domingo, 28 de septiembre de 2014

In Pictures: Seized land in Palestine - En imágenes: Tierras tomadas por la fuerza en Palestina



Residents of the Wadi Fukin village received eviction notices as Israel plans on further seizing 400 hectares of land.


Wadi Fukin, ocuppied West Bank - Israel recently announced its decision to seize nearly 400 hectares of land in the occupied West Bank, a move anti-settlement activists termed the largest land grab in 30 years.

At the time, Palestinian President Mahmoud Abbas called on Israel to cancel the appropriation. "This decision will lead to more instability. This will only inflame the situation after the war in Gaza," presidential spokesman Abu Rdainah said.
In a statement published on its website, Peace Now also condemned the land confiscation and said that it would further damage the chance of achieving a lasting peace between Israelis and Palestinians based on a two-state solution.
The Palestinian village of Wadi Fukin sits just west of Bethlehem along the Green Line, and is surrounded on three sides by Israeli settlements that are constantly growing.
Residents of Wadi Fukin were recently handed down eviction notices and had some of their farmlands destroyed, all with the purpose of forcing them to abandon their village. The villagers have refused to leave and now face a lengthy struggle to stay on their land.
/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Official letter to the villagers announce that their land is now 'state land'. The letter was written in Hebrew and Arabic and pinned on every cardboard sign planted in the land. The farmers have 45 days to appeal the decision.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
On every soon-to-be-seized land, the Israeli army has planted an official 'state land' yellow sign. All of the inhabitants removed and most of them destroyed the signs.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Ahmad Sokar, mayor of the village (centre), and his assistant visit Ibrahim (right), whose land is going to be seized.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Mohamed, 7, kisses his father's land where they had planted olive trees six months ago. The Israeli army came and extracted them all. Mohamed's father, Mustafa, received in addition a bill of 168 shekels ($46) to pay for the trees' removal.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Mohamed and his father Mustafa sit on their land. Israel cut down all of their olive trees, but they still find reason to love and laugh.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Mohamed plays near his school - Israel refused authorisation to renovate the school. This part of the village is also often targeted with tear gas.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Ezzat el-Hroub found out through a media statement that nearly 10 acres of his land would be taken from him. In 1980, Israel took 5 acres and blew up his house because of 'terrorist activities'. They later recognised it was 'an error'. Hroub shows the article written by the American journalist Douglas Watson about the case.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
Four girls from the village play in the playground. The site is threatened with demolition because it is part of the last land seizure announcement.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
In 1948, Israel took half of now 82-year-old Hassan's land. He now lives in a cave with his wife. 'It is not enough to take our land, they also want our caves, they want everything. But it is our life,' he said. Israel wants the cave so it can build new settlements on the mountain.


/Vinciane Jacquet/Transterra Media
This Israeli settlement sits just above the Palestinian village of Wadi Fukin. The settlement discharges sewege water directly on Palestinian farmers' land, ruining the harvest and natural springs.
Fuente. www.aljazeera.com

domingo, 21 de septiembre de 2014

The Gatekeepers documental online


"Frases de boca de los entrevistados - que se utilizan como subtítulos de los distintos capítulos de la serie televisiva, como "no existe estrategia, sólo táctica; "olvidad las limitaciones morales"; "los que unos denominan "terrorista" los otros lo consideran "luchador por la libertad"; "también entre nosotros hay terroristas"; "en nuestro ámbito se considera "éxito" el sufrimiento del prójimo"' - dan una imagen clara de los mensajes que seis ex jefes del servicio de inteligencia exponen en forma directa y sorprendente y que desde el estreno del film en 2012 son parte integral y permanente del diálogo público.
El documental incluye también una cita del controversial pensador Prof. Yeshayahu Leibowitz, pronunciada en 1968: "Un país que controla una población hostil de un millón de extranjeros necesariamente se convertirá en un estado "shin-bet", con todas sus implicancias e influencias en el ámbito educacional, en el ejercicio de la libertad de expresión y en la interpretación del régimen democrático. La corrupción propia de los regímenes coloniales se impregnará también en el Estado de Israel, la administración estará sumergida en la represión de los dominados y en el incentivo y la utilización de traidores árabes". Yuval Diskin, quien fuera jefe del Shabak de 2005 a 2011, manifiesta en el film estar completamente de acuerdo con el Prof. Leibowitz." Samuel Leillen

Año: 2012

Duración: 96 Minutos
Audio: Inglés
Subtitulos: Si
Sinopsis:
Por primera vez, seis ex altos cargos del Shin Bet -el servicio secreto interior israelí- comparten sus puntos de vista y reflexionan públicamente sobre las decisiones que tomaron cuando trabajaban para la organización. Desde la Guerra de los Seis Días de junio de 1967, Israel no ha logrado transformar su aplastante victoria militar en una paz duradera. A lo largo de todo ese período, estos jefes del Shin Bet se situaron en el centro de la toma de decisiones de Israel, especialmente en los asuntos relacionados con seguridad.
Trabajaron en estrecha colaboración con todos los primeros ministros de Israel y sus evaluaciones y percepciones tenían -y siguen teniendo- un profundo impacto en la política israelí.
“The Gatekeepers (Los guardianes)”, que estuvo nominado al Oscar al mejor documental, arroja luz sobre las decisiones que llevaron a ese conflicto bélico y sobre sus consecuencias: la incorporación a Israel de territorios como los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental), la Franja de Gaza y la península del Sinaí..

Etiquetas: guerraisraelservicio secreto

viernes, 19 de septiembre de 2014

10 Ideas Equivocadas Sobre las Mujeres Musulmanas que Usan Hiyab

Hiyabi : Mujer Musulmana que usa Pañuelo Islámico o Hiyab

Hiyabi : Mujer Musulmana que usa Pañuelo Islámico o Hiyab
Estoy segura que cuando imaginas a una Mujer Musulmana, lo primero que se te viene a la mente es una mujer con un pañuelo que le cubre la cabeza. Tal vez, te la imagines con el Niqab, que sólo deja ver los ojos, a punto de ser lapidada y puede ser que tu imaginación la dibuje con Burqa, escapando de los bombardeos en Kabul.
El Hiyab, que es el nombre del pañuelo que cubre la cabeza, parte de los hombros y el pecho, se ha transformado en un símbolo de identidad de la Mujer Musulmana en la cultura popular. Sin embargo, no es lo más importante, si bien lo más visible, sobre ser musulmana. En tiempos donde la Islamofobia está en alza en occidente, una práctica que es tan personal y diversa se ha convertido en el foco y la excusa para un sinfín de malentendidos (?) y prejuicios que nos caracterizan de una manera reducida y unidimensional.
Yo no soy una “Hijabi” de tiempo completo, por razones que no cabe explicar en esta ocasión – tal vez no cabe explicarlas, en realidad – no obstante, sí he pasado malos ratos en algunas ocasiones usando el Hiyab, debido a los prejuicios y – tengo que decirlo- la crueldad e ignorancia de personas que, sin saber nada de mí, de mi práctica religiosa, de mis ideas ni preferencias, se atreven a juzgarme desde una supuesta superioridad cultural y ética.
Es común, por ejemplo, que me traten como una extranjera, que me pregunten si hablo español o me digan que “vuelva a mi país”. Al respecto, recuerdo una vez que Rodrigo Guendelman (Sí, el mismo que salía hablando en T.V. Chile contra la discriminación), me llamó extremista sólo por que mi condición de musulmana figura en mi perfil de Twitter. Otrxs, me han exigido responder solidariamente por la Mutilación Genital Femenina, la Fatua contra Salman Rushdie y la situación de Derechos Humanos en Arabia Saudita.
Estos estereotipos, síntomas de la pereza mental de quien los sostiene, en los cuales todas las mujeres musulmanas tienen la misma experiencia con el Hijab, en concordancia con los prejuicios de quienes las juzgan – sólo encasillan una variedad de sensibilidades, razones y dinámicas de mujeres diversas con esta prenda. Las siguientes son 10 ideas sobre las mujeres musulmanas que usamos el hiyab, que vale la pena analizar.
1.- Toda mujer que usa Hiyab es una dogmática religiosa … y una potencial extremista.
Es un lugar común. Es imposible saber a partir de la ropa, cuan estricta en lo religioso una mujer es. Teresa Forcades, famosa monja feminista española, es un ejemplo de lo equívoco de este prejuicio. Este estereotipo es degradante, invasivo y pretencioso; supone que el “Hábito hace al Monje” y que la ropa limita la capacidad de pensar, reflexionar y cuestionar la propia Fe. Este cliché es similar al que sostiene que una mujer con minifalda o ropa sexy busca sexo casual. La idea de que podemos conocer y explicar la vida de las mujeres por la ropa, es sexista, cosificante y sólo revela los prejuicios de quien la enuncia.
2.- Todas las mujeres que usan Hiyab son tranquilas y “quitadas de bulla”.
¿Has oído hablar de Yuna? Es una cantante, compositora y mujer de negocios musulmana. ¿Que hay de la académica y conferencista internacional Amina Wadud? ¿De la activista egipcia Samira Ibrahim? ¿De la consultora de la Casa Blanca Dalia Mogahed? Estas mujeres tienen algo en común: Todas usan Hiyab y no tienen miedo de desafiar los estereotipos; de hecho, ellas prueban lo falsos de estos. Por lo tanto, la pregunta es: ¿Por qué se sigue representando de una manera tan reducida a las mujeres musulmanas que usamos Hiyab? ¿Quién gana reforzando estos estereotipos?
3.- La decisión de usar Hiyab es del hombre.
De acuerdo a los preceptos religiosos, la decisión de llevar Hiyab corresponde, de manera exclusiva, a la mujer. Aunque es un mantra frecuente entre muchas comunidades musulmanas que ” el Hijab es hermoso, el Hijab es lo que Dios quiere, el Hijab es deber de la Mujer Musulmana”, esta es, en última instancia, una decisión fundada en las creencias y aspiraciones de cada persona ya que, de acuerdo al Corán, “No hay compulsión en la Fe.”
Que se me entienda bien. Una cosa es la brutal represión a las libertades de expresión y conciencia que existen en algunos países musulmanes; en ellos se impone a las mujeres un uniforme a usar en público, so pena de castigo. Otra cosa es que, islámicamente, desde el Corán, la decisión de usar un Hiyab nunca ha sido y nunca será la decisión de un hombre. La restricción de las libertades espirituales de las mujeres y la imposición de códigos de vestuario con respecto a la identidad religiosa, se llama dictadura, no Islam.
4.- El Hiyab protege a las mujeres de las tentaciones/ acoso/ violación.
Women-Lollipops
Falacia nivel galáctico sostenida por las corrientes dogmáticas, misóginas y extremistas del Islam Político y sus Tele Predicadores, desde La Meca hasta Qatar, para justificar el control sobre las mujeres y excusar a los hombres de su actuar irresponsable. Atribuir poderes mágicos a un objeto, no sólo cae en el ámbito de la superstición, sino que además constituye Shirk  o Idolatría, lo cual implica negar un principio básico del Islam: la Unicidad del Poder de Allah.
Ningún objeto va a evitar que nos equivoquemos, los sentimientos de rabia, enojo o dolor, que nos asalten o nos acosen en la calle. Es nuestra capacidad de reflexión, el auto-conocimiento, el auto-cuidado y el deseo sincero de manifestar en nuestra vida la compasión del corazón, la justicia en el actuar y la honestidad en las intenciones, lo que nos protegerá a nosotrxs y a otrxs de las miserias de nuestra condición humana.
5.- El Hiyab sirve para proteger la belleza de las mujeres.
Otra falacia machista y vanidosa: ¿Quién decide que es belleza? ¿Que pasa con las que no calzamos con el ideal? Este argumento tramposo, esgrimido por hombres celosos e inseguros y seguido por muchas mujeres –  tal vez para sentirse especiales, meritorias y reconocidas- nos reduce a “objetos que se miran o no” y banaliza la expresión visible de nuestra identidad religiosa, a la de un mero accesorio cosmético, cuya función es informar a los demás sobre los propios atributos físicos, estilo: “Hey! mírame, me tapo porque soy linda”.
Siguiendo esta lógica, si una mujer usa el Hiyab es porque su belleza es taaaann rutilante, que debe ser cubierta para no provocar descontrol y estragos… esto es un poco ególatra. Si el hiyab tiene por objetivo cubrir a las mujeres bellas, entonces el mero hecho de cubrirse sería una muestra de vanidad, una declaración de creernos demasiado bonitas. Esto contradice la idea, comúnmente aceptada, de que el uso del Hiyab es expresión de modestia, una manera de decir que no se espera la atención del otrxs.
6.- Las Musulmanas usan Hiyab porque no saben nada de moda.
hiyab moda
La industria de la moda Musulmana esta avaluada en 96 mil millones de dólares a nivel internacional. Al respecto, mi opción es el Hiyab Fashion inspirado por Aisha Amin. Existen además muchas blogueras musulmanas de moda y estilo de vida. También hay diseñadoras de vestuario que son musulmanas, cuyo trabajo está dirigido a todas las mujeres. En Chile, Fran Montecino es una de ellas.
7.- Las mujeres que usan Hiyab NO pueden ser feministas.
asma lamrabet
La mujer de la foto es la prominente escritora y feminista marroquí Asma Lamrabet, cuyo trabajo es ampliamente conocido y está disponible en Google. Es una creencia popular que las mujeres musulmanas, especialmente las que usamos Hiyab no podemos ser feministas. Este error surge, en parte, de la forma en que los medios representan a las mujeres musulmanas, que se entrelaza firmemente con características como la opresión y la dominación.
Como dijo Bel Hooks, el Feminismo es para todxs. Quien pregunta: “¿Puede una musulmana ser feminista?” debería cuestionarse en realidad “¿Pueden las mujeres ser feministas?” y luego “¿Por qué yo creo que algunas mujeres NO pueden?” La obligación de explicar los estereotipos está en quien los cree, no en quien los sufre.
Estos prejuicios han sido rechazados, muchas veces, por las declaraciones de las propias feministas musulmanas, quienes hemos intentado explicar cómo el Hiyab no acalla nuestra voz. Mientras que FEMEN y otras activistas redentoras, siguen tratando de “salvarnos”, sus acciones sólo sirven para reforzar los estereotipos, acallar nuestras voces y despilfarrar una oportunidad de debatir con seriedad sobre la opresión femenina y la misoginia en la que vivimos todas las mujeres.
Personalmente, uso el Hiyab cada vez que doy una conferencia, seminario o entrevista sobre Feminismo. ¿Por qué? Porque yo quiero contribuir a romper el estereotipo que dice que una mujer con pañuelo islámico no puede ser, pensarse ni re-crearse feminista.
8.- Todas las mujeres que usan Hiyab son casadas.
No. El uso o no uso del Hiyab NO depende del estado civil. Si una mujer decide comenzar a usar el Hiyab después de casarse, será por razones personales y no por un mandato religioso. Asumir que es el matrimonio o la presencia de un hombre en la vida de una mujer, lo que gatilla la expresión de la identidad religiosa, es una idea machista que implica que las mujeres no tenemos una vida espiritual independiente ni somos capaces de relacionarlos con lo religioso como personas autonómas.
9.- Todas las musulmanas usan Hiyab.
Avicenna Prize for Nobel Peace Prize Laureate Shirin Ebadi
Incluso en países de mayoría musulmana, como Marruecos o Túnez, hay mujeres que no usan el Hiyab y no por esto son menos conservadoras y/o practicantes. Las mujeres musulmanas somos diversas en la manera como experimentamos nuestra Fe. Usar Hiyab es un derecho religioso; el cuándo, cómo y por qué sí o no, corresponde a cada una decidirlo, sin que le debamos explicaciones a nadie, ni para usarlo, ni para al dejarlo.
Tampoco es cierto que una vez que se decide usarlo, es imposible volver atrás. En lo que atañe a lo puramente islámico, el Hiyab es siempre una opción abierta; excepto en aquellas sociedades mediadas por dictaduras Teocrático-Políticas o en esos casos donde la presión familiar es un factor muy influyente en la práctica de las tradiciones asociadas a la religión.
Shirin Ebadi – en la foto- es una abogada de derechos humanos. Nacida en Irán, fue la primera mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz. Generalmente, aparece en actos oficiales sin Hiyab, pero también hay fotografías de sus apariciones públicas en donde lo usa.
10.- Las mujeres que usan Hiyab no tienen voz ni vida propia.
En una de mis conferencias, una profesora me contaba que ella tenía alumnas musulmana Hijabis, a las cuales otras chicas siempre preguntaban: ¿Por qué eres tan oprimida? ¿Por qué no dices nada de esto o aquello?. Las mujeres que se cubren son las personas más visibles de las comunidades musulmanas y, por lo tanto, las más comúnmente atacadas por la ignorancia y la Islamofobia.
No es que las Hijabis no tengan voz ni vida propia; es que las personas no les reconocen esa voz ni las escuchan y cuando lo hacen, sólo buscan confirmar sus propios prejuicios.
A pesar de ser una religión con 1,7 mil millones de seguidores, las Hiyabis siguen siendo los fetiches exóticos racializados y la representación simbólica de la supuesta opresión del Islam. Ni los medios, ni las personas en general, parecen estar interesados en otro tipo de narrativas sobre las Hiyabis quienes, a pesar de la discriminación venida de un supuesto “Mundo Libre”, han sido y seguirán siendo una vibrante comunidad de mujeres, que desafían los estereotipos, que tienen éxito como competidoras olímpicas, innovadoras científicas, prodigios médicos, académicas, pensadoras y transformadoras sociales; tan diversas como las telas multicolores que tan orgullosamente exhibimos sobre nuestras cabezas.´
https://vrdelafuente.wordpress.com

martes, 9 de septiembre de 2014

El Estado Islámico y la nueva Guerra Fría en Oriente Medio

Brookings Doha Center


Los avances territoriales conseguidos este verano por el Estado Islámico de Iraq y Siria (EIIS) en estos dos países han añadido un nuevo elemento a la nueva Guerra Fría en Oriente Mediosobre la que escribí en un documento de análisis del Brookings Doha que se publicó a principios de verano. El EIIS se renombró a sí mismo como “El Estado Islámico” y declaró un califato en Mosul. Amenazaba tanto a Bagdad como a Erbil en Iraq, mientras consolidaba su control sobre nuevas zonas del este de Siria y dirigía su lucha hacia Alepo. Sus éxitos han hecho que aumenten sus efectivos, tanto en términos de voluntarios como en términos de otros grupos combatientes que, aunque quizá sin compartir su ideología, se están subiendo al carro del aparente ganador. Su siniestra ejecución del periodista estadounidense James Foley atrajo la atención mundial, pero sus éxitos son varios meses anteriores a ese suceso. El bombardeo estadounidense ha ayudado a revertir algunos de sus recientes avances en el norte de Iraq, pero nadie afirma que el EI ha sido derrotado.
En un sentido, el EI es un fruto de la nueva Guerra Fría en Oriente Medio. La causa de la crisis regional es el fracaso de las autoridades estatales a la hora de controlar sus fronteras y territorios, de proporcionar servicios a sus poblaciones y, en última instancia, de forjar una identidad política común que pueda ser la base de la comunidad política. Este colapso de la autoridad estatal normal no sólo se ha producido en grandes franjas de Siria e Iraq; está también teniendo lugar en el Líbano, Yemen, Libia y quizá incluso en algunas partes de Egipto. En ausencia del control del gobierno central, aparecen fuerzas locales para llenar los vacíos a partir de identidades sectarias, étnicas, tribales y regionales. El Gobierno Regional Kurdo en Iraq, Hizbollah en el Líbano, el movimiento huzi en Yemen y las diversas milicias sectarias en Siria e Iraq son, en sus diferentes formas, manifestaciones similares del fracaso de los gobiernos centralizados en esos países.
Pero el Estado Islámico es diferente de esas otras entidades en un aspecto importante: que no tiene un aliado, ni regional ni una gran potencia. Los vacíos políticos que se han abierto en la región son los campos de batalla de la nueva Guerra Fría en Oriente Medio. Sobre todo Irán y Arabia Saudí, pero también otros poderes regionales (Turquía, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto), apoyan a determinados grupos locales en estas luchas políticas internas y guerras civiles a fin de aumentar su propio poder y equilibrio en contra de sus rivales y poder avanzar con sus agendas ideológicas. Irán apoya a Hizbollah y a varias milicias chiíes de Iraq, así como al gobierno de Bashar al-Asad y al gobierno dirigido por chiíes en Bagdad. Los saudíes apoyan tanto a los grupos salafíes como a otros grupos más laicos que combaten en Siria contra Asad, mientras que Turquía y Qatar han apoyado a los grupos afiliados a los Hermanos Musulmanes en Siria. Qatar fue el principal patrocinador financiero del derrocado gobierno de la Hermandad Musulmana en Egipto; Arabia Saudí y los EAU apoyan al gobierno de Sisi que derrocó a los Hermanos Musulmanes. Cuando parecía que el Gobierno Regional del Kurdistán estaba bajo amenaza, tanto EEUU como la UE se movilizaron en su apoyo.
El Estado Islámico no tiene patrón, lo que hace que sea difícil encajarlo en el mapa geopolítico de la nueva Guerra Fría en Oriente Medio. Todo tipo de gentes quieren culpar a una u otra gran potencia o poder regional de la existencia del EI. Algunos en el mundo árabe no pueden imaginar que un grupo pueda surgir y avanzar tanto sin el oscuro apoyo de gentes de fuera, y ven la mano de EEUU y/o Israel detrás de él. Dada su tendencia ideológica islamista salafí, se acusa a Arabia Saudí de ser su patrocinador, si no directamente, en algún sentido último. Otros han intentando colocar la culpa de la aparición del EI sobre Qatar o Turquía.
Ninguna de estas teorías se sostiene realmente. El Estado Islámico cuenta ciertamente con el apoyo de algunas personas en Arabia Saudí y los estados del Golfo, tanto en términos de voluntarios como de contribuciones monetarias. Ambos gobiernos, el qatarí y el saudí han vertido montones de dinero en la oposición siria; es posible que parte de ese dinero haya acabado en el EI. Pero no hay pruebas de que el gobierno saudí o el gobierno qatarí estén apoyando directamente al grupo. Al abrir sus fronteras a la oposición siria, Turquía permitió que todo tipo de grupos organizaran y establecieran líneas de suministros. Ninguno ha alcanzado el nivel de éxito del EI.
El EI no surgió como la fuerza que es porque tuviera un gobierno detrás de él. Se ha autofinanciado en gran medida, consiguiendo ingresos del bandolerismo, chantajes, control de rutas comerciales y de apoderarse de activos lucrativos como las refinerías de petróleo y las estaciones de gas. Recluta a sus fuerzas a amplios niveles, en Oriente Medio y el Norte de África y anivel global; su mismo éxito anima a yihadistas y simpatizantes a unirse a él. Está extremadamente bien organizado y disciplinado. Una de sus grandes fuerzas a nivel propagandístico es que no es cliente de un poder exterior. Puede honestamente representarse a si mismo ante los sunníes iraquíes y sirios a los que gobierna y de cuyo apoyo depende (ya sea mediante cooperación activa o aceptación pasiva) como guardián de sus intereses contra los gobiernos sectarios en Damasco y Bagdad.
La independencia del EI es a la vez la gran fuerza de la organización pero también su debilidad. Tiene la singular habilidad de unir en su contra a la mayor parte de los actores de la Guerra Fría en Oriente Medio. Irán y los aliados de Irán lo detestan a causa de su feroz ideología antichiísmo. Los saudíes lo temen como potencial amenaza interna que pueda convertir el salafismo en una ideología política revolucionaria en vez de ser el bastión del régimen como ha sucedido habitualmente en ese país. Turquía, los kurdos, EEUU, la UE y Rusia todos tienen mucho que perder si el EI gana. Sus recientes éxitos han llevado a una reticente administración Obama a volver a implicarse militarmente en Iraq y a los iraníes a expulsar a Nuri al-Maliki como primer ministro de Iraq. Washington, Teherán, Irbil, Ankara, Damasco y Riad se encuentran ellos mismos con intereses paralelos, cuando no idénticos, en lo referente al EI. Al final, el indudable talento del grupo para crearse enemigos le hará conseguirlos no sólo entre las potencias externas sino también entre la misma gente que afirma defender.
Pero mantener esta alianza temporal contra el EI va a costar grandes trabajos. Como los actores regionales están enzarzados en una guerra fría entre sí, la tentación de dejar de centrarse en el EI si sufre reveses, para volver a sus mutuas rivalidades, será fuerte. Mientras el potencial aéreo estadounidense y los activos de la inteligencia tengan realmente un papel que jugar contra el EI, la tarea más importante para Washington es mantener funcionando la alianza de conveniencia contra el EI. Eso significa comprometerse con los aliados estadounidenses Turquía, Arabia Saudí y el gobierno kurdo en Irbil para mantener las presiones contra el EI. Significa asimismo apoyar y presionar al gobierno central iraquí para conseguir que actúe conjuntamente con ellos. Significa reconocer nuestro interés paralelo con Irán en esta cuestión. Nada de esto es fácil, pero es una tarea mucho más simple que tener que negociar con un estado yihadista consolidado en el corazón de Oriente Medio.
F. Gregory Gause, III, es miembro de alto nivel no residente del Brookings Doha Center. Es también profesor de Asuntos Internacionales y director del Departamento de Asuntos Internacionales del Bush School of Government and Public Service, Texas A&M University. Es autor de tres libros y numerosos artículos sobre la política de Oriente Medio, centrándose especialmente en la Península Arábiga y el Golfo Pérsico. Entre los libros, cabe destacar The International Relations of the Persian Gulf (Cambridge University Press, 2010).
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández