAIA.
Pero su afinidad con Netanyahu no es circunstancial. Forma parte de un viraje
internacional de la ultraderecha, que ha pasado del discurso a los hechos. El año 2023 concluye
con ese giro. Los lideres reaccionarios no se limitan a hostigar a los desamparados con amenazas
verbales. Han comenzado a transformar sus regresivos enunciados en prácticas atroces.
Lo ocurrido en Gaza retrata ese cambio. El sionismo está consumado un genocidio para
derrotar a los palestinos y forzar una nueva Nakba. Esta masacre convulsiona al Medio Oriente y
pretende apuntalar la contraofensiva de Estados Unidos contra China. Washington busca disuadir
a Arabia Saudita de su embrionaria participación en la Ruta de la Seda y presiona contra el
coqueteo de esa monarquía con desdolarización de las transacciones internacionales.
Milei aporta un sostén latinoamericano a nuevo curso de la ultraderecha. Busca imponer
un cambio radical de las relaciones de fuerza, en el país que alberga al principal movimiento
obrero, democrático y social de la región. También propicia el alejamiento de China de la zona,
para restaurar la alicaída primacía de Estados Unidos.
La masacre fascista de Netanyahu y la arremetida anarcocapitalista de Milei difieren de la
gestión convencional, que caracterizó hasta ahora a los mandatarios de la extrema derecha.
Bolsonaro, Trump. Meloni y Orban encabezaron presidencias semejantes al conservadurismo
tradicional. Esas gestiones preservaron los parámetros corrientes.
Por el contrario, Netanyahu y Milei inauguran otro modelo de efectiva acción
reaccionaria. Este giro es muy significativo, cuando se avizoran posibilidades de éxitos
electorales de la ultraderecha en Francia y Estados Unidos. El cambio en curso sintoniza con
estrategias de contraofensiva imperial más audaces contra China, al calor de la derrota que
Washington constata en Ucrania.
Milei exhibe gran entusiasmo con su rol de simple peón del imperio. Pero hasta ahora el
amo lo observa con desconfianza y desprecio. Biden está irritado por sus vínculos con el
competidor Trump y envió un representante de quinto orden a su asunción presidencial. Esa
ceremonia fue patética por la total ausencia de delegaciones de algún peso diplomático. El
protagonismo de Zelensky confirmó esa orfandad, porque el ucraniano posó como una gran
figura, cuando es impugnado por sus mandantes occidentales en un escenario de derrota militar.
Desde la Casa Rosada intentan disimular estas adversidades con mensajes de restauración
del idilio menemista con Estados Unidos. Pero omiten el drástico cambio del contexto mundial.
Martín Menem y Rodolfo Barra pretenden recrear un clima de fascinación con Occidente,
ignorando que Estados Unidos ya no es el triunfante de la guerra fría, sino una potencia afectada
por el ascenso de China.
Milei actúa como un neoliberal a destiempo, que desconoce cuán lejos ha quedado el
ambiente de los años 90. La euforia con el globalismo librecambista ha sido reemplazada por el
intervencionismo regulador en las principales economías de Occidente. Los mensajes del
libertario están desencajados de este escenario.
Ese despiste ya tiene severas consecuencias en la relación con China. La verborragia
provocadora del libertario indujo a Beijing a congelar el swap de yuanes, que alimenta las
reservas efectivas del Banco Central. Es una advertencia muy seria. Si Milei da marcha atrás en
los convenios ya suscritos (represas, energía nuclear, Ruta de la Seda), el principal cliente de las
exportaciones argentinas podría retraer drásticamente sus compras, creando una grave tensión del
libertario con el agronegocio.
Milei no inventa la pólvora y es sabido que su política de sumisión a Estados Unidos
agrava el subdesarrollo y la dependencia. Como ya ocurrió con el Pacto Roca-Runciman,
Argentina vuelve a atar su destino a una potencia en declive y las consecuencias de ese rumbo
serían dramáticas para el país.

LA RESISTENCIA INCLINA LA BALANZA


El principal obstáculo que afronta la agresión de Milei es su potencial rechazo popular. Si
esa oposición se masifica en la calle, el ajuste del libertario quedará neutralizado y será
recordado como otro fracasado intento de doblegar al pueblo argentino. Esa posibilidad
atormenta a las clases dominantes.
La pulseada comenzó con la importante manifestación que organizaron varias
agrupaciones piqueteras con la izquierda. Ese acto fue un éxito político. Logró contrarrestar la
campaña oficial de intimidación, reunió una respetable concurrencia y aglutinó un significativo
número de militantes. Despertó además el interés de los medios y frustró la aplicación del
protocolo de Bullrich.
El plan de provocaciones montado por la ministra fue desarticulado por la determinación
de los manifestantes y por una crisis del comando represivo federal con sus pares de la Ciudad de
Buenos Aires. La jefatura porteña en manos del macrismo rechazó cargar con los costos del
apaleamiento propiciado por Milei. Esa divergencia de la gendarmería con la policía local ilustró
la erosión que suscita por arriba la lucha de los de abajo. Fue un primer retrato de la dinámica
que puede socavar los planes de la ultraderecha.
El segundo indicio de la resistencia fueron las protestas espontáneas de los vecinos. Los
cacerolazos se escucharon en muchas ciudades y su transformación en cortes callejeros reforzó el
desconocimiento del protocolo antipiquete.
El debut de esos rechazos en la emblemática noche del 20 de diciembre concitó analogías
con lo ocurrido en el 2001, cuando los piquetes convergieron con las cacerolas en la batalla
contra los mismos personajes que reaparecen en el gobierno actual (Bullrich, Sturzenegger). La
expropiación de ahorros -que en ese momento sufrió la clase media- se ha transformado ahora en
una confiscación de ingresos.
En este clima la CGT convocó a una movilización, alentada por marchas de sindicatos
rosarinos. empleados del Banco Nación, trabajadores ferroviarios y estatales de CABA. Ese
tercer hito de la naciente lucha reunió una importante multitud, que enlazó a todos movimientos
sociales con numerosas delegaciones sindicales. Esta confluencia ha sido infrecuente e introduce
un dato alentador. La tradicional hostilidad de la jerarquía gremial hacia otros sectores populares
y su alergia a la izquierda pierde gravitación, facilitando una decisiva convergencia para derrotar
el ajuste.
Los gordos de la CGT desactivaron una concentración de mayor alcance, porque
negocian corporativamente con el gobierno los contornos más revulsivos de la reforma laboral,
junto a su continuado control de las obras sociales. Por eso se limitaron a impugnar los artículos
del decretazo que los incumben, con un limitado acto frente a los Tribunales. También posponen
la definición de un plan de lucha y evitan la convocatoria a un paro nacional.
Pero la movilización amplió el espectro de lucha contra el decretazo y volvió a
neutralizar el propósito represivo del gobierno. Bullrich debió tolerar nuevamente el
desconocimiento de su protocolo.
La resistencia al ajuste ha comenzado y la pulseada con Milei exige motorizar la
movilización, con los nuevos llamados de piqueteros, feministas y vecinos a ocupar la calle. Esas
convocatorias contrarrestan las vacilaciones imperantes en el peronismo y la centroizquierda. La
cautela de ambos sectores es justificada con argumentos que resaltan la inconveniencia de
confrontar con un recién llegado a la Casa Rosada.
Pero esa prudencia choca con la acelerada motosierra que prendió el nuevo mandatario.
Milei motoriza el ajuste con vertiginosa celeridad para desconcertar a los opositores. Si se lo deja
actuar, reforzará esa tónica en el futuro. Si por el contrario afronta un freno de entrada, sus
iniciativas perderán cohesión.
El éxito de esta batalla también transita por forjar un amplio espacio de fuerzas, que
exhiba potencia callejera y atraiga a los votantes desilusionados con el libertario. Resulta
indispensable dejar atrás la autoproclamación y las disputas por el protagonismo, para apuntalar
la unidad y repetir la masiva acción que socavó a Macri en diciembre del 2017.

DESENLACES ABIERTOS

La derrota del ajuste depende ante todo de la lucha social y en segundo término de las
contradicciones que genera el plan oficialista en las clases dominantes. Sin resistencia masiva
esas tensiones quedarán acotadas, porque los poderosos comparten el propósito de demoler los
sindicatos, las cooperativas y las redes democráticas.
Existe la posibilidad de una victoria popular, ante un presidente embarcado en consumar
un atropello monumental. Milei intenta perpetrar su agresión, sin contar con el sustento
requerido para esa escalada. Comanda un gabinete improvisado para aplicar un proyecto muy
ambicioso. Carece de los gobernadores, legisladores e intendentes que se necesitan para
efectivizar un plan, que irrita al grueso de la población.
Milei no define la forma de instrumentar el paquetazo que afronta la amenaza de un veto
parlamentario. Si ese rechazo se concreta, las 300 leyes propiciadas por el libertario ingresarán
en la congeladora de la justicia, afectando la impaciencia de los capitalistas. Esa eventual
desactivación del atropello patronal depende de una sostenida protesta en las calles.
La comparación con Bolsonaro es clarificadora y va más allá de los disparates
compartidos por ambos personajes. Al igual que su par argentino, el ex capitán llegó
inesperadamente a la presidencia, reemplazando al candidato preferido por los grupos
dominantes. Bolsonaro sustituyó a Alckmin en la misma secuencia que Milei reemplazó a
Rodríguez Larreta o Bullrich. En el primer caso fue determinante el descontrolado devenir del
golpe contra Dilma y en el segundo la crisis de la derecha convencional.
Pero Bolsonaro asumió en un escenario derechista estabilizado, con el grueso del ajuste
consumado por su antecesor Temer (reforma laboral, congelamiento del gasto social por 20 años,
regresión educativa, privatizaciones en marcha). Sólo añadió a ese paquete las modificaciones de
la seguridad social. Por el contrario, Milei debe lidiar con una crisis económica descomunal
retomando el discontinuado recetario neoliberal.
Bolsonaro aprovechó el clima de movilizaciones derechistas, que auspiciaban la
venganza contra el PT y el rechazo de la corrupción (Lava Jato). Milei no cuenta con ese sostén
y el relato de Macri agotó los episodios de coimas del funcionariado público. El libertario
tampoco cuenta con la poderosa red de evangelistas, militares y agro-capitalistas que sostuvieron
al ex capitán. En lugar de usufructuar con el reflujo del movimiento sindical -que sucedió en
Brasil a la huelga del 2018- debe confrontar con una estructura gremial que preserva un gran
poder de fuego.
Es un interrogante si Milei exhibirá la plasticidad de su ídolo carioca para adaptar su
gobierno a las adversidades. Por el momento se limita a subir la apuesta con medidas más
audaces, para generar un liderazgo cohesionador de las clases dominantes. El resultado de su
aventura depende de la resistencia popular.
Ese desenlace permanece abierto, porque Milei no expresa el giro derechista estabilizado
que diagnostican algunos analistas. Logró un éxito electoral sin el correspondiente correlato
social. Por ese carácter irresuelto de su gestión, son prematuras las evaluaciones que lo
identifican con la asentada convertibilidad de Menem. Tampoco exhibe hasta ahora el poder de
un “macrismo recargado”, capaz de efectivizar el fallido programa del 2015-2019. Esos peligros
sobrevuelan, junto a la posibilidad opuesta de personificar una corta pesadilla del devenir
argentino. A pocas semanas de su asunción, la única certeza es la centralidad de la lucha popular
para lograr su derrota.

27-12-2023

RESUMEN
La guerra contra el pueblo que intenta Milei no tiene precedentes. Incentiva una
superinflación que destruye los ingresos para favorecer a las grandes empresas. Privilegia al
capital financiero, apuntala el agronegocio y afecta parcialmente a los industriales. No logra aún
retribuciones por su sometimiento a Estados Unidos. Propicia el miedo y el autoritarismo, pero
debutó con cuestionados decretos, fracasos represivos y orfandad callejera. Ha comenzado la
resistencia y los desenlaces están abiertos.


domingo, 24 de diciembre de 2023

Claudio Katz: "Hay que ganar la calle, pero ya!"

 


Por Carlos Aznárez y María Torrellas, Resumen Latinoamericano, 22 de diciembre de 2023.

Claudio Katz es argentino, licenciado en Economía y doctor en el área de Geografía (1997). Dirige proyectos de la Universidad de Buenos Aires y es investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Coordinó grupo de trabajo de CLACSO y es miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de Argentina.

Recibió tres menciones honoríficas del Premio Libertador al Pensamiento Crítico por sus libros “Bajo el Imperio del Capital” (2011), “Las disyuntivas de la izquierda en América Latina” (2008) y el “El porvenir del socialismo” (2004).

Es miembro del consejo editorial de varias revistas académicas y desarrolla una intensa actividad en sindicatos, movimientos sociales y organizaciones políticas de Argentina, como integrante del colectivo “Economistas de Izquierda”

-Nos interesa reflexionar un poco sobre cómo estás viendo vos esta ofensiva del presidente Javier Milei, que quiere aprovechar ya no los primeros cien días sino las primeras dos semanas para hacer un ataque muy fuerte contra el movimiento popular, contra la gente más humilde, y también contra la clase media. Es evidente que vienen por todo y contra todos. después del anuncio del Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU), que incluye 300 puntos. ¿Cuál es tu opinión?

-Exactamente así. Creo que el discurso de este miércoles confirma que estamos en presencia de un intento de contrarreforma integral de la sociedad argentina. Ninguna de las denominaciones que se están utilizando es exagerada. O sea… se habla de un plan de guerra contra la clase trabajadora, una motosierra contra el pueblo, o el mayor ajuste de la historia argentina. No hay ninguna denominación que sea abusiva. Todo vale. Nunca hemos visto algo así. Y las comparaciones con el pasado: Martínez de Hoz, Menem, Macri … se quedan completamente cortas, absolutamente empequeñecidas por lo que estamos viendo en estos momentos. En el discurso, él ratificó el argumento que viene esbozando desde que asumió, que es presentar una crisis de carácter descomunal con cifras caprichosas: el 15.000 % de inflación no tiene ningún sustento de ninguna naturaleza. Busca en realidad generar una crisis adrede. La economía argentina, ya sabemos, está atravesando por un momento complejo, difícil. Estamos acostumbrados a esto, pero de ninguna manera el pronóstico que hace Milei justifica lo que él está haciendo. Él potencia los desequilibrios reales para generar un ajuste descomunal que parezca aceptable frente al escenario caótico e inmanejable que sugiere. Es la tesis de que hay que sufrir. Es esa idea que debemos sufrir y que tendremos que sufrir todos para que el país salga adelante, para que en realidad un grupo minoritario de poderosos se aprovechen de la situación.

-En ese marco llega el “paquetazo” de 300 leyes,  una más nociva y destructiva que la otra. Suena a asalto del gobierno por un grupo interempresarial mafioso.

-Es un “paquetazo” que no tiene precedentes. Hay primero una convalidación del saqueo del salario, destruir ingresos y jubilaciones, convalidar la mega devaluación del 100% y una tasa de inflación que anda por el 20% o 30 mensual y que va a llevar la pobreza fácil al 55 o 60% en los próximos meses. Él anula la ley de abastecimiento, la ley de góndolas. En realidad, lo que establece es el principio de la liberación total de precios y por lo tanto la posibilidad de una remarcación absoluta que convalide esta carestía. Por ejemplo, permite todo tipo de exportaciones. Esto significa que la carne, que cada vez que sube mucho el precio se restringe la exportación para permitir que alguien coma carne, con esta novedad la carne va toda para afuera, nadie podrá ya consumirla. Y el segundo eje del paquete de leyes es el cambio laboral. No es el abaratamiento del costo, porque el costo laboral ya está pulverizado con la hiperinflación que estamos viviendo; es generar condiciones para una precarización total de los trabajadores mediante una reforma que anula el sistema de indemnizaciones; y sobre todo introduce este tipo de restricciones a las huelgas, que es el verdadero objetivo del proyecto de Milei, apuntando a convalidar una alta tasa de desempleo.

-Todo esto tiene antecedentes en la peor política que aplicó Carlos Menem.

-Una de las peculiaridades de la economía argentina es que en la crisis que estamos sufriendo, tenemos un bajo nivel de desempleo. Bueno, cortando la obra pública, cortando las transferencias a las provincias quiere generar un desempleo tipo la época de Menem para ahí sí asegurar la precarización definitiva del trabajo, con la destrucción de las conquistas o los derechos que aún subsistan, como por ejemplo el derecho a la salud. Entre lo que incluye en el “paquetazo” es la destrucción de las obras sociales para que las prepagas se queden con la crema de la afiliación y todo el resto quede fuera de la obra social, de la prepaga y termine en el hospital público desmantelado por el ajuste presupuestario.

Resumiendo, es un plan que intenta aniquilar a los humildes pero también a la clase media.

-Yo te diría que en términos generales,  haciendo una caracterización total del paquete, me parece que es un plan de toda la clase dominante, de toda, enterita. Por esa razón todos los grupos de la burguesía, de los capitalistas, están dándole un guiño a lo que él hace, incluso aquellos que saben que a mediano plazo van a quedar afectados. Pero coinciden con Milei en la prioridad de modificar las relaciones sociales de fuerza, de imponer una derrota sustancial a los trabajadores y de instalar un modelo tipo Chile, tipo Colombia, tipo Perú, un neoliberalismo estructural, perdurable. Por eso quizás el cambio central está en un artículo sobre el Código Civil y Comercial que le da todo el poder a las empresas, que le permite a las empresas manejar “a piacere”, cualquier tipo de controversia jurídica. Si precisamos un poco yo creo que  es incríble el protagonismo insólito de Surzenegger, un hombre que no tiene una designación como funcionario y que estaba ahí al lado de Caputo como los pilares del anuncio, confirma que este es un plan del capital financiero. Los que están comandando este plan son los grandes grupos financieros entrelazados con el capital internacional, apuntando a asegurar en los próximos meses una bicicleta, lo que se llama “carry trade”, que es buscar que la tasa de interés esté por encima de la inflación durante un período para atraer capital, hacer una nueva deudam, generar una nueva deuda,  y con eso ir abriendo un colchón hasta abril, que es el cálculo de ellos, en que ingresen los dólares de la exportación y estabilizar el plan. Esta es la estrategia que está presente aquí. Por eso ya sacaron una nueva estatización de la deuda, un bono especial para los importadores,  quieren armar un mercado secundario de bonos, hacer un conjunto de iniciativas que muevan al capital financiero a venir nuevamente a la Argentina por un período chico. Y lo ridículo es que todo esto es un recorte brutal del gasto público, es hacer en un año lo que el FMI planteaba hacer en cinco años, revisando año tras año, lo quieren hacer todo en un año. Y esto nos va a dejar el mismo o un mayor déficit fiscal. Porque todo lo que ahorren con jubilaciones, obra pública, provincias… todo se lo lleva después el pago de los intereses de la deuda anterior y la nueva deuda que está armando esta gente. Incluso me parece que están tan lanzados, a diferencia del pasado, que ellos tienen la dolarización como carta alternativa. La tienen como proyecto, y la tienen como carta si les sale mal. Si hay una crisis cambiaria, una crisis bancaria, tienen ahí la dolarización como un recurso de emergencia para forzar el ajustem si el ajuste no les camina como ellos están queriendo.

Hay que mirar a esta gente como gente muy audaz, muy decidida, que va a poner esta vez toda la carne al asador, sin vacilaciones, y con una serie de alianzas muy específicas con algunas empresas. Porque el plan de privatización es a medida. Incluso tuvo un acto fallido Milei cuando habló de Starlink que es la empresa de Elion Musk para darle ARSAT. Pero ya lo tiene a Techint para quedarse con YPF. Ya tiene cuáles son las empresas que se van a quedar con Aerolíneas Argentinas una vez que haga el cambio. Es un plan del capital financiero, es un plan de largo negocio. Fijate que ayer anuló la ley de fuego, es decir extractivismo a pleno,  que quemen todos los bosques que haya que quemar para extender la productividad de la soja. Es un plan que va a terminar afectando a la industria por esta liberación total de importaciones. Pero la industria, los grandes grupos de la industria, mientras tanto remarcan precios y tienen la reforma laboral. Ellos priorizan derrotar a los trabajadores al propio efecto que puede tener esta medida sobre sus propias empresas. Pero este es el tema económico y quizás lo más importante está en el plano político.

Actualmente, la respuesta que se está escuchando de los políticos, y también de la CGT es que esto es inconstitucional, que hay que judicializarlo. Incluso hay algunas respuestas sorprendentes como la de Pichetto, que teóricamente hasta ayer era un aliado de toda esta componenda del PRO y de lo que podría también ser Milei, y que ahora dice que se ha exagerado con lo del DNU, y que hay que pasar por el Congreso. Hay varios diputados que están planteando lo mismo, que esto no está todavía cerrado porque tiene que pasar por el Congreso, por Diputados y Senadores. Es bastante tramposo eso porque se tienen que poner de acuerdo las dos cámaras para rechazarlo. ¿Cómo ves, al margen de la respuesta que se podría dar en la calle, cómo se podría trabar u obstaculizar la aplicación del DNU?

– Mirá, esto tiene dos planos. En el plano legal jurídico no cabe ninguna duda que estamos ante un avasallamiento de la división de poderes, una tentativa de la suma del poder público, una burla del cualquier principio republicano, un sinsentido de declarar necesidad y urgencia para 300 decretos que modifican leyes. Esto no tiene desde el punto de vista jurídico ni pies ni cabeza. Y desde el punto de vista del funcionamiento institucional es de hecho una tiranía, la suma del poder tiránico en manos de un emperador que acaba de mezclar decretos con leyes para manejar como él piensa los destinos del país. Yo creo que acá comenzó una pulseada política. Esta pulseada política es una fuerte presión sobre el Parlamento. La trampa de los decretos de necesidad y urgencia radica en que lo tiene que rechazar el Parlamento con una mayoría especial y por eso nunca termina rechazándolo. Basta que se trabe la negociación para que los decretos sigan caminando y esa es la apuesta de Milei. Una apuesta que exige ante todo neutralizar al Peronismo, lograr que los gobernadores le den un aval, continuar con ese camino que empezó Villarruel en el Senado, de manejar las comisiones, trabar todo y lograr ese permiso que la clase dominante le está dando a Milei para hacer el ajuste. Ahora es obvio que por ese camino solo Milei no puede avanzar.

-¿Estás pensando en la represión?

-Desde ya, él va a cumplimentar esto con una estrategia represiva. No hay que dejarse llevar por el éxito de la marcha del miércoles 20. Ese día no pudo imponer el modelo anti-piquete pero es una estrategia, una política. Él sabe que esto no camina sin represión y por eso se puso como un payaso, en forma patética, con un uniforme militar cuando fue a Bahía Blanca. Por eso donó a Ucrania los helicópteros que necesitamos para afrontar las cuestiones climáticas.  Envía mensajes permanentes de ese tipo. Y yo te diría que el mensaje que a mí me parece más significativo, hay que ver si sucede o no, es la convocatoria que están haciendo a una marcha en su apoyo. Hay que ver si eso termina en la nada. Pero Milei sabe que él no puede gobernar si no gana la calle. Y él es el primer intento bolsonarista en Argentina. Porque con el macrismo empezó la derecha a tener la calle pero no sobre los temas centrales. El macrismo construyó una movilización en torno a temas de la corrupción, en torno a temas de Nisman, pero nunca generó un movimiento explícitamente contra el movimiento popular. El llamado a una marcha para el día sábado es la segunda tentativa. La primera fue el día que asumió con esas consignas “Viva la Policía” y anti-piquetes, e ir creando el escenario de grupos ultraderechistas, que actúen como grupos de tareas después, en la acción contra los movimientos populares, dando esa ideología místico esotérica un poco que lo rodea a él. Por lo tanto, creo que tiene un proyecto de presidencialismo autoritario muy definido, que empalma incluso con una estrategia internacional muy definida que tiene Milei.

-Está claro desde que asumió que sus aliados estratégicos están en Washington y Tel Aviv.

-Milei piensa que si sigue por este camino EEUU finalmente lo va a apoyar a pleno. Biden está vacilando porque tiene miedo que este hombre juegue para Trump, pero él está buscando que EEUU finalmente le dé un soporte más explícito. Por eso está siendo más israelí que Netanyahu y va a las Naciones Unidas votando por primera vez con Israel, apuntala el retorno de Trump a la Casa Blanca y esto es jugar con fuego, porque ya China le dijo que no le va a dar los yuanes. Y al cortar los yuanes son la única provisión de divisas que tiene la Argentina. Además, él está intentando un menemismo de relaciones carnales en una época donde EEUU ya no está en la posguerra fría, en un momento de exhibición de poder, sino que está en franco retroceso, perdiendo por ejemplo la guerra de Ucrania. Va a contramano en el plano económico porque es un plan ultra neoliberal en un momento en que las grandes potencias están volviendo a políticas de intervencionismo económico y donde la mirada meramente aperturista y neoliberal está perdiendo peso. Pero yo te digo que la cuestión central, por donde la veamos, en las próximas semanas, se juega en la calle. Y esto para mí es el tema central. Podemos hablar mucho de aspectos económicos, podemos darle vuelta a cuál es el grado de tensión que puede tener Milei con el macrismo, podemos darnos una evaluación muy sofisticada, pero vamos a perder de vista lo central. Lo central es que el que gana la calle ganó la partida total. El que ganó ahí ganó.

-En ese sentido, como evaluás la marcha multisectorial del día 20 realizada contra todo tipo de inconvenientes, desde la imposición del miedo a los más pobres, chantajeándolos con que no cobrarán el devaluado programa mensual, hasta la presencia de 2000 policias más la Gendarmería para evitar que la gente se movilizara.

-Creo que lo del miércoles 20 es un giro importante. Me parece que fue la primera respuesta significativa a Milei, fue un gran éxito, fue una gran victoria para las organizaciones de izquierda que convocaron a la Plaza de Mayo porque neutralizaron el protocolo anti-piquete en los hechos. Y además hay algo interesante: hubo una disputa entre la Gendarmería, entre las fuerzas federales y la fuerza policial de la Ciudad. Las fuerzas de Jorge Macri, de la Ciudad, no querían cargar ellos con lo que Bullrich quería hacer, que era generar algún acontecimiento diabólico. Y eso es interesante porque quiere decir que cuando hay movilización popular en la calle aparece la crisis por arriba entre macristas y mileístas. Esto vale para todo; si no hay movilización popular Pichetto va acordar con Milei, los gobernadores van a acordar con Milei,  todos los que se pelean van a aceptar el plan. No van a aceptar el plan en los términos de Milei si hay movilización popular. Y que a los diez días de asunción de Milei haya habido una marcha donde fue importante, por un lado en el número,  no creo que el número haya sido reducido como se dice por ahí. pero sobre todo el entusiasmo y la fuerza militante que se vio en la Plaza. O sea, se vio una red de organizaciones dispuestas a poner el cuerpo en la lucha que se viene. A esto se le sumó a la noche la otra cara, los cacerolazos, que fueron muy diferentes porque fueron espontáneos. Y en la tradición del 2001, en una fecha emblemática como es el 20 de diciembre, reapareció el fantasma de “piquetes, cacerolas, la lucha es una sola“.Y la clase media esta vez no salió porque le confiscaron los depósitos, sino porque le están confiscando los ingresos. Es una clase media empobrecida que ya no tiene ahorros en los bancos; ahora lo que tienen es que le pulverizan la prepaga, le pulverizan el colegio privado, le pulverizan las vacaciones. Y apareció un esbozo de “que se vayan todos” de nuevo, en el sentido progresista, no en el sentido anti-casta de la cual habla Milei. Por lo tanto, yo creo que la clave está en la calle. Me parece que si se sigue vacilando, que si las organizaciones populares que no son de la izquierda sino del resto del espectro político, del peronismo, de la centro-izquierda, siguen dejando pasar los días, siguen en esta vacilación,  si la CGT vive en otro mundo, si la CTA no adopta una medida concreta, tiempo que pasa, tiempo para Milei. Porque la calle la tenemos nosotros ahora por nuestra tradición, nuestra organización, nuestra historia, pero él puede construir la calle si nosotros nos paralizamos. Fue lo que pasó en Brasil con el PT, se quedaron, desmovilizaron, desilusionaron y Bolsonaro construyó en la clase media una fuerza política a partir de esa desilusión. Entonces día que pasa, día que le damos margen a Milei para armar su fuerza política. Así que por lo tanto me parece que hay que apuntar a crear grandes movilizaciones en un período chico. Porque la idea que esto va a tener un desenlace en marzo es olvidar que vamos a tres meses del 20 por ciento de inflación. O sea, el que llegue a marzo va a llegar con un salario pulverizado en un 80%. ¿Alguien puede imaginar que su salario va a ser el 20% de lo que es actualmente y va a aguantar hasta marzo? Por lo tanto, los tiempos se adelantan y me parece que tenemos que actuar en sintonía con este adelantamiento del cronograma. Hay un hombre que quiere, hay un hombre que actúa a lo Yeltsin y a lo Fujimori. A lo Yeltsin en el sentido de destruir un sistema, de derrumbar un sistema económico o político, de una relación de fuerzas, hacerlo con un consenso pasivo y con una desmoralización popular. O tenemos un Fujimori, que piensa hacer ese mismo cambio,  pero con el uso de la fuerza.

Hablabas de Israel. Justamente, lo que está pasando en Palestina con Israel podría tener una similitud, un carácter político, porque la disolución que se plantea ahora del Estado Argentino con este nuevo DNU y lo que estás explicando, es muy parecido a lo que está pasando en Gaza y en toda Palestina. ¿Hay una decisión de convertir a Argentina en ese país donde se pueden acaparar todas las riquezas, todos los bienes comunes, su territorio también?

-Creo que la analogía es importante en este plano. Hasta hace dos o tres meses atrás nosotros conocíamos a la ultraderecha verbal pero no a la ultraderecha en acción. O sea conocíamos a Trump, Bolsonaro, Orban, Meloni, gobiernos que han sido ultraderechistas en el discurso pero que en su gestión han sido más o menos parecido a la derecha convencional de las últimas décadas. El cambio se ha producido con Netanyahu y el cambio tiende a producirse con Milei. Se pasa de una ultraderecha en el terreno ideológico, en el terreno de los proyectos, a una ultraderecha en el terreno de la acción. Empiezan a hacer lo que ellos dicen y que hasta ahora uno discutía si se iban a atrever a hacerlo o no.  Bueno ahora tenemos un caso nítido de que se atreve y otro que está ensayando. El que se atreve es Netanyahu. Netanyahu está produciendo un genocidio desfachatado, está produciendo una acción con todos los rasgos de la acción fascista, generando un asesinato en masa de forma abierta para cambiar la relación de fuerzas en un lugar clave que es Medio Oriente, para tratar de producir una derrota del pueblo palestino y darle a EEUU una fuerza geopolítica recuperada para presionar a China por la vía de Arabia Saudita. Por eso no es casual que EEUU diga “mando portaviones hasta el Mar Rojo”. Porque Arabia Saudita en el último tiempo estuvo vacilando, tuvo muchos negocios con China. Y Arabia Saudita es la clave para una eventual desdolarización de la economía mundial. Entonces desde el punto de vista estratégico EEUU e Israel quieren hacer un acto de fuerza brutal no sólo contra los palestinos, sino una advertencia general a Medio Oriente de iniciar la contraofensiva imperial allí. Si lo logran o no lo logran es otro tema. Y Netanyahu puede producir una masacre muy grande, pero es improbable que pueda producir una nueva Nakba. Porque una nueva Nakba, un nuevo destierro, involucra 2.000.000, 1.500.000 de personas y ya Egipto está resistiendo eso porque sabe las consecuencias. Pero está en marcha el plan, Y Milei es otro costado de la ultraderecha, no en el terreno de la guerra como Netanyahu porque no es ese el escenario de ninguna manera de Argentina, pero sí es el pilar que tiene Trump, una especie de estrategia de contraofensiva general imperial de Trump para América Latina. Por eso ellos lo miran con gran atención. Es el gran contrapeso que quieren construir de EEUU en la región con un plan que le entregue a EEUU los recursos centrales de la Argentina, pero sobre todo que utilice a Milei como contrapeso de Lula, de Amlo, de Venezuela, de Cuba,  y permita retomar lo que Trump no pudo antes: un grupo de Río, pero que en lugar de ser un grupo frágil como fue el intento de la restauración conservadora de hace algunos años de Trump, sea un grupo ultraderechista más fuerte que incluso apuntale al retorno del Uribismo, al retorno de Bolsonaro, al triunfo de Kast en Chile, al afianzamiento del golpe en Perú. Yo creo que Milei es como el segundo momento del golpe de estado en Perú. En el año 2023 la ultraderecha ha tenido un punto de arranque en la contraofensiva contra un ciclo progresista muy moderado, muy deshilachado, pero donde la rebelión popular está como amenaza siempre. El primer golpe de la ultraderecha fue el golpe de estado en Perú, afianzarse a sangre y fuego como ellos saben. Milei es el segundo intento en la misma onda. Pero el eje inicial de Milei es imponer un plan que modifique el escenario político y económico de la Argentina.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Martín Martinelli La resistencia al negacionismo histórico: Palestina (e Israel), entre intifadas, revoluciones y resistencia

 

Por Isaac Martínez Monterrosas

Licenciado en Historia, Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Universidad Nacional Autónoma de México

El primer libro escrito por el historiador argentino Martín Alejandro Martinelli condensa, en sus 368 páginas de extensión, las ideas que ha manifestado a lo largo de su trayectoria académica en los distintos espacios en los que se ha pronunciado. Estas ideas han sido: 1) el estado coimperial de Israel fue establecido por Occidente para defender sus intereses geoestratégicos en Medio Oriente a través de la desestabilización; 2) el sionismo es una ideología política interesada, por un lado, en la colonización de asentamiento (Settler Colonialism) sobre la totalidad del territorio de la Palestina histórica y por el otro, en la limpieza étnica de la población nativa.


Asimismo, para Martinelli 3) el nacionalismo palestino es diaspórico y anticolonial puesto que, en la resistencia contra la potencia dominante, la diáspora palestina ha tenido un papel preponderante. Por último, el historiador argentino ha afirmado que 4) el Middle East and North Africa (MENA) o Medio Oriente ampliado atraviesa un proceso de reordenamiento geopolítico en virtud de su histórica importancia geoestratégica para las potencias imperialistas y neoimperialistas lideradas por Estados Unidos, China y Rusia. La intervención imperial en la zona ha sido posible debido a la actuación desempeñada por las potencias subimperiales (Turquía e Irán), coimperiales (Israel y Arabia Saudí) y emergentes (India) en la construcción de un nuevo mundo multipolar, en oposición a la unipolaridad promovida por Estados Unidos desde 1991.

La postura de Martinelli frente al tan polémico, politizado y disputado estudio histórico de Palestina e Israel, es humana, determinante, práctica y valiente. A través de su libro busca resistir desde la realidad latinoamericana al silenciamiento y al negacionismo de la historia del pueblo palestino, así como defender los legítimos derechos de todas las personas en el mundo. Su combate académico consiste en la reexaminación, con una perspectiva decolonial y geohistórica, de los principales acontecimientos en la región desde la promoción otomana de las reformas de Tanzimat (تنظيمات) (regulación y organización) (1839-1876) y hasta la segunda década de este siglo (2022).

La intención de este trabajo es reseñar los principales argumentos del historiador argentino Martín Alejandro Martinelli en su reciente libro Palestina (e Israel), entre intifadas, revoluciones y resistencia (2022). Al mismo tiempo, la reseña pretende resaltar la significancia de su investigación histórica en el marco del ámbito académico, el cual se caracteriza por la represión, la censura y el negacionismo. Además de ser uno de los espacios que promueve de forma sesgada las representaciones sionistas y judaizadas de la historia de Palestina, con todas sus implicancias cotidianas sobre la población no judía del territorio.

2. La resistencia al negacionismo histórico

El prólogo “Revolucionando la conversación sobre Palestina” (pp. 15-29) fue redactado por el conocido historiador israelí Ilan Pappe (אילן פפה), quien nació en la ciudad de Haifa (حَيْفَا / חֵיפָה) en 1954. El académico y activista político hefaense ha sido profesor de Historia en la Universidad de Haifa (1984-2006), fundador y director del Instituto Académico para la Paz en Givat Aviva (1992-2000), director del Instituto Emil Touma de Estudios Palestinos en Haifa (2000-2008), profesor de Historia en la Universidad de Exeter (2007), presidente del Departamento de Historia en el campus Cornwell (2007-2009), así como cofundador y presidente del Centro Europeo de Estudios Palestinos en 2009  (University of Exeter).

La conjunción de distintos procesos históricos y sus consecuencias favorables en el desarrollo de la causa palestina fue señalada de forma esperanzadora por Pappe. Estos procesos han sido 1) el regreso de la revolución discursiva en la academia y en el activismo por Palestina focalizado en la descolonización; 2) el resurgimiento de la solución de un estado binacional para toda la ciudadanía, la consideración de Israel como un estado apartheid de colonos y la descolonización como “condición para la paz y la reconciliación” (Martinelli, 2022, p. 18).

Asimismo, para Pappe 3) la pérdida de la confianza en la Organización para la Liberación de Palestina (منظمة التحرير الفلسطينية) (OLP), así como la deslegitimación progresiva de la Autoridad Nacional Palestina (السلطة الوطنية الفلسطينية) (ANP) en Cisjordania (الضفة الغربية‎) y Hamás (حماس‎) (entusiasmo o fervor)[1] en la Franja de Gaza (قطاع غزة). Según Pappe, el vacío de poder en el territorio representa “una oportunidad para el renacimiento de viejas ideas y su adaptación a las realidades presentes” (Martinelli, 2022, p. 20). A esto se suma 4) la desaparición de la izquierda sionista desde finales de la década de 1990, una simbiosis imposible porque “son colonos que permanecen dentro del marco ideológico del colonialismo” (Martinelli, 2022, p. 22).

Los últimos dos procesos destacados por Pappe son 5) el declive del proceso de paz auspiciado por Estados Unidos desde junio de 1967 y el socavamiento de la solución de dos estados en virtud de su apoyo desigual al estado de Israel y 6) el rejuvenecimiento de la población palestina interconectada en todas partes del mundo a través de los medios digitales, la cual tiene el potencial para construir nuevas instituciones e impulsar un movimiento social efectivo.

Además, con base en la consideración de la situación presente Pappe hizo una estimación respecto al futuro cercano en Palestina/Israel. A su parecer “el proceso de ‘apartheid incremental’ será acelerado por la legislación y las políticas gubernamentales sobre el terreno, beneficiándose de una condena mundial ineficaz” (Martinelli, 2022, p. 26). Es importante aclarar que, según Pappe, el concepto apartheid incremental (Creeping / Deepening Apartheid) fue propuesto por Oren Yiftahel (אורן יפתחאל), urbanista y profesor israelí en la Universidad Ben-Gurión del Néguev (UBGN), para explicar la regulación del apartheid en el territorio a través de la promulgación estatal de leyes segregacionistas y coloniales (Yiftahel, 2022, p. 15).

En síntesis, para Pappe el contexto local, regional y mundial es propicio para que la población palestina luche desde abajo por la descolonización del territorio, de ahí su afirmación “la descolonización no puede ser un proyecto del colonizador, sino del colonizado” (Martinelli, 2022, p. 26). La viabilidad es aún mayor si se consideran las negativas consecuencias inmediatas de la reciente victoria de la coalición derechista establecida por Netanyahu en las elecciones del 1 de noviembre de 2022.

En los primeros dos capítulos titulados “1. Naciones y nacionalismo en el Mashriq y el Magreb” (pp. 31-55) y “2. La identidad en el plano teórico” (pp. 57-64), Martinelli presentó los postulados teóricos que guiaron la elaboración de su propuesta académica. En ellos debatió la definición genealogista y antigenealogista de los conceptos nación, nacionalismo e identidad nacional, a las que cuestionó por ser insuficientes para referir las realidades históricas del MENA, y resaltó sus contradicciones explicativas respecto a los conceptos mencionados.

Las principales propuestas de Martinelli en sus primeros dos capítulos son 1) el desarrollo del nacionalismo en Asia y África, incluido el ‘mundo árabe’, ha sido una respuesta al imperialismo y al colonialismo, de ahí sus particularidades distintivas respecto a los nacionalismos en otras partes del mundo. Además, afirmó que 2) la existencia y la superposición de las múltiples identidades sostenidas en los mitos colectivos dan cohesión a la identidad nacional.

La existencia de la identidad nacional palestina de forma previa al establecimiento del estado sionista en mayo de 1948 es el tema tratado por Martinelli en el capítulo “3. Historización de la palestinidad” (pp. 65-106). En ese capítulo destacó que la formación inicial de la palestinidad (Palestinianness) no fue la consecuencia principal de las políticas impulsadas por la ideología sionista a partir de Al-Nakba (النكبة) (La catástrofe), como es considerado de forma tradicional. A su parecer la palestinidad fue una reacción identitaria surgida a finales del siglo XIX desde distintas posiciones (familias notables, periodistas, comerciantes o campesinos) y lugares (en la ciudad o en el campo palestino), cuya intención fue reivindicar la legítima pertenencia al territorio de Palestina (فلسطين), así como impulsar la resistencia de la población palestina frente a la colonización de los europeos-judíos.

Para Martinelli, los procesos que influyeron en la formación de la identidad nacional palestina desde finales del siglo XIX fueron la llegada del capitalismo a esa zona del mundo, la implantación de las reformas de Tanzimat (تنظيمات) y la llegada de los colonos europeos de religión judía. Al mismo tiempo el ascenso político, económico y social de las familias notables de Palestina, las cuales tuvieron una relevante participación en la difusión de las ideas nacionalistas. También enfatizó la resistencia del campesinado palestino hacia las políticas sionistas, el solapamiento de identidades nacionales (otomanismo, arabismo, nacionalismo árabe y nacionalismo palestino), así como la importancia simbólica y geográfica de la región para los imperios europeos y las religiones monoteístas.

En el capítulo “4. Desde Al-Nakba de 1948 hacia Al-Naksa de 1967” (pp. 107-133), Martinelli demostró que tras la formación inicial de la identidad nacional palestina a finales del siglo XIX hubo una serie de acontecimientos y procesos mundiales, regionales y locales que influyeron en su reconstrucción. Estos han sido Al-Nakba (النكبة) en 1948, la creación de la OLP en 1960, Al-Naksa (النكسة) en 1967, la Guerra Fría, el proceso de descolonización de Asia y África, el panarabismo, así como el surgimiento y la caída paulatina del sistema mundial unipolar orquestado por Estados Unidos como potencia hegemónica decadente.

La compleja construcción de la identidad nacional palestina ha visto imbricadas distintas formas de identidad colectiva tales como la clase, las lealtades políticas, el clan, la región, la ciudad, el pueblo y la religión. El principal objetivo ha sido mantener, por un lado, la resistencia anticolonial frente al estado coimperial sionista, y por el otro, la lucha contra la asimilación y la pérdida de la identidad nacional en los países a los que han sido dispersados.

La colonización sionista y la dispersión de la población nativa no impidieron la reelaboración de la identidad nacional palestina, el reforzamiento de sus aspiraciones políticas, la reestructuración organizativa desde arriba y desde abajo, así como el acercamiento a los movimientos tercermundistas y de descolonización. Además, en el capítulo “5. La resignificación de la identidad nacional palestina (1967-1977)” (pp. 135-181), Martinelli resaltó la firme permanencia de crear un estado palestino democrático, laico e incluso binacional y la consecución del tan anhelado reconocimiento regional e internacional de la OLP.

Los elementos que fueron parte esencial del proceso de reelaboración identitaria en Palestina son considerados por Martinelli en el capítulo “6. Entre el día de la tierra y el comienzo de la intifada (1976-187)” (pp. 183-208). Estos son el apego, la resistencia y el sentido comunitario de los palestinos felahin (فلاحين) (campesinos) a su tierra invadida; el aumento de la participación poblacional en las actividades guerrilleras donde destacaron los fedayin (فدائيين) (combatientes nacionalistas laicos), quienes fueron representados como héroes y mártires en las fotografías y en el arte; la utilización simbólica y masiva de la kufiya (كوفية) (pañuelo) desde los años de la Revolución de 1936-1939 (ثورة فلسطين الكبرى) y la memoria colectiva en torno al intento de desarraigo y dispersión reflejada en el nombramiento de calles y familiares.

En particular, destaca su consideración acerca de la Intifada (انتفاضة) palabra en árabe que traducida de forma literal significaría “el despertar a sobresaltos” (Martinelli, 2022, p. 97). Para el historiador argentino la primera Intifada (1987-1993) fue la resistencia masiva de la población palestina con el objetivo de poner fin a la colonización y “conseguir una solución de dos Estados, con el Estado palestino en los Territorios Palestinos (área que constituye el 22% de la Palestina histórica), posición que constituía una concesión palestina importante e histórica” (Martinelli, 2022, p. 204). Los campesinos y la población marginada de las ciudades tomaron el liderazgo de la resistencia, lo que para el historiador argentino permite el establecimiento de paralelismos históricos con la Revolución de 1936-1939.

El capítulo “7. Argumentos entre Palestina e Israel” (pp. 209-247), es el cuestionamiento de Martinelli sobre la legitimidad de los argumentos esbozados por Israel (ישראל) para justificar su dominación y expansión coimperial en Palestina, con el soporte imperial de Gran Bretaña y Estados Unidos, así como de la complicidad de Egipto y de Jordania. Los contrargumentos presentados por Martinelli son 1) el sionismo es una forma de colonialismo con ropaje milenario, tal como lo definiera el economista argentino Claudio Katz y 2) la planificada política de colonización y judaización-desarabización del territorio precedió al genocidio nacionalsocialista y a la creación del estado sionista.

También expuso la ideología del “Gran Israel” o el “Israel imperial” (ארץ ישראל השלמה),[2] la cual a grandes rasgos recurrió a la historización de los relatos míticos de la Biblia con el objetivo de colonizar el territorio de Palestina y de esa forma restaurar la ambigua extensión territorial de Eretz Yisrael (ארץ ישראל) (Tierra de Israel), concepto citado en 1 Samuel 13:19. La colonización ha estado asociada con la opresión militar de la población palestina en los territorios invadidos desde junio de 1967, una evidencia de la flagrante violación de los derechos humanos y del derecho internacional. En pocas palabras, para Martinelli (2022, p. 211) los ideólogos sionistas “redefinieron el judaísmo como un movimiento nacional” e hicieron de la Biblia su libro histórico.

El capítulo “8. Comparaciones con los kurdos, Sudáfrica y América Latina” (pp. 249-263), es fundamental para nuestra comprensión de la cuestión palestina debido a los puntos en común con Nuestra América, estos son las relaciones migratorias y diplomáticas, la colonización y las formas de enfrentarlo y las imposiciones de carácter imperial. Para Martinelli, es válida la utilización del concepto apartheid (separación) para caracterizar al estado sionista por su continua política de segregación hacia la población no judía del territorio, razón por la cual es necesaria y legítima la resistencia contra las potencias imperialistas en todas partes del mundo.

El poder de las representaciones visuales en la resistencia palestina es considerado por Martinelli en el capítulo “9. La resistencia a través de la cultura” (pp. 265-278). Por ejemplo, la actitud crítica, simbólica y nacionalista de los dibujos de Naji al-Ali (ﻧﺎﺟﻲ ﺍﻟﻌﻠﻲ), nació en la aldea de Al-Shajara (الشجرة) cerca de 1936 y fue asesinado en Londres en 1987; las ilustraciones de Ghassan Kanafani (غسان كنفاني), nació en Akka (عكّا) en 1936 y fue asesinado por el Mosad[3] en Líbano en 1972, o la poesía de Mahmud Darwish (محمود درويش), nació en la aldea de Al-Birwa (البروة) en 1941 y murió por problemas cardiacos en Houston en 2008.

También ha sido significativa la participación femenina en la resistencia anticolonial palestina a lo largo del siglo XX, algunos ejemplos son: la reunión de la primera asociación de mujeres palestinas en 1903 (Pappe, 2007, p. 77); el Congreso de Mujeres Árabes realizado en Jerusalén en 1929; la Unión General de Mujeres Palestinas (الاتحاد العام للمرأة الفلسطينية) (UGMP), fundada en 1965 como parte de la OLP, o su destacada intervención en la primera Intifada (انتفض) realizada en los territorios palestinos invadidos entre 1987-1993.

 Incluso la lucha cotidiana de las mujeres palestinas ha sido representada en el cine a través de películas como El árbol de lima (شجرة ليمون / עץ לימון), dirigida por el Eran Riklis (ערן ריקליס) en 2009. La película aborda la vida de Salma Zidane, una mujer palestina y viuda, quien recurre al Tribunal Superior de Justicia de Israel (בֵּית הַמִּשְׁפָּט הָעֶלְיוֹן) para frenar los intentos de arboricidio contra sus limoneros cometidos por los guardias de su vecino el ministro de Defensa de Israel, quienes los consideran una seria amenaza para su seguridad. Para Martinelli (2022, p. 271) en el filme “las mujeres se mezclan en asuntos políticos y con una fuerte incidencia en las decisiones, y denuncian que su presencia no es neutral ni mucho menos”.

El movimiento literario palestino Adab al-muqawama fi Filastin al muktalla (أدب المقاومة في فلسطين المحتلة) (Literatura de resistencia en la Palestina ocupada) fue una de las muchas formas de presentar resistencia ante la opresión colonial sionista a través de la palabra escrita, de combatir el olvido y las mutaciones de la oralidad, así como de fomentar la memoria histórica y la identidad nacional. Asimismo, Martinelli (2022, p. 274) consideró que la población palestina ha sido víctima de los mapas, los cuales “deberían interpretarse como ‘ladrillos’ de un texto”. Esto porque han sido utilizados para visualizar el imaginario nacional-colonial sobre el territorio habitado de Palestina, judaizar-desarabizar la toponimia e “imponer la amnesia colectiva” (Martinelli, 2022, p. 275). Es por ello que la realización de mapas alternativos es una forma de resistir a la falsificación cartográfica, así como de “explotar la carga simbólica y representativa de estos en la educación y otros medios” (Martinelli, 2022, p. 276).

En el capítulo “10. El rediseño del ‘Medio Oriente’ y la cuestión palestina” (pp. 279-301), Martinelli se cuestionó la aspiración del imperialismo estadounidense de rediseñar el MENA a través de las numerosas guerras y operaciones realizadas en la zona desde la década de 1990, cuando tras la caída de la URSS la potencia hegemónica reorientó su geopolítica mundial al impulsar el establecimiento del orden unipolar. El argumento utilizado por Estados Unidos para justificar sus invasiones ha sido asociar al islam con el terrorismo, promover la guerra global contra el terror y establecer alianzas con países afines para luchar contra el presunto enemigo en común. En conjunto, las transformaciones geopolíticas en el MENA han empeorado la situación de la población palestina dentro y fuera de los territorios invadidos. Además, el estado sionista ha continuado con su agresiva política de expansión colonial sustentada en la ventaja militar cualitativa otorgada por su aliado incondicional.

Las conclusiones del historiador americano son la distinción de tres políticas por parte del estado coimperial de Israel hacia las tres geografías de Palestina (فلسطين), estas son Jerusalén (ירושלים / القـُدْس), Cisjordania (الضفة الغربية) y Gaza (غزة), con el objetivo de desgastar a la resistencia cotidiana de la población palestina. Las tres políticas sionistas son, 1) el master plan de judaización-desarabización de Jerusalén, 2) el intento de anexión de Cisjordania basado en el racismo estructural y 3) la política de bloqueo económico, así como las continuas invasiones armadas a Gaza. Por último, en el epílogo de su obra Martinelli expuso:

la causa palestina es el lugar de todas las luchas. Sus intifadas enfrentan a un colonialismo de asentamiento que despliega su opresión en planos como el geográfico, el histórico, el lingüístico, el arqueológico, el artístico y uno que quebraría el balance, como es y ha sido el mediático. Este libro colaboraría para desarticular esa hegemonía, pero aún más, quisiera bregar por una solución en la cotidianeidad de los palestinos y la de sus vecinos arruinados, por los -al menos- últimos treinta años de devastación capitalista y neoimperialista. Dedicado a cada uno de los millones de refugiados, muertos y damnificados por la desidia militar en la región, así como en otros lares del mundo y en Nuestra América (Martinelli, 2022, p. 305).

En pocas palabras, Martinelli manifestó su interés de forma escrita en la pronta y necesaria solución de la causa palestina, la cual debe verse materializada en la cotidianeidad de todas las personas en Palestina, Egipto, Jordania, Líbano, Siria, Irán o Yemen, territorios a los que aludió con la frase “sus vecinos arruinados”. También recordó y dedicó la realización de su trabajo a las numerosas víctimas de los regímenes militares, capitalistas y neoimperialistas en el mundo desde al menos el establecimiento del orden unipolar a inicios de la década de 1990.


 

3. Observaciones finales

Los argumentos presentados por Martinelli en su investigación histórica mostraron la necesidad de reestudiar la historia de Palestina a lo largo del tiempo debido a la preponderancia de la perspectiva sionista en el ámbito académico. Esta se ha caracterizado por la invención de mitos nacionales y el negacionismo histórico con el objetivo de mercantilizar la idea de Israel y justificar de forma ideológica la desposesión - expulsión de un territorio habitado. Al mismo tiempo Martinelli evidenció la legitimidad de la resistencia anticolonial de la población palestina y del movimiento antisionista, el cual debe ser entendido como la oposición al colonialismo.

El libro de Martinelli es un logro de todas las personas del ámbito académico en América Latina que se dedican de forma comprometida al estudio histórico de la causa palestina. Es de reconocer la participación de la Editorial de la Universidad Nacional de Luján (EdUNLu) en el proceso de publicación, sin embargo, el alcance de la investigación sigue siendo limitado para la población hispanohablante del mundo debido a que, hasta el momento de redacción de esta reseña, el libro sólo puede ser adquirido de forma física a través de la página oficial de la editorial universitaria y por los habitantes de la República Argentina. Por tal motivo, la EdUNLu debe impulsar los envíos de sus publicaciones a nivel internacional, así como agilizar el proceso de digitalización del libro de Martinelli para su puesta en venta en formato electrónico, lo que sin ninguna duda hará que sea accesible para las personas en otras geografías de Nuestra América.

En suma, Palestina (e Israel), entre intifadas, revoluciones y resistencias (2022) es la seria invitación del historiador argentino Martín Alejandro Martinelli a la población lectora hispanohablante de América Latina para conocer, investigar, escribir y movilizarse respecto a la causa palestina. En particular, Martinelli invita a conocer la compleja historia del silenciamiento y el negacionismo de la resistencia palestina frente al colonialismo de asentamiento (Settler Colonialism) efectuado por el estado coimperial de Israel; a investigar y escribir más sobre sus sufrimientos, acciones y cotidianeidad para nunca olvidar su pasado-presente marcado por la opresión y la injusticia. Al mismo tiempo reconocer como americanos la cercanía con la cuestión palestina, así como la justificada lucha en contra del imperialismo que aqueja a Nuestra América. La causa palestina es el lugar de todas las luchas.

 

4. Bibliografía

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