miércoles, 16 de octubre de 2013

La revolución siria y los "antiimperialistas"

sábado, 6 de octubre de 2012


Autor: Faruq Mardam Bey
Fecha: 05/10/2012



No es difícil comprender que Frédéric Chatillon, el brazo fuerte del Frente Nacional, sea el impulsor principal en Francia de la propaganda del régimen sirio. También es natural que Richard Meier, el defensor del nuevo asesino nazi (noruego) Anders Breivik, centre un pequeño libro en glorificar a los Asad padre e hijo. Pero, ¿y los demás? ¿Por qué hombres y mujeres que dicen ser izquierdistas y democráticos, que buscan una globalización alternativa, que defienden a los pueblos desposeídos y que nunca han sido sospechosos de enemistad hacia los árabes o de tener miedo del islam a su alrededor, se arrodillan para apoyar a Bashar y su séquito?

Está quien adopta la explicación policiaca de la historia, y son muchos más de los que pensamos. Os dicen que todo lo que sucede en el mundo árabe desde diciembre de 2010 no es más que un truco del imperialismo estadounidense para empujar a sus peones islamistas al poder en colaboración con el Reino de Arabia Saudí y Catar, los cuales han adoptado el papel de cajas registradoras. Pero cuando recuerdas su entusiasmo por las revoluciones tunecina y egipcia, incluso su ímpetu hacia Catar cuando su emir jugaba un papel de aguafiestas o cuando Al-Jazeera apoyaba al poder en Damasco, cambian sus posturas para ceñirlas exclusivamente a la teoría de la conspiración contra la “Siria antiimperialista”. Entonces, las manifestaciones populares a lo largo y ancho del país, los cientos de miles de refugiados, las detenciones colectivas, la tortura, la violación, el saqueo, y el bombardeo de ciudades y pueblos con carros de combate pesados y con aviones de guerra no es más que un engaño óptico, imágenes fabricadas en los despachos de la CIA y los estudios de Aljazeera. Incluso, aunque todo se pruebe cierto, se preguntan cuál es el peso de la liberta y la dignidad del pueblo sirio a cambio de la bomba nuclear iraní y los misiles del Hezbollah libanés.

Pero “esos antiimperialistas” que normalmente son defensores del islam político, se convierten en laicos puritanos cuando el asunto está relacionado con Siria. Cierran sus oídos a las llamadas de socorro a Dios en las manifestaciones rodeadas de francotiradores y ven a los salafistas cuando el régimen quiere que los vea. Exageran el papel de los voluntarios islamistas extranjeros, que Bashar al-Asad no dudó en ningún momento en infiltrar en Iraq, sollozan por la minorías al estilo de lo que hacían los canales occidentales en tiempos de “la cuestión de Oriente” y descuidan toda iniciativa que refleje el valor de la ciudadanía por parte de la oposición, sea política o cultural. Tratan al régimen, que se apoya parcialmente en el espíritu de un colectivo sectario, como si fuera laico, lo que es precisamente una de las acciones dedicadas a dominar a las minorías, siendo él mismo quien animó a la “reislamización” extremista y opresora de una parte de la sociedad con el pretexto de combatir el islam político.

Además de eso, se observa que los que supuestos “antiimperialistas” de quienes se espera que posean un mínimo de conciencia social, evitan por todos los medios utilizar tal expresión, centrando sus esfuerzos en la famosa conspiración, y en las deficiencias y forcejeos de la oposición. Ni una palabra de la base clánico-sectaria del régimen, nada del salvaje liberalismo económico y sus redes mafiosas, ni del comportamiento monárquico ni del extraño culto al individuo. Nada de los cincuenta años de despotismo destructivo y de las decenas de miles de víctimas siras, libanesas, palestinas e iraquíes. Ni un solo momento, aunque sea fugazmente, piensan en las fuerzas sociales actuales, claro está, fuera de la repetición consumista de la idea de un país que está compuesto por alineaciones de agrupaciones étnicas y religiosas que no puede ser gobernado democráticamente. ¿No provoca ira y al mismo tiempo lo explica el hecho de que los luchadores de la izquierda no se pregunten ni por las clases ni por los estratos sociales sobre los que cae la fuerza del régimen y a las que se enfrenta, o por  esas que se benefician de él y están con él relacionadas, o esas que dudan unirse a una u otra parte? 

En realidad, lo que une a esos luchadores con el sanguinario dictador de la especie de los Asad (leones) no es la políticastricto sensu, sino la ideología. Es esa pseudo-cultura arraigada que impone a los otros pueblos de forma consciente o inconsciente, la necesidad de adoptar una cultura que no puede en ningún caso diferenciarse de la nuestra -el apego a la cual la convierte en una segunda naturaleza- de defensa de los logros sociales, las libertades individuales y colectivas cuando estamos en las filas de la izquierda. Eso a cambio de que sea impensable, molesto, insensato y antinatural según esa misma izquierda que veamos en Siria a personas viviendo libres e iguales, si no es cayendo en el balcón de la “conspiración estadounidense-saudí-catarí”.

martes, 15 de octubre de 2013

La escritura del desastre: una historia de la destrucción de libros en Irak

Como hace poco más de un año en Malí, África, en 2003 durante la invasión de las tropas aliadas, la Biblioteca Nacional de Irak perdió un millón de libros y el 60% de sus archivos. El investigador kurdo Saad Eskander regresó del exilio a dirigir la reconstrucción y escribió un conmovedor diario. Además, un especialista en destrucción de libros cuenta lo que vio en Irak

En la Biblioteca Nacional de Irak, los libros que esperaban ser catalogados al momento del ataque. (Foto: McGuire Gibson / Copyright © 2003 Oriental Institute, University of Chicago).
En la Biblioteca Nacional de Irak, los libros que esperaban ser catalogados al momento del ataque. (Foto: McGuire Gibson / Copyright © 2003 Oriental Institute, University of Chicago).

Tombuctú, 2012. Las noticias son escasas. Fotos y videos de soldados con ametralladoras, jeeps, la noticia de una nueva ciudad que es ocupada, el mapa indicando el avance de un ejército irregular sobre el territorio de Malí. De pronto, en medio de tanta muerte, las noticias militares son atravesadas por una alarma: la biblioteca Ahmed Baba de Tombuctú, que alojaba manuscritos del siglo XIII, ha sido saqueada y destruida. Las imágenes de los enfrentamientos son atravesadas por la de archivos en ruinas o monumentos históricos derrumbados.

Tombuctú es la tercera ciudad de Malí y es conocida como la ciudad de los 333 santos. Está situada al borde del desierto, a 7 km. del río Níger. Las tormentas de arena y las inundaciones suelen ser las principales amenazas de los pobladores. Cuando eso no sucede, la ciudad recibe la invasión de algún ejército. Eso es así desde hace siglos. Eso mismo volvió a suceder el 1 de abril de 2012, durante La Rebelión de Tuareg, cuando la ciudad fue tomada casi sin resistencia local por los integrantes del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (la región septentrional de Malí que los “rebeldes” quieren sacar del control estatal). Como parte de los episodios, los cables informan que el grupo Islámico Ansar Dine perpetró la destrucción de los monumentos históricos de la ciudad. Los pocos monumentos que quedaban en pie tras varios siglos de convulsiones políticas.


La biblioteca poseía cerca de 18.000 manuscritos y llevaba el nombre de Ahmad Baba al-Massufi, el escritor africano contemporáneo de Cervantes y Shakespeare. Con el argumento de “salvaguardar ese valioso patrimonio histórico de la humanidad”, la comunidad militar internacional, encabezada por Francia, en enero de 2013 recuperó la ciudad. Para muchos, lo que aconteció en Tombuctú nos retrotrae directamente a lo que sucedió en Irak. Más precisamente en Bagdad en 2003, cuando el ejército norteamericano puso entre sus “objetivos militares” a la Biblioteca Nacional de Irak.


Irak, 2003. El 20 de marzo de 2003 comenzaron los bombardeos a Bagdad. En medio del fuego, durante los días 9 y 12 de abril, la INLA (Iraq National Library and Archive) fue asaltada. Los días fueron trágicos. Hay fotografías de esos momentos. Libros calcinados, muebles destruidos, hojas sueltas repartidas por todos lados. Hay fotografías de mucho tiempo después, ya con la Biblioteca en su etapa de reconstrucción, pero todavía con las secuelas de aquellos días. Los muros de la fachada renegridos por las explosiones. Oficialmente, sólo se perdió el Archivo de la República (1958-1979), importantes mapas y fotografías y el 25% de sus colecciones. Incluyendo la sección de libros raros, nada menos que las tablillas con los escritos sumerios. Claro, Irak, el nombre con que ahora se llama aquello que en la antigüedad era la Mesopotamia. Las regiones del Éufrates y el Tigris, donde hace 55 siglos comenzó la historia de la escritura. Donde luego se edificaría Babilonia. El Archivo Nacional, que también forma parte de la biblioteca, perdió el 60% de sus colecciones. La Biblioteca había sido fundada en 1929, pero era depositaria de una tradición milenaria. En 2003, poco tiempo después de la invasión estadounidense, el investigador y académico Saad Eskander, tras veinte años de vivir en el exilio regresó a Irak para asumir la dirección de la INLA.

Construir encima de los escombros 
Entre septiembre de 2006 y julio de 2007 Saad Eskander llevó un diario. En él cuenta los detalles de su gestión: reuniones con funcionarios del gobierno para que se pudieran aumentar de dos a seis las horas de electricidad, de una a dos las horas de conexión a Internet, los intentos por avanzar con el diseño de la página Web de la biblioteca. También se cuentan detalles sobre desinfección y mudanzas de libros de un sector a otro del edificio. La necesidad de llamar a una huelga por tiempo indeterminado contra la congelación del presupuesto. A medida que se lee el diario, Saad va contando que la tarea de reconstrucción es ardua. En los alrededores del edificio hay detonaciones, atentados, ráfagas de ametralladoras. Entre las medidas que tomó Saad, mudó las bibliotecas personales de Monarcas y Presidentes de Irak a su oficina. Por temor a que fueran víctimas de saqueos o atentados de grupos fundamentalistas. La mayoría de esos libros son el resultado de obsequios recibidos por los mandatarios del país, desde 1921, cuando el Estado iraquí fue establecido, hasta 2003, cuando Irak entró en el colapso. Es así como Saad llegó a tener en su oficina la biblioteca personal de Saddam Husseim. 
A lo largo del diario, la espiral de violencia se va moviendo por los alrededores del edificio. Las noticias que llegan desde afuera son las de un empleado asesinado delante de su hermana pequeña en un barrio de Bagdad, la detonación de un coche bomba, la amenaza de muerte a una mujer delante del resto de sus compañeros al bajar de un auto. Ataques aéreos sobre zonas cercanas, detonaciones de morteros contra las paredes del edificio, un guardia de seguridad trayendo la noticia de que alguien acaba de ser asesinado por un grupo de civiles en la puerta trasera de la Biblioteca. También se puede ver la cifra del personal de la Biblioteca muerto por diferentes causas, desde 2003 hasta el momento en que Saad escribe el diario. Reflexiones en torno al sectarismo, la guerra de clanes que vive la ciudad por aquellos días de “reconstrucción” del país forman también parte de sus anotaciones. La descripción de las escenas es caótica, como caótica es la percepción que se puede tener de los sucesos en medio de las explosiones, los gritos, la desesperación, el peligro de la propia vida, las balas perdidas, los francotiradores que eligen víctimas al azar. 
En varios momentos Saad usa la palabra “surrealista” para describir la mezcla de incredulidad e inverosimilitud que siente ante lo que está viviendo. Casi todas las noches, de nuevo en su hogar, junto a su esposa y sus dos hijos pequeños, Saad recibe los llamados del periodismo internacional consultándolo por la situación en Bagdad. Su hermano, que reside en Londres, también lo llama por teléfono para preguntarle si él y su familia están bien. Y le acerca los saludos de sus amigos: intelectuales residentes en el exterior. 
Frente a todo eso, el espíritu de Saad, que es Kurdo, ha sido el de “iraquizar” la biblioteca. Esto es, apelar a la construcción de una identidad que esté por encima de los antagonismos que shiítas y sunníes impulsan. Aun cuando la situación se volvía compleja, Saad decidió insistir con la actividad cultural. “Hay que seguir promoviendo las actividades culturales durante estos tiempos difíciles”, escribe Saad en su diario, confiando en que la biblioteca es una herramienta indispensable para levantar la moral del país.
  
Papeles prendidos fuego cayendo del cielo 
El lunes 5 de marzo de 2007 para Saad Skander siempre será recordado como el día en que los libros fueron asesinados por las fuerzas de la oscuridad, el odio y el fanatismo. A eso de las 11.35 una enorme explosión sacudió el edificio del INLA: "Corrimos hacia la ventana y vimos una masa enorme de humo gris ascendente viniendo desde al-Mutanabi Street, que está a menos de 500 metros de distancia del INLA" –describe Saad en su diario. "Más tarde me enteré de que la explosión había sido el resultado de un coche bomba. Decenas de miles de papeles volaban alto, como si del cielo estuvieran lloviendo libros, lágrimas y sangre. La vista era surrealista." Algunos de los papeles caían ardiendo desde el cielo. Mucho de esos papeles volaron desde los 500 metros donde ocurrió la explosión para ir a caer hechos cenizas sobre el edificio del INLA.
La calle Al-Mutanabi lleva el nombre de uno de los más grandes poetas árabes que vivió en Irak en la Edad Media. Está en una de las zonas más conocidas de Bagdad. Muchas casas editoriales, imprentas y librerías tienen allí sus principales oficinas y depósitos. Sus antiguos cafés son el lugar favorito de la mayoría de los intelectuales pobres del país. Allí se inspiran y escriben sus ideas. Es un barrio muy antiguo de Bagdad. La calle es también famosa por su mercado de los viernes, que se especializa en la compra-venta de libros usados. Según describe Saad en su diario, cerca del 95% de las compras de libros de la INLA se hacen en al-Mutanabi Street. "Yo también compro mis libros allí" –confiesa. "Fue muy triste saber que varios de los editores y libreros a quienes yo conocía murieron allí". Cerca de 30 personas murieron en la explosión y cerca de 100 más resultaron heridas: "El Sr. Adnan, quien debía entregar una remesa de nuevas publicaciones a la INLA, también". (El diario de Saad Eskander se puede leer, en inglés, aquí). 

Una sonrisa
El miércoles 25 de Julio de 2007 los seleccionados de fútbol de Irak y Corea del sur jugaron un partido. Irak ganó 4 a 3. En el anochecer, mientras los iraquíes celebraban la victoria en las calles, se produjo un atentado. Hubo 150 muertos. En su mayoría jóvenes y niños. En la entrada de ese día, Saad escribe: “Las fuerzas de la oscuridad y del terror ahora están tratando de asesinar nuestras sonrisas.” El espíritu de la reconstrucción trataba de arrebatarle una sonrisa a la guerra. Unos días más tarde, el 29 de julio, la selección de fútbol de Irak volvió a jugar. Era la final de la Copa de Asia. Irak le ganó 1 a 0 a Arabia Saudita. Por primera vez en mucho tiempo, las tribus iraquíes dejaron de lado su sectarismo. Kurdos y árabes, sunníes y chiítas, musulmanes y cristianos salieron a las calles a festejar. El fútbol puede ser un aliado para conseguir eso que Saad busca con la reconstrucción de la biblioteca.
Pero con el transcurso de los meses la salud y el ánimo de Saad se van deteriorando. Su diario no es un inventario de libros o un escrutinio sobre el avance de la actividad cultural de un país desgarrado por la invasión y la guerra. Es un balance del personal de la biblioteca muerto en aquellos años. El 31 de julio de 2007 Saad publica la que sería la última entrada de su diario. Además del deterioro de su salud, también siente que está usurpando el dolor de aquellos que lo rodean. Es ese dolor el que de algún modo despierta el interés en los lectores de su diario. Hay allí algo que, él lo siente, no está bien. En su última entrada Saad agradece especialmente a la Biblioteca Británica, por haber alojado en la web su diario a medida que lo iba escribiendo.
Después de un afanado empeño por conseguirlo, y a pesar de lamentar muertes como la de Alí Salih, un joven destacado de la sección informática, la Biblioteca Nacional de Irak logró poner en línea su sitio web: www.iraqnla-iq.com.

lunes, 14 de octubre de 2013

La doctrina Obama por Noam Chomsky *



































































































































































































































































































































































































L





a reciente escaramuza Obama-Putin con respecto al excepcionalismo estadunidense volvió a encender el debate sobre la doctrina Obama: ¿se dirige el presidente hacia el aislacionismo o portará con orgullo la bandera del excepcionalismo?
El debate es más estrecho de lo que parece. Existe considerable terreno común entre las dos posiciones, como expresó con claridad Hans Morgenthau, fundador de la escuela realista de relaciones internacionales, exenta de sentimentalismos, que domina hoy día.
A lo largo de su obra, Morgenthau describe a Estados Unidos como único entre las potencias pasadas y presentes, en cuanto tiene un propósito trascendente que debe defender y promover en todo el mundo: la instauración de la igualdad y la libertad.
Los conceptos en competenciaexcepcionalismo y aislacionismoaceptan esta doctrina y sus diversas elaboraciones, pero difieren en cuanto a su aplicación.
Un extremo fue defendido con vigor por el presidente Obama en su mensaje del pasado 10 de septiembre a la nación:Lo que hace diferente a Estados Unidos, lo que lo hace excepcional, dijo, es que estamos dedicados a actuar,con humildad, pero con decisión, cuando detectamos violaciones en alguna parte.
Durante casi siete décadas, Estados Unidos ha sido el sostén de la seguridad global, papel que ha significado más que forjar acuerdos internacionales: ha significado asegurar que se apliquen.
El aislacionismo, en cambio, sostiene que ya no podemos darnos el lujo de realizar la noble misión de correr a apagar los fuegos que otros encienden. Toma en serio una advertencia emitida hace 20 años por el columnista Thomas Friedmanm, del New York Times, de que conceder al idealismo una influencia casi exclusiva en nuestra política exteriorpuede conducirnos a desdeñar nuestros intereses por nuestra devoción a las necesidades de otros.
Entre estos dos extremos se da el acalorado debate sobre política exterior.
En los márgenes, algunos observadores rechazan las premisas compartidas y sacan a relucir el registro histórico: por ejemplo, el hecho de quedurante siete décadas Estados Unidos ha encabezado al mundo en agresión y subversión, derrocando gobiernos electos e imponiendo despiadadas dictaduras, apoyando crímenes horrendos, socavando acuerdos internacionales y dejando estelas de sangre, destrucción y miseria.
Morgenthau dio respuesta a esas criaturas desorientadas. Académico serio, reconoció que Estados Unidos ha violado con consistencia su propósito trascendente, pero explica que oponer esa objeción es cometer el error del ateísmo, que niega la validez de la religión con fundamentos similares.
La realidad, sostiene, es el propósito trascendente de Estados Unidos; el registro histórico no es más que el abuso de la realidad.
En suma, el excepcionalismo y elaislacionismo estadunidenses vienen a ser variaciones tácticas de una religión secular, cuya fascinación extraordinaria va más allá de la ortodoxia religiosa normal en cuanto apenas si es posible percibirla. Puesto que ninguna alternativa es concebible, esta fe se adopta por reflejo.
Otros expresan la doctrina con mayor crudeza. Jeane Kirkpatrick, quien fue embajadora del ex presidente Reagan ante la Organización de Naciones Unidas, desarrolló un nuevo método para desviar las críticas a los crímenes de Estados Unidos. Los que se oponían a considerarlos meros tropiezos oingenuidad inocente podían ser acusados del equivalente moral a afirmar que Estados Unidos no es diferente de la Alemania nazi o de cualquier demonio que esté en boga. Esta argucia ha sido usada en muchos casos para proteger el poder ante cualquier escrutinio.
Hasta la academia seria se amolda. Así, en el número más reciente de la revista Diplomatic History, el erudito Jeffrey A. Engel reflexiona sobre la significación de la historia para quienes trazan las políticas.
Engel cita Vietnam, donde,dependiendo de la persuasión política que se tenga, la lección es “evitar las arenas movedizas de la intervención –aislacionismo– o la necesidad de dar rienda suelta a los comandantes militares para que operen libres de presión política” al cumplir la misión de llevar estabilidad, igualdad y libertad destruyendo esos países y dejando un reguero de millones de cadáveres.
La cuota mortal de Vietnam continúa creciendo hasta el presente a causa de la guerra química que el ex presidente Kennedy montó allá, al mismo tiempo que aumentaba su apoyo a una dictadura asesina para un ataque en gran escala, el peor caso de agresión ocurrido durante las siete décadas de Obama.
Otra persuasión política es imaginable: una indignación como la que adoptaron los estadunidenses cuando Rusia invadió Afganistán o cuando Saddam Hussein invadió Kuwait. Pero la religión secular nos impide vernos a nosotros mismos bajo una lente similar.
Un mecanismo de autoprotección es lamentar las consecuencias de nuestras omisiones. Así, el columnista del New York Times David Brooks, al reflexionar sobre el deslizamiento de Siria hacia un horror semejante a Ruanda, concluye que el asunto de fondo es la violencia sunita-chiíta que destroza a esa nación.
Esa violencia, afirma, es testimonio del fracaso de la reciente estrategia estadunidense de retirarse y dejar una presencia ligera y de la pérdida de lo que el ex funcionario del servicio exterior Gary Grappo llama la influencia moderadora de las fuerzas estadunidenses.
Los que aún se dejan engañar por elabuso de la realidad –eso es, de hecho– podrían recordar que la violencia sunita-chiíta fue resultado del peor crimen de agresión del nuevo milenio: la invasión estadunidense de Irak. Y los cargados de memorias más ricas podrían recordar que en los juicios de Nuremberg se sentenció a criminales a la horca porque, según el tribunal, la agresión es el crimen internacional supremo, diferente de otros crímenes de guerra sólo en que contiene en sí mismo el mal acumulado del todo.
Ese mismo lamento es tema de un celebrado estudio de Samantha Power, la nueva embajadora de Washington ante Naciones Unidas. En Un problema del infierno: Estados Unidos en la era del genocidio, Power escribe sobre los crímenes de otros y nuestra inadecuada respuesta. Dedica una oración a uno de los pocos casos durante las siete décadas que podría calificar como genocidio: la invasión de Timor Oriental por Indonesia, en 1975. Trágicamente, Estados Unidosmiró para otro lado, informa Powers.
Daniel Patrick Moynihan, quien la precedió en el cargo ante la ONU en tiempos de la invasión, vio el asunto de modo diferente. En su libro A dangerous place, describió con gran orgullo cómo llevó a la ONU a ser del todo inefectiva en las medidas que tomó para parar la agresión, porque Estados Unidos deseaba que las cosas resultaran de ese modo.
Y de hecho, lejos de mirar a otro lado, Washington dio luz verde a los invasores indonesios y les proporcionó de inmediato equipo militar letal. Estados Unidos impidió actuar al Consejo de Seguridad de la ONU y continuó prestando firme apoyo a los agresores y sus actos genocidas, entre ellos las atrocidades de 1999, hasta que el entonces presidente Bill Clinton marcó el alto, lo cual pudo haber ocurrido en cualquier momento de los 25 años anteriores.
Pero eso es mero abuso de la realidad. Es muy fácil continuar, pero no tiene caso. Brooks tiene razón en insistir en que deberíamos ir más allá de los terribles sucesos que tenemos a la vista y reflexionar en los procesos subyacentes y las lecciones que derivan de ellos.
Entre éstas, ninguna tarea es más urgente que liberarnos de las doctrinas religiosas que condenan al olvido los hechos de la historia y refuerzan de ese modo nuestros fundamentos para nuevosabusos de la realidad.
El libro más reciente de Noam Chomsky es Power systems: conversations on global democratic uprisings and the new challenges to US Empire. Interviews with David Barsamian (Sistemas de poder: conversaciones sobre levantamientos democráticos en el mundo y nuevos desafíos al imperio estadunidense: entrevistas con David Barsamian) Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, Mass., EU).
© Noam Chomsky, 2013. Distributed by The New York Times Syndicate.
Traducción: Jorge Anaya

viernes, 11 de octubre de 2013

CURSO DE IDIOMA ÁRABE CÁTEDRA LIBRE DE ESTUDIOS ÁRABES

encabezado seube


Docente/s: 
Lic. El Mouradi Mohamed
Código: 
400

NIVEL PREBÁSICO: Este curso se propone abordar el estudio- aprendizaje de los rudimentos básicos de la lengua árabe. Para realizar el curso no son necesarios conocimientos previos de lengua ni de escritura árabe. El carácter inicial de la formación permite que todos los alumnos partan de un mismo nivel, se haya tenido o no contacto anterior con la lengua.
El curso está planteado para que al final del mismo, los alumnos tengan conocimiento global de los sistemas gráficos y fonológicos del árabe, adquieran el vocabulario básico que les ayudará a resolver situaciones sencillas de comunicación y, por último, tengan conocimiento de las estructuras gramaticales básicas.

El MOURADI MOHAMED

Bachillerato en Letras Modernas, especialidad lengua española (Liceo Idriss El Harti, 

Casablanca, Marruecos).
Licenciatura en Filología Hispánica, (Universidad Hassan II- Facultad de Letras y Ciencias 

Humanas  de Ain Chock, Casablanca, Marruecos).
Segundo año académico (Escuela Superior Rey Fahd de Traducción  de Tánger, 

Marruecos), combinación lingüística Árabe-Español-Francés.
Diploma Aptitud Profesional para la Enseñanza Secundaria, Escuela Normal Superior de 
Tetuán, Marruecos. (Profesor de español lengua extranjera).

Traductor intérprete de idioma árabe en el Centro Cultural Islámico Rey Fahd, Buenos Aires, Argentina.

DÍA Y HORARIO: Viernes de 19 a 21 hs.
AULA: 131
FECHA DE INICIO: 11 de octubre
ARANCEL: no arancelado