domingo, 31 de agosto de 2014

Perspectiva histórica de la masacre de Gaza de 2014

The Playmouth Institute for Peace Research


La población de Gaza y de cualquier parte de Palestina se siente decepcionada por la falta de cualquier reacción significativa ante la matanza y destrucción que hasta ahora ha dejado tras de sí el ataque israelí en la Franja. La incapacidad para actuar, o la falta de voluntad de hacerlo, parece ser ante todo una aceptación del relato y los argumentos israelíes para la crisis en Gaza. Israel ha creado un relato muy claro de la actual matanza en Gaza.Esta es una tragedia causada por un ataque no provocado con misiles de Hamas contra el Estado judío, al que Israel tuvo que reaccionar en legítima defensa. Aunque puede que los medios, el mundo académico y los políticos occidentales dominantes tengan reservas acerca de la proporcionalidad de la fuerza utilizada por Israel, aceptan lo esencial de este argumento. En el mundo de ciberactivismo y de los medios alternativos se rechaza de plano esta versión israelí. En ellos es generalizada la condena de las acciones de Israel como un crimen de guerra.
La principal diferencia entre ambos análisis es el deseo de los activistas de estudiar más profundamente el contexto ideológico e histórico de la acción que Israel está llevando a cabo en Gaza. Se debería reforzar aún más esta tendencia y este artículo es un modesto intento de contribuir a ello.
¿Una matanza ad hoc?
Una evaluación y contextualización histórica tanto del actual ataque israelí a Gaza como de los tres anteriores desde 2006 revela con toda claridad la política genocida israelí en Gaza. Una política progresiva de asesinato generalizado que no es tanto producto de un propósito cruel puesto que es el resultado inevitable de la estrategia global de Israel respecto a Palestina en general y respecto a las áreas que ocupó en 1967, en particular.
Este es el contexto en el que habría que insistir ya que la maquinaria de propaganda israelí trata una y otra vez de mostrar sus políticas como unas políticas fuera de contexto y convierte el pretexto que encuentra para cada nueva oleada de destrucción en la justificación principal para una matanza indiscriminada en los campos de la muerte de Palestina.
La estrategia israelí de calificar sus políticas brutales de respuesta ad hoc a tal o cual acción palestina es tan vieja como la propia presencia sionista en Palestina. Se utilizó repetidamente como justificación para implementar la visión sionista de una futura Palestina que contuviera muy pocos palestinos originarios, si no ninguno. Los medios para lograr este objetivo cambiaron con los años, pero la fórmula ha seguido siendo la misma: sea cual sea la visión sionista de un Estado judío, solo se puede materializar sin una cantidad significativa de palestinos en él. Y actualmente la visión es la de un Israel que se extiende sobre la mayor parte de la Palestina histórica en la que todavía viven millones de palestinos y palestinas.
Esta visión se tropezó con problemas cuando la codicia territorial llevó a Israel a tratar de mantener Cisjordania y Gaza bajo su control y dominio desde junio de 1967. Israel buscó una manera de mantener los territorios que había ocupado aquel año sin que la población que había en ellos se incorporara como ciudadanos de pleno derecho. Al mismo tiempo participó en una farsa de “proceso de paz” para encubrir sus políticas unilaterales de colonización sobre el terreno o ganar tiempo para ellas.
A lo largo de décadas Israel diferenció entre las zonas que quería controlar directamente y aquellas que administraría indirectamente con el objetivo a largo plazo de reducir la población palestina al mínimo mediante, entre otras cosas, la limpieza étnica y el estrangulamiento tanto económico como geográfico. Así, Cisjordania se dividió en una zona “judía” y una zona “palestina”, una realidad con la que la mayoría de los israelíes pueden vivir siempre y cuando los bantustanes palestinos estén contentos de estar encarcelados en estas prisiones descomunales. La ubicación geopolítica de Cisjordania da la impresión, al menos en Israel, de que es posible lograrlo sin anticipar un tercer levantamiento o demasiada condena internacional.
Debido a su ubicación geopolítica única, la Franja de Gaza no se prestaba tan fácilmente a una estrategia de este tipo. Desde 1994, y más aún desde que Ariel Sharon llegó al poder como primer ministro a principios de la década de 2000, la estrategia en la Franja fue convertirla en un gueto y esperar de alguna manera que sus habitantes (1.800.000 personas a día de hoy) cayeran en el olvido eterno.
Pero el gueto resultó ser rebelde y no querer vivir en unas condiciones de estrangulamiento, aislamiento, hambruna y colapso económico. No se podía anexionar a Egipto, ni en 1948 ni en 2014. En 1948 Israel empujó a la zona de Gaza (antes de que se convirtiera en una franja) a cientos de miles de refugiados a los que había expulsado del Naqab al norte y de la costa al sur, y que esperaba que se fueran aún más lejos de Palestina.
Durante un tiempo después de 1967 Israel quiso mantenerlo como un distrito que le proporcionaba mano de obra no cualificada pero sin derechos humanos ni civiles. Cuando el pueblo ocupado resistió la continua opresión en dos intifadas, Cisjordania fue diseccionada en pequeños bantustanes rodeados de colonias judías, pero esto no funcionó en la demasiado pequeña y densamente poblada Gaza. Por así decirlo, los israelíes fueron incapaces de “cisjordanizar” la Franja, así que la acordonaron como un gueto y cuando resistió se permitió al ejército utilizar sus armas más formidables y letales para aplastarla. El resultado inevitable de una reacción acumulativa de este tipo fue genocida.
Un genocidio progresivo
El asesinato de tres adolescentes israelíes, dos de ellos menores, que habían sido secuestrados en junio en la ocupada Cisjordania (lo que fundamentalmente fue una represalia por los asesinatos de niños palestinos en mayo) proporcionó el pretexto para, sobre todo, romper la delicada unidad que Hamás y Fatah habían logrado aquel mes, una unidad que siguió a la decisión de la Autoridad Palestina de abandonar el “proceso de paz” y pedir a las organizaciones internacionales que juzgaran a Israel según criterios de los derechos humanos y civiles. Para Israel ambas cosas eran alarmantes.
Este pretexto determinó el momento elegido, pero la brutalidad del ataque fue resultado de la incapacidad de Israel de formular una política clara respecto a la Franja que creó en 1948. La única característica clara de esta política es la profunda convicción de que eliminar a Hamás de la Franja de Gaza afincaría ahí el gueto.
Desde 1994, antes incluso de que Hamás llegara al poder en Gaza, la muy particular ubicación geopolítica de la Franja dejó claro que cualquier acción de castigo colectivo, como la que se está infligiendo ahora, no podría ser sino una operación de asesinatos y destrucción generalizados. En otras palabras, un genocidio progresivo.
El hecho de reconocerlo nunca inhibió a los generales que dieron las órdenes de bombardear a las personas por tierra, mar y aire. Reducir la cantidad de palestinos y palestinas en toda la Palestina histórica sigue siendo una visión sionista, un ideal que exige la deshumanización de los y las palestinas. Esta visión y actitud adquieren en Gaza su forma más inhumana.
Al igual que en el pasado, el momento particular de emprender esta oleada de ataques está determinado por otras consideraciones. El descontento social interno de 2011 continúa en ebullición y por un tiempo hubo una demanda pública de recortar los gastos militares y destinar el dinero del abultado presupuesto de “defensa” a servicios sociales. El ejército calificó esta posibilidad de suicida. No hay nada como una operación militar para sofocar cualquier voz que pida al gobierno que reduzca sus gastos militares.
También en este ataque reaparecieron distintivos típicos de etapas previas de este genocidio progresivo. Al igual que en la primera operación contra Gaza en 2006, “Primeras Lluvias”, y en las que siguieron en 2009, “Plomo Fundido”, y 2012, “Pilar de Humo”, volvemos a asistir a un consensuado apoyo judío israelí a la masacre de civiles en Gaza sin que haya ninguna voz disidente significativa. Como siempre, el mundo académico se convierte en parte de esta maquinaria. Varias universidades ofrecieron al Estado sus organismos de estudiantes para ayudar y luchar por el relato israelí en el ciberespacio y los medios alternativos.
Los medios de comunicación israelíes también acataron lealmente la línea del gobierno al no mostrar imágenes de la catástrofe humana provocada por Israel e informar a su público de que esta vez “el mundo nos entiende y nos respalda”. Esta afirmación es hasta cierto punto válida puesto que las elites políticas en Occidente siguen otorgando la vieja inmunidad al Estado judío. La reciente petición por parte de gobiernos occidentales al fiscal de la Corte Internacional de Justicia de La Haya de no investigar los crímenes de Israel en Gaza es un ejemplo de ello. Gran parte de los medios de comunicación occidentales siguieron su ejemplo y justificaron generosamente las acciones de Israel.
Esta cobertura distorsionada también está alimentada por el sentimiento reinante entre los periodistas occidentales de que lo que ocurre en Gaza palidece en comparación con las atrocidades que están ocurriendo en Iraq y Siria. Este tipo de comparación se suelen hacer sin una mayor perspectiva histórica. Una visión más amplia de la historia de Palestina sería una manera mucho más apropiada de evaluar su sufrimiento en relación con las matanzas en cualquier otro lugar.
Conclusión: hacer frente al doble rasero
Pero no solo se necesita una visión histórica para entender mejor la masacre de Gaza, también se requiere un enfoque dialéctico que identifique la relación entre la inmunidad israelí y los atroces acontecimientos ocurridos en cualquier parte. La deshumanización en Iraq y Siria es generalizada y espeluznante, como lo es en Gaza. Pero hay una diferencia fundamental entre los casos de Iraq y Siria, y la brutalidad israelí: los primeros se condenan en el mundo entero por ser bestiales e inhumanos, mientras que el presidente de Estados Unidos, los dirigentes de la Unión Europea y otros amigos de Israel en el mundo siguen permitiendo y aprobando públicamente los cometidos por Israel.
La única posibilidad de luchar con éxito contra el sionismo en Palestina es hacerlo basándose en un programa de derechos humanos y civiles que no haga diferencias entre una violación y otra, y que, sin embargo, identifique claramente a la víctima y los victimarios. Tanto aquellas personas que cometen atrocidades en el mundo árabe contra minorías oprimidas y comunidades indefensas como los y las israelíes que cometen estos crímenes contra el pueblo palestino deben ser juzgadas todas ellas según los mismos principios morales y éticos. Todas estas personas son criminales de guerra, aunque en el caso de Palestina llevan más tiempo siéndolo que cualquier otra persona. En realidad no es relevante cuál es la identidad religiosa de quienes cometen las atrocidades o en nombre de qué religión pretenden hablar. Ya se llamen a sí mismas yihadistas, judaistas o sionistas, deben ser tratadas de la misma manera.
Un mundo que dejara de utilizar un doble rasero al tratar con Israel sería mucho más eficaz en su respuesta a los crímenes en cualquier parte del mundo. Acabar con el genocidio progresivo en Gaza y restituir los derechos humanos y civiles básicos a los y las palestinas estén donde estén, incluido el derecho al retorno, es la única manera de abrir nuevas perspectivas de una intervención internacional productiva en Oriente Próximo en su conjunto.
 Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos.


Ilan Pappé es un historiador israelí que trabaja en la Universidad de Exeter, Reino Unido. Entre otros libros, es autor de La limpieza étnica de Palestina, (Barcelona, Crítica, 2008, traducido por Luis Noriega) y The Idea of Israel (2014).
Fuente: http://www.pipr.co.uk/all/the-historical-perspective-of-the-2014-gaza-massacre/

jueves, 28 de agosto de 2014

Àrabes, moros, musulmanes e islamistas – una aclaración

Para mucha gente en los países occidentales, las palabras árabe, moro,musulmán e islamista suelen ser sinónimos. A menudo, hasta los medios de comunicación serios cometen errores garrafales en llamar a cualquier país musulmán un país “árabe” y a cualquier musulmán un “islamista”. Con este post me gustaría hacer una introducción de la definición correcta de estas terminologías.

El país con mayor población musulmana no es ningún país árabe, sino Indonesia
El país con mayor población musulmana no es ningún país árabe, sino Indonesia
Árabe
Se refiere a un grupo etnolingüística cuyo origen procedió de la península árabe, pero a día de hoy se extiende por todo el Oriente Medio y África del Norte. Según la clasificación lingüística, el árabe pertenece a la familia semita y es un pariente cercano de hebreo.
Los “árabes” engloban a todos los pueblos cuya lengua se deriva del árabe clásico, que incluyen a la mayoría de los países de la península árabe (Arabia Saudita, Irak, Jordania, Siria, Líbano), Egipto, Libia, y un importante segmento de la población de Túnez, Marruecos, Argelia y Mauritania. La expansión árabe por el norte de África se realizó durante la conquista de Islam en el siglo VII y la posterior asimilación de las poblaciones autóctonas a su cultura.
Religiosamente, La mayoría de los árabes son musulmanes, pero también hay una importante minoría de cristianos, sobre todo en Egipto (15% de la población), Siria (10%) y Líbano (40%). Países como Turquía, Irán y Afganistán, a pesar de estar situado en el Oriente Medio con mayoría musulmana, NO SON ÁRABES porque no comparten el idioma. En Túnez, Argelia, y Marruecos, la población es una mezcla entreárabes bereberes. Estos últimos tampoco son árabes.
Mapa de países árabes
Mapa de países árabes
Moro
Esta palabra vino de la época romana en referencia a la población del norte de África (excluyendo Egipto), que los romanos llamaban Mauretania.
Los moros incluían a poblaciones de origen bereber (que no tienen nada que ver con árabes) y colonos fenicios y griegosMauretania era una de las regiones más romanizadas del imperio. De hecho, el emperador Séptimo Severo,que gobernó a finales del siglo IIera de origen “moro”.
El emperador romano Caracalla, que construyó los famosos baños, era de origen "moro"
Caracalla, hijo de Séptimo Severo, que construyó los famosos baños, era de origen “moro”
En el siglo VII, cuando los árabes sometieron al norte de África, muchos morosse convirtieron a Islam, y como la mayoría de los musulmanes que conquistaronHispania eran nativos del norte de África, en español la palabra moro empezó a referirse a cualquier musulmán, sea de origen árabe, bereber o muladí (hispanos convertidos al Islam). Hasta el siglo XVI, cuando los españoles colonizaron las Filipinas, llamaron a los musulmanes locales moros, aunque no tenían nada que ver con el norte de África.
A día de hoy, coloquialmente la palabra moro puede tener 2 significados:
• Un nativo del Magreb
• Cualquier musulmán, normalmente en tono despectivo
Muchos "moros" son de origen bereber, como esta familia marroquí
Muchos “moros” son de origen bereber, no árabe, como esta familia marroquí
Musulmán
Se refiere a creyentes de la religión de Islam, independiente de nacionalidad o origen étnico.
El Islam era una religión fundada por los árabes, pero luego se difundió por el resto del mundo. A día de hoy, hay casi 1600 millones de musulmanes en el mundo, pero solo 20% son árabes. Los países con mayor población musulmana son Indonesia (casi 200 millones), Pakistán, India y Bangladesh.
Los musulmanes también se dividen en 2 principales ramas religiosas: suníes ychiitas, ambos creen en el profeta Mahoma, pero los segundos consideran su yerno Ali como el legítimo sucesor.
Mapa de importantes poblaciones musulmanas del mundo
Mapa de importantes poblaciones musulmanas del mundo
Grado de religiosidad entre musulmanes
Aunque los occidentales solemos asociar el Islam con mujeres veladas, una estricta separación de sexos, un rígido patriarcado, la abstención de cerdo y alcohol y rezar 5 veces al día, en realidad, el grado de religiosidad varía de forma enorme de país a país, individuo a individuo. En general, se puede clasificar por las siguientes tendencias:
• No-creyentes: gente que se identifica con la religión solo por herencia familiar, pero no practica casi nada las costumbres religiosas.
• Creyentes modernos: gente que practica la religión pero con costumbres modernas. Las mujeres no llevan velo y los dos sexos suelen socializarse juntos. Pero a pesar de adoptar muchas costumbre occidentales como beber alcohol y bailar en discotecas, la mayoría reza con regularidad a Alá, practica el ramadán y se abstiene de comer cerdo.
• Creyentes conservadores: gente que sigue las normas religiosas en su conducta cotidiana. Mantiene una estricta separación de sexos donde las mujeres siempre van tapadas y los matrimonios suelen ser concertados.
• Radicales, que practican los mandamientos del Corán a pie de la letra, como aplicar el código penal de Sharia para los delitos religiosos. Por supuesto, la interpretación del Corán es muy subjetiva, y la mayoría de los grupos que llamamos “fundamentalistas” hacen que su manera particular sea la única verdadera, calificando todo el resto de “herejes”.
La mayoría de las poblaciones musulmanas tienen una mezcla de las 4 tendencias. Pero en general, en los BalcanesRusia y las ex repúblicas soviéticas predominan las primeras 2, y en países como PakistánArabia SauditaBangladesh y Jordania y predominan las últimas 2.
Los musulmanes radicales que pretenden establecer un estado confesional con un código civil y penal basado en el Corán se llaman islamistas.
A día de hoy, en varios países musulmanes hay una profunda división entreislamistas y laicos, que se ha radicalizado después de la Primavera Árabe, pero eso ya es otro tema de que hablaré en otro post.
Los medios de comunicación a menudo llaman “islamista” a cualquier musulmán, que no sólo es una terminología errónea, sino también crea una confusión potencialmente peligrosa.
La mayoría de la población kazaja son musulmanes, como los jóvenes de esta foto
La mayoría de la población kazaja son musulmanes modernos
La sociedad pakistaní es una de las más tradicionales
La sociedad pakistaní es una de las más tradicionales
Fuente http://elimperiodedes.wordpress.com/

miércoles, 27 de agosto de 2014

Noam Chomsky habla sobre la ofensiva israelí contra Gaza y el apoyo estadounidense a la ocupación



Noam Chomsky habla sobre la ofensiva israelí contra Gaza y el apoyo estadounidense a la ocupación click aqui arriba para ver el vídeo

Horrible. Sádico. Cruel. Asesino. Así es como Noam Chomsky describe los 29 días de ofensiva israelí sobre Gaza, que mató a casi 1.900 personas y dejó a casi 10.000 personas heridas. Chomsky ha escrito extensamente sobre el conflicto israelí-palestino. Después de la operación israelí de 2008-2009 conocida como «Plomo Fundido», escribió el libro "Gaza en crisis: Reflexiones sobre la guerra de Israel contra los palestinos", en coautoría con el académico israelí Ilan Pappé. Entre sus otros libros sobre el conflicto israelí-palestino, se pueden destacar: "¿Paz en oriente medio? Reflexiones sobre justicia y nacionalidad" y "El triángulo fatal: Estados Unidos, Israel y Palestina". Chomsky es un disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. También es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde enseña hace más de 50 años.

TRANSCRIPCIÓN

JUAN GONZÁLEZ: Para ampliar la información sobre la crisis en Gaza nos vamos a Boston, desde donde nos acompaña Noam Chomsky, un disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. También es profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde enseña hace más de 50 años. Hace décadas viene escribiendo extensamente sobre el conflicto israelí-palestino.
AMY GOODMAN: Este mes se cumplen cuarenta años de la publicación del libro de Noam Chomsky "¿Paz en oriente medio? Reflexiones sobre justicia y nacionalidad". Otro de sus libros, "El triángulo fatal: Estados Unidos, Israel y Palestina", publicado en 1983, se considera una de las obras más contundentes sobre el conflicto israelí-palestino. El profesor Chomsky se comunica con nosotros desde Boston. Bienvenido de nuevo a Democracy Now!, Noam. En primer lugar, quisiera pedirte un comentario general, ya que no hemos hablado contigo durante esta ofensiva israelí en Gaza. ¿Que opinas sobre lo sucedido ahora?
NOAM CHOMSKY: Es una atrocidad horrible, sádica, cruel, asesina, llevada a cabo sin ningún pretexto creíble. Es otro de los ejercicios periódicos que hace Israel, que delicadamente denominan como "cortar el césped". Esto significa dispararles a los peces del estanque, para asegurarse de que los animales se queden quietos en la jaula que les has construido. Después viene un período de lo que se llama "alto el fuego", que significa que Hamas observa el alto al fuego, como Israel mismo reconoce, mientras Israel continúa violándolo. Luego eso se rompe por una escalada militar israelí. Hamas responde. Y ahí viene el momento de "cortar el césped". Éste, en muchos sentidos, es más sádico y cruel incluso que los anteriores.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y qué hay del pretexto que utiliza Israel para lanzar estos ataques? ¿Podrías hablarnos sobre eso y hasta que punto crees que es válido?
NOAM CHOMSKY: Según admiten altos funcionarios israelíes, Hamas ha respetado el último alto el fuego por 19 meses. El episodio anterior de "cortar el césped" fue en noviembre de 2012. Hubo un alto el fuego. Los términos de la negociación fueron que Hamas no dispararía misiles —lo que ellos llaman misiles— y que Israel actuaría para poner fin al bloqueo y dejaría de atacar en Gaza a los que ellos llaman milicianos. Hamas cumplió con el acuerdo. Israel lo admite.
En abril de este año sucedió algo que horrorizó al gobierno israelí: se llegó a un acuerdo de unidad entre Gaza y Cisjordania, entre Hamas y Fatah. Durante mucho tiempo, Israel ha intentado desesperadamente evitar que eso pase. Hay todo un contexto, que da cuenta de lo importante que es. Entonces, llegó el acuerdo de unidad. Israel se puso furioso. Y más aún se molestaron cuando EE.UU. lo respaldó de alguna manera, lo que es un gran golpe para ellos. Hicieron estragos en Cisjordania.
Lo que se utilizó como pretexto fue el brutal asesinato de tres colonos adolescentes. Primero se dijo que estaban vivos, a pesar de que se sabía que estaban muertos. Eso dio lugar a un enorme, ah y por supuesto, inmediatamente culparon a Hamas. Pero hasta ahora no presentaron ningún tipo de prueba, y de hecho, autoridades israelíes de alto rango señalaron de inmediato que los asesinos eran probablemente miembros de una especie de un clan díscolo que hay en Hebrón, el clan Qawasmeh, lo que al parecer resulta ser verdad. Este clan ha sido un dolor de cabeza para Hamas durante años. No respetan sus órdenes.
Pero de todos modos, eso dio lugar a esa incursión devastadora en Cisjordania, donde arrestaron a cientos de personas, y volvieron a arrestar a muchos que ya habían puesto en libertad, en su mayoría identificados con Hamas. Aumentaron los asesinatos. Y finalmente, vino la respuesta de Hamas: los llamados ataques con misiles. Y eso dio lugar a una nueva "cortada de césped".
AMY GOODMAN: Has dicho que Israel hace esto periódicamente, Noam Chomsky. ¿Por qué lo hacen?
NOAM CHOMSKY: Porque quieren mantener una cierta situación. Hay un contexto que lo explica. Por más de 20 años, Israel se ha esforzado, con el apoyo de Estados Unidos, por separar a Gaza de Cisjordania. Eso implica una violación directa del Acuerdo de Oslo, firmado hace 20 años, que estableció que Cisjordania y Gaza constituyen una entidad territorial única cuya integridad debe ser preservada. Pero para los estados canallas, los acuerdos solemnes no son un impedimento actuar a su antojo. Así que Israel, con apoyo de EEUU, se enfocó en mantenerlas separadas. Y tiene una buena razón para ello. Basta con mirar el mapa. Siendo Gaza es la única salida al mundo exterior de una entidad Palestina, cualquiera que sea, si Cisjordania está separada de Gaza, queda básicamente encerrada; tiene a Israel de un lado y a la dictadura de Jordania del otro.
Más aún, Israel viene expulsando sistemáticamente a los palestinos del valle del Jordán, destruyendo pozos, construyendo asentamientos. Primero delimitan allí zonas militares, luego establecen asentamientos; la historia de siempre. Eso significaría que los espacios que queden para los palestinos en Cisjordania, una vez que Israel tome lo que quiere y lo integre a Israel, estarían completamente encerrados. Gaza sería la salida al mundo exterior, de modo que mantenerlas separadas una de la otra es un importante objetivo político, tanto de la política estadounidense como de la israelí. Y el acuerdo de unidad amenazaba ese objetivo.
Y amenazaba otra cosa que Israel viene alegando hace años. Uno de sus argumentos para evadir entrar en negociaciones ha sido: ¿Cómo se puede negociar con los palestinos si están divididos? Bueno, está bien, entonces si se unen, ese argumento se cae. Pero el motivo más importante es lo geoestratégico, que es lo que mencionaba recién. Así que el gobierno de unidad era una amenaza real, lo mismo que el tibio, pero real, respaldo de Estados Unidos a éste. Y reaccionaron enseguida.
JUAN GONZÁLEZ: Noam, ¿qué piensas de la actitud de Israel de, como tú dices, buscar mantener el status quo y a la vez seguir alterando la realidad del territorio a través de la ampliación de los asentamientos. ¿Cómo interpretas que los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, que oficialmente se opone a la expansión de los asentamientos, se nieguen persistentemente a llamarle la atención a Israel por este intento de expandirse en el territorio?
NOAM CHOMSKY: Bueno, tu expresión "oficialmente se opone" es bastante acertada. Podemos mirar, o sea, hay que distinguir entre la retórica de un gobierno y sus acciones. Y entre la retórica que usan los dirigentes políticos y sus acciones. Eso debería ser obvio. Poder ver cuán comprometido está EE.UU. con esta política es fácil. Por ejemplo, en febrero de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU evaluó una resolución que pedía, que llamaba a Israel a poner fin a la expansión de asentamientos. Tengamos en cuenta que la expansión de asentamientos no es realmente el problema. Son los asentamientos en sí mismos. Los asentamientos, el desarrollo de infraestructura, todo eso es una violación flagrante del derecho internacional. Eso ha sido determinado por el Consejo de Seguridad, por la Corte Internacional de Justicia. Prácticamente todos los países del mundo, fuera de Israel, reconocen esto. Esta era una resolución que llamaba al fin de la expansión de los asentamientos lo que se corresponde con la política oficial de Estados Unidos. ¿Y qué pasó? Obama vetó la resolución. Eso da a entender algo. Es más, la declaración oficial dirigida a Israel acerca de la expansión de los asentamientos va acompañada de algo que en lenguaje diplomático se denominaría un guiño, una indicación discreta de que no lo decimos en serio.
Así, por ejemplo, la última declaración de Obama condenando la reciente, como él la llama, violencia de las dos partes, fue acompañada por el envío de más ayuda militar a Israel. Bueno, ellos saben leer esas señales. Y eso ha sido así desde siempre. De hecho, cuando Obama llegó al gobierno, dio el discurso pertinente contra la expansión de los asentamientos. Y se le preguntó a su gobierno, a los voceros, en conferencias de prensa, les preguntaron si Obama iba a hacer algo al respecto, como el primer George Bush había hecho —sanciones moderadas— para frenar la expansión de los asentamientos. Y la respuesta fue: "No, esto es sólo un gesto simbólico". Bueno, eso le dice al gobierno de Israel exactamente lo que está sucediendo. Y de hecho, si se mira lo que sucede, cosa por cosa, la ayuda militar continúa, la ayuda económica continúa, la protección diplomática continúa, la protección ideológica continúa. Con esto quiero decir que se categorizan los problemas de tal manera que se ajusten a las demandas de Israel. Todo eso sigue sucediendo, acompañado por una especie de cacareo que dice: "Bueno, realmente no nos gusta lo que pasa, y no contribuye a la paz". Cualquier gobierno puede entender las señales.
AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que habló ayer con periodistas extranjeros. Primer Ministro Benjamin Netanyahu: Israel aceptó y Hamas rechazó la propuesta que hizo Egipto el 15 de julio para un alto el fuego. Y quiero que sepan que en ese momento el conflicto había cobrado unas 185 vidas. Recién el lunes en la noche Hamas aceptó esa misma propuesta, que entró en efecto ayer en la mañana. Eso significa que el 90%, el 90% del total de las muertes ocurridas se hubiera podido evitar si Hamas no hubiera rechazado en ese momento el alto al fuego que ahora sí acepta. Hamas tiene que rendir cuentas por la trágica pérdida de vidas.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, ¿qué le responderías al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu?
NOAM CHOMSKY: [inaudible] hay una respuesta corta y una respuesta larga. La respuesta corta es que, por supuesto, como bien lo sabe Netanyahu, esa propuesta de alto el fuego fue negociada entre la dictadura militar de Egipto e Israel, dos gobiernos muy hostiles a Hamas. Ni siquiera se le comunicó a Hamas directamente. Ellos se enteraron a través de las redes sociales, y eso los enfureció, naturalmente. Y dijeron que no aceptarían la propuesta en esos términos. Pero bueno, esa es la respuesta corta.
La respuesta larga es que el 100% de las víctimas, de la destrucción y la devastación, y todo lo demás, se hubiera podido evitar si Israel hubiera respetado el acuerdo de alto al fuego después de, desde Noviembre de 2012, en vez de violar constantemente el acuerdo, y luego intensificar la violencia, —de la forma que he señalado— buscando frenar el gobierno de unidad y persistir en su política, sus políticas de apoderarse de las áreas que quieren de Cisjordania y mantenerla separada de Gaza. Así como mantener a Gaza en lo que llaman una 'dieta', según el famoso comentario de Dov Weissglass. Este es el hombre que negoció el retiro israelí de 2005, y señaló que el propósito de ese retiro era poner fin a la discusión sobre algún tipo de acuerdo político y bloquear cualquier posibilidad de creación de un Estado Palestino. Y que mientras tanto, los habitantes de Gaza ses a dieta, lo que significaba permitira la entrada de alimentos con apenas las calorías suficientes para que no se murieran todos —porque eso sería muy malo para la ya decadente reputación de Israel— pero que no tuvieran acceso a más que eso. Y con su proclamada capacidad técnica, Israel, los expertos israelíes, calcularon exactamente cuántas calorías se necesitaban para mantener a la gente de Gaza en una dieta, en un estado de sitio, con las exportaciones bloqueadas, con las importaciones bloqueadas. Los pescadores no pueden salir a pescar. Los buques de guerra los llevan de nuevo a la costa.
La gente palestina tiene prohibido el ingreso a una gran parte, probablemente más de un tercio, o quizás más, de la tierra cultivable de Gaza. Se le llama "barrera". Esa es la norma. Esa es la dieta. Los quieren mantener así, separados de Cisjordania, y continuar con el proyecto que ya están implementando, de apoderarse -podría dar los detalles, pero no es algo desconocido— de apoderarse de las partes de Cisjordania que Israel quiere, que ya está incorporando a Israel, y que probablemente al final termine anexándolas de algún modo, mientras siga contanto con el apoyo de Estados Unidos, mientras se sigan trabando los esfuerzos internacionales para llegar a un acuerdo político.
JUAN GONZÁLEZ: Noam. Tras lo ocurrido durante este mes, y con todas estas imágenes de la masacre en Gaza difundidas en el mundo, ¿qué impacto consideras que ha tenido esto en la relación, ya muy distante, entre el gobierno de Estados Unidos y el mundo árabe y musulmán? Me refiero especialmente a todos los jóvenes musulmanes y árabes del mundo que tal vez no habían estado expuestos a atrocidades anteriores del conflicto palestino-israelí.
NOAM CHOMSKY: Bueno, en primer lugar, tenemos que distinguir entre las poblaciones de países musulmanes y árabes, y sus gobiernos; hay una notable diferencia. Los gobiernos son en su mayoría dictaduras. Y cuando se lee en la prensa que los árabes nos apoyan en esto y lo otro, lo que se quiere decir es que los dictadores nos apoyan, no las poblaciones. Las dictaduras apoyan moderadamente lo que EE.UU. e Israel están haciendo. Eso incluye la dictadura militar de Egipto, que es muy brutal, la dictadura de Arabia Saudita. Arabia Saudita es el aliado más cercano de Estados Unidos en la región, y es el Estado fundamentalista islámico más radical del mundo. Arabia Saudí está propagando sus doctrinas wahabí-salafistas en todo el mundo, doctrinas fundamentalistas y extremistas. Es el aliado principal de Estados Unidos hace años, como antes lo fue de Gran Bretaña. Ambas potencias han tendido a preferir el Islam radical al peligro del nacionalismo secular y la democracia. Y ellos apoyan bastante, no les gusta Hamas, lo odian. No tienen ningún interés en los palestinos. Tienen que decir ciertas cosas para tratar de apaciguar a sus poblaciones, pero, de nuevo, la retórica y la acción son cosas diferentes.
Así que las dictaduras no están horrorizadas por lo que está pasando. Probablemente están celebrándolo en silencio. Las poblaciones, por supuesto, son muy diferentes, pero esto ha sido siempre así. Por ejemplo, poco antes de las manifestaciones de la Plaza Tahrir en Egipto, que derrocaron a la dictadura de Mubarak, hubo encuestas internacionales realizadas en Estados Unidos por las principales empresas de encuestas, que mostraron muy claramente que alrededor del 80% de la gente en Egipto consideraba que las principales amenazas para ellos eran Israel y Estados Unidos. Y, de hecho, la condena a Estados Unidos y sus políticas era tan extrema que, a pesar de que no les gusta Irán, una mayoría manifestó que sentía que la región estaría más segura si Irán tuviera armas nucleares.
Bueno, si nos fijamos en las encuestas de los últimos años, más o menos varían en torno a opiniones de este tipo. Pero eso es a nivel de las poblaciones. Y, por supuesto, a las poblaciones musulmanas de otros lugares tampoco les gusta. Pero no sólo a las poblaciones musulmanas. Por ejemplo, en Londres hubo una manifestación recientemente en la que participaron cientos de miles de personas, una manifestación enorme en protesta por las atrocidades israelíes en Gaza. Y eso también está pasando en otras partes del mundo. Vale la pena recordar que, un par de décadas atras, Israel era uno de los países más admirados del mundo. Ahora es uno de los países más temidos y despreciados del mundo. A los propagandistas israelíes les gusta decir que, bueno, es antisemitismo. Pero si bien puede haber un elemento antisemita, que es suave, es a causa de las acciones israelíes. El rechazo es a las políticas.
Y mientras Israel persista en estas políticas, eso es lo que va a pasar. En realidad, esto ha sido muy claro desde principios de la década de 1970. De hecho, yo vengo escribiendo sobre ello desde entonces, pero es algo tan obvio, que yo no creo tener ningún mérito por eso. En 1971, Israel tomó una decisión crucial, la más fatídica de su historia, yo creo. El presidente Sadat de Egipto ofreció a Israel un tratado de paz pleno, a cambio de la retirada de Israel del Sinaí egipcio. En ese momento había un gobierno laborista, el llamado gobierno laborista moderado. Consideraron la oferta y la rechazaron. Planeaban llevar a cabo extensos programas de desarrollo en el Sinaí, construir una enorme ciudad en el Mediterráneo, decenas de asentamientos, kibutzim, y otras grandes obras de infraestructura, desplazando decenas de miles de beduinos de esas tierras, destruyendo sus pueblos y todo eso. Esos eran los planes, y estaban comenzando a ponerlos en práctica.
Así que Israel tomó la decisión de elegir la expansión por encima de la seguridad. Un tratado con Egipto habría significado seguridad. Es la única fuerza militar significativa del mundo árabe. Y esa ha sido la política desde entonces. Cuando se sostiene una política que pone a la represión y la expansión por encima de la seguridad, van a pasar cosas. El país sufrirá una degeneración moral. Habrá una creciente oposición, indignación y hostilidad desde poblaciones de otros países. Podrán continuar recibiendo el apoyo de las dictaduras y del gobierno estadounidense, pero vas a perder el apoyo de las poblaciones. Y eso tiene consecuencias. Se podía predecir; de hecho, yo y otros lo predijimos en los años 70. Citándome a mí mismo: "quienes se consideran partidarios de Israel son en realidad partidarios de su degeneración moral, aislamiento internacional, y, muy posiblemente, su destrucción final".
Eso es lo que; bueno, es lo que está pasando. No es el único ejemplo en la historia. Se establecen muchas analogías con Sudáfrica, la mayoría de ellas bastante dudosas, en mi opinión. Pero hay una analogía que creo que es bastante realista, de la que no se habla mucho. Pero debería tenerse presente. En 1958, el gobierno nacionalista de Sudáfrica, que fue el que impuso el duro régimen del apartheid, reconoció que se estaba quedando aislado internacionalmente. Sabemos, por documentos desclasificados, que en 1958 el ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica se reunió con el embajador estadounidense. Y tenemos la conversación que tuvieron. Él básicamente le dijo: "Mira, nos estamos convirtiendo en un estado paria. Estamos perdiendo, todos van a votar en contra de nosotros en las Naciones Unidas. Nos estamos quedando aislados. Pero realmente no nos importa, porque la única voz que cuenta es la de ustedes. Mientras ustedes nos apoyen, realmente no nos importa lo que piense el resto del mundo".
No fue una mala apreciación. Si nos fijamos en lo que sucedió años después, la oposición al apartheid sudafricano creció y se extendió. Hubo un embargo de armas de la ONU. Se implementaron sanciones. Se realizaron boicots. La oposición era tan fuerte en la década de 1980, que incluso el Congreso de Estados Unidos aprobó algunas sanciones, que el presidente Reagan tuvo que vetar. Reagan fue el último partidario del régimen del apartheid. El Congreso de hecho restableció las sanciones tras su veto, y luego él las violó. Todavía en 1988, el gobierno de Reagan, el último reducto, declaró que el Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela, era uno de los grupos terroristas más infames del mundo. Para poder mantener el apoyo de EE.UU. a Sudáfrica. También apoyaba al grupo terrorista UNITA de Angola. Finalmente, incluso Estados Unidos se unió al resto del mundo, y el régimen del apartheid se derrumbó rapidamente.
Pero eso no es algo totalmente análogo al caso de Israel. Hubo otras razones para la caída del apartheid, dos razones cruciales. Una de ellas fue que se llegó a un acuerdo que era aceptable para Sudáfrica y para las empresas internacionales. Un acuerdo simple: mantener el sistema socioeconómico y permitir— hablando metafóricamente— permitir que haya algunas caras negras en las limusinas. Ese fue el acuerdo, y eso fue lo que se implementó, aunque no completamente. No hay un acuerdo comparable entre Israel-Palestina. Pero otro elemento crucial, del que no se habla, es Cuba. Cuba envió fuerzas militares y cientos de miles de trabajadores técnicos, doctores y maestros, entre otros, y sacaron a los agresores sudafricanos de Angola, y los obligaron a abandonar su ocupación ilegal de Namibia. Pero sobre todo, como de hecho lo señaló Nelson Mandela cuando salió de la cárcel, los soldados cubanos, que por cierto eran soldados negros, destrozaron el mito del súper hombre blanco invencible. Eso tuvo un efecto muy significativo tanto en la Africa negra como en la Sudáfrica blanca. Le indicó al gobierno y la población de Sudáfrica que no iban a ser capaces de imponer su deseo de un sistema de apoyo regional, al menos no silenciosamente, que les permitiría continuar sus operaciones dentro de Sudáfrica y sus actos terroristas en el extranjero. Y eso fue un factor clave para la liberación de la Africa negra.
AMY GOODMAN: Noam, tenemos que hacer un corte y volveremos a esta conversación. Estamos conversando con Noam Chomsky, disidente político, lingüista y escritor de renombre mundial. Profesor Emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Esto es Democracy Now! Estaremos de vuelta con el profesor Chomsky en un minuto. [Corte]
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, Democracynow.org, el informativo de guerra y paz, Soy Amy Goodman y éste es Juan González. Nuestro invitado es el profesor Noam Chomsky. Quiero pasar un fragmento del discurso del presidente Obama en una conferencia de prensa el miércoles, en Washington, D.C.
PRESIDENTE BARACK OBAMA: A largo plazo, tiene que reconocerse que Gaza no puede sostenerse estando cerrada al mundo y sin la capacidad de proveer oportunidades sociales, trabajos, crecimiento económico, a la población que vive allí, sobre todo dada la densidad de población que tiene, y lo joven que es. Vamos a tener que ver un cambio en el acceso a oportunidades para la gente de Gaza. No tengo ninguna simpatía por Hamas. Pero sí siento mucha simpatía por la gente común y corriente que está luchando dentro de Gaza.
AMY GOODMAN: Eso dijo el presidente Obama ayer. Noam Chomsky, ¿qué le responderías?
NOAM CHOMSKY: Bueno, como siempre, con todos los estados y todos los dirigentes políticos, hay que diferenciar entre retórica y acción. Cualquier dirigente político puede tener una retórica preciosa, incluso Hitler o Stalin, cualquiera. La pregunta es: ¿Y qué están haciendo? ¿Qué sugiere exactamente Obama o que está haciendo para lograr el objetivo de acabar con el sitio y el bloqueo de Israel a Gaza, apoyado por Estados Unidos, que es lo que ha llevado a esta situación? ¿Qué ha hecho en el pasado? ¿Qué propone hacer en el futuro? Hay cosas que el gobierno de Estados Unidos podría hacer de forma muy fácil. De nuevo, no quiero abusar de la analogía con Sudafrica, pero es una buena muestra. Y no es el único caso.
Lo mismo ocurrió, como recordarán, en el caso Indonesia-Timor Oriental. Cuando Estados Unidos, Clinton, finalmente dijo a los generales de Indonesia, "se acabó el juego", ellos se retiraron inmediatamente. El poder de Estados Unidos es sustancial. Y en el caso de Israel, es fundamental, porque Israel cuenta con el apoyo unilateral de Estados Unidos. Hay muchas cosas que Estados Unidos puede hacer para implementar lo que Obama dice. Y la cuestión es, de hecho, cuando Estados Unidos da órdenes, Israel obedece. Eso ha ocurrido una y otra vez. Y es completamente obvio el porqué, dadas las relaciones de poder. Así que hay cosas que se pueden hacer. Se hicieron algunas cosas en los gobiernos de Bush segundo, Clinton, Reagan, y Estados Unidos podría hacerlas de nuevo. Entonces sabremos si esas palabras fueron algo más que la típica retórica agradable.
JUAN GONZÁLEZ: Hablando de separar la retórica de los actos, Israel siempre ha dicho que ya no ocupa Gaza. Democracy Now! recientemente habló con Josué Hantman, un asesor de alto rango del embajador israelí en Estados Unidos y un ex portavoz del Ministerio de Defensa israelí. Hantman dijo texualmente que "Israel salió de la Franja de Gaza en 2005. Retiramos todos los asentamientos. Retiramos las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF, en inglés). Sacamos a 10.000 judíos de sus casas, como un paso para la paz, porque Israel quiere la paz y está extendiendo su mano para la paz". ¿Tu respuesta?
NOAM CHOMSKY: Bueno, varios puntos. En primer lugar, la ONU y todos los países del mundo, incluido Estados Unidos, consideran a Israel como el poder ocupante en Gaza, por una razón muy simple: ellos controlan todo. Controlan las fronteras, la tierra, el mar y el aire. Determinan qué puede entrar y salidr de Gaza. Determina cuántas calorías necesitan los niños de Gaza para mantenerse vivos, pero no para crecer bien. Eso es una ocupación, bajo el derecho internacional, y nadie lo pone en duda, por fuera de Israel. Incluso Estados Unidos está de acuerdo, su apoyo más recurrente. Eso— ya con eso, con eso terminamos la discusión sobre si es un poder ocupante o no. Y sobre querer la paz, miremos con cuidado ese llamado 'retiro'. Recalquemos que dejó a Israel como el poder ocupante.
En 2005, halcones israelíes, dirigidos por Ariel Sharon, un halcón muy pragmático, reconocieron que no tenía sentido que Israel dejara a miles de colonos en una Gaza devastada y tuviera a una gran parte del ejército israelí protegiéndolos, y muchos otros gastos al partir a Gaza en partes y eso. Eso no tenía sentido. Tenía mucho más sentido agrupar a todos esos colonos en sus asentamientos subsidiados en Gaza, donde estaban residiendo de forma ilegal, y mandarlos a asentamientos subsidiados en Cisjordania, en áreas que Israel espera ocupar —ilegalmente, por supuesto. Eso era más pragmático. Y había una forma muy fácil de hacerlo. Hubieran podido informarle a los colonos en Gaza que en agosto el ejército de Israel iba a retirarse, y así ellos habrían corrido a los buses que se les ofrecieron y se hubieran ido a los asentamientos ilegales en Cisjordania, y , por incidencia, en los Altos del Golán. Pero eso, querían que se convirtiera en una forma de 'trauma nacional'. Así que el trauma se construyó, como un teatro. Fue ridiculizado por especialistas en Israel, incluidos líderes de la sociología— Baruch Kimmerling se burló de eso. Y el trauma se creó porque, si usted llega a tener un hijo, fotos de ellos suplicándole a los soldados de Israel, "¡No destruya mi casa!" y el fondo dice 'Nunca más', Eso quiere decir 'Nunca más nos hagan mudarnos de sitio'. refiriéndose a Cisjordania principalmente. Fue un trauma nacional teatral. Lo que lo hacía como una farsa fue que era la repetición de lo que incluso la prensa israelí llamó 'El Trauma Nacional del 82', cuando interpretaron un trauma cuando tuvieron que retirarse de Yamit, la ciudad que ocuparon de forma ilegal en el Sinai.
Pero la ocupación se mantuvo. Ellos siguieron. Y voy a repetir lo que dijo Weissglass. Recordemos, que él era negociador con Estados Unidos, el confidente de Sharon. Dijo que el propósito de ese retiro era ponerle fin a las negociaciones sobre un Estado Palestino o sobre los derechos de los Palestinos. Eso lo terminaría. Esto lo congelaría, con apoyo de Estados Unidos. Y luego imponen una dieta en Gaza para mantenerlos sobreviviendo, pero no sanos, y en el encierro. Después de semanas de lo que se llamó el retiro, Israel intensificó sus ataques contra Gaza e impuso sanciones muy duras, apoyadas por Estados Unidos. La razón fue que hubo elecciones en Palestina, y salieron los del lado equivocado. Claro, Israel y Estados Unidos, por supuesto, aman a la democracia, pero solo si los resultados son los que ellos quieren. Estados Unidos e Israel instantaneamente impusieron sanciones. Los ataques de Israel, que nunca habían parado, aumentaron. Europa, vergonzosamente, también dejó que eso pasara. Luego Israel y Estados Unidos inmediatamente comenzaron a planear un golpe militar para derrocar el gobierno. Cuando Hamas se adelantó a ese golpe, los dos países se pusieron furiosos. Las sanciones y los ataques militares aumentaron. Y estamos en lo que discutimos antes: episodios esporádicos para 'cortar el césped'.
AMY GOODMAN: Noam sólo-, sólo tenemos un minuto.
NOAM CHOMSKY: Sí.
AMY GOODMAN:* Muy rápidamente, en este punto, los medios de Estados Unidos dice que el país se ha hecho a un lado, que ahora toda la negociación está en las manos de Egipto. ¿Qué debe ocurrir en este momento? El alto el fuego va a terminar en algunas horas, si no se amplía. ¿Qué tipo de tregua que se debe lograr aquí?
NOAM CHOMSKY: Bueno, para Israel, con el apoyo de Estados Unidos, esta situación es una situación en la que van a ganar, o van ganar. Si Hamas acepta extender el alto al fuego, Israel puede mantener su control policíaco como describí antes: tomando lo que quieran de Cisjordania, separándola de Gaza, mantener la dieta y así seguir. Si Hamas no acepta el alto al fuego, Netanyahu puede dar otro discurso como el que usted— ese discurso cínico que ustedes citaron antes. Lo único que puede cambiar esto es si Estados Unidos cambia su política, como lo han hecho en otros casos. Mencioné Sudáfrica, Timor. Y hay otros. Eso es decisivo. Y va a haber un cambio, que dependerá en gran medida de la política exterior de Estados Unidos. Durante 40 años, Estados Unidos ha apoyado de forma unilateral el rechazo de Israel al consenso internacional para encontrar una solución de dos estados.
AMY GOODMAN: Noam, tenemos que parar acá, pero vamos a continuar nuestra conversación después del show, y lo vamos a poner online en democracynow.org Noam Chomsky, disidente político de renombre mundial, lingüista y autor, profesor emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Traducido por Camila Osorio, Elia Gran, Veronica Gelman, Igor Moreno. Editado por Veronica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español