martes, 17 de mayo de 2016

¿ARABE, MUSULMAN O ISLAMISTA?: LAS DIFERENCIAS

Por:
Abdullah Al-Kahwagi
Mucha gente llama “terroristas” a personas que visten túnicas, usan, turbante o hablan árabe. Nada más alejado de la realidad.

La Voz del Árabe (LVÁ) – Cd. de México, mayo 17 del 2016 – Mucho se habla y se habla de más, he escuchado a  mucha gente decir que sólo porque es musulmán ya es un terrorista, esto es una bil mentira, siempre lo ha sido y digo porque medios información con sello sionista estadounidense lo han dicho siempre, así lo han hecho creer a todo el mundo, para confundir a un musulmán o persona del Medio Oriente con un terrorista, esto no debe de ser así, el Musulmán, ya sea chií o suní es gente buena, de paz, no quiere guerra y sólo pide respeto, pero insisto como siempre lo he dicho, los medios sionistas han dedicado muchísimo tiempo en denigrar a los musulmanes a terroristas, desde guerras con antepasados se empezó a decir esto para tan sólo quedarse con tierras y petróleo, agua y muchas cosas más, como fueron guerras del siglo pasado, pero hoy será diferente.


Estos medios electrónicos nos permiten hablar bien lo que es bueno y mal de lo no es bueno, y en este caso debemos aprender a diferenciar lo que es cada uno de los árabes que no lo son todos, no todos los árabes son musulmanes y no todos los musulmanes son árabes, hay países en el mundo que sus habitantes son muchos más musulmanes que toda población del Mundo Árabe, sólo para empezar, por eso aquí presento esta pequeña investigación que logré de varias agencias y páginas profesionales, espero despejen dudas y aclaren realmente cómo este lío de tan sólo palabras que no se comprenden y emplean mal, aquí se aclara.

Empezamos preguntando ¿sabes la diferencia?, porque no es lo mismo un árabe que un musulmán, ni un yihadista que un islamista, aquí te explicamos en qué se parecen, qué los diferencia y la importancia de poder y saber diferenciarlos.

Un grupo de jóvenes camina por Polanco. Observa a un hombre vestido de negro, con kipá y barba larga. “Vámonos, no nos vaya a aventar una bomba”, dice uno de ellos. Evidentemente no sabía que el sujeto que miraba era un judío ortodoxo, que nada tiene que ver con el islam ni con el terrorismo.

Mucha gente llama “terroristas” a personas que visten túnicas, usan turbante o hablan árabe. Nada más alejado de la realidad. En tiempos de atentados constantes por parte de Daesh, resulta fundamental alejarse de los estereotipos y los juicios fáciles.  Ante todo, hay que saber diferenciarlos.

Las palabras “árabe”, “musulmán”, “islamista”, “moro” y “yihadista” no son sinónimos. Cada vocablo designa a un grupo con costumbres, ideas y formas de vida distintas.

ÁRABE: Se utiliza este término para referirse a todas las personas que nacen en países en donde el árabe es la lengua oficial, independientemente de su religión o ideas políticas.

Se trata, en suma, de una palabra que designa a un grupo etnolingüístico. O sea que puede haber árabes cristianos, árabes musulmanes o incluso árabes ateos. El hecho de haber nacido en un país árabe no los obliga a practicar un dogma ni los convierte en conservadores. Hay, de hecho, gente que comulga con la democracia, aunque muchas veces sus gobiernos lo prohíban.

Originalmente, sólo eran considerados árabes aquellos que nacieran en la Península Arábiga, pero desde el siglo VIII este idioma se ha extendido a diversas partes del mundo, como Medio Oriente y el norte de África.

En Marruecos, por ejemplo, no todos los habitantes son árabes. Alrededor del 35 por ciento son bereberes. Lo mismo sucede, aunque en menor medida, en países como Argelia o Túnez. Así que nadie se extrañe si un día se encuentra a un árabe rezando el Padre Nuestro en la Catedral de San Patricio de Nueva York. Es perfectamente normal.

 

MUSULMÁN: Éste sí es un término religioso. Se le llama musulmán a todo aquel que practica el islam y basa sus creencias en El Corán. Pero ojo: ser musulmán no implica ser fanático; mucho menos terrorista. Hay muchas formas de practicar el islam. Las costumbres de los fieles cambian según el país de origen, la raza o incluso la condición social.

Actualmente existen alrededor de mil 600 millones de musulmanes en el mundo, pero sólo el 20 por ciento de ellos son árabes. Según un estudio del Pew Research Center, en 2050 la comunidad musulmana alcanzará un total de 2760 millones de fieles, casi el mismo número que los seguidores de Jesucristo. Los países con mayor población musulmana son Indonesia, Pakistán, India y Bangladesh.

Usualmente se agrupa a los musulmanes en dos grandes ramas, que a su vez se dividen en diferentes escuelas. Todos creen en Allah como ser supremo.

*Suníes (sunismo): creen en Mahoma como profeta
*Chiitas (chiísmo): creen en Mahoma, pero también en su sucesor Ali.
*Jariyíes (Jariyismo): creen en Mahoma, pero no en Ali. Consideran que su califa no debe ser descendiente de nadie divino, sino de cualquier persona, “incluso un esclavo negro”. Conforman una comunidad muy pequeña que sólo habita en Omán.


¡PERO CUIDADO CON EL WAHABISMO!: Una de las corrientes del sunismo más radical es el wahabismo, que a menudo suele ser considerado el dogma ideológico de ISIS, explica el escritor y conocedor de la cultura musulmana Alberto Ruy Sánchez. Sus seguidores también son conocidos como “salafistas”.

“La cultura salafista es integrista, militante y pedestre. Es la manifestación más radical del islam y una secta fundamentalista que se expande en el mundo gracias al apoyo económico de los reinos petroleros, que a su vez son tolerados por los países occidentales como Estados Unidos, Francia o Inglaterra”, explica Ruy Sánchez. El salafismo –asegura– es un dogma que se propaga lentamente por el mundo. “El veneno es el salafismo. Ésa es la enfermedad que padece el islam y el resto del mundo”, advierte.

“Ellos están imitando al islam militante del primer siglo. Tienen una mentalidad expansionista. Su perspectiva es la sumisión. Para ellos, que una mujer use perfume es igual a fornicación. Están en contra de todo lo que amenace sus creencias”, señala el ensayista Sandro Cohen. Los terroristas que mataron a 130 personas en París el pasado 13 de noviembre de 2015 se declaraban practicantes del salafismo-wahabismo.

 

ISLAMISTA: El término es más político. Suele ser utilizado para referirse a aquella persona –musulmana o no– que promueve la adaptación de la vida política, cultural y económica del mundo a los mandatos del Corán. En el Islamismo hay corrientes moderadas y radicales. A este segundo grupo pertenecen organizaciones como Al Qaeda, ISIS, Boko Haram, Hamás y Hezbollah.

Ejemplos de islamistas violentos: Abdelhamid Abaaoud, principal responsable de los atentados en París del 13-N; Osama Bin Laden, ex líder de Al Qaeda, y Hasan Nasrallah, líder de Hezbollah.


YIHADISTA: Es un término creado en Occidente para nombrar al islamista que comete actos terroristas en nombre de Alá. En árabe, “Yihad” significa Guerra Santa.
Por esta razón los medios de comunicación llamaron "yihadistas" a las personas que atacaron diversos puntos de Bruselas, y dejaron al menos 30 muertos y más de 200 heridos.
LVÁ publicó este artículo para denotar la diferencia: LA GUERRA SANTA ISLAMICA, LA YIHAD: LA GRAN MENTIRA

MORO: Para empezar, los moros ya no existen. Hoy sólo queda la palabra, que actualmente es utilizada de forma peyorativa para referirse a cualquier musulmán, principalmente a aquellos que provienen del norte de África. En el siglo VIII, los españoles llamaban “moros” a los musulmanes que habían conquistado sus tierras, que fueron anexionadas al Califato Omeya bajo el nombre de al-Andalus.

Saludos desde algún lugar de América…
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Las declaraciones y opiniones expresadas en esta publicación son exclusiva responsabilidad de
su autor y no representan necesariamente el punto de vista de La Voz del Árabe. 
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lunes, 16 de mayo de 2016

Sykes - Picot o el huevo de la serpiente

Por Guadi Calvo.
Quien quiera comprender las razones de las crónicas crisis esencialmente bélicas y de gobernabilidad que vive Medio Oriente tendrá que remontarse al acuerdo firmado de manera secreta entre los gobiernos de Gran Bretaña y Francia el 16 de mayo de 1916 conocido como el “Acuerdo Sykes-Picot”, aunque su nombre oficial es “Acuerdo de Asia Menor”.
Al británico Mark Sykes, teniente coronel, perteneciente al partido conservador y al abogado y diplomático francés François Georges Picot, les fue encomendado por sus respectivos gobiernos la misión de llegar a un acuerdo, que entraría en vigencia tras la caída del Imperio Otomano, aliado entonces, en el marco de la Primera Guerra Mundial, a Alemania y al Imperio Austro-Húngaro.
De este pacto había formado parte el Imperio Ruso representando por su ministro de exteriores Serguei Sazonov, pero el triunfo de la Revolución Bolchevique, no solo hizo que Rusia se abstuviera de las “ventajas” de las negociaciones, sino que también lo denunciara internacionalmente en diarios Izvestia y Pravda el 23 de noviembre de 1917, para que tres días más tarde el informe replicara en The Manchester Guardian.
Para gran sorpresa entre otros, además de los árabes, del presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, a quien le habían ocultado tanto Londres como Paris, las negociaciones que se venían llevando a cabo y que iban a acabar con seiscientos años de sultanato
El acuerdo Sykes-Picot dividía el Imperio Otomano, en el que desde 1909 reinaba el sultán Mehmed V, con una línea que unía Acre (Palestina) y Kirkuk (Irak): el norte sería para Francia; el sur, para Reino Unido, creado cinco zonas políticas y económicas de control o influencia de las dos naciones firmantes.
El Reino Unido se adjudicó los territorios que hoy se conocen como Jordania, el sur de Irak con Bagdad y Basora, que incluía una salida al golfo Pérsico y los puertos palestinos de Haifa y Acre. El resto de Palestina se dejó en una zona internacional cuyo control quedaba a las órdenes de la Sociedad de Naciones, antecedente de la actual Organización de Naciones Unidas (ONU) situada en Cisjordania y Palestina, cuyo centro era Jerusalén.
Los franceses obtuvieron el sureste de Turquía, el norte de Irak, Siria desde Mosul a Damasco, con la inclusión de Beirut en el actual Líbano con salida al Mediterráneo.
El arregló se fraguó sin considerar a su población, ni las cuestiones étnicas o religiosas, lo que todavía se sigue pagando con altísimo costo de vidas humanas.
A Rusia le hubiera correspondido Constantinopla, los estrechos del Bósforo y el de Dardanelos, Armenia y Kurdistán, los que nunca llegó a controlar por el estallido de la revolución en febrero de 1917.
Los británicos fueron quienes más habían bregaron por deponer a los otomanos del control de sus últimos bastiones de su gigantesco imperio.
El abril de1917 se firma el acuerdo de Saint-Jean-de-Maurienne con Italia, por el entonces Reino obtenía también algunas pequeñas concesiones territoriales.
Para conseguir la insubordinación de las tribus, los británicos habían establecido una alianza con el jerife de la Meca, Husayn ibn Ali, de la dinastía Hashemita, y con su hijo Faisal, a quién Londres había prometido la creación de un Estado Árabe.
Las acciones contra el sultán Mehmed V, en la modalidad de guerras de guerrillas las dirigió el mítico coronel Thomas Edward Lawrence (Lawrence de Arabia) agente de los servicios secretos británicos. El plan era conseguir el levantamiento de las diferentes tribus árabes que habitaban el territorio para el derrocamiento de Mehmed V y la conformación de un Estado Árabe unificado o una confederación de Estados Árabes, con capital en Damasco.
El testimonio de estas promesas ha quedado en la correspondencia mantenida durante 1915 y 1916 entre Husayn y Sir Henry McMahon, el alto comisionado británico en Egipto.
La salida de Moscú del acuerdo anglo-francés y el triunfo del movimiento nacional turco, en 1920 liderado por Mustafa Kemal Atatürk que convocó una Asamblea Nacional en Ankara que no reconoció el tratado y una posterior guerra civil que terminó con el sultanato y el califato y la creación de una república, que consiguió mantener la península de Anatolia y Estambul y obligó a los aliados a negociar de nuevo en Lausana en 1923.
A consecuencia, de la victoria de Atatürk, es que la nación Kurda que negociaba por su parte la recuperación de sus ancestrales territorios ha quedado eternamente postergada.
Los kurdos habían presentado en la Conferencia de París, de 1919, un mapa del Kurdistán que comprendía las regiones Kurdas de Turquía, Irak, Siria y Persia, el actual Irán, pero Turquía impidió la existencia del Kurdistán.
En noviembre de 1917, al acuerdo Sykes-Picot se le incorpora la conocida y controversial “Declaración Balfour”, una carta del entonces Secretario de Relaciones Exteriores británico, Arthur James Balfour, bajó presión del barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía británica.
En el escrito de Balfour se dejaba abierta las perspectiva de la fundación de un estado judío, y acordaba: “Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina”. Lo que abrió la inmigración judía a los territorios Palestinos iniciando un conflicto que hasta hoy no se resuelve y ha dejado un incalculable número de muertos y una serie de guerras que todavía siguen con menor o mayor intensidad siempre activas.
En tanto Faisal, el hijo de Husayn aprovechó el vacío de poder tras la derrota otomana y para declarar el tan anhelado Reino Árabe en 1918, que fue rápidamente abolido por Francia en 1920.
Lo que quedo y lo que vendrá.
Edward Said en Cultura e imperialismo dice “Los occidentales pueden haber abandonado físicamente sus colonias en África y en Asia, pero las han conservado no sólo como mercados sino como puntos de un mapa ideológico sobre el que siguen gobernando moral e intelectualmente”, la Primavera Árabe puesta en marcha en 2011, es la confirmación de la afirmación del intelectual palestino.
Nadie tiene dudas que tanto Sykes, como Picot, conocían perfectamente la situación social, política y militar en Medio Oriente y los acuerdos alcanzados por Lawrence y aliados árabes, lo que hace todavía más espurio el tratado y deja en claro la intencionalidad imperial tanto de Londres como de Paris.
En el palacio de Versalles, durante la conferencia de San Remo y el tratado de Sèvres (1920) se concretaron los acuerdos secretos que habían alcanzado Sykes y Picot: Reino Unido, representado por Lloyd George, añadió Mosul y creó Irak como estado, al tiempo que Francia, en la figura de Georges Clemenceau, cedía una pequeña porción de su territorio y establecía las actuales fronteras de Siria y Líbano. Transjordania (Tierra de más allá del Jordán) finalmente fue separada de Palestina y entregada a Abd Allah ibn Husayn, hijo de Husayn ibn Ali, con lo que se terminaría por conformar Jordania.
El nefasto y muy oscuro trío de Sykes, Picot y Balfour, se convertirían en los verdugos de miles de árabes, que hasta hoy siguen siendo ejecutados tan solo por existir.
Países artificialmente creados, sin fundamentos históricos, en tierras y pueblos milenarios como hoy son naciones como: Arabia Saudita, Siria, Jordania, Líbano, Turquía, Israel, Irak e Irán, padecerán por décadas las gentilezas de estos “buenos” señores, que han sembrado el huevo de la serpiente, de donde emerge un mal tan descomunal como infinito.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.

domingo, 15 de mayo de 2016

Datos interesantes: La Nakba Palestina

La Nakba, fue un acto deliberado y sistemático necesario para la creación de un estado de mayoría judía en la Palestina histórica, que era mayoritariamente árabe antes de 1948.


Foto: combatientes de la Haganah expulsan a los palestinos de Haifa, el  12 de mayo de 1948. (AFP / Getty Images)
Para mayor información, consulte las  hojas informativas publicadas anteriormente por IMEU,  La Nakba: 65 años de despojo y Apartheid, y El 65 aniversario de la adopción del Plan Dalet.
Datos generales y cifras
- La  "Nakba" palestina (“catástrofe" en árabe) se refiere a la expulsión masiva de palestinos árabes de laPalestina del mandato británico durante la creación de Israel (1947-1949).
- La Nakba no fue un resultado involuntario de la guerra. Fue un acto deliberado y sistemático necesario para la creación de un estado de mayoría judía en la Palestina histórica, que era mayoritariamente árabe antes de 1948. Internamente, los líderes judíos sionistas utilizan el eufemismo "transferencia" cuando se habla de estos planes, pero hoy son calificados como "limpieza étnica".
- Las raíces de la Nakba radica en la aparición del sionismo político en la Europa del siglo 19, cuando algunos Judíos, influidos por el nacionalismo que entonces barría el continente, llegaron a la conclusión de que la solución a siglos de persecución antisemita en Europa y Rusia era la creación de un estado para los judíos en Palestina y empezó la emigración como colonos a la Tierra Santa, desplazando a los palestinos indígenas en el proceso.
- En noviembre de 1947, a raíz de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el genocidio nazi de los judíos de Europa, la recién creada Organización de las  Naciones Unidas aprobó un plan para particionar el Mandato de Palestina en un estado judío y otro árabe. Se asigna aproximadamente el 55% de los terrenos a la propuesta de estado judío, aunque los judíos sionistas poseían sólo el 7% de la tierra privada en Palestina y representaban sólo alrededor del 33% de la población, un gran porcentaje de los cuales eran inmigrantes recientes de Europa. El estado árabe palestino se iba a crear en el 42% del Mandato de Palestina, con Jerusalén convirtiéndose en una ciudad internacional. (Ver el mapa del plan de partición y las posteriores líneas de armisticio de 1949).

- Casi inmediatamente después de la aprobación del plan de partición, estalló la violencia y comenzó las expulsiones masivas de palestinos, mucho antes de que los ejércitos de los Estados árabes vecinos se involucraran. Cuando la expansión fue terminada por las fuerzas sionistas, el nuevo estado de Israel comprendía el 78% de la Palestina histórica, y el resto, Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y la Franja, cayendo bajo el control de Jordania y Egipto, respectivamente. En la guerra de 1967, Israel ocupó el 22% restante y se inició la colonización de ellos poco después.
- La Nakba no terminó en 1948 sino que continúa hasta el día de hoy, en forma de un robo continuo por parte de Israel de tierras palestinas para los asentamientos y comunidades judías en Israel, la destrucción de viviendas y tierras agrícolas palestinas, la revocación de los derechos de residencia, las deportaciones, losbrutales periódicos ataques militares que provocan bajas civiles en masa como el que tuvo lugar en Gaza en el verano de 2014, y la negación del derecho internacionalmente reconocido del retorno a millones de refugiados palestinos apátridas.
La Nakba por números
- Entre 750.000 y un millón: El número de palestinos expulsados y refugiados por los paramilitares sionistas, y, posteriormente, por las fuerzas israelíes, durante la creación de Israel en 1947 hasta 1949.
- Entre 250.000 y 350.000: El número de palestinos expulsados de sus hogares por los paramilitares sionistas entre la aprobación del plan de partición de las Naciones Unidas en noviembre de 1947 y  la declaración de independencia de Israel el 15 de Mayo de 1948,  antes del inicio de la guerra con los Estados árabes vecinos.
Aproximadamente 7,1 millones: El número de refugiados y desplazados palestinos a partir del año  2009, incluyendo supervivientes de la Nakba y sus descendientes. Ellos se encuentran principalmente en la ocupada Cisjordania y en los países árabes vecinos como Líbano, Jordania y Siria, negaron su derecho legal internacionalmente reconocido de regresar a su tierra por parte de Israel, simplemente porque no son judíos.
Aproximadamente 150.000: El número de palestinos que permanecieron dentro de lo que se convirtió en las fronteras de Israel en 1948, muchos de ellos desplazados internamente. Estos palestinos (a veces llamados "árabes israelíes") se les concedió la ciudadanía israelí, pero despojados de la mayor parte de su tierra y se ubicaron bajo la ley marcial hasta 1966. Hoy en día, hay aproximadamente 1,6 millones de ciudadanos palestinos de Israel, que viven como ciudadanos de segunda clase en su propia tierra, sujetos a más de 50 leyesque discriminan contra de ellos porque no son judíos.
Al menos dos docenas: El número de masacres a civiles palestinos realizadas por las fuerzas israelíes y sionistas, que desempeñó un papel crucial en la estimulación de la masiva huida de palestinos de sus hogares.
- Aproximadamente 100El número de civiles palestinos, entre ellos mujeres y niños, asesinados en la localidad de Deir Yassin el 9 de abril de 1948, por miembros del Irgún y Stern Gang, organizaciones terroristas sionistas pre-estatales encabezados por los futuros primeros ministros de Israel Menachem Begin y Isaac Shamir, respectivamente.
Más de 400El número de ciudades y pueblos destruidos sistemáticamente por las fuerzas israelíes o repoblados con judíos entre 1948 y 1950. La mayoría de los centros de población palestina, incluyendo casas, negocios, lugares de culto y vibrantes centros urbanos palestinos, fueron demolidas para impedir el regreso de sus propietarios palestinos, ahora refugiados fuera de las fronteras previas a 1967 de Israel, o internamente desplazadas en el interior de ellos. (Pinchar aquí para ver el mapa interactivo de los centros de población palestinos destruidos durante la creación de Israel.)
Aproximadamente 4.244.776: El número de acres de tierra palestina expropiadas por Israel durante e inmediatamente después de su creación en 1948.
- Entre 100 200 mil millonesSe estima que es la pérdida monetaria total de los palestinos desposeídos durante la creación de Israel, en dólares corrientes.
Copyleft: Toda reproducción de este artículo debe contar con el enlace al original inglés y a la traducción de Palestinalibre.org
Fuente: IMEU / Traducción: Palestinalibre.org
http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=61069
http://imeu.org/article/quick-facts-the-palestinian-nakba

martes, 10 de mayo de 2016

A 100 años del Acuerdo Sykes-Pikot, nada que festejar



El próximo 16 de mayo se cumple el centenario del acuerdo negociado secretamente entre los negociadores Mark Sykes y François Georges-Picot, por Gran Bretaña y Francia, respectivamente (1). Este acuerdo, negociado en medio de la Primera Guerra Mundial, tenía el objetivo de delimitar las respectivas zonas de influencias francobritánicas en buena parte del Imperio Otomano, que luchaba del lado de las potencias centrales en dicha conflagración.
La contienda mundial había alcanzado o amenazaba alcanzar zonas estratégicas para los grandes imperios europeos, particularmente para el británico, como las regiones petroleras del Golfo Pérsico, el canal de Suez, la ruta a la India, etc. Sumado a esto, el hecho que las huestes del Sultán otomano se hayan involucrado en el conflicto del bando contrario, motivaron una serie de acuerdos con los nacientes movimientos nacionalistas árabes, ubicados desde la península arábiga hasta Siria e Irak, para contribuir a minar los ya endebles cimientos sobre los que apoyaba el Imperio con  base en Constantinopla.
En este contexto, y ante la cierta posibilidad de la derrota de las potencias centrales, y por ende del desmoronamiento territorial del Imperio Otomano, los aliados europeos prestamente acordaron delimitar las esferas de influencia en caso de que el final de aquel imperio finalmente se produjera.
En medio del estancamiento de la guerra, y la reducción de la acción bélica a las trincheras en el escenario europeo occidental, la febril actividad diplomática británica aseguró en forma paralela el respaldo a la autonomía de los inquietos movimientos nacionalistas árabes (2), defendió la idea de la creación de un Hogar Nacional Judío en  el territorio histórico de Palestina (3), y acordó en forma secreta con su par francesa zonas de acción directa e influencia en el Creciente Fértil.
Efectivamente, el acuerdo en cuestión – negociado desde finales de 1915 y cerrado en mayo de 1916 – repartía la amplia región delimitada por el Mediterráneo oriental, el Golfo Pérsico, Persia y Anatolia, entre zonas de control directo para cada una de las  dos potencias , y zonas de influencia adyacentes a las primeras en las que sobrevendría un Estado árabe – o una Confederación árabe – sólo formalmente independiente, que incluía derechos prioritarios en materia de prerrogativas empresariales y préstamos para las empresas francesas y británicas, respectivamente, sobre las locales, así como el derecho de suministrar funcionarios y consejeros en forma excluyente (4).
El control directo francés se circunscribiría al territorio del actual Líbano y la región de Cilicia, en Anatolia meridional, mientras que su área de influencia abarcaría el norte y centro de Siria – Damasco, Alepo – y de la presente provincia iraquí de Mosul. Por su parte, Gran Bretaña adquiriría el derecho a controlar directamente el puerto de Haifa, Kuwait y la Mesopotamia – incluyendo Basora y Bagdad-, y podría ejercer su influencia en el sur de Siria, Jordania y Palestina. Asimismo, el acuerdo establecía una zona de control “internacional” – zona en la que también participaría Rusia (5) – , en aquella región histórica, que incluía San Juan de Acre y Jerusalén.

El Acuerdo bilateral también preveía disposiciones en materia de apertura recíproca de los puertos de Alexandretta y Haifa, derechos a favor de Gran Bretaña para la construcción y administración de vías férreas entre las diferentes áreas – el Baghdad Railway -, el levantamiento de barreras aduaneras interiores entre las mismas, y el aseguramiento que no se consentirían concesiones territoriales ni bases navales a terceros Estados sin el concurso de los gobiernos francés y británico.
Los resultados de los tratados de Versalles endosaron buena parte de lo acordado secretamente por los negociadores francobritánicos. Fruto de los intereses contrapuestos entre Francia y Gran Bretaña en la región, fueron necesarias ulteriores negociaciones que redundaron en la reasignación de los yacimientos de Mosul por parte de Francia a Gran Bretaña, a cambio de concesiones petroleras y del otorgamiento del control directo francés no sólo sobre el litoral mediterráneo de Siria, sino también sobre las regiones interiores de Alepo, Homs y Damasco, región interior esta que había sido objeto de las concesiones contradictorias británicas para un fututo Estado árabe (6).
En definitiva, este enorme cuerpo jurídico que significaron los Tratados de Versalles (7), germen de todo lo ocurrido en los años subsiguientes en Europa, también selló la suerte de los pueblos del Medio Oriente. Particularmente fue en la Conferencia de San Remo de 1920 donde se resuelve la constitución y distribución de los Mandatos de la Sociedad de Naciones a Francia y Gran Bretaña en las regiones concernidas (8): Siria y Líbano para Francia, y para la mandataria británica, Mesopotamia y Palestina, esta última confirmando el logro inicial de la aplicación de la llamada Declaración Balfour a favor de la causa sionista (9).
A la luz de los acontecimientos que han ensombrecido la región desde entonces, se impone una reflexión sobre aquella negociación, la cual claramente no fue beneficiosa para las poblaciones locales y la zona en su conjunto, y con el correr del tiempo pasaron significar una amenaza no sólo para la paz y seguridad regional, sino también internacional. De acuerdo con Hobsbawm, la reorganización del Próximo Oriente – mediante la negociación referida, y en términos generales, luego de todas las negociaciones con las que dio término la Primera Guerra Mundial – se realizó según principios imperialistas convencionales10.
En efecto, bajo las presiones y tácticas de la guerra total que sin duda significó la Gran Guerra, la actividad diplomática se desplegó paralelamente al esfuerzo bélico, y con su afán de procurar apoyos y aliados, se prometieron indistintamente respaldar los anhelos autonomistas de los árabes frente a los otomanos (11), junto con el patrocinio a la constitución de un Estado judío en su histórica región de asiento. Al mismo tiempo, se dividieron diferentes áreas de influencia y control, motivadas por las ya  significativas inversiones en la región y por la creciente importancia estratégica que la misma iba adquiriendo en materia petrolera, vías férreas, marítimas y rutas comerciales.
El principio del respeto de las nacionalidades pregonado por el presidente Wilson – plasmado en varios de sus Catorce Puntos – fue secundado apenas parcialmente en la Europa central, como consecuencia del vacío generado por la caída de los imperios alemán, austro-húngaro y ruso, pero prácticamente inaplicado en Medio Oriente – a pesar de que muchas de las declaraciones parecieron así defenderlo – , donde además de dividirse las zonas de influencia ya comentadas, luego formalizadas bajo el recién inaugurado sistema de Mandatos por la Sociedad de Naciones, quedaron nacionalidades y grupos étnicos subsumidos en entidades estatales mayores como pasó con los kurdos, los azeríes o los armenios. Sólo la Turquía kemalista de principios de los años 20 pudo enfrentar los intentos cercenadores de su territorio nuclear, pudiendo conformar su moderno Estado en toda Anatolia.

Este acuerdo francobritánico motivó, luego de su posterior publicidad12, la sorpresa e incluso el repudio por parte de las poblaciones árabes, y también del movimiento sionista, todo lo cual redundó en un rápido deterioro de las relaciones entre las potencias mandatarias y los referidos colectivos en las décadas siguientes, que no hicieron sino agravar la ya delicada situación de creciente enfrentamiento que se estaba gestando en toda la región.
Del mismo modo de lo acontecido en otras geografías – claramente en África, pero patente en el resto del continente asiático, en las islas del Pacífico, y también en la propia América -, los límites de los Estados de la región del Cercano Oriente responden a una delimitación que no refleja las verdaderas interacciones, particularidades y pulsiones de las poblaciones locales, redundando en una condena ab initio al conflicto, a la intromisión de los asuntos de un Estado en los del otro, y en términos generales, a la superposición de intereses más allá de las fronteras estatales. El actual accionar transfronterizo de grupos religiosos y partidos políticos, incluyendo a organizaciones terroristas como el propio Estado Islámico – que precisamente parece querer desdibujar las fronteras preestablecidas – , son indicio de que las soluciones que parecían beneficiosas en un momento resultaron no serlo tanto a la luz del historial de conflicto, guerra y subdesarrollo general de la región.

En momentos en que Siria e Irak son el escenario de las disputas, las ambiciones y los regateos de grupos dentro y fuera de sus fronteras – Estados, organizaciones religiosas y políticas, etc -, recordando el Acuerdo Sykes-Picot en su centenario, tal vez sea buen momento para recordar las consecuencias negativas que provoca la negociación de acuerdos únicamente atendiendo a intereses estrictamente egoístas, sin pensar aunque sea brevemente en el interés general de toda una región, y sin estimar las eventuales derivaciones de no considerar ese interés mayor.

Por Dr. Ramiro Rodríguez Bausero
Secretario de la Embajada de la República Oriental del Uruguay en Argentina. Analista internacional. Eurasian-Latin American Conference 2016. Académico en UDELAR y el Consejo Uruguayo para las Relaciones Internacionales CURI.

1 Disponible en su versión en inglés http://www.saylor.org/site/wp-content/uploads/2011/08/HIST351- 9.2.4-Sykes-Picot-Agreement.pdf y en francés http://mjp.univ-perp.fr/constit/sy1916.htm. El intercambio de Notas se realizó en la capital británica, entre el Secretario del Foreign Office, Edward Grey, y Embajador francés en Londres, Paul Cambon.
2 Se reporta una activa correspondencia mantenida entre 1915 y 1916 entre Hussein bin Ali, sharif de La Meca y Henry Mc Mahon, Alto Comisionado británico en Egipto. El primero se había alzado contra el sultán otomano con beduinos de Arabia occidental y desertores y prisioneros del propio ejército otomano. Hourani, Albert – La historia de los árabes. Cap. 19, 2003, Vergara.
3 En julio de 1917, el Secretario de Exteriores británico Lord Balfour finalmente consolidó la promesa de Gran Bretaña de reconstruir en Palestina el Hogar Nacional Judío, otorgando a la causa sionista el derecho irrestricto a la inmigración judía a ese territorio y dotando de autonomía interna a las futuras autoridades judías que allí se instalaran. Johnson, Paul – La Historia de los Judíos. 2007, Ed. Vergara.
4 « La France et la Grande-Bretagne sont disposées à reconnaître et à soutenir un État arabe  indépendant ou une confédération d’États arabes dans les zones (A) et (B) indiquées sur la carte ci-jointe, sous la suzeraineté d’un chef arabe. Dans la zone (A), la France, et, dans la zone (B), la Grande-Bretagne, auront un droit de priorité sur les entreprises et les emprunts locaux Dans la zone (A), la France et dans la zone (B), la Grande-Bretagne, seront seules á fournir des conseillers ou des fonctionnaires étrangers á la demande de l’État arabe ou de la Confédération d’États arabes. ». Disponible en http://mjp.univ- perp.fr/constit/sy1916.htm.
5 De acuerdo a lo negociado por Sykes y Picot, Rusia debería prestar su aprobación al mismo. Asimismo, se hace referencia a las pretensiones territoriales de Italia en territorio otomano – Anatolia-, y se sugiere la comunicación de los términos acordados al Japón.
6 Renouvin, Pierre – Historia de las Relaciones Internacionales. Tomo II, Parte Las crisis del siglo XX, Libro I, Cap. VII. 1990, Akal.
7 En la simplificación por denominar Tratados de Versalles, se incluyen los Tratados firmados por los Estados vencedores con cada uno de los vencidos: Versalles propiamente dicho con Alemania, Trianon con Hungría, Saint-Germain con Austria, Sèvres con Turquía y Neully con Bulgaria.
8 http://www.cfr.org/israel/san-remo-resolution/p15248
9 Al decir de Hobsbawm, “otra secuencia problemática e insuperada de la Primera Guerra Mundial”. Hobsbawm, Eric – Historia del Siglo XIX. Primera Parte, Cap.I, 2007, Grupo Editorial Planeta, Buenos Aires.
10 Hobsbawm, Eric – Op. cit.
11 Principalmente a lo largo de la correspondencia Hussein-McMahon ya referida.
12 En noviembre de 1917 en diarios rusos y británicos.

Referencias Consultadas:
-Hobsbawm, Eric – Historia del Siglo XIX. Grupo Editorial Planeta, Buenos Aires, 2007. Hourani, Albert – La historia de los árabes. Ed. Vergara, 2003.
-Johnson, Paul – La Historia de los Judíos.  Vergara, 2007.
-Laurens, Henry – Comment l’Empire Ottoman fut dépecé. Le Monde Diplomatique, abril       de        2003.                    Disponible en  https://www.monde- diplomatique.fr/2003/04/LAURENS/10102.
-Renouvin, Pierre – Historia de las Relaciones Internacionales. Akal, 1990.
US Department of State – International Boundary Study No. 94. Jordan – Syria Boundary. The Geographer Office of the Geographer Bureau of Intelligence and Research.   – December  30, 1969. Disponible en http://archive.law.fsu.edu/library/collection/LimitsinSeas/IBS094.pdf.
-Zorgbibe, Charles – Historia de las Relaciones Internacionales 1. De la Europa de Bismarck hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Alianza Editorial, 1997.

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viernes, 6 de mayo de 2016

"Para comprender Palestina hay que conocer las raíces históricas del conflicto"

Entrevista a Martín A. Martinelli, docente-investigador

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Revista Útimo Round




-¿Dónde y cuándo surgen los “palestinos”?
-La idea del nacionalismo árabe nace en la época otomana como reacción al dominio de este imperio. Las raíces del movimiento fueron laicas e insistían en sus lazos históricos y culturales, de aquí se derivan los países actuales de Egipto, Siria, Irak, Jordania y los palestinos entre otros. La diferencia con el caso de los palestinos es que el sionismo europeo creó un Estado israelí-judío en el mismo territorio en que ellos pretendían administrar su Estado. 
-¿Cómo se conforma esta identidad?
-Las identidades transnacionales del panarabismo y del panislamismo influyen sobre la conformación de la identidad palestina. De esta manera, la identidad palestina se encuentra dentro del mundo árabe e islámico: es de base étnico-cultural árabe y social-religiosa islámica. Los palestinos son árabes y, en su gran mayoría, musulmanes. La religión en este caso debe ser entendida como parte del patrimonio cultural. Los palestinos buscan consolidar un Estado que los represente.
-¿Qué influencia tuvieron las potencias coloniales de principio de siglo XX?
-Luego de la primera guerra mundial las potencias coloniales incumplieron su promesa de ayudar a la independencia de estos pueblos del dominio otomano. En esa época los palestinos se manifiestan como identidad particular, se proclaman más que nada desde el fin de la primera guerra mundial, aunque esto se venía desarrollando de diferentes maneras entre la población ya que compartían la misma tierra y cultura desde hacía tiempo. Comenzaron teniendo un sentido primero de identificación con su ciudad, luego con su región y por último con Palestina como un todo, similar a otros tantos casos de identidad nacional. Los palestinos lucharon contra el legado otomano, la autoridad mandataria británica y la colonización sionista. Y pasaron por diferentes dificultades para poder conseguir su Estado; su caso tiene similitudes, por ejemplo, con el de los kurdos y los armenios, de los cuales hasta el momento, solo los armenios lograron tener un Estado independiente.
-¿Cuándo comienza el conflicto con los judíos asentados en Palestina?
-Este conflicto moderno tiene su inicio a partir de finales del siglo XIX (1881) con motivo de las migraciones de judíos europeos (aliya en hebreo) de diferentes nacionalidades hacia la región de Palestina, que en esos momentos estaba bajo el Imperio Otomano con una división administrativa en “provincias”, ya que previamente los palestinos tanto judíos, como musulmanes y cristianos, convivieron pacíficamente durante siglos en este territorio. Los franceses e ingleses se dividieron la región de Medio Oriente en 1916. En la Declaración Balfour de 1917, se utilizó como testimonio de la afinidad por las aspiraciones judías sionistas que eran perseguidos por la judeofobia (el mal llamado antisemitismo) que se practicaba en Europa, y buscaron la protección de las potencias para poder crear un Estado judío en Palestina o en otras tierras como por ejemplo Argentina, según planificaban desde el momento en el que se escribe la base de estas ideas en el libro de Theodor Herzl de 1896, El Estado judío. En 1920 se crea el Mandato Británico de Palestina, en donde hoy se encuentran Israel y los territorios palestinos ocupados de Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
-Decís que este es un “conflicto moderno”, pero las justificaciones de Israel para asentarse allí son milenarias.
-Empiezo haciendo una aclaración al respecto: la Biblia no es un libro histórico, en el sentido en el que lo analizamos los historiadores. Esto no quita que sea considerado sagrado por muchas personas en el mundo. En este caso Israel con el propósito de legitimar su asentamiento en la zona recurrió a la tradición bíblica (la Torah en este caso, libro sagrado para los judíos), considerando lo escrito allí como una especie de título de propiedad de esas tierras. Denominaron a Cisjordania como Judea y Samaria, junto con la intención de ir aumentando los asentamientos israelíes en esos territorios. En otras palabras, se emplea una justificación bíblica para la obtención de determinadas tierras en el siglo XX. Lo que dice la Biblia - Torah se utiliza para tratar de establecer el mito de que los judíos tienen un vínculo ininterrumpido con esas tierras y por ello les corresponde la misma en desmedro de los palestinos. 
-Por otra parte, mitos extendidos en otros lugares y momentos históricos…
-En efecto, la creación de los mitos que justifican tanto el sionismo, como el apartheid en Sudáfrica o la conquista de América. Estos mitos coloniales pueden resumirse en: “la tierra estaba en estado virgen”; “el pueblo a ser conquistado es de una condición inferior”; “la colonización es una misión civilizadora”, y otros. En el caso particular del sionismo se da la apelación al mandato bíblico, al derecho histórico, al persistente anhelo de la diáspora, a la Shoah (catástrofe en hebreo), a la decisión de las Naciones Unidas (181 de 1947), a la realidad de la conquista militar, a la ininterrumpida residencia judía en la tierra. El Estado de Israel se funda sobre los mitos de “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, “la voluntaria emigración de los árabes” y las ideas de “hacer florecer el desierto” y dar solución parcial al problema judío en Europa, entre otras.
-¿Qué son las “Intifadas” y cuándo comienzan?
-Entre 1936 y 1939 se produjo una revuelta espontánea que podría considerarse la primera Intifada compuesta básicamente por campesinos y marginados de los centros urbanos, conocida como la Gran Revuelta. Esto marcó la primera reacción masiva a la llegada de judíos europeos. Las revueltas conocidas como Intifada (“levantarse”) podría decirse que comienzan con este hecho. Intifada literalmente significa “el despertar a sobresaltos”, podría decirse que es un producto histórico de todos los esfuerzos previos de resistir a la supresión de la identidad nacional palestina, mediante la expropiación gradual y un control de los territorios ocupados. 
-¿Cuál es el contexto de la formación de Israel, a fines de 1947?
-El sionismo, que es un movimiento político surgido entre europeos judíos, tuvo desde sus comienzos el objetivo de crear un Estado, con un nacionalismo étnico junto a una forma de colonialismo europeo de ultramar. El sionismo buscó que la identidad judía, que es religiosa y en parte cultural, se fundiera en una identidad nacional judía moderna, aunque no tuvieran un único país de origen, ni una misma lengua, ni cultura, ni costumbres en común, por provenir de lugares disímiles. Hasta mediados del siglo XX los ingleses respaldaron la iniciativa del sionismo, y luego de la segunda guerra mundial ese respaldo lo realiza Estados Unidos hasta hoy. En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y la culpa europea del horror contra los judíos, recomendó un plan de partición que adjudicaba el 54% de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía, que ocupaba una pequeña porción del territorio en esos momentos, y el resto a los árabes palestinos. Jerusalén quedaría según esa recomendación como ciudad internacional.
-La reacción a este hecho no se hizo esperar.
-No. En 1948 se produce la guerra entre los ejércitos árabes y el naciente Estado de Israel. Allí son expulsados unos 780.000 habitantes de Palestina, creando el problema de los refugiados más largo de la historia actual, a partir de los ataques y amenazas del ejército próximamente israelí, un hecho que luego se quiso justificar diciendo que en realidad los ejércitos árabes le habían mandado mensajes radiales a los palestinos árabes para que evacuaran la zona, lo cual nunca fue comprobado. La guerra de 1948 en Palestina es conocida por los israelíes como “la guerra de la Independencia”, al mismo tiempo que para los palestinos es al-Nakba “la catástrofe”. En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. En lo que es considerado un intento de limpieza étnica. El mito sionista del éxodo voluntario contrasta con los planes de “transferencia” que tenían los sionistas de trasladar a los palestinos nativos a otros países árabes de la región.
-¿Qué importancia tuvo la guerra de 1967?
-La guerra de 1967 marcó una nueva etapa en el conflicto israelí-árabe e israelí-palestino, por ser la tercera derrota de los países árabes frente al Estado de Israel. Israel ocupó los territorios habitados por los palestinos de Cisjordania (administrada por Jordania) y la Franja de Gaza (administrada por Egipto), junto a la península del Sinaí de Egipto y las alturas del Golán perteneciente a Siria. La cuestión palestina adquirió una nueva dimensión y los Estados Árabes no pudieron recuperar los territorios perdidos, en consecuencia la reacción palestina fue que abandonaron las directivas árabes, todo ello con el agravante de esta situación que gran cantidad de los palestinos pasaron a vivir bajo la ocupación militar israelí. El fracaso militar árabe de 1967 provoca una progresiva palestinización del conflicto y desde 1967 existe una ocupación militar por parte del ejército israelí y la política de asentamientos de israelíes, tanto en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. 
-¿Qué querés decir con “palestinización” del conflicto y cómo se relaciona ello con la guerra de 1973 y el estatus que logró en esos años la OLP?
-Palestinización en el sentido de que ellos mismos defienden su causa, siendo representados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sin la intermediación como hasta ese momento principalmente de la Liga Árabe, y ansían que finalice la ocupación militar de sus territorios. La OLP es reconocida, el papel desempeñado por ella en la recuperación y articulación de la identidad palestina fue sustancial tanto en las comunidades que permanecieron en la Palestina histórica, como en los campos de refugiados y la diáspora. En 1974, en la Cumbre Árabe de Rafat se reconoce a la OLP como “único y legítimo representante del pueblo palestino”. En cuanto a la guerra de octubre de 1973, Siria y Egipto intentan recuperar los territorios ocupados por Israel en 1967, los altos del Golán y la península del Sinaí. Esta última fue recuperada por Egipto, luego de realizar algunas concesiones en el tratado de paz que firmara con Israel recién en 1979.
-¿Qué fue la “Primera Intifada” y qué consecuencias tuvo?
-La “Primera Intifada” se produjo en 1987 y enfrentó a las poblaciones palestinas contra el ejército ocupante israelí. Dicha sublevación fue fruto de la desesperación, la explotación económica, la sensación de no tener salida para la larga ocupación, la expropiación de tierras y los asentamientos judíos. Tiene analogías con la producida en 1936, ya que recae en principio sobre la Palestina rural. Las razones que causaron la primera intifada deben buscarse en los veinte años de ocupación israelí y su política de socavar la existencia nacional y material de los palestinos en su propia tierra. Dejó fragmentadas geográficamente y demográficamente Cisjordania y Gaza mediante una intensa ocupación militar acompañada de nuevos asentamientos. La Intifada comenzó sin que la OLP ni los Hermanos Musulmanes tomaran la decisión política de comenzar con la revuelta.
-¿Cuál es la relación del proceso de Oslo con “Segunda Intifada”?
-En el proceso de Oslo de 1993, lo que la OLP buscaba era negociar sobre el problema de los refugiados, el asunto de Jerusalén y la cuestión de un Estado palestino de pleno derecho. Su objetivo era solucionar lo acaecido en 1948 y no únicamente poner fin a la ocupación israelí de 1967. En la cuestión palestina hallamos algunos sentimientos de fracaso de la población como el fracaso de la paz y a continuación la creación de la Autoridad Nacional Palestina en 1994. La “Segunda Intifada” se produce en el año 2000 y se emplean de parte palestina los ataques suicidas para enfrentar una fuerza militar superior israelí. Se continúa con la ocupación militar y el crecimiento de los asentamientos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. La esperanza de un Estado democrático laico en toda Palestina pasó a ser la de un Estado palestino en Gaza y Cisjordania. De todos modos en este caso las leyes israelíes son las que imperan, en una zona limítrofe y en litigio dado que no tienen un estatus totalmente definido. Son parte de un territorio ocupado militarmente.
-En este sentido está la construcción del muro que construyó Israel en Cisjordania.
-Sí, Israel ha comenzado a construir en 2002 un muro de ocho metros de alto por dos de ancho, “El muro del apartheid o de separación”, en límite inexacto con Cisjordania, que será de setecientos kilómetros de largo a su finalización. Utilizó como pretexto la seguridad. Pese a ello, en el año 2004, la Corte Internacional de Justicia declaró que el muro violaba el derecho internacional humanitario y de derechos humanos, que se debía desmantelar además de repararse los daños causados por la construcción del mismo. Los palestinos han quedado dispersados en un territorio inconexo. Se aplica un modelo similar al de los bantustanes para dispersar e incomunicar a los palestinos mediante numerosos checkpoints, que son los controles exhaustivos que realiza el ejército israelí en los territorios palestinos.
-¿Israel se opone a la creación de un Estado palestino?
-Sí, en los hechos Israel se opone a la creación de un Estado palestino pero también se niega a conceder derechos plenos y ciudadanía a los palestinos de Gaza y Cisjordania. Los palestinos siguen viviendo sometidos al colonialismo de poblamiento israelí, la ocupación o en otros tantos casos el exilio. La situación en la actualidad nos muestra que existen más de nueve millones de personas árabes musulmanes y cristianos que se identifican a sí mismos y son identificados por otros como palestinos y que están en la búsqueda de conformar un Estado propio, aun con las diferencias políticas internas entre Hamás y Al-Fatah que son las organizaciones más representativas de la Franja de Gaza y Cisjordania. Esto se produce en medio de las dificultades que provoca el constante control militar israelí sobre todo en Cisjordania. Para los palestinos es complicado circular por los territorios que habitan y reclaman, porque deben pasar por los diferentes puestos de control militares israelíes.
-¿Cuál es la situación de Jerusalén hoy día?
-Este conflicto es una “guerra” o más bien una disputa asimétrica entre dos contendientes en condiciones diametralmente opuestas, por lo tanto se necesita un importante cambio de paradigma para llegar a una solución real, lo cual no es imposible pero sí complicado. Pongamos por caso, la indefinición que existe sobre el territorio de Cisjordania. No obstante vale aclarar que, la presunción de que es un conflicto de compleja magnitud, suele ser utilizada como excusa para no buscar las soluciones adecuadas al problema, como podría ser una retirada israelí de los territorios ocupados, lo cual a su vez es intrincado ya que la infraestructura que Israel construye a diario allí lo dificulta enormemente. Un acuerdo equitativo sobre la forma de compartir Jerusalén y los lugares considerados sagrados constituiría una pieza central en el acuerdo entre estos dos pueblos, y la clave para una paz justa y duradera en todo Medio Oriente. De todas maneras es difícil augurar si esto o la creación de un Estado palestino independiente en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este darían solución definitiva al conflicto.
-¿Qué es lo que se pide de un lado y de otro en la actualidad del conflicto?
-Desde el sector palestino se reclama el derecho al retorno de los refugiados, el detenimiento de las políticas de asentamientos israelíes en Cisjordania y el estatus de Jerusalén. Desde el sector israelí, se promete que mientras se realizan las conversaciones por la paz se detendrá la construcción de asentamientos, aunque inmediatamente se continúa buscando como objetivo la consecución de “hechos sobre el terreno”, que significa que lo que está hecho no puede volver atrás. Los palestinos consideran que el territorio de Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza tiene que formar parte del Estado palestino. No obstante ellos consideran “Palestina” a todo el territorio que formaba parte del Mandato Británico de Palestina (1922-1948), pero dadas las condiciones impuestas por las guerras de 1948 y de 1967, anhelaron luego obtener al menos un Estado independiente en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este, con las dificultades que esto acarrea.
-Desde Israel se dice que Hamás es una organización terrorista. ¿Qué tipo de organización es Hamás?
-Hamás (acrónimo que significa Movimiento de Resistencia Islámica) es una organización que cuenta con una serie de organizaciones dependientes que desarrollan sus actividades en muy diversos ámbitos. Estos abarcan desde la educación cultural y religiosa a los jóvenes a través de sus madrasas, la asistencia social a los palestinos más necesitados, la representación en las instituciones democráticas palestinas. Las últimas elecciones palestinas, bajo supervisión internacional, resultaron en victoria de Hamás, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. Siempre hay que tener en cuenta la polivalencia de los términos y quién es el que emite los términos. El gran público en general abreva de la información masiva que simplifica todo: “los musulmanes y los árabes son terroristas, no les importa morir con tal de matar a otro”. Por otra parte, hay que aclarar que no todos los árabes, que es una lengua y una cultura, son musulmanes, que es una religión, ni todos los musulmanes son árabes.
-¿Cuál es el rol de la prensa en el modo en que informa sobre el conflicto?
-Creo que en la prensa ha habido un pequeño cambio, aunque no rotundo en su crítica por la política del ataque israelí sobre todo a partir de difundir la muerte de niños palestinos. Lamentablemente, en Argentina existen falsas acusaciones de judeofobia, erróneamente llamada “antisemitismo”, como la que sufrió Pedro Brieger por explicar la ocupación militar israelí. Además, en las redes sociales ha habido una mayor pronunciación en contra de la forma en que está empleando la violencia el ejército israelí contra la población civil, y esto ha provocado una mayor difusión que en otros momentos de lo que está sucediendo.
-¿Cuáles otros objetivos persigue Israel con estos últimos ataques?
-La política de Israel es aislar todavía más la Franja de Gaza, dejar a Hamás en el poder aunque más debilitado, oponerse a toda posibilidad de unión palestina y desviar la atención de la ofensiva colonialista acelerada en Cisjordania. Mientras que Hamas desea reforzar su posición en tanto que movimiento de resistencia tras los golpes que ha sufrido como movimiento político. Desde Hamas se está ofreciendo una resistencia quizás inesperada para Israel, por ejemplo, el diario israelí Haaretz advirtió sobre la lentitud de la misión y la “matanza al por mayor” de civiles palestinos. La comunidad internacional lamentablemente no interfiere para frenar lo que está ocurriendo, dados los intereses de las diferentes potencias. Al menos hasta ahora han mirado hacia otro lado. Por otra parte, existe sí un movimiento internacional de boicot, desinversión y sanciones a Israel similar al que se utilizó en su momento para detener el apartheid en Sudáfrica que el tiempo dirá si logra ser efectivo. A su vez, Rusia y China que han logrado imponerse ante el inminente ataque de Estados Unidos a Siria en este caso no han intervenido. Las Naciones Unidas han condenado el accionar de Israel en numerosas ocasiones pero Estados Unidos, “el mediador deshonesto”, ha intervenido para salvaguardar sus intereses y los de Israel.
-Por último, hay quienes piensan que el Estado de Israel debe desaparecer como tal porque se creó a partir de una invasión ilegítima y violenta, mientras que otros opinan que Israel tiene el derecho a conformar su Estado allí donde se asentó hace más de medio siglo. ¿Cuál es tu opinión?
-Noam Chomsky dice al respecto de tu pregunta: “Los Estados son lo que son. Ninguno tiene una legitimidad heredada”. Como están las condiciones actualmente, si se pudiese y fuese viable podría formarse un estado binacional o dos estados contiguos, Israel y Palestina, aunque ambas opciones son complicadas teniendo en cuenta cómo está todo a día de hoy. Lo que no hay que dejar de lado es que la mayor parte de las poblaciones optan por vivir allí y no desean la guerra o el enfrentamiento, sino que es algo que se decide mayormente en las altas esferas. El caso de Israel es paradigmático, porque además existe una población al menos tan numerosa como la colonizadora y dominante que pide por un derecho sobre el mismo territorio que considera que le han usurpado. Aclaro que yo estoy en contra de toda esta violencia, es muy importante que se detenga el sufrimiento que soportan tanto los palestinos como los israelíes comunes, que son los más afectados por este conflicto.

Martín A. Martinelli docente-investigador autor del blog mediorienteactual.blogspot.com.ar 
Fuente original: http://issuu.com/revistaultimoround/docs/ur_06_final/26