domingo, 11 de enero de 2015

Los árabes vistos por Occidente

09 julio 2013 Rashideh Yusef


Violentos, terroristas, extremistas religiosos…Acabando con los estereotipos.
occidente
MARTIN BUREAU/AFP/Getty Images

A finales del siglo XVIII un ambicioso Napoleón Bonaparte conquistaba Egipto en su ansia de aumentar los poderes de Francia, cortar la vía comercial a Gran Bretaña y aumentar su gloria y fama. Esta expedición fue la primera conquista imperialista moderna de la Historia, entre otros, porque Napoleón utilizó junto a la fuerza de su Ejército, a científicos e intelectuales en su expedición. Había ingenieros, médicos, químicos, biólogos, literatos y arquitectos cuya misión fue recabar información sobre la historia, escritura, arqueología y tesoros de Egipto. Además de llevar a este país los principios de la Europa moderna frente al despotismo religioso de los otomanos.
Las memorias del general  describen cómo Egipto representó una aventura romántica y exótica, un sueño oriental pese a su partida poco después a Francia y el fracaso que simbolizó la expedición en términos militares.
Desde entonces el mundo árabe y Occidente han estado marcados por un modelo binario: el oriental,  elotro exótico y violento, frente a la Europa avanzada. Edward Said, el fallecido intelectual palestino-americano,  en su libro Orientalimo publicado en 1978, analizaba la historia reciente del imperialismo, la economía, el arte, la ciencia política y la literatura que han servido para definir este modelo basado en la superioridad de Occidente frente a Oriente: el otro, el orientalse mantiene igual, no avanza en la Historia, quedándose en el mismo espacio y tiempo, por lo que no se desarrolla; mientras el resto del mundo evoluciona y aprende.
Esta visión del otro ha determinado nuestra mirada al mundo árabe y ha definido nuestra identidad. Joan Wallach, historiadora americana, analiza cómo durante el siglo XX, la lucha por la identidad francesa se define frente al otro, el argelino, y tiene profundas raíces en el colonialismo galo en este país y la visión orientalista hacía el mismo. Said afirmó que uno de los principales motivos que le llevaron a escribir Orientalismo fue su propia experiencia como árabe viviendo en Estados Unidos, al observar, por ejemplo, la forma en la que la representación artística de Oriente Medio realizada por los occidentales estaba marcada por esta visión exótica y manipulada que no tenía nada que ver con la realidad que él conocía.
Desde las hazañas imperialistas de los primeros orientalistas occidentales hasta hoy, se ha acusado de manera indiscriminada a las sociedades árabes de enemigas de la democracia y la libertad y de intentar suprimir los derechos de las mujeres.  Esta visión se ha visto agudizada tras la Guerra del Golfo (1990-1991) y los atentados de 2001, 2004 y 2005 en Nueva York, Madrid y Londres respectivamente, así como las sucesivas guerras y conflictos que dichos atentados han generado.
En una encuesta publicada en febrero de 1991 por el Arab American Institute durante la Guerra del Golfo, un 41% de los estadounidenses afirmaron que tenían una opinión negativa sobre los árabes frente un 43%  que afirmó que tenían una opinión positiva. Igualmente, se relacionaron los siguientes adjetivos con los árabes: creyentes (81%), terroristas (59%), violentos (58%) y fanáticos religiosos (56%). Esta misma institución publicó en 2012 un estudio de la visión de los estadounidenses sobre los árabes y musulmanes junto con otras minorías religiosas, entre las que se incluían judíos, cristianos o budistas. Los resultados fueron parecidos a los de la encuesta de 1991: un 41% de los americanos tenía una visión no favorable de los árabes y musulmanes frente a un 40% que sí la tenía.
Los medios de comunicación y el cine han contribuido a dar una visión simplificada de la realidad compleja de diferentes países, historias, culturas y pueblos,  donde los árabes aparecen como fanáticos y violentos. Esta contribución se ilustra en el documental Valentino Ghost (2012),  que demuestra cómo se ha creado una percepción de los árabes en el imaginario común distorsionada y simplificada, tachándolos de violentos y retrógrados, con películas de Hollywood como Aladino (1992, de John Musker y Ron Clements) o Indiana Jones: en busca del arca perdida (1981, de Steven Spielberg).
Esta visión generalizada del mundo árabe en los medios de comunicación, literatura y arte, más notoria desde los atentados terroristas de 2001, tiene consecuencias graves, entre otras, el racismo y la discriminación. Además, favorece el desconocimiento de la lucha de la mujer árabe por su emancipación. Suha Sabbah, académica y feminista arabo-americana, destaca cómo las mujeres árabes son complejas, diversas y multifacéticas, lejos de la visión unidimensional que desde Occidente se da. Sabah afirma que estereotipos contra las mujeres árabes como dóciles, sin opinión, veladas y recluidas, dando por hecho la superioridad de las mujeres occidentales frente a las árabes, acaba reproduciendo los viejos patrones imperialistas generando más desconocimiento y barreras sobre la realidad de los árabes .
Las sociedades en general son plurales y no responden a una sola dinámica ni percepción, como afirmaba Said, Occidente y el mundo árabe se han definido a lo largo de los últimos dos siglos de manera falsamente unificadora para describir sociedades diversas. Quizá esa sea la clave para el posible entendimiento entre ambas. En el siglo de la tecnología se están imponiendo cambios acelerados en nuestra forma de interaccionar. La globalización, la privatización y la tecnología también han fortalecido a nuevos actores mundiales que establecen agendas, crean leyes y evalúan resultados: los movimientos sociales son  un actor más de la esfera global que tanto en Occidente como en el mundo árabe están teniendo cada vez más importancia.
La primavera árabe, el llamamiento de sus sociedades al cambio pidiendo libertad, democracia, igualdad y solidaridad social, y los movimientos sociales en Occidente frente a la crisis, agudizada desde el 2008, puede que resquebrajen la imposición de un modelo binario y diferenciado Occidente-Oriente. Si observamos los movimientos de la sociedad civil que se han desarrollado en los últimos diez años a la sombra de la crisis económica, política y de identidad en el mundo árabe y Occidente, puede apreciarse que,  con diferencias de contexto y escenario, exigen aspiraciones universales: una mejor calidad vida, acceso a un sistema de salud y de educación de calidad, justicia social y, sobre todo, políticas para y por los ciudadanos. Además estos movimientos se retroalimentan unos a otros. Las primeras protestas en España generadas por el movimiento 15-M se inspiraron, al igual que sus homólogos europeos, en los levantamientos del mundo árabe y el éxito de su convocatoria social.
Las redes sociales y los nuevos medios de comunicación, que permiten una nueva forma de informarse y relación directa entre la ciudadanía, quizá sirva para demostrar que las sociedades no responden a un único modelo unificador y que en el contexto del siglo de la tecnología todos ciudadanos tanto en Occidente como en el mundo árabe aspiran a valores universales: un sistema político democrático, justicia social y un mejor futuro para sus hijos.
http://www.esglobal.org/

viernes, 9 de enero de 2015

Franceses en el éxito y argelinos en el fracaso



Franceses en el éxito y argelinos en el fracaso
Fuente: AIN
AIN.- La prensa francesa continua utilizando el doble discurso, durante las últimas 48 horas, la mayoría de los medios del país galo insistieron sobre el origen argelino de los supuestos autores del ataque contra el semanario Charlie Hebdo, algo que nunca hacen en el caso de celebridades del mundo del futbol, o investigadores, artistas y hasta ministros de la misma origen.

La sociedad francesa en general y los medios de comunicación en particular asumen la ciudadanía de sus compatriotas solamente en el caso del éxito, nunca mencionaron el origen argelino de la ex estrella del Real Madrid y de la selección francesa, Zineddine Zidane, o del actual jugador del club español, Karim Benzema, tampoco del futbolista del Manchester City ingles, Samir Nasri.

Miles de científicos franceses de origen argelino, decenas de artistas y políticos que ocuparon altos puestos en los sucesivos gobiernos del país europeo, fueron siempre considerados como ciudadanos franceses y nada más.

Desde la difusión de los nombres y imágenes de los supuestos autores del acto criminal contra el semanario satírico, Charlie Hebdo, los periódicos y noticieros galos no dejaron de mencionar e insistir sobre el origen argelino de los hermanos Kouachi.

Justamente los hermanos Kouachi son ciudadanos franceses, que no tienen la ciudadanía argelina, ni conocen ni viajaron al país norte africano, pasaron por las escuelas francesas, crecieron y se educaron en el país europeo, pero para la prensa francesa son argelinos.

Yamina Benguigui, fue ministra delegada a los Franceses en el Extranjero y de la Francofonia, Kader Arif, ministro delegado por los ex combatientes, Zair Kedadouche, ex embajador de Francia en Andorra, Alain Mimoun, campeón del mundo de la Maratón de los juegos olímpicos de Melbourne, en 1956, Dr Kamel Sanhadji. Profesor universitario e investigador en el campo del SIDA, condecorado por el ex presidente francés, Jacques Chirac, con el orden de merito nacional, se puede continuar citando a miles y miles de celebridades franceses de origen argelino, en todos los campos, pero estas personalidades son solo francesas para la sociedad y para los medios, en contra partida los hermanos Kouachi, son franceses de origen argelino.

Ciudadanos nacidos en Francia de padres argelinos y sin nacionalidad argelina son millones, entre ellos la gran mayoría contribuye a la construcción del país europeo y centenares de miles muy exitosos en varios campos de la ciencia, cultura o política siguen contribuyendo al éxito del ex país colonizador y son nombrados a través de los medios como franceses y ciudadanos de primera, como si existiera ciudadanos franceses de segunda.

Francia con una larga historia de colonización, 132 años en Argelia con una historia de barbaridades y crímenes nunca superados, no quiso asumir esta historia como no asume hoy los actos de sus ciudadanos de “segunda” como se piensa en el país galo.

Los hermanos Kouachi, presuntos autores de la masacre del semanario que todo musulmán debe condenar porque es contraria a los preceptos humanitarios, coránicos y de la tradición profética, son ciudadanos franceses y nada más.
http://www.ain.com.ar/

Diferencia entre árabe, musulmán, islámico e islamista

Herminia Páez Prado


(Este artículo está pendiente de revisión con todas las anotaciones que habéis hecho en los comentarios)

Tengo pendiente una (o varias) entrada(s) sobre cultura árabe, estereotipos y demás… pero la realidad es que me enfado cada vez que veo a un periodista o a una persona de a pie confundir árabe, musulmán, islámico e islamista. Así que antes de hablar de estereotipos, voy a explicar esto, porque no es lo mismo, igual que no es lo mismo decir mujer, femenino, hembra, feminista y feminazi. Igual que no es lo mismo decir Francia, francés, gabacho, franchute y… qué sé yo, baguette. ¡Es que ni siquiera son todas del mismo campo semántico! Empecemos.
Si tuviéramos que separar los errores más usuales podríamos hacerlo en dos tandas, por un lado árabe y musulmán y por el otro islámico e islamista. Vamos de fácil a difícil.

Árabe

Una persona árabe es alguien nacido en un país de habla árabe, independientemente de su religión, de su afiliación política, del color de su piel y de si come o no cerdo. Los países árabes son 22:
Si os sirve de consuelo, yo los estudié en la uni y a veces me cuesta recordar donde están algunos.
Árabe, entonces, hace referencia a los habitantes de los países que hablan este idioma, del mismo modo que lo puede hacer para un español la palabra «hispanohablante» (aunque de hecho existe la palabra «arabófono» por jardines por los que pasaré después). Irán, Pakistán, Turquía, Azerbaiyán, Turkmenistán y otros países, no son países árabes y por tanto sus habitantes tampoco lo son, allí no se habla árabe, se hablan otros idiomas, varios idiomas. A pesar de todo, debo avisaros de que esta es una explicación bastante simplista dado que en esos llamados «países árabes» existen también otras lenguas y otras culturas: bereberes y kurdos, por ejemplo, son residentes en países árabes pero no hablan árabe (de ahí el jardín de los «arabófonos»). Otro día me meto en por qué esto es así y cómo se trazaron las fronteras en los países árabes (y en parte del resto del mundo). Si queréis exprimir aun más el significado de árabe, aquí lo desglosan en gentilicio, idioma y genérico.

Musulmán

Aquí es donde empieza el lío para los hispanohablantes. Musulmán es una persona que cree en «la religión de Mahoma» como dice la RAE, del mismo modo que un budista cree en el budismo y que un cristiano cree en el cristianismo. Y digo cristianismo y no catolicismo, porque al igual que el mismo, el islam tiene ramas, unas más conocidas que otras y cada una tiene sus diferentes creencias y sus opiniones sobre el resto. Esto quiere decir, que los musulmanes pueden ser suníes o chiíes (que no «sunitas» o «chiítas», y ya os digo que esta última está aceptada por la RAE pero es un calco del francés), dos de las ramas principales de la religión musulmana, o de otras. Si tenéis curiosidad sobre las ramas (que no son pocas) podéis ir a la Wikipedia y consultar. Siguiendo con la comparación de cosas que un español de a pie pueda entender, dentro del islam están los suníes, los chiíes y otros, y dentro del cristianismo están los católicos, los protestantes y otros. Aquí tenéis un mapa con los países musulmanes:
(Aviso: esta imagen no es mía, está sacada de aquí)

¿Se puede ser árabe sin ser musulmán?

Sí. De hecho no es tan poco común como pensamos. Si habéis seguido algo la información sobre la Primavera árabe, posiblemente hayáis oído que Egipto tiene una minoría copta (que es una rama del cristianismo) y que hayáis visto esta imagen de la derecha, de cristianos haciendo una cadena humana para proteger a los musulmanes mientras rezaban que se ha hecho bastante famosa porque Egipto es uno de esos países famosos por sus pirámides problemas religiosos. Si queréis saber más sobre la situación actual en Egipto, os dejo un magnífico video de 7 minutos que os lo explica, de la Primavera árabe hasta hoy. Pero Egipto no es el único país con árabes de otras religiones.
En el caso del Líbano (el 4 del mapa de arriba del todo, chiquitito, al lado de Siria), no sé de qué fuentes fiarme así que me tendréis que perdonar la inexactitud, hay aproximadamente un 50% de musulmanes y un 50% de cristianos. Si queréis ver por qué no me fío de las cifras podéis volver a la Wikipedia y ver qué fuentes tienen y cómo los datos varían. Además de estos dos países, necesito nombrar Palestina, que fue uno de los países que a mí más me chocó cuando lo visité (no solo) en término religiosos. Palestina es un país que si estáis un poco enterados, tiene una situación muy particular en la que no me voy a meter ahora porque eso da para otra(s 200) entrada(s). Muchos son musulmanes, hay una minoría cristiana, pero lo que más me sorprendió allí es que encontré bastantes ateos marxistas y comunistas, algunos de ellos con colgantes y camisetas del Che Guevara. Puede que esto fuera solo la gente con la que yo me encontré, pero me sorprendería.

Resumen 1: árabes y musulmanes

Se puede ser árabe y musulmán.
Se puede ser árabe y no musulmán (como el copto egipcio de la foto de arriba o mis palestinos comunistas).
Se puede ser musulmán sin ser árabe (como muchos de los habitantes de países como Irán o Pakistán).
Y se puede vivir en un país árabe o musulmán sin ser ni árabe, ni musulmán.

Islámico e islamista

Aquí es cuando yo empiezo a enfadarme con los medios de comunicación y donde, por ser palabras con la misma raíz se crea el mayor follón. No os voy a buscar artículos en que esté mal utilizado porque no terminaría nunca. Aquí se mezclan por un lado la religión y por el otro la política, una mezcla a veces explosiva.
Perdón, era demasiado fácil…
Por suerte la Fundeu en este sentido ha sido magnífica (lingüísticamente hablando) y por tanto os resumo lo que dice en este artículo y luego ya hago una apreciación: básicamente islámico es algo relacionado con la religión islámica, como la arquitectura islámica de la Alhambra y la mezquita de Córdoba, por ejemplo. Islamista se refiere a los movimientos islámicos radicales.
Ahora añado: en realidad el problema aquí es que en el mundo occidental no existe nada parecido al islam político, y no porque no tengamos partidos políticos cristianos radicales, que los tenemos… precisamente el problema es ese, que se utilizó el término «fundamentalismo islámico» equiparándolo al «fundamentalismo cristiano» y no son exactamente lo mismo. Podéis ver más información aquí aquí. Dicho esto, aclaro que en el islam político hay ramas más moderadas y democráticas y otras que lo son menos, y ya he dicho al menos dos veces este mes que al final al que más se oye es al trol, al que más ruido hace, y está claro que los partidos políticos islámicos a los que más se oye desde fuera es a los violentos, ¿no? Es lo que tienen las explosiones, que hacen mucho ruido.

Resumen 2: islámico e islamista

Islámico: religión
Islamista: político radical. El movimiento islamista (político radical) es un movimiento islámico (religioso también).
Rizando el rizo, resumen 3:
Se puede ser árabe, musulmán, formar parte de un partido político islámico y ser un islamista (y aun así no ser un terrorista).
Se puede ser musulmán, formar parte de un partido político islámico y ser un islamista (y aun así no ser un terrorista).
Se puede ser integrista sin ser islámico (el integrismo) ni musulmán (el integrista).
Se puede ser árabe, musulmán, formar parte de un partido político islámico y no ser islamista.
Se puede ser árabe e integrista sin ser musulmán.
Se puede ser integrista sin ser musulmán ni árabe.
¿Veis por dónde voy? El problema es que al usarlo mal, y tratar todos los términos como si fueran equivalentes, al final lo que conseguimos es confundir aun más las cosas, por si los ánimos con los temas de racismo y terrorismo no estuvieran ya a flor de piel. Planteaos que no es lo mismo decir que eres masculino, que decir que eres un macho o que eres machista, o que yo fuera a presentarme y dijera que soy una hembra, una mujer o feminista, son cosas muy diferentes. Confundir y utilizar estos términos de manera errónea facilita que en el imaginario colectivo la bola ruede, y que, si yo no diferencio al redactar, al final todo musulmán sea islamista. Y quien dice islamista, dice terrorista internacional, que tampoco es lo mismo (a pesar de mis chistes sin gracia y de mal gusto).
Me voy a embarrar aun más: Recuerdo un tiempo (momento abuela cebolleta) en que los vascos se quejaban (con razón) de que la manera en que se hablaba del terrorismo en la prensa hacía que todo vasco pareciera un terrorista. No sé si sigue siendo el sentir colectivo porque hace tiempo que no oigo la queja, pero pensad que equiparando aquí no estamos hablando de llamar a todos los vascos terroristas (que es erróneo como concepto y está mal) sino a toda Europa y parte de América (como continente, no como país mal traducido). Por eso es importante saber la diferencia.

http://traducinando.com/diferencia-entre-arabe-musulman-islamico-e-islamista/

jueves, 8 de enero de 2015

Lo más peligroso es la islamofobia

Francia




El atentado fascista en París contra la redacción del semanario Charlie Hebdo, que ha arrebatado la vida a 12 personas, entre ellas a los cuatro dibujantes Charb, Cabú, Wolinsky y Tignous, deja una doble o triple sensación de horror, pues está agravada por una especie de eco amargo y sucio y por una sombra de amenaza inminente y general. Está sin duda el horror de la matanza misma por parte de unos asesinos que, con independencia de sus móviles ideológicos, se han situado a sí mismos al margen de toda ética común y por eso mismo fuera de todo marco religioso, en su sentido más estricto y preciso.
Pero está también el horror de que sus víctimas se dedicaran a escribir y a dibujar. No es que uno no pueda hacer daño escribiendo y dibujando -enseguida hablaremos de esto-; es que escribir y dibujar son tareas que una larga tradición histórica compartida sitúa en el extremo opuesto de la violencia; si se trata además de la sátira y el humor, nadie nos parece más protegido que el que nos hace reír. En términos humanos, siempre es más grave matar a un bufón que a un rey porque el bufón dice lo que todos queremos oír -aunque sea improcedente o incluso hiperbólico- mientras que los reyes sólo hablan de sí mismos y de su poder. El que mata a un bufón, al que hemos encomendado el decir libre y general, mata a la humanidad misma. También por eso los asesinos de París son fascistas. Sólo los fascistas matan bufones. Sólo los fascistas creen que hay objetos no hilarantes o no ridiculizables. Sólo los fascistas matan para imponer seriedad.
Pero hay un tercer elemento de horror que tiene que ver menos con el acto que con sus consecuencias. Ahora mismo -lo confieso- es el que más miedo me da. Y es urgente advertir de lo que nos jugamos. Lo urgente no es impedir un crimen que ya no podemos impedir; ni tampoco condenar asqueados a los asesinos. Eso es normal y decente, pero no urgente. Tampoco, claro, espumajear contra el islam. Al contrario. Lo verdaderamente urgente es alertar contra la islamofobia, precisamente para evitar lo que los asesinos quieren -y están ya consiguiendo- provocar: la identificación ontológica entre el islam y el fascismo criminal. La gran eficacia de la violencia extrema tiene que ver con el hecho de que borra el pasado, el cual no puede ser evocado sin justificar de alguna manera el crimen; tiene que ver con el hecho de que la violencia es actualidad pura, y la actualidad pura está siempre preñada del peor futuro imaginable. Los asesinos de París sabían muy bien en qué contexto estaban perpetrando su infamia y qué efectos iban a producir.
El problema del fascismo y de su violencia actualizadora es que se trata siempre de una respuesta. El fascismo está siempre respondiendo; todo fascismo se alimenta de su legitimación reactiva en un marco social e ideológico en el que todo es respuesta y todo es, por tanto, fascismo. El contexto europeo (pensemos en la Alemania anti-islámica de estos días) es la de un fascismo rampante. En Francia concretamente este fascismo blanco y laico tiene algunos valedores intelectuales de mucho prestigio que, a la sombra del Frente Nacional de Le Pen, llevan calentando el ambiente desde púlpitos privilegiados a partir del presupuesto, enunciado con falso empirismo y autoridad mediática, de que el islam mismo es un peligro para Francia. Pensemos, por ejemplo, en la última novela del gran escritor Houellebecq, Sumisión (traducción literal del término árabe “islam”), en la que un partido islamista gana al Frente Nacional las elecciones de 2021 e impone la “charia” en la patria de Las Luces. O pensemos en el gran éxito de las obras del ultraderechista Renaud Camus y del periodista político del diario Le Figaro Eric Zemour. El primero es autor de Le grand remplacement, donde se sostiene la tesis de que el pueblo francés está siendo “reemplazado” por otro, en este caso -obviamente- compuesto de musulmanes extraños a la historia de Francia. El segundo, por su parte, ha escritoEl suicidio francés, un gran éxito de ventas que rehabilita al general Petain y describe la decadencia del Estado-Nación, amenazado por la traición de las élites y por la inmigración. Hace unos días en Le Monde el escritor Edwy Plenel se refería a estas obras como depositarias de una “ideología asesina” que “está preparando Francia y Europa para una guerra”: una guerra civil- dice- “de Francia y Europa contra ellas mismas, contra una parte de sus pueblos, contra esos hombres, esas mujeres, esos niños que viven y trabajan aquí y que, a través de las armas del prejuicio y la ignorancia, han sido previamente construidos como extranjeros en razón de su nacimiento, su apariencia o sus creencias”.
Este es el fascismo que estaba ya presente en Francia y que ahora “reacciona” -puro presente- frente a la “reacción” -pura actualidad asesina- de los islamistas fascistas de París. Da mucho miedo pensar que a las 7 de la tarde, mientras escribo estas líneas, el trending topic mundial en twitter, tras el tranquilizador y emocionante “yo soy Charlie”, es el terrorífico “matar a todos los musulmanes”. La islamofobia tiene tanto fundamento empírico -ni más ni menos- que el islamismo yihadista; los dos, en efecto, son fascismos reactivos que se activan recíprocamente, incapaces de hacer esas distinciones que caracterizan la ética, la civilización y el derecho: entre niños y adultos, entre civiles y militares, entre bufones y reyes, entre individuos y comunidades. “Matad a todos los infieles” es contestado y precedido por “matad a todos los musulmanes”. Pero hay una diferencia. Mientras que se exige a todos los musulmanes del mundo que condenen la atrocidad de París y todos los dirigentes políticos y religiosos del mundo musulmán condenan sin excepción lo ocurrido, el “matad a todos los musulmanes” es justificado de algún modo por intelectuales y políticos que legitiman con su autoridad institucional y mediática la criminalización de cinco millones de franceses musulmanes (y de millones más en toda Europa). Esa es la diferencia -lo sabemos históricamente- entre el totalitarismo y el delirio marginal: que el totalitarismo es delirio naturalizado, institucionalizado, compartido al mismo tiempo por la sociedad y por el poder. Si recordamos además que la mayor parte de las víctimas del fascismo yihadista en el mundo son también musulmanas -y no occidentales- deberíamos quizás medir mejor nuestro sentido de la responsabilidad y de la solidaridad. Pinzados entre dos fascismos reactivos, los perdedores son los de siempre: los inmigrantes, los izquierdistas, los bufones, las poblaciones de los países colonizados. Una de las víctimas de los islamistas, por cierto, era policía, se llamaba Ahmed Mrabet y era musulmán.
Del yihadismo fascista no espero sino fanatismo, violencia y muerte. Me repugna, pero me da menos miedo que la reacción que precede -valga la paradoja einsteiniana- a sus crímenes. El “matad a todos los musulmanes” está de algún modo justificado por los intelectuales que “preparan la guerra civil europea” y por los propios políticos que responden a los crímenes con discursos populistas religiosos laicos. Cuando Hollande y Sarkozy hablan de “un atentado a los valores sagrados de Francia” para referirse a la libertad de expresión, están razonando del mismo modo que los asesinos de los redactores del Charlie Hebdo. No acepto que un francés me diga que defender los valores de Francia implica necesariamente defender la libertad de expresión. Por muy laica que se pretenda, esa lógica es siempre religiosa. No hay que defender Francia; hay que defender la libertad de expresión. Porque defender los valores de Francia es quizás defender la revolución francesa, pero también Termidor; es defender la Comuna, pero también los fusilamientos de Thiers; es defender a Zola, pero también al tribunal que condenó a Dreyfus; es defender a Simone Weil y René Char, pero también el colaboracionismo de Vichy; es defender a Sartre, pero también las torturas de la OAS y el genocidio colonial; es defender mayo del 68, pero también los bombardeos de Argel, Damasco, Indochina y más recientemente Libia y Mali. Es defender ahora, frente al fascismo islamista, la igualdad ante la ley, la democracia, la libertad de expresión, la tolerancia y la ética, pero también defender la destrucción de todo eso en nombre de los valores de Francia. Da mucho miedo oír hablar de “los valores de Francia”, “de la grandeza de Francia”, de ”la defensa de Francia”. O defendemos la libertad de expresión o defendemos los valores de Francia. Defender la libertad de expresión -y la igualdad, la fraternidad y la libertad- es defender a la humanidad entera, viva donde viva y crea en el dios que crea. La frase de “los valores de Francia” pronunciada por Le Pen, Hollande, Sarkozy o Renaud Camus no se distingue en nada de la frase “los valores del islam” pronunciada por Abu Bakr Al-Baghdadi. Son en realidad el mismo discurso frente a frente, legitimado por su propia reacción asesina, que bombardea inocentes en un lado y ametralla inocentes en el otro. Pierden los de siempre, los que pierden cuando dos fascismos no dejan en medio ni el más pequeño resquicio para el derecho, la ética y la democracia: los de abajo, los de al lado, los pequeños, los sensatos. De eso sabemos mucho en Europa, cuyos grandes “valores” produjeron el colonialismo, el nazismo, el estalinismo, el sionismo y el bombardeo humanitario.
Mal empieza 2015. En 1953, “refugiado” en Francia, el gran escritor negro Richard Wright escribía contra el fascismo que “temía que las instituciones democráticas y abiertas no sean más que un intervalo sentimental que preceda al establecimiento de regímenes incluso más bárbaros, absolutistas y pospolíticos”. Protegernos del fascismo islamista es proteger nuestras instituciones abiertas y democráticas -o lo que queda de ellas- del fascismo europeo. La islamofobia fascista, en Europa y en las “colonias”, es la gran fábrica de islamistas fascistas y una y otro son incompatibles con el derecho y la democracia, los únicos principios -que no “valores”- que podrían aún salvarnos. Buena parte de nuestras élites políticas e intelectuales están más bien interesadas en todo lo contrario.
Descansen en paz nuestros alegres y valientes compañeros bufones del Charlie Hebdo. Y que nadie en su nombre levante la mano contra un musulmán ni contra el derecho y la ética comunes. Esa sí sería la verdadera victoria de los fascismos de los dos lados.
http://www.rebelion.org/

viernes, 2 de enero de 2015

La Locura Racional de Israel

    En noviembre de 2012, Israel lanzó la Operación Pilar de Defensa - un asalto aéreo de ocho días en la franja de Gaza.

    En noviembre de 2012, Israel lanzó la Operación Pilar de Defensa - un asalto aéreo de ocho días en la franja de Gaza. | Foto: Alex Doherty

    En el momento que escribo esto, la violencia entre comunidades está aumentando en Jerusalén, y se habla mucho de la posibilidad de una tercera intifada lanzada desde el territorio ocupado de Cisjordania. El nuevo libro, de Norman Finkelstein, El Método y la Locura: La Historia Oculta de Agresiones de Israel contra Gaza, se centra, en cambio, donde el conflicto en los últimos años ha sido más visible - la Franja de Gaza. El libro detalla tres "guerras" de Israel en Gaza [1] - Operación Plomo (2008-09) Operación Pilar de Defensa (2012) y Operación Borde Protector (2014). El libro incluye material sustancial en el informe de 2009 de las Naciones Unidas, Misión para Investigar los Hechos en el Conflicto de Gaza (más comúnmente conocido como el informe Gold Stone). Y la retracción parcial del juez Richard Goldstone de sus conclusiones en abril de 2011. El libro también proporciona un análisis del asalto israelí al Mavi Marmara de la Flotilla de la Libertad en 2010.
    La 'Locura' del título se refiere a los ataques deliberados de Israel contra los civiles e infraestructuras civiles en el curso de sus ataques a Gaza. Aunque los ataques de Israel contra la población civil de Gaza están contribuyendo a la erosión gradual de la posición internacional de Israel, que son, como Finkelstein demuestra, no simplemente una expresión de la irracionalidad de una sociedad cada vez más fanática. Más bien Finkelstein muestra que la violencia está al servicio de una estrategia completamente racional vis a vis con los adversarios de Israel. Al participar en ataques periódicos de derramamiento de sangre, Israel busca restaurar su "capacidad de disuasión" en cuanto a sus enemigos estatales y no estatales. Israel utiliza simultáneamente la violencia para socavar las perspectivas de paz en términos que, dejando de lado la retórica, Israel encuentra inaceptable (la solución de dos estados en las fronteras de 1967).
    Plomo Fundido
    El primer ejemplo ilustrativo de la tesis de Finkelstein es la Operación Plomo Fundido (2008-09). Finkelstein localiza la causa del conflicto no en los ineficaces ataques con cohetes de Hamas (que Israel había provocado por romper el alto el fuego), sino en la necesidad de infundir miedo en Hamas y sus adversarios regionales tras la debacle de su guerra del 2006 contra Hezbolá, junto con la necesidad de evitar una ‘ofensiva de paz' de Hamas. La continua ocupación ilegal de Israel depende de la pretensión de que no tiene socios para la paz. Sin embargo, las acciones de Hamas antes de Plomo Fundido estaban haciendo que la ficción sea cada vez más difícil de mantener. Hamás había respetado el alto el fuego e (incluso a la vista de los altos funcionarios de inteligencia israelíes) se movía hacia la aceptación de la solución de dos estados en las fronteras del 67.
    Después de la conclusión del conflicto, el informe Goldstone describe Plomo Fundido como un "ataque deliberadamente desproporcionado diseñado para castigar, humillar y aterrorizar a la población civil". Sin embargo, como señala Finkelstein, uno no necesita consultar investigaciones de la ONU o el análisis de los recursos humanos de las organizaciones de derechos para obtener una buena imagen de lo que la operación llego a ser. Finkelstein cita los comentarios del entonces ministro de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni de Israel hacia el final de la operación:
    "Hamas entiende ahora que cuando disparas a los ciudadanos [de Israel] la respuesta será salvaje - y esto es una buena cosa... Israel demostró un real vandalismo durante el transcurso de la reciente operación reciente, vandalismo que yo exigí".
    Las estadísticas frías también dan una indicación bastante clara de la clase de “guerra” que fue Plomo Fundido - en el curso de la operación 1.400 palestinos murieron, entre ellos 300 niños. Israel, en cambio, sufrió diez bajas militares (cuatro de ellos debido a 'fuego amigo') y tres civiles muertos.
    En la primavera de 2011 el juez Richard Goldstone hizo una retractación parcial de las conclusiones del informe de la ONU que lleva su nombre. La justificación de Goldstone para su retractación fue que la nueva información que había salido a la luz desde la publicación del informe ponía sus conclusiones iniciales en tela de juicio. Sin embargo, como Finkelstein demuestra ampliamente. Qué más información salga a la luz, de hecho, sirvió para reforzar aún más las conclusiones del informe (que por cierto Goldstone y tres colegas más lo sostuvieron). Parece razonable suponer, como dice la crítica de Finkelstein, que la presión intensa a la que Goldstone fue sometido, a la estela del informe, fue la verdadera causa de tan inexplicable giro.
    Sangre en alta mar
    En 2010, la Flotilla de la Libertad Internacional navegó a Gaza en un esfuerzo por romper el bloqueo israelí - en vigor desde que Hamas comprobó un golpe a Fatah respaldado por Estados Unidos en 2007. En medio de la noche, los comandos israelíes bajaron sobre la cubierta del Mavi Marmara - un barco Turco que llevaba 10.000 toneladas de suministros y 700 pasajeros. En el transcurso de la operación, los soldados Israelíes mataron a ocho ciudadanos turcos y un turco-estadounidense. Como Finkelstein lo dice, Israel podría haber abordado el barco a la luz del día o deshabilitado la nave y remolcarla al puerto - pero puso en marcha una dramática incursión estilo comando en el medio de la noche. Finkelstein argumenta que las intenciones de Israel en la selección de este enfoque de mano dura fueron en primer lugar para aumentar los costes de la solidaridad internacional y en segundo lugar, para compensar los recientes reveses militares de Israel. Aunque parezca increíble, como relata Finkelstein, los Israelíes habían ensayado la redada durante semanas e incluso construyeron un modelo del Mavi Marmara, en preparación para su atrevida función. A pesar de sus planes mejor trazados, los comandos navales se las arreglaron para meter la pata en la misión - tres soldados fueron capturados por los pasajeros desarmados, y el incidente se convirtió en un desastre de relaciones públicas, embarazoso para Israel.
    Locura restringida
    En noviembre de 2012, Israel lanzó la Operación Pilar de Defensa - un asalto aéreo de ocho días en la franja de Gaza. La operación se inició con las afirmaciones inverosímiles habituales de las autoridades israelíes de que Israel estaba actuando puramente con el fin de defenderse de los cohetes de Hamas. Desde el comienzo de 2012 sólo un israelí había sido asesinado por los proyectiles Palestinos mientras 78 Palestinos habían muerto en ataques aéreos Israelíes (por no hablar del enorme sufrimiento infligido por tierra y el ilegal bloqueo marítimo). La verdadera razón del asalto de Israel fue un cambio en el equilibrio de poder en favor de Hamas. Lo primos ideológicos de Hamas en Egipto, la Hermandad Musulmana, habían llegado al poder, Turquía se había convertido en un crítico cada vez más vociferante de Israel y el emir de Qatar había visitado Gaza, prometiendo cientos de millones de dólares. Aunque el aumento de la respetabilidad internacional de Hamas fue la causa para el asalto de Israel, también tuvo el efecto de limitar el alcance de la agresión israelí. Como detalles Finkelstein, Turquía y Egipto dejaron claro que no iban a consentir una invasión terrestre israelí. El menor control punitivo de Egipto del paso de Rafah, hecho en el que los medios de comunicación internacionales tuvieron una fuerte presencia en el territorio. Además, en la estela del informe Goldstone, Israel realmente temía la posibilidad de que líderes israelíes sean acusados por la Corte Penal Internacional. En consecuencia 'sólo' setenta Palestinos murieron en el transcurso de la operación. El eventual cese del fuego fue una severa derrota para Israel - se pidió un alto el fuego mutuo, no el alto el fuego unilateral que Israel había querido. No incluyó ninguna condición previa respecto el arsenal de Hamas de cohetes, e incluía referencias veladas a levantar el bloqueo. El gobierno de Obama apoyó el texto del cese al fuego, no a causa de nuevos reparos con respecto a la violencia de su vasallo en Medio Oriente, sino debido a que la administración estaba cortejando al nuevo gobierno Egipcio.
    Escribiendo en 2012, sobre el cambio en el equilibrio de fuerzas en la región y las implicaciones que daban algo de esperanza a la lucha palestina Finkelstein, comentó: "Los días de la Operación Plomo Fundido han terminado". Lamentablemente eso fue decididamente prematuro. El golpe de Estado en Egipto, la disminución de preocupación Árabe por los Palestinos y el aumento de sus crisis domésticas, y el creciente aislamiento de Hamas preparó el escenario para el retorno a la violencia extrema de Plomo Fundido.
    Operación Borde Protector
    Una vez más, como describe Finkelstein, Israel lanzó la Operación Borde Protector en el contexto de la mejora de las perspectivas de paz. A finales de abril 2014 Hamas y Fatah habían formado un gobierno de unidad nacional, el que acordaba que Hamas no se oponga al apoyo del Presidente Abbas para las condiciones previas de Estados Unidos y de la UE para las negociaciones: el reconocimiento de Israel, la renuncia a la violencia y aceptar los acuerdos pasados. En junio tres adolescentes israelíes murieron en Cisjordania (donde, por supuesto, no habrían estado si Israel no habría transferido cientos de miles de israelíes para que ocupen ilegalmente el territorio). El asesinato de los tres adolescentes proporcionó el pretexto para cortar la cabeza a un verdadero proceso de paz. Una fracción rebelde del grupo Hamas sobre la que, como líderes israelíes sabían, los líderes de Hamas no tenían control, llevaron a cabo la atrocidad. Al igual que en el caso de la Operación Plomo Fundido, los Palestinos pagaron un peaje terrible - más de 2.000 Palestinos murieron, entre ellos 500 niños. Sin embargo, la mejora de las tácticas militares de Hamas infligieron una cifra significativa en el ejército Israelí - 66 soldados israelíes murieron en el curso de los combates.


    Finkelstein concluye su libro con una súplica apasionada a los Palestinos para participar en manifestaciones no violentas de masas para acabar con la ocupación. Hay que darle crédito que no se asusta en describir lo que esto realmente significa: el martirio de Palestina en una escala masiva con el fin de hacer que el apoyo internacional a Israel insostenible. Sin embargo, el mejor rendimiento del ala militar de Hamas durante la OPI probablemente alienta a Hamás a creer que la opción militar sigue siendo una estrategia viable.

    Cualquier defensor de los Palestinos va a ser una figura marginal dentro de la cultura política estadounidense, pero Finkelstein es probablemente más marginado de lo que ha sido nunca. Un fuerte crítico de la llamada solución de un solo Estado y los ambiguos objetivos del boicot, desinversión y sanciones (BDS), Finkelstein ha sido objeto de una gran cantidad de críticas por la mantener su posición.
    Independientemente de lo que uno piense de la postura de Finkelstein sobre la solución al conflicto, o su visión de BDS, sigue siendo uno de los críticos más perceptivos de la ocupación cada vez más bárbara de Israel de Gaza y Cisjordania. Sería una tragedia menor si su último libro llegara a ser ignorado porque sus puntos de vista sobre una solución al conflicto están fuera de moda.
    El libro está disponible aquí. http://www.orbooks.com/catalog/method-madness/?utm_source=telesur&utm_medium=review&utm_campaign=method_and_madness


    Alex Doherty es un co-fundador del Proyecto de la Nueva Izquierda y estudiante graduado en el departamento de Estudios de Guerra del King College de Londres. Ha escrito para Z Magazine y Open Democracy, entre otras publicaciones. Lo puedes seguir en twitter @ alexdoherty7
    http://www.telesurtv.net/opinion/La-Locura-Racional-de-Israel-20141228-0028.html