Por:
Abdullah Al-Kahwagi
Mucha gente llama “terroristas” a personas que visten túnicas, usan, turbante o hablan árabe. Nada más alejado de la realidad.
La Voz del Árabe (LVÁ) – Cd. de México, mayo 17 del 2016 –
Mucho se habla y se habla de más, he escuchado a mucha gente decir que
sólo porque es musulmán ya es un terrorista, esto es una bil mentira,
siempre lo ha sido y digo porque medios información con sello sionista
estadounidense lo han dicho siempre, así lo han hecho creer a todo el
mundo, para confundir a un musulmán o persona del Medio Oriente con un
terrorista, esto no debe de ser así, el Musulmán, ya sea chií o suní es
gente buena, de paz, no quiere guerra y sólo pide respeto, pero insisto
como siempre lo he dicho, los medios sionistas han dedicado muchísimo
tiempo en denigrar a los musulmanes a terroristas, desde guerras con
antepasados se empezó a decir esto para tan sólo quedarse con tierras y
petróleo, agua y muchas cosas más, como fueron guerras del siglo pasado,
pero hoy será diferente.
Estos
medios electrónicos nos permiten hablar bien lo que es bueno y mal de
lo no es bueno, y en este caso debemos aprender a diferenciar lo que es
cada uno de los árabes que no lo son todos, no todos los árabes son
musulmanes y no todos los musulmanes son árabes, hay países en el mundo
que sus habitantes son muchos más musulmanes que toda población del
Mundo Árabe, sólo para empezar, por eso aquí presento esta pequeña
investigación que logré de varias agencias y páginas profesionales,
espero despejen dudas y aclaren realmente cómo este lío de tan sólo
palabras que no se comprenden y emplean mal, aquí se aclara.
Empezamos
preguntando ¿sabes la diferencia?, porque no es lo mismo un árabe que
un musulmán, ni un yihadista que un islamista, aquí te explicamos en qué
se parecen, qué los diferencia y la importancia de poder y saber
diferenciarlos.
Un
grupo de jóvenes camina por Polanco. Observa a un hombre vestido
de negro, con kipá y barba larga. “Vámonos, no nos vaya a aventar
una bomba”, dice uno de ellos. Evidentemente no sabía que el sujeto que
miraba era un judío ortodoxo, que nada tiene que ver con el islam ni con
el terrorismo.
Mucha gente llama “terroristas” a personas que visten túnicas, usan turbante o hablan árabe. Nada más alejado de la realidad. En tiempos de atentados constantes por parte de Daesh, resulta fundamental alejarse de los estereotipos y los juicios fáciles. Ante todo, hay que saber diferenciarlos.
Las palabras “árabe”, “musulmán”, “islamista”, “moro” y “yihadista” no son sinónimos. Cada vocablo designa a un grupo con costumbres, ideas y formas de vida distintas.
Mucha gente llama “terroristas” a personas que visten túnicas, usan turbante o hablan árabe. Nada más alejado de la realidad. En tiempos de atentados constantes por parte de Daesh, resulta fundamental alejarse de los estereotipos y los juicios fáciles. Ante todo, hay que saber diferenciarlos.
Las palabras “árabe”, “musulmán”, “islamista”, “moro” y “yihadista” no son sinónimos. Cada vocablo designa a un grupo con costumbres, ideas y formas de vida distintas.
ÁRABE: Se
utiliza este término para referirse a todas las personas que nacen en
países en donde el árabe es la lengua oficial, independientemente de su
religión o ideas políticas.
Se trata, en suma, de una palabra que designa a un grupo etnolingüístico. O sea que puede haber árabes cristianos, árabes musulmanes o incluso árabes ateos. El hecho de haber nacido en un país árabe no los obliga a practicar un dogma ni los convierte en conservadores. Hay, de hecho, gente que comulga con la democracia, aunque muchas veces sus gobiernos lo prohíban.
Originalmente, sólo eran considerados árabes aquellos que nacieran en la Península Arábiga, pero desde el siglo VIII este idioma se ha extendido a diversas partes del mundo, como Medio Oriente y el norte de África.
En Marruecos, por ejemplo, no todos los habitantes son árabes. Alrededor del 35 por ciento son bereberes. Lo mismo sucede, aunque en menor medida, en países como Argelia o Túnez. Así que nadie se extrañe si un día se encuentra a un árabe rezando el Padre Nuestro en la Catedral de San Patricio de Nueva York. Es perfectamente normal.
Se trata, en suma, de una palabra que designa a un grupo etnolingüístico. O sea que puede haber árabes cristianos, árabes musulmanes o incluso árabes ateos. El hecho de haber nacido en un país árabe no los obliga a practicar un dogma ni los convierte en conservadores. Hay, de hecho, gente que comulga con la democracia, aunque muchas veces sus gobiernos lo prohíban.
Originalmente, sólo eran considerados árabes aquellos que nacieran en la Península Arábiga, pero desde el siglo VIII este idioma se ha extendido a diversas partes del mundo, como Medio Oriente y el norte de África.
En Marruecos, por ejemplo, no todos los habitantes son árabes. Alrededor del 35 por ciento son bereberes. Lo mismo sucede, aunque en menor medida, en países como Argelia o Túnez. Así que nadie se extrañe si un día se encuentra a un árabe rezando el Padre Nuestro en la Catedral de San Patricio de Nueva York. Es perfectamente normal.
MUSULMÁN:
Éste sí es un término religioso. Se le llama musulmán a todo aquel que
practica el islam y basa sus creencias en El Corán. Pero ojo: ser
musulmán no implica ser fanático; mucho menos terrorista. Hay muchas
formas de practicar el islam. Las costumbres de los fieles cambian según
el país de origen, la raza o incluso la condición social.
Actualmente existen alrededor de mil 600 millones de musulmanes en el mundo, pero sólo el 20 por ciento de ellos son árabes. Según un estudio del Pew Research Center, en 2050 la comunidad musulmana alcanzará un total de 2760 millones de fieles, casi el mismo número que los seguidores de Jesucristo. Los países con mayor población musulmana son Indonesia, Pakistán, India y Bangladesh.
Usualmente se agrupa a los musulmanes en dos grandes ramas, que a su vez se dividen en diferentes escuelas. Todos creen en Allah como ser supremo.
*Suníes (sunismo): creen en Mahoma como profeta
*Chiitas (chiísmo): creen en Mahoma, pero también en su sucesor Ali.
*Jariyíes (Jariyismo): creen en Mahoma, pero no en Ali. Consideran que su califa no debe ser descendiente de nadie divino, sino de cualquier persona, “incluso un esclavo negro”. Conforman una comunidad muy pequeña que sólo habita en Omán.
¡PERO CUIDADO CON EL WAHABISMO!: Una de las corrientes del sunismo más radical es el wahabismo, que a menudo suele ser considerado el dogma ideológico de ISIS, explica el escritor y conocedor de la cultura musulmana Alberto Ruy Sánchez. Sus seguidores también son conocidos como “salafistas”.
“La cultura salafista es integrista, militante y pedestre. Es la manifestación más radical del islam y una secta fundamentalista que se expande en el mundo gracias al apoyo económico de los reinos petroleros, que a su vez son tolerados por los países occidentales como Estados Unidos, Francia o Inglaterra”, explica Ruy Sánchez. El salafismo –asegura– es un dogma que se propaga lentamente por el mundo. “El veneno es el salafismo. Ésa es la enfermedad que padece el islam y el resto del mundo”, advierte.
“Ellos están imitando al islam militante del primer siglo. Tienen una mentalidad expansionista. Su perspectiva es la sumisión. Para ellos, que una mujer use perfume es igual a fornicación. Están en contra de todo lo que amenace sus creencias”, señala el ensayista Sandro Cohen. Los terroristas que mataron a 130 personas en París el pasado 13 de noviembre de 2015 se declaraban practicantes del salafismo-wahabismo.
Actualmente existen alrededor de mil 600 millones de musulmanes en el mundo, pero sólo el 20 por ciento de ellos son árabes. Según un estudio del Pew Research Center, en 2050 la comunidad musulmana alcanzará un total de 2760 millones de fieles, casi el mismo número que los seguidores de Jesucristo. Los países con mayor población musulmana son Indonesia, Pakistán, India y Bangladesh.
Usualmente se agrupa a los musulmanes en dos grandes ramas, que a su vez se dividen en diferentes escuelas. Todos creen en Allah como ser supremo.
*Suníes (sunismo): creen en Mahoma como profeta
*Chiitas (chiísmo): creen en Mahoma, pero también en su sucesor Ali.
*Jariyíes (Jariyismo): creen en Mahoma, pero no en Ali. Consideran que su califa no debe ser descendiente de nadie divino, sino de cualquier persona, “incluso un esclavo negro”. Conforman una comunidad muy pequeña que sólo habita en Omán.
¡PERO CUIDADO CON EL WAHABISMO!: Una de las corrientes del sunismo más radical es el wahabismo, que a menudo suele ser considerado el dogma ideológico de ISIS, explica el escritor y conocedor de la cultura musulmana Alberto Ruy Sánchez. Sus seguidores también son conocidos como “salafistas”.
“La cultura salafista es integrista, militante y pedestre. Es la manifestación más radical del islam y una secta fundamentalista que se expande en el mundo gracias al apoyo económico de los reinos petroleros, que a su vez son tolerados por los países occidentales como Estados Unidos, Francia o Inglaterra”, explica Ruy Sánchez. El salafismo –asegura– es un dogma que se propaga lentamente por el mundo. “El veneno es el salafismo. Ésa es la enfermedad que padece el islam y el resto del mundo”, advierte.
“Ellos están imitando al islam militante del primer siglo. Tienen una mentalidad expansionista. Su perspectiva es la sumisión. Para ellos, que una mujer use perfume es igual a fornicación. Están en contra de todo lo que amenace sus creencias”, señala el ensayista Sandro Cohen. Los terroristas que mataron a 130 personas en París el pasado 13 de noviembre de 2015 se declaraban practicantes del salafismo-wahabismo.
ISLAMISTA:
El término es más político. Suele ser utilizado para referirse a
aquella persona –musulmana o no– que promueve la adaptación de la vida
política, cultural y económica del mundo a los mandatos del Corán. En el
Islamismo hay corrientes moderadas y radicales. A este segundo
grupo pertenecen organizaciones como Al Qaeda, ISIS, Boko Haram, Hamás y
Hezbollah.
Ejemplos de islamistas violentos: Abdelhamid Abaaoud, principal responsable de los atentados en París del 13-N; Osama Bin Laden, ex líder de Al Qaeda, y Hasan Nasrallah, líder de Hezbollah.
YIHADISTA: Es un término creado en Occidente para nombrar al islamista que comete actos terroristas en nombre de Alá. En árabe, “Yihad” significa Guerra Santa.
Por esta razón los medios de comunicación llamaron "yihadistas" a las personas que atacaron diversos puntos de Bruselas, y dejaron al menos 30 muertos y más de 200 heridos.
Ejemplos de islamistas violentos: Abdelhamid Abaaoud, principal responsable de los atentados en París del 13-N; Osama Bin Laden, ex líder de Al Qaeda, y Hasan Nasrallah, líder de Hezbollah.
YIHADISTA: Es un término creado en Occidente para nombrar al islamista que comete actos terroristas en nombre de Alá. En árabe, “Yihad” significa Guerra Santa.
Por esta razón los medios de comunicación llamaron "yihadistas" a las personas que atacaron diversos puntos de Bruselas, y dejaron al menos 30 muertos y más de 200 heridos.
LVÁ publicó este artículo para denotar la diferencia: LA GUERRA SANTA ISLAMICA, LA YIHAD: LA GRAN MENTIRA
MORO: Para empezar, los moros ya no existen. Hoy sólo queda la palabra, que actualmente es utilizada de forma peyorativa para referirse a cualquier musulmán, principalmente a aquellos que provienen del norte de África. En el siglo VIII, los españoles llamaban “moros” a los musulmanes que habían conquistado sus tierras, que fueron anexionadas al Califato Omeya bajo el nombre de al-Andalus.
Saludos desde algún lugar de América…
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su autor y no representan necesariamente el punto de vista de La Voz del Árabe.
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