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miércoles, 27 de noviembre de 2013

“En Gaza se acepta y se respeta a las mujeres como son”

La portavoz del Gobierno en la zona escribe sobre la cultura palestina


La portavoz de Hamás, Israa Al Modallal. / MOHAMMED SABER (EFE)
“¿Cómo es Granada?”. Isra al Modallal se aparta un momento del ordenador portátil que ha traído a la entrevista y confiesa que uno de sus sueños es viajar a la que fue capital del reino Nazarí. “Fue nuestra ciudad”, dice, en referencia a los remotos años previos a la Reconquista. Esta joven de 23 años lleva solo unos días como portavoz del Gobierno del grupo islamista Hamás en Gaza, primera mujer en ocupar el puesto. Defiende su derecho a mantener la religión como una cuestión privada y personal. Lleva velo y a la vez choca la mano con firmeza a los varones al presentarse, algo no muy común para las devotas del islam. Es una mujer en un mundo dominado por hombres. Sonríe siempre, mientras habla con una franqueza indignada sobre el sufrimiento de los 1,8 millones de personas que viven en una Gaza cada vez más desencantada.
“Nunca me he visto obligada a ser como los demás. Tengo valores únicos, algunos tradicionales. Y hago lo que creo que es correcto según mi propio criterio”, dice Al Modallal, que, además, es madre divorciada de una hija de cuatro años. Para ella, los requerimientos del islam no son una imposición, sino la muestra de una decisión personal que dice que la hace libre. “Algo que aprecio de Gaza es que se respeta y acepta a las mujeres como son”, dice. Respecto al velo, explica que es “una decisión personal”. “Con él demuestro que soy musulmana. Pero es una decisión mía. Tengo amigas en Gaza que no llevan velo. Para mí no es importante”, añade.
Al Modallal no duerme mucho estos días, por la carga inicial de trabajo. Su nombramiento se ha convertido en noticia internacional. “Hay quien, en Israel, me ha llamado la nueva cara del terrorismo”, dice, congelando su sonrisa. Pide un zumo de limón que bebe sin prisa en una terraza frente al muelle pesquero de Gaza, del que parten unos botes que, por el bloqueo de Israel, no pueden faenar más de seis millas mar adentro. “Vivimos una vida bajo presión. Nuestros sueños están limitados. Tenemos mar pero es como si no lo tuviéramos, porque no podemos adentrarnos en él”, dice.
La portavoz del Gobierno en la zona escribe sobre la cultura palestina

Restaurante Al Deira. Ciudad de Gaza

Un café turco: un dólar
Un zumo de limón: 1,5
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Total: 2,5 dólares (1,35 euros)
Nacida en Egipto en 1990, pasó su infancia en un campo de refugiados en Rafah, en la Franja. “No fue una vida normal o fácil. Aprendí a jugar con nada, con palos que encontraba en la calle. El campo de refugiados me enseñó a ser mayor, a enfrentarme a la vida sin timidez, a estar orgullosa de mí misma”, recuerda. De adolescente se mudó con su familia a Inglaterra, donde adquirió un perfecto inglés británico. “Allí me hice muy devota, porque comprendí las cosas hermosas de mi religión”, dice. Volvió a Gaza para estudiar periodismo en la Universidad Islámica. Encontró pronto trabajo, como reportera de televisión. Hace un año, el Gobierno la tanteó para que fuera portavoz. Primero lo rechazó. “Me gustaba demasiado mi trabajo”, asegura. Finalmente, cedió, sin afiliarse a Hamás.
En sus ratos libres escribe. Sobre todo “de la cultura palestina y la estrechez de mente de algunas personas en Gaza. Y sobre la libertad. Sobre mí como mujer. Me casé a los 18 y me divorcié a los 20, con una niña”. Añade: “Soy una mujer fuerte y creo que debo escribir por mi hija y por mí misma. No creo que debamos dejar que pase este tiempo sin dejar constancia de él, sin dejar un testimonio”. Antes de viajar a Granada, ¿le gustaría acudir a algún otro sitio? “Claro. A Cisjordania. Y a Jerusalén”.
www.elpais.com

sábado, 23 de noviembre de 2013

Porqué luchamos por la paz - Why We Struggle For Peace

18 years after the assassination of Prime Minister Rabin, Peace Now continues the fight for peace.
Peace Now is proud to present our new short video-clip telling why we continue the struggle for peace.
If you, too, believe that there can be a better future for Israel - Palestine

Qué significa luchar por el hogar

Haaretz Traducido para Rebelión por J. M.


Las ruinas de Biram
Las ruinas de Biram, abandonadas junto con Ikrit, en 1948. Foto por Oren Ziv
Era tarde en la noche y pude oír el sonido de personas dirigiéndose hacia el jardín. En la oscuridad, pude distinguir un grupo de desconocidos que habían llegado hasta los bordes. Al parecer, estas personas habían venido en la oscuridad con el fin de hacer los preparativos para el inicio de la demolición y construcción en el edificio de enfrente. Su aspecto y sus palabras fueron muy amenazantes. Mañana comenzarían a demoler la casa y, para hacerlo, tendrían que invadir mi jardín. Después de medir el área, me informaron resueltamente, "Lo siento, no tenemos otra opción".
Mis asustados vecinos asustados de viviendas adyacentes añadieron leña al fuego de mis temores. Uno de ellos me dijo que creía que las excavadoras acabarían por destrozar mi jardín. Otro vecino agregó su observación de que el acceso a mi jardín sería bloqueado para siempre y que las topadoras incluso causarían daños en las paredes de mi casa. La oscuridad de la noche, la sorpresa, los vecinos que tenían miedo como yo y los huéspedes que no habían sido invitados fueron de terror "resolvieron el problema": me quedé despierto toda la noche, no pude conciliar el sueño.
Con un sentimiento de impotencia absoluta, ya podía prever los monstruos mecanizados de hierro invadiendo mi casa y destruirla; ya había perdido la esperanza de que mi jardín sobreviviera. Nunca había sentido tal primordial apego a mi casa, mi castillo, que había sido erigido sobre las ruinas de la aldea palestina de Munis Sheikh, ahora Ramat Aviv, un suburbio de Tel Aviv, y que estaba a punto de ser tumbada.
Al amanecer, la imagen se hizo más clara. Los trabajadores árabes se conformaron con recortar sólo las ramas de los arbustos que comprenden mi cerca para erigir un muro de hierro en el otro lado. Nadie invadió mi casa, mi jardín se salvó y hasta mi intimidad y mi propiedad se mantuvieron intactas, aunque hasta ahí nomás. Pero había polvo, así como la vista de una valla como barrera, que se podía ver desde mi ventana. También había una excavadora demoliendo la casa de mis vecinos y convertió una estructura antigua, llena de recuerdos, en un montón de escombros.
Durante esas horas en las que he experimentado tan grandes y - como se vio después - temores infundados, me sentí profundamente identificado con aquellos cuyas casas han sido demolidas. Innumerables artículos sobre las casas de los palestinos que habían sido destruidas - casas de terroristas cuyas familias eran completamente inocentes; casas que habían sido construidas sin permiso de construcción (permisos que nunca se han formulado, todos modos). También artículos en las tiendas de l pastores, en las viviendas temporales de los agricultores, en aldeas beduinas "no reconocidas" aldeas beduinas, en campamentos de tiendas de campaña beduinas, en cuevas excavadas en las colinas rocosas y en chozas de hojalata cuya demolición documenté como testigo de grabación. Volvieron a mi mente todas estas imágenes, miedos que al final de la experiencia, resultaron falsos.
Pude ver en mi mente los cientos de personas a las que había conocido en los últimos años y que en un solo día vieron que su hogar y su mundo llegaban a su fin. A veces, ni siquiera se les permitió rescatar algún enser de sus hogares. La demolición es siempre brutal y con una sensación de dominio de los que tienen el poder para hacerlo, mientras que el dueño de la casa no puede hacer otra cosa que permanecer de brazos cruzados, totalmente impotente.
Una vez más, comprendí que nadie puede realmente entender lo que sienten las decenas de miles de palestinos que han sufrido la misma experiencia - la experiencia de la pérdida y la destrucción. Sí, yo también recordé por un momento a los colonos judíos que fueron expulsados ​​ de sus hogares, sin embargo, invadieron la tierra que había sido robada y despojada a sus legítimos propietarios y se sabía de antemano que podrían ser desalojados un día.
Al día siguiente, vi pel debut cinematográfico de la preciosa Ami Livne, "Sharqiya", que transmite esta experiencia desde el punto de vista de un guardia de seguridad beduino israelí que se entera de que las autoridades israelíes planean demoler su casa y el pueblo "no reconocido" en el que está situada. Unos días más tarde, me uní a los habitantes desterrados de Ikrit, ya que se realizó una visita a las ruinas de este pueblo palestino, que fue su casa antes de la Guerra de la Independencia de Israel. En 1948, las autoridades israelíes ordenaron a los residentes de las aldeas de Biram e Ikrit abandonar sus aldeas, diciéndoles que iban a poder regresar una vez estabilizada la situación de seguridad. No se les ha permitido volver desde entonces. Sesenta y cinco años han pasado y las almas de los habitantes, sus hijos y sus nietos siguen doliendo.
En una sola noche, por unas extrañas horas, pude haber empezado a comprender el trauma profundo que experimental las personas cuando pierden sus hogares. En mi caso, la casa que temía que podría perder no era la casa que mis antepasados ​​ habían construido, con el árbol de limón que mi abuelo había plantado, no era todo mi mundo ni era la única posesión que tenía en la tierra. Sin embargo, es mi casa. Recordé a Burhan Basharat, un residente de Halat Makhoul, un pueblo pa lestino en el valle del Jordán ocupado por Israel, que, en los últimos dos meses ha estado vagando sin rumbo entre los escombros de su pueblo destruido, negándose a salir y decidido a reconstruirla desde las ruinas.
Pensé en los habitantes de Umm al-Hiran en el Neguev, en el sur del país. Una unidad de demolición israelí estaba en camino a la aldea beduina con el fin de destruirla y construir sobre sus ruinas una comunidad judía. Me acordé de los cientos de miles de palestinos de sus aldeas y campos de refugiados, en la diáspora beduina (las comunidades beduinas no reconocidas por el gobierno israelí y que tienen una población total de entre 70.000 y 80.000), así como el beduino israelí y los árabes israelíes cuyos hogares el Estado de Israel ha demolido brutalmente desde 1948 hasta nuestros días, convirtiendo gran parte de esta tierra en un montón de escombros y recuerdos dolorosos.
Con la vista de la excavadora que está destruyendo la casa de mis vecinos, mientras escribo estas líneas, con el fin de que puedan construir una casa más grande y más hermosa, todos mis sentimientos, por supuesto, se reducen a nada más que una sola pesadilla, que fue inspirada por los temores infundados y que ahora se evapora con la primera luz de la mañana.
Fuente: http://www.haaretz.com/opinion/.premium-1.557879

lunes, 29 de julio de 2013

El testimonio de Jorge García Granados, de la comisión de la ONU

El establecimiento de Israel en Palestina. 1948
Un momento crucial en el conflicto palestino-israelí gira alrededor del fin de la guerra mundial en que el nazismo se ensañó particularmente con los judíos, y la recién creada ONU “hereda el problema palestino” de la Sociedad de las Naciones que le había cedido, −mediante un acuerdo entre bambalinas suscrito por Francia e Inglaterra− ese territorio a Inglaterra. Para entonces, en 1947, la presión sionista sobre la armadura colonial británica era insoportable (y la presión sobre la sociedad árabe también, pero venía de mucho antes, arrebatando tierras y funciones).
De esa época proviene el informe de Jorge García Granados Así nació Israel, sobre la labor de la comisión de la ONU para dilucidar la situación en Palestina. Representante guatemalteco del muy reciente gobierno de Juan Arévalo (elegido en 1944) tras salir el país de la noche dictatorial de Francisco Ubico, para algunos historiadores, la peor de las abundantes dictaduras americanas del siglo XX.
Para revelar la mentalidad del autor en que nos vamos introduciendo, veamos como describe el mismo García Granados (en adelante JGG) la “entrada” y “salida” de Ubico: “En 1931 el general Ubico fue elegido presidente de Guatemala bajo los auspicios del Sheldon Whitehouse, ministro de EE.UU. en nuestro país. Fue éste unos de los últimos [sic] ejemplos de intervención abierta del Dpto. de Estado de EE.UU. en los asuntos de Latinoamérica, sistema abandonado[sic] cuando Franklin D. Roosevelt inició su política de Buena Vecindad.” Nos habría gustado conocer la opinión de JGG cuando apenas pocos años después, en 1954, la cruzada de Carlos Castillo Armas, una mezcla de paramilitar y grupo de tareas enviado por EE.UU. arrasara con toda la sociedad guatemalteca.
La lectura del libro de JGG es muy ilustrativa: constituye una radiografía, a nuestros ojos, ya entrados al siglo XXI, de cómo y qué se veía de las fuerzas en pugna, de las corrientes presentes entonces, de las ideas-fuerza patentes o latentes, o mejor dicho que eran latentes entonces y se han patentizado tanto después.
Tal vez el divorcio más patente entre la realidad entonces ya muy presente y la percepción que al parecer dominó sin excepciones a la comisión de la ONU designada para atender (y “resolver”) la cuestión palestino-israelí, [1]constituida por delegados de once estados miembros de la ONU (con una sobrerrepresentación de americanos y europeos en desmedro de africanos, asiáticos y del mundo árabe), sea la falta total de percepción de la diferencia conceptual entre sionismo y judería o judeidad. O judaísmo.
Se puede entender que esta comisión no haya percibido tres entidades hoy en día, siglo XXI, claramente diferenciables como la condición de judío, la de israelí y la de sionista (con todas las diferencias y tonalidades que puedan entreverse en el seno mismo de tales denominaciones y conceptos). Pero lo que llama la atención es que a mediados del s. XX una comisión dedicada a tiempo completo al abordaje de la cuestión palestina no tenga ni siquiera dos renglones para diferenciar, conceptualmente, sionismo y judeidad.
Diferencia que se venía acentuando desde el mismísimo siglo XIX.
Puede haber un atenuante en la circunstancia histórica en que le tocó actuar a esta comisión: inmediatamente después de la persecución atroz y asesina que el nazismo había encarado contra los judíos (junto con tantos otros sectores o comunidades humanas que no se incluían en el pesadillesco sueño “socialista nacional” de Hitler y sus seguidores). Los judíos europeos sobrevivientes eran primordialmente víctimas o víctimas potenciales de los planes nazis.
Ello podría haber llevado a algunos a atender primordialmente el apoyo a las víctimas. Pero hay dos aspectos que desmienten esta visión primaria y elemental. 1º.) que la ONU no nombró comisión alguna para atender a las víctimas eslavas o a los gitanos, o a los homosexuales o a los comunistas o a los anarquistas, todos ellos asimismo perseguidos por el nazismo. Y 2º.) –lo veremos más adelante− que el acento de la acción no estuvo en la atención a las víctimas.
¿Cuál fue entonces, la actividad principal que deberá atender esta comisión? A mi modo de ver, el proyecto sionista de ocupación de “sus” tierras bíblicas. Usando la Biblia como certificado notarial de propiedad. El sionismo tomó bajo su responsabilidad llevar adelante esa presunta entrega inmobiliaria que “su” dios le habría hecho a su pueblo elegido –el judío– y a partir de ese “mandato”, ir adueñándose de esa tierra. Como la cesión inmobiliaria desde lo celestial no resultaba muy nítida o concreta, fueron sionistas los que organizaron compras de tierra, para ir acumulando un fondo nacional de tierras judío. El expediente inicial fue bastante sencillo: como en casi todo el mundo, los campesinos propiamente dichos no tenían títulos pertenecientes al mundo jurídico. Apenas contaban con tenencias “de hecho”, a veces centenarias. Como sucede en los cinco continentes. Sin embargo, el mundo jurídico, en este caso el universo colonial (turco primero, inglés después) contaba con los títulos de propiedad correspondientes alojados en catastros y carpetas correspondientes a “los ricos”.
Los sionistas, que contaban con fondos limitados pero abundantes, a menudo provistos por banqueros judíos pro-sionistas, se apersonaban ante las respectivas autoridades y procuraban “cerrar” negocio con el propietario legal, generalmente ausente, que sin problema entregaba tierras que no usaba y a veces ni conocía, y se embolsaba unas cuantas libras esterlinas, que mejoraban sin duda su disponibilidad.
Quedaba “el detalle” de los campesinos que efectivamente labraban la tierra y extraían de ella su sustento. Para eso, los sionistas, a veces de orientación “socialista y de izquierda”, contaban con la labor de limpieza de la policía turca en un primer momento y luego de 1917, de la inglesa, que procedían a despejar el terreno recién vendido, expulsando a sus campesinos ancestrales.
Éste fue el primer mecanismo mediante el cual el sionismo y su Administración Nacional de Tierras fue creando su fondo, para luego ir emplazando sus kibutzim y sus moshavim. De más está decir, que con el tiempo, este sistema de obtención sionista de tierras (por más apoyo o respaldo divino que invocara) fue levantando resistencia en las poblaciones despojadas.

La comisión de la ONU… ¿o de EE.UU.?
Nos parece importante una precisión geopolítica previa, que nos ubique entonces: estamos hablando del corto período de absoluto dominio estadounidense en el mundo entero; el segundo quinquenio de los ’40, cuando ya no tenían peso los imperios de otrora; Japón, Alemania, destrozados, y los del Reino Unido y Francia exhaustos. Y la URSS iniciará su papel de contrapotencia a principios de los ’50 con su bomba de hidrógeno equiparable a la de los norteamericanos… quebrando ese corto unicato estadounidense… (que EE.UU. retomará precisamente a fines de los ’80, con el colapso soviético).
No es de extrañar entonces que la comisión estuviera manifiestamente atenta a los comportamientos de las autoridades de EE.UU. Dentro de la ONU, era evidente su peso decisivo y principal.
La comisión con una composición casi euroamericana no tuvo ojos para situarse históricamente. Actuaba ante la comunidad judía y el universo árabe como si su historia hubiese comenzado en la década del ’40 (con “la solución final” de los nazis y la participación pro-Eje del muftí jerosomilitano [juez supremo] Sayyed Husseini. [2]
Repasando la integración de la comisión pro-Palestina, podría uno tender a ver diversidad en su composición. Aunque nueve de las once representaciones son americanas y europeas, podríamos destacar las muy marcadas excepciones de India e Irán, estados que conocemos hoy como de considerable peso… pero tenemos que situarnos históricamente. En 1947, la India acababa de concretar su independencia, meses antes, del British Empire, y de sufrir una división política decidida desde los mandantes coloniales entre lo hindú y lo musulmán (India y Pakistán, respectivamente: una división que se iba a revelar insuficiente e imprecisa, como el conflicto, todavía presente, de Cachemira, lo visualiza).
Irán, por su parte, había ido sufriendo recortes territoriales a favor de nuevas entidades políticas o coloniales (como el actual Irak), quedando virtualmente ocupado durante la segunda guerra mundial por rusos e ingleses, para asegurarse la neutralidad de “Persia”. La dinastía Pahlevi (instaurada en 1925) recupera al fin de la segunda guerra mundial el gobierno, que se irá haciendo temblequeante a partir de 1949, por la lucha popular para retener el petróleo como bien propio contra la Anglo-Iranian Oil Co. El gobierno iraní que designara a los enviados a esta comisión será el que cederá ante la enorme popularidad de Mohammed Mossadegh, ministro nacionalista, que finalmente pondrá en fuga al Sha, un occidentalista “modernizador”. Ante el empuje nacionalista de la población, el gobierno de EE.UU. desplegará apenas seis años más tarde −1953− un golpe de estado en toda la regla a cargo de tropas propias que repondrán al sha títere y suprimirá el gabinete nacionalista de Mossadegh quien deberá hacer abjuración pública de sus convicciones.
Podríamos decir que la comisión especial de la ONU para Palestina, que creíamos integrada por europeos, americanos (y no americans), asiáticos y oceánicos, plural aunque sin africanos, ofrece una diversidad más aparente que real… porque reconocemos la presencia o la influencia de EE.UU. en poco menos que todas las representaciones “nacionales”…

Lo que se manifiesta por su ausencia
La “prueba del nueve” de esta presencia subyacente es precisamente su ausencia manifiesta. Si es sorprendente recorrer las más de trescientas páginas del libro de GCC sin encontrar ni una sola distinción conceptual entre lo sionista y lo judío, inclinándose cada vez más acentuadamente por el advenimiento de una sociedad judía, en rigor sionista (y el estado consiguiente), hay otra ausencia, similar, pero todavía más pesante: a lo largo de todo el libro no hay una línea referida al Biltmore Program, la conferencia sionista internacional de 1942, habida en Nueva York, con representantes de casi una veintena de países, y que es el encuentro que establecerá “la línea” de acción del sionismo (todavía vigente hoy), que desechará como actividad principal la del rescate ante las atroces persecuciones que se vivían en los países en guerra ¡en esos mismos momentos! y pondrá el acento en la conquista, colonización y entronizamiento de una entidad, un estado sionista en Palestina.
Reparemos que estamos en mayo de 1942, cuando todavía los “analistas” atribuían a los nazis favoritismo en la contienda (algo totalmente insensato, puesto que la relación material entre el Eje comandado por los nazis y “Los Aliados” era de uno a seis), además de que los nazis se habían introducido en el pantanal ruso-soviético y que EE.UU. acababa de ingresar a la guerra, aliándose a Los Aliados. Era el momento también en que la máquina de muerte y exterminio de “La solución final” nazi acababa de ponerse a toda marcha…
Todavía en 1942 había estimaciones, que se iban a revelar miopes, de que los judíos podían ser perseguidos por los nazis afectando a una cuarta parte de sus poblaciones (la posguerra revelará que en algunos países el extermino fue muchísimo mayor…. en Letonia, donde se considera que hubo el mayor, quedarán, según algunos investigadores, apenas 215 judíos sobrevivientes). [3]
El congreso sionista de Biltmore fue decisivo en muchísimos aspectos porque la política sionista tomó un nuevo giro e impulso: por lo pronto, la cúpula sionista abandonó la protección británica que venía al menos desde 1917 (en rigor, desde sus propios orígenes, a fines del s. XIX) y decidió hacerse de un nuevo protector; con mucha perspicacia los sionistas reunidos en Nueva York avizoraron en EE.UU. al nuevo “patrón de la vereda” y esto se observa hasta en el lenguaje de las deliberaciones, en que se invoca “su devoción inequívoca a la causa de la libertad democrática y la justicia internacional”, integrar “la estructura de un nuevo mundo democrático”… ¿cuántas veces vamos a escuchar desde 1945 en adelante ese lenguaje, esos adjetivos, como “el santo y seña” del “mundo libre”?
En Biltmore, hubo, empero, debates. Incluso entre sionistas, y probablemente por la presencia de judíos no sionistas, surgieron voces que procuraron anteponer la solidaridad concreta encarnada en una política de rescate de los perseguidos entonces antes que en la edificación del estado “judío”. Absolutamente en minoría, tales participantes se vieron forzados a abandonar el encuentro.
Construir el estado. En terreno ajeno, pero bíblicamente “propio”. Y cambiar de padrino. Algo que se expresará en el cambio de “referentes” para el movimiento sionista mundial, del probritánico Chaim Weizmann al pro-yanqui David Ben Gurion…
Esto es lo que no aparece en todo el trabajo de JGG. Ni una palabra. Ya no del alcance verdadero de las designaciones de los miembros de la comisión ni del sentido geopolítico de sus posiciones, sino de la existencia misma de un congreso fundante como el de Biltmore. Es tanta ausencia la que revela su importancia, precisamente.

El eurocentrismo que no se ve a sí mismo
Los comisionados ruedan por el territorio violentado de Palestina. Y tienen ojos para ver las “tecno-maravillas” que la inmigración europea, con fondos más que considerables, ha hecho aquí y allá. Los ojos “europeos” se solazan con las imágenes europeas en la “bárbara Asia”, como dijera alguna vez Theodor Herzl…
JGG, guatemalteco, no se identificaba con la rancia oligarquía criolla y despótica sino con el progresismo latinoamericanista de Juan Arévalo, bueno es recordarlo.
En un pasaje de su obra, JGG se plantea la cuestión de los derechos a la tierra palestina. Y afirma: “Los árabes sostenían que Palestina fue cedida a la parte interesada: la población del país, para ellos. Pero el artículo 1 del Tratado de Lausana establecía la renuncia de los turcos a todos sus derechos. No existe ninguna referencia que sugiera la cesión a favor de los habitantes ni en parte alguna se establece que ellos son la parte interesada ni se especifica tampoco quién es la parte interesada. Si buscamos una interpretación en los principios generales del derecho internacional, nos hallamos con que sólo los estados soberanos pueden ser sujetos en el derecho internacional. Los individuos y los pueblos que no gozan del estatuto legal de gobierno soberano solo pueden ser objetos del derecho internacional […].
A mi modo de ver era inconcebible que en el caso de Palestina pudiera aceptarse la interpretación propuesta por los estados árabes. Todos los otros territorios que habían pertenecido a Turquía, y a los cuales se refiere el Tratado de Lausana, fueron repartidos entre los vencedores sin consultar a los respectivos pueblos.”
Se ve claramente la mirada latinoamericana de JGG. Lo que ve y reconoce como lo obvio, es lo que ha hecho el asentamiento hispano (y el luso y el anglo…) en Abya Yala / América: disponer de fronteras y crear entidades estatales con total prescindencia de la preexistencia de reinos, límites y pueblos. Por eso los mapuches fueron repartidos entre Argentina y Chile, los aymaras y los quechuas, ellos mismos entrelazados territorialmente, fueron a su vez fragmentados entre Bolivia, Perú, Argentina, y así sucesivamente.
La pregunta que podríamos hacernos a la luz de toda la peripecia del asentamiento sionista en Palestina y el inmisericorde comportamiento del Estado de Israel contra los natives, es si no era acaso más sensato y actual el reclamo de “los estados árabes” por consultar a la población “originaria”, es decir, milenariamente establecida en el país. Y más democrático…
El antiimperialismo de JGG como el de tantos progresistas latinoamericanos del s. XX, pasaba por el rechazo al colonialismo británico, aunque no alcanzaban a divisar imperialismo alguno en la política de Buena Vecindad, por ejemplo. Por ello juzga JGG la decisión británica de El Libro Blanco [de 1939], que intentaba frenar la “invasión” sionista a Palestina, como lo que “derribó la ‘piedra angular de la cooperación’ entre los judíos y el gobierno [británico]”.
JGG nos está explicitando la fuerte connivencia entre los británicos y los sionistas… hasta 1939. Sabía de qué hablaba.
Aunque en todo su alegato tampoco figura lo que muchos consideran la primera intifada, un levantamiento civil palestino, una suerte de huelga con disturbios callejeros y violencia que constituye un vastísimo rechazo, terminante, al despojo de su país por parte del sionismo, un estado cuasiinsurreccional, que duró desde 1936 hasta 1939 y que terminó mediante una represión brutal y despiadada de británicos y sionistas sobre palestinos (la violencia funcionó por carriles muy claros, preestablecidos: árabes mataban británicos, árabes mataban judíos, judíos mataban árabes, británicos mataban árabes, judíos y británicos jamás se tocaron un pelo; al contrario. No sólo judíos sionistas actuaban dentro de las fuerzas militares británicas para ahogar la resistencia sino que los servicios de seguridad secretos sionistas −el embrión del actual MOSSAD− y los respectivos servicios británicos coordinaron sus acciones represivas para ahogar en sangre la rebelión. Actuaban de consuno contra “el populacho”, contra The Great Beast, como designaban los Padres Fundadores de EE.UU. a la población cualquiera… [4]
El Libro Blanco derriba esa alianza, verdaderamente colonialista, tan vigente hasta prácticamente entonces… al sionismo ya no le interesa un protector gastado y con ideas propias sobre cómo asentar un Hogar Judío en Palestina, porque se siente con fuerzas suficientes para organizarse e instalarse por sí mismo y en todo caso elegir (y de algún modo, configurar) padrino.
Los nazis le brindarán, por las vueltas de la historia, un enorme empujón al sionismo, brindando mano de obra al nuevo emprendimiento. Porque el sionismo y los acuerdos del Biltmore Program no aceptaron poner el rescate como acción principal de las organizaciones sionistas pero sí, organizarán la recepción de jóvenes judíos que serán más fácilmente adaptables al proyecto, al provenir del mundo de miseria y persecución que se había descargado sobre las comunidades judías europeo-orientales.
Salvo excepciones como Israel Shahak [5] que adolescente se embarca huyendo de Europa hacia Israel y que −confiesa− que ya antes de desembarcar había roto con el sionismo al ver el estilo militar y verticalista con que la dirección sionista acarreaba judíos, el sionismo cosechará una enorme masa de maniobra, fuerza de trabajo e intelectuales orgánicos de entre los sufridos jóvenes judíos europeos desarraigados por la guerra y el nazismo.
Los polvos que sembrara la Comisión Especial de las Naciones Unidas para Palestina serán los lodos del presente. Aquella ceguera o subalternización de los derechos de los habitantes históricos, de los seres humanos concretos que vivían la tierra palestina, permitió un nuevo experimento colonialista y racista cuando ya los últimos bastiones estructurados sobre semejantes principios estaban despeñándose en el mundo entero.
David Ben Gurion defenderá tanto la construcción ideológica de la estructura sionista y el estado correspondiente que llegará a sostener que más vale salvar un 50% de jóvenes que estén en condiciones de construir el Estado de Israel y no un 100% de judíos en estado de necesidad. El sionismo revela con tales “cuentas” que no es un humanismo. Y lo vemos día a día por cómo tratan a los natives. Hay un desprecio muy marcado que se permiten quienes se sienten investidos de algo superior, sea la raza, el mandato de un dios o una tarea que trasciende a los seres concretos con que uno “tropieza”…
El trabajo de JGG será editado en Buenos Aires por la Biblioteca Oriente. Llamativamente, se trata de una “traducción directa del inglés”. Un peculiar puente idiomático para quien, como Jorge García Granados, tiene el castellano como idioma materno.
Quede para otra oportunidad el análisis más circunstanciado de las expectativas y afirmaciones presuntamente objetivas, con sus aciertos y múltiples equivocaciones.

Notas
[1] La comisión designada, “Comisión Especial de las Naciones Unidas para Palestina”, con mandato para su tarea entre el 13 de mayo de 1947 y el 14 de mayo de 1948, estuvo compuesta por delegaciones nacionales (titulares, suplentes y asesores) de: Australia, Canadá, Checoeslovaquia, Guatemala, Holanda, India, Irán, Perú, Suecia, Uruguay y Yugoeslavia.
[2] Es muy interesante advertir como en toda historia sobre lo palestino, durante la II Guerra Mundial aparece tan a menudo la simpatía de este religioso palestino por los nazis. Bueno es recordar que dicho muftí parece haberse dejado llevar por la muy habitual costumbre de considerar amigos a los enemigos de mis enemigos. Falaz situación, si las hay. El muftí, empeñado en una lucha anticolonial, se dejó seducir por el enfrentamiento que llevaba adelante la Alemania nazi con la “pérfida Albion”.
Sin embargo, es muy inhabitual tomar en cuenta “los amoríos” ideológicos vividos por el sionismo con el nazismo, en la etapa temprana de este último (durante buena parte de la década del ’30). Estas coincidencias se pretendían de mayor raigambre ideológica que la mera táctica de hacerse amigo del enemigo de mi enemigo, puesto que los sionistas procuraron persuadir a la dirección nazi que albergaban similares expectativas, la de vivir separados y para sí, tanto de arios como de judíos (durante el período en que el nazismo preconizaba la separación de pueblos y que llegó hasta la guetizacion…). Estos contactos tuvieron tanta importancia como para que Adolf Eichmann, por ejemplo, se dedicara a aprender hebreo…
[3] Se estima en decenas de miles los judíos en Letonia entonces, pero otras estadísticas dan como sobrevivientes unos 20 000. Ambos guarismos revelan el exterminio, aunque los porcentajes son tan diferentes.
[4] Noam Chomsky, “Imperial Presidency: Strategies to control the Great Beast”, , 9 feb. 2005. En castellano “Presidencia imperial: estrategias para el control de la ‘Gran Bestia’”, futuros, no 9, Río de la Plata, invierno 2005.
[5] “Israel armó las dictaduras de América Latina” en El Estado de Israel armó las dictaduras en América Latina, Editorial Canaán, Buenos Aires, 2007.

Vuelven las negociaciones entre Palestina e Israel

Vuelven las negociaciones entre Palestina e Israel
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, esta semana se reanudarán después de tres años las conversaciones de paz entre palestinos e israelíes. La promesa de liberación de 104 presos palestinos habría destrabado la negociación.

El 19 de julio durante su visita a Jordania, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, anunció que Israel y Palestina reanudarían los diálogos de paz. Las negociaciones directas entre ambas partes están totalmente interrumpidas desde septiembre de 2010, luego que Israel decidiera reanudar la construcción de asentamientos en territorios palestinos.
Un comunicado el Departamento de Estado estadounidense señaló que "el secretario de Estado John Kerry habló con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, y con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y les invitó a enviar a sus equipos negociadores para retomar formalmente las negociaciones directas” en Washington. El texto continúa diciendo: “Las primeras reuniones están previstas para la tarde del lunes 29 de julio y el martes 30 de julio”.
En ese marco el Gabinete de ministros de Israel aprobó la decisión del primer ministro, Benjamín Netanyahu, de liberar a 104 prisioneros palestinos que permanecen bajo custodia por más de 20 años, con el fin de facilitar el diálogo entre las dos partes. La liberación de los presos, condenados por cargos de terrorismo y participación en el homicidio de israelíes, es una de las condiciones demandadas por Palestina para la reanudación de las conversaciones directas.
Además, los palestinos plantean que se termine con la construcción de asentamientos en sus territorios y se negocie la paz sobre la base de las fronteras previas a la ocupación israelí de 1967. Es decir que la Autoridad Nacional Palestina reclama, como mínimo, los territorios que se le asignaron en el marco de los acuerdos de Oslo de 1993 que incluyen Cisjordania y la Franja de Gaza.
Respecto a la liberación de los presos Netanyahu sostuvo en un comunicado que acordó “la liberación de 104 palestinos, pero será posible después del inicio de las negociaciones y solo a condición de que se garantice la seguridad de los ciudadanos israelíes y de nuestros intereses nacionales vitales”.
Esta decisión, sin embargo, recibió el rechazo del partido nacionalista israelí Bayit Yehudi. El líder de la organización y ministro de Economía del gabinete de Netanyahu, Naftali Bennett, afirmó recientemente que “los terroristas merecen ser asesinados y no puestos en libertad”.
De la vereda de enfrente el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, celebró la decisión del gobierno israelí, pero remarcó la demora por parte de Israel respecto a este tema. “Damos la bienvenida a esta decisión 14 años más tarde”, señaló en un comunicado de prensa.
Erekat se refirió así al memorando firmado en Sharm El Sheik, Egipto, el 4 de septiembre de 1999 por los entonces primer ministro israelí, Ehud Barak, y líder palestino, Yaser Arafat, en el que se acordó la liberación en etapas de todos los presos detenidos antes de mayo de 1994. El acuerdo establecía que 350 presos serían liberados en cada etapa, pero sólo se cumplió la primera, ese mismo año.
Si hay acuerdo, hay referéndum y si hay negociación, hay protestas
Además de la liberación de los presos, el gabinete israelí resolvió este domingo que cualquier acuerdo de paz con los palestinos será sometido a referendo popular. Para que esta resolución quede firme todavía debe pasar por el Parlamento pero se estima que será aprobada.
El anuncio señala que es importante que en decisiones históricas de esa magnitud “todos los ciudadanos deben votar de manera directa”.
Mientras estas noticias salían a la luz en Ramallah, Cisjordania, cientos de personas chocaron con la policía durante protestas contra el reinicio de las negociaciones. Durante la manifestación, convocada por el Frente Popular para la Liberación de Palestina, varias personas resultaron heridas cuando la policía les impidió llegar a la Mukata, la sede del gobierno palestino.
Por su parte en Jerusalén, miembros de entidades de extrema derecha organizaron una concentración frente a la sede del gobierno israelí en protesta contra la excarcelación de los presos palestinos.

jueves, 25 de julio de 2013

El Cairo destruye el 80% de los túneles de contrabando y ahoga Gaza

Medida tomada por las nuevas autoridades del país

Un palestino sale de uno de los túneles que conecta la Franja de Gaza con Egipto. | Efe
Un palestino sale de uno de los túneles que conecta la Franja de Gaza con Egipto. | Efe

Francisco Carrión | El Cairo

  • Los palestinos empiezan a sufrir escasez de combustible y de materiales
  • A su vez, aumentan los precios en los bienes de primera necesidad
La Península del Sinaí es el eterno talón de Aquiles de las fuerzas de seguridad egipcias. Los ataques a policías y soldados se han recrudecido desde el derrocamiento del islamista Mohamed Mursi. Y una de las principales víctimas de la ofensiva militar es la vecina Franja de Gaza. Los uniformados han destruido cerca del 80% de los túneles de contrabando y los palestinos han comenzado a sufrir escasez de combustible y materiales de construcción y un aumento de los precios en los bienes de primera necesidad.
El cierre de los túneles horadados en la frontera se inició el pasado agosto tras la muerte de 16 guardafronteras egipcios. Y el golpe de Estado del pasado 3 de julio ha acelerado los trabajos. Según el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz de Oriente Próximo, Robert Serry, la situación es cada vez más precaria. "Como resultado de las acciones contra las actividades ilegales, el 80% de los túneles ha dejado de funcionar", indicó el diplomático holandés, preocupado por el agravamiento de las ya duras condiciones económicas y humanitarias de Gaza.
La Franja es una porción de tierra de 40 kilómetros de largo y 9,5 kilómetros de ancho que habitan 1,7 millones de palestinos. La toma del control de Gaza por el movimiento islamista Hamas en junio de 2007 desencadenó el bloqueo israelí. Hoy -a pesar de que Tel Aviv ha suavizado la importación- la entrada y salida de bienes y personas siguen encontrando limitaciones. Y la situación económica es de extrema fragilidad: la tasa de paro, por ejemplo, se sitúa en el 32%. Serry reconoce que aunque el paso israelí usado para el transporte de bienes ha permanecido abierto, la inquietud principal es el acceso a Gaza de productos básicos como los materiales de construcción.

La ruta del pollo frito

De hecho, una de las consecuencias de la escalada militar en el Sinaí y el cierre del paso fronterizo de Rafah es el aumento de los precios de los productos básicos. Los túneles habían servido hasta ahora para introducir cemento, coches por piezas, armas, cigarrillos o -en uno de los últimos usos para reactivar el contrabando- el pollo frito del gigante estadounidense Kentucky Fried Chicken desde una franquicia de la ciudad egipcia de El Arish.
A principios de semana, el ministro de Economía de Gaza, Ala al Rafati, calculó que desde el pasado mes la demolición de los túneles ha costado a la Franja alrededor de 230 millones de dólares (175 millones de euros), aproximadamente una décima parte de su Producto Interior Bruto (PIB). Hamas, crítico con la ausencia de gestos del ex presidente y sus hermanos islamistas egipcios durante su año de mandato, compara la situación con el bloqueo israelí de 2007. Ahora, en cambio, los artífices del aislamiento son las nuevas autoridades egipcias. "La mayoría de los túneles han sido destruidos y los pocos que siguen abiertos están paralizados", apuntó hace unos días el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri.
Las Fuerzas Armadas han redoblado sus esfuerzos en el Sinaí para acabar con lo que consideran los zarpazos del "terrorismo y la violencia". Desde la caída de Mursi, los ataques de 'yihadistas' contra comisarías de policía y puestos de control se han convertido en una pesadilla diaria. De hecho, el comandante en jefe del ejércitoAbdelfatah al Sisi pidió ayer que los egipcios tomen las calles mañana viernes para dar "una autorización" a ejército y policía con el objetivo de enfrentarse a la amenaza terrorista.
La petición -que los Hermanos Musulmanes tildaron de "llamada explícita a la guerra civil"- parte, según explicó un alto funcionario egipcio al diario estatal 'Al Ahram', del convencimiento de que la Hermandad está instigado el terrorismo en Sinaí. En una entrevista reciente con ELMUNDO.es, el destacado miembro de la cofradía Mohamed el Beltagui negó tal acusación: "No tenemos nada que ver con lo que sucede en el Sinaí, pero forma parte de la ira del pueblo contra el golpe. Ya dije que si la asonada fracasa, la furia cesará".
Dos años y medio después de las revueltas que precipitaron el ocaso de Mubarak, la inestabilidad se ha agravado en el Sinaí. Por sus áridos confines campan a sus anchas extremistas obsesionados con el emirato islámico; contrabandistas de armas, drogas o personas; saboteadores de gasoductos y beduinos hartos de décadas de ostracismo y reivindicaciones autonomistas incumplidas.

jueves, 11 de julio de 2013

ONU aborda impacto humanitário de muro e bloqueio na Palestina

O Escritório da Organização das Nações Unidas para a Coordenação de Assuntos Humanitários nos Territórios Ocupados da Palestina (OCHA, na sigla em inglês) publicou, nesta terça-feira (9), um relatório sobre os impactos humanitários da construção da “barreira de separação” pelas autoridades israelenses, dividindo e anexando terras palestinas da Cisjordânia. O projeto é de 2002, e até hoje já são quase 600 quilômetros construídos.

Por Moara Crivelente, da redação do Vermelho


Public Intelligence
Fila no muro israelense
Palestinos aguardam em fila para passar por um dos portões do muro israelense.

Ainda neste mês, o OCHA também publicou relatórios sobre o impacto humanitário da restrição à movimentação imposta pelas autoridades israelenses sobre os palestinos que vivem na Cisjordânia e na Faixa de Gaza, seja através da emissão de documentos que os autorizem a circular, postos de controle militar ou impedimentos absolutos previstos por lei, além do próprio bloqueio militar a Gaza.

Em 2002, o governo israelense, liderado por Ariel Sharon, decidiu implementar a construção de uma “barreira de segurança”, como ficou conhecido em Israel o muro segregador, alegando o objetivo de impedir ataques violentos de palestinos contra israelenses.



“Entretanto, a maior parte do muro foi construída dentro do território da Cisjordânia, separando comunidades palestinas e terras agricultáveis do resto [da área], e contribuindo para a fragmentação dos Territórios Palestinos Ocupados”, afirma o relatório.
Em nota publicada à imprensa na semana passada, o coordenador para Assuntos Humanitários da ONU James W. Rawley também pediu o fim do impedimento israelense à livre circulação de bens e pessoas da Faixa de Gaza, em vigor desde 2007. Rawley esteve em Gaza no começo do mês, quando se encontrou com pescadores e agricultores para analisar o efeito dessas restrições.
“O impacto cumulativo das restrições de Israel, algumas das quais em vigor há mais de uma década, tem devastado os meios de subsistência das famílias em Gaza, como no caso dos agricultores e pescadores com quem nos encontramos hoje”, disse na ocasião.
De acordo com a nota do coordenador, as restrições de longo-prazo ao acesso a 35% das terras agricultáveis de Gaza e a mais de um terço das áreas de pesca resultaram em perdas econômicas anuais estimadas em 76 milhões de dólares, contribuindo para o empobrecimento acelerado da população local.

A “barreira” e os impactos geográficos, econômicos e sociais
O relatório da OCHA informa que o projeto total para a barreira, de mais de 700 quilômetros, tem quase o dobro da extensão da Linha Verde, ou seja, da linha acordada no Armistício de 1949, que definiria os territórios israelenses e palestinos.
Além disso, no espaço entre a Linha Verde e a linha em que o muro é construído vive mais de 85% da população de colonos judeus e 11.000 palestinos, em 32 comunidades, que ficam dependentes, assim, da emissão de permissões de circulação pelas autoridades israelenses.
Este fator se complica, especialmente, pelo fato de que 152 comunidades palestinas têm terras nesta região, o que também as submete às permissões israelenses para as atividades agrícolas. Para isto, os agricultores que obtêm permissão só podem passar através de 74 portões, dos quais a maioria (52 deles) só abre durante a colheita de azeitonas, entre outubro e dezembro.
O relatório faz um resumo de alguns pontos de impacto da “barreira” sobre os territórios palestinos, como a já mencionada fragmentação do território e das comunidades, a redução do acesso dos palestinos que vivem entre o muro e a Linha Verde aos locais de trabalho e aos serviços essenciais, a transformação da geografia, a economia e a vida social dos que vivem na Jerusalém Leste (território palestino).
Em 2004, uma opinião consultiva do Tribunal Internacional de Justiça (TIJ) que as seções da barreira construídas dentro do território palestino, inclusive de Jerusalém Leste, assim como os portões e o regime de permissões viola as obrigações de Israel sob o direito internacional.
Um dos exemplos de impacto citados pelo relatório da OCHA é o distrito de Belém, onde as áreas urbanas serão separadas da zona rural pelo muro, quando finalizado. Ele “também reduzirá o acesso de mais de 23.000 palestinos residentes em nove comunidades à cidade de Belém, aos principais centros de saúde, educação, mercados e comércio”, sem contar aos próprios locais sagrados para os palestinos muçulmanos e cristãos.

sábado, 25 de mayo de 2013

La solución de los dos Estados se ha vuelto imposible


El profesor y activista político, uno de los impulsores de la coalición Hadash, aboga por una misma patria para israelíes y palestinos

Gerardo Elorriaga lavozdigital.es

Ilan Pappé constituye una 'rara avis' dentro de la elite intelectual israelí. Este representante de la nueva historiografía nacional y activista político, miembro de la izquierda radical, considera que el sionismo es más peligroso que el pujante islamismo y aboga por un Estado secular donde puedan convivir judíos y árabes. Tras reclamar un boicot contra las universidades hebreas y sufrir amenazas de muerte, abandonó el país y actualmente reside en Gran Bretaña, donde da clases en la Universidad de Exeter.La red Euskalherria-Palestina, formada por partidos, sindicatos y otros movimientos sociales, lo invitó a participar en su semana de solidaridad con los territorios ocupados coincidiendo con el 65 aniversario, hace unos días, de la Nakba o catástrofe, la salida masiva de palestinos de su territorio, y que ha propiciado que, hoy, el 70% de ese pueblo sufra la condición de desplazado.
-¿Sigue creyendo en la idoneidad de un estado binacional?
- Creo en un estado democrático para todos.
-Parte de la opinión pública israelí lo tacha de traidor, ¿qué opinión le merece ese repudio?
-Quizás no se trata de la mayoría. La prensa israelí tiende a difundir esa idea, pero solo quienes no me conocen me consideran un traidor. No lo soy. Se puede ser patriota y desleal a un Estado. La clase dirigente es la traidora porque traiciona tanto al futuro como al bienestar de su pueblo.
-Fue uno de los impulsores de la coalición Hadash, antes de abandonar el país. ¿Está decepcionado por la política?
-Cuando uno se da cuenta del tipo de cambio que hay que acometer en la sociedad israelí también se percata de que no es posible dentro del sistema. Es el régimen en su conjunto el que hay que cambiar, por eso creo en la importancia del movimiento de base y de ahí mi activismo en el ámbito de la educación y la solidaridad, que también es política.
-El pueblo israelí apoya a partidos muy conservadores, afines al sionismo tradicional, ¿es el peso del miedo?
-Es fruto de la paradoja que se da entre quienes quieren creer que es posible un Estado judío y democrático, los que llamamos de izquierda sostienen que ambos conceptos son posibles, pero en la práctica ha resultado falso. Entonces hay que escoger y la mayoría ha optado por el judío. La razón puede ser el miedo, pero habría que definir qué es el miedo, tal vez, perder unos privilegios como sucedía con la minoría blanca en el régimen del apartheid.
-¿El terrorismo palestino ha favorecido a los ultraconservadores judíos?
-Una situación de violencia suscita una violencia de respuesta, que, a su vez, legitimará la que venga después. Pretendemos educar a la gente para que entiendan cuál es el origen de ese fenómeno, que es el colonialismo. El terrorismo del Estado israelí ha sido muchísimo peor y en los últimos diez o quince años, los palestinos han abandonado esa práctica, rechazan las bombas en los autobuses.
-¿El boicot israelí a Gaza no ha disimulado la actuación de Hamás como represor de su propio pueblo, de los derechos de las mujeres, las minorías y sus rivales?
-Nosotros hemos discutido su actitud, pero no se puede abrir un diálogo, que no será nada fácil, acerca del futuro en Oriente Medio de cuestiones como la tradición o la familia, mientras continúe la ocupación y la desposesión.
-¿Pero no es cierto que muchas ONG de apoyo al pueblo palestino han ocultado o no han puesto en primer plano la conculcación de tales derechos en los territorios ocupados?
-El mayor problema de mujeres, homosexuales y demás individuos en tales circunstancias no es la actitud de Hamás, sino el hambre. Antes de hablar de derechos hemos de hablar de supervivencia porque Israel está cometiendo un genocidio lento y contra eso lucha Hamás. Es una cuestión de prioridades. Garantizada la supervivencia hablaremos de derechos humanos y calidad de vida.
-¿Cómo ha cambiado la situación de los palestinos en el nuevo escenario regional?
-Es difícil predecir qué dirección van a seguir los acontecimientos, aunque está claro que, sean quienes sean las nuevas autoridades, su talante parece más democrático. Los anteriores guardaban silencio ante el drama y no colaboraban para mejorar la situación del pueblo palestino, mientras que cabe esperar una postura más activa de los nuevos. Pero los israelíes no lo entienden o prefieren no hacer nada al respecto.
-Los Hermanos Musulmanes egipcios tampoco se han mostrado demasiado generosos. ¿Temen perder la generosa ayuda económica de Washington?
-No se ha dado ese cambio por el apoyo estadounidense y la mala relación que mantienen con las Fuerzas Armadas. Tenemos que ser pacientes porque va a ser un proceso largo. No se puede cambiar toda una estrategia política y unas actitudes de un día para otro.
- El mundo se sobresaltó ante la reciente incursión de Tel Aviv en Siria. ¿Cabe esperar una mayor implicación de Israel en el conflicto vecino?
-Creo que estará cada vez más envuelto. Su meta inmediata es derrotar a Hezbolá y hacer frente al poder iraní cortando el suministro de uranio que llega desde Siria. Se trata de un grave error porque son objetivos a corto plazo y no se piensa que el futuro gobierno sirio tendrá presente esta intromisión.
-¿La política judía de asentamientos en Cisjordania no ha hecho ya inviable la creación de una república palestina en la zona?
-Absolutamente, es irreal. La solución de los dos Estados se ha vuelto imposible. Israel ha creado 6.000 asentamientos, pueblos, incluso ciudades, que han generado una nueva realidad.
-¿ La Unión Europea y Estados Unidos han tirado la toalla ante Israel?
-Se rindieron hace tiempo. Los palestinos no son tan importantes o fuertes como para implicarse. Americanos y europeos esperan que el 'statu quo' se consolide, pero se equivocan, no se dan cuenta que la situación puede explotar en cualquier momento.

NOTA:

(1) Una opinión divergente –aunque tal vez solo complementaria– de la expresada aquí por Ilan Pappé sobre esta cuestión puede leerse aquí: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168478&titular=el-asno-del-mes%EDas-

Fuente original: http://www.lavozdigital.es/cadiz/v/20130520/mundo/solucion-estados-vuelto-imposible-20130520.html

miércoles, 15 de mayo de 2013

The Nakba is a past and a present, a continuous and developing process of Zionist colonization


Ben White
Wednesday, 15 May 2013 

[RW/Aqabat Jabr/11] Aqabat Jabr refugee camp, West Bank, 1973.  UNRWA photo
fuente: http://www.unrwa.org/etemplate.php?id=559 (agregada por M.M.)
Today marks the 65th anniversary of the historic ethnic cleansing of Palestine by the Zionist movement, and the establishment of the State of Israel on the rubble of hundreds of emptied, destroyed villages.
Nakba Day continues to grow in prominence as a time forremembrance and protest, an alternative history to the narrative of Israeli 'independence', and a reminder that the 'miracle' of a Jewish state was actually realised through the historically familiar methods of expulsion and colonial erasure. But this is more than just an anniversary or commemoration. In three important ways, the Nakba is not simply confined to the history books.
First, the Nakba is a defining event. Many potted histories or summaries of the "Israeli-Palestinian conflict" cover 1948 with a sentence like this: 'The State of Israel declares independence and is immediately attacked by its Arab neighbours'. The Palestinian refugees emerge in the narrative as if by magic, or as a vague consequence of war.
Yet the ethnic cleansing of 1948 is the heart and soul of the Palestinian people's struggle. This is how a landscape was obliterated and communities destroyed; homes, schools and mosques disappearing under rolling explosions, citrus groves and fields of crops separated from their owners. Palestinian lives are shaped by the Nakba, from refugee camps and fragmented families to destroyed livelihoods and murdered loved ones.
The Nakba is how a Jewish majority was established in the first place, and thus it is no wonder that many people wish to consign it to 'the past'. For just as its impact is felt deeply in Palestinian society so also the Nakba is a defining event for Zionism and the State of Israel - the inconvenient truth that turns myths to dust, the reminder of - in the words of Meron Benvenisti - 'what lies beneath'. Nakba denial is commonplace, a history covered up by distortions and counterfactuals in the same way Jewish National Fund forests were planted over the rubble of Palestinian villages.
Second, the Nakba is also an ongoing event, and not just in the sense that the Palestinian refugees still await return and restitution. The Nakba is a past and a present, a continuous and developing process of Zionist colonization. You can see it in the discriminatory and colonial logic of the land regime and planning laws inside the pre-1967 lines, designed to maintain Jewish spatial hegemony and guard against the threat of the land being 'lost' to its indigenous people.
The admission committees that exclude Palestinians from the kibbutzim and moshavim built on top of ethnically cleansed villages. The 'look out' communities built by the state and the Jewish Agency in the Galilee in order to 'break up' areas of Palestinian territorial contiguity. Zionist forces often described Palestinian villages in 1948 as simply enemy bases to be cleansed. How little has changed, when the existence of Palestinian communities is seen as a threatening presence to be fragmented and watched over by Jewish citizens.
Catastrophes are experienced daily by Palestinians in the south Hebron Hills, Jordan Valley and East Jerusalem, when the bulldozers and soldiers arrive to demolish homes and shelters. More catastrophes are planned, in the name of 'development', 'security' or even 'tourism' - like in the Negev where, 65 years after soldiers pushed them into the 'Fence', Bedouin Palestinians face another mass expulsion.
Third, the Nakba is a paradigm-shaping event. Palestine is not about 1967, warring tribes, a family dispute, or religious fundamentalism. It's not about negotiations over a border dispute or 'confidence-building measures'. It's about settler colonialism and ethnic cleansing, about the establishment of an ethnocracy and the exclusion of an indigenous people. Decades before Oslo, before the first red-roofed settlement on the West Bank hilltops, before Hamas and the Quartet, the Catastrophe happened.
Having a Nakba-defined paradigm is not about 'intransigence' or wishing an impossible return to a long-lost past. It is about understanding the roots of what has unfolded over the decades - the establishment of a state for one people at the expense of another, the maintenance of a regime of privilege for some while excluding others to the point of destroying their very existence in the land. It is in the roots where we search most fruitfully for an answer: equality and return, a decolonized space and state that welcomes back and does not expel.
Finally, as a defining, ongoing, and paradigm-shaping event, the Nakba is also therefore, an urgent call to action. The Catastrophe must end.