Reseña de "Los drusos de Belgrado", de Rabee Jaber
Los drusos de Belgrado fue galardonada en 2012 con el International Prize of Arabic Fiction, conocido como el Booker árabe. Su autor, Rabee Jaber (Beirut, 1972), es uno de los escritores de su generación que goza de mayor prestigio entre crítica y público árabe en general, no solo libanés. Jaber cuenta con una abundante obra narrativa, y varias de sus novelas han sido traducidas al inglés (The Mehlis Report), francés (Berytus, une ville sous terre; Amerika) e italiano (Comme fili di seta). Los drusos de Belgrado forma parte de una corriente de novela histórica de gran éxito en el mundo árabe. Como en Occidente, esta moda admite dos versiones: la de enfoque best-seller y la más plenamente literaria. A esta segunda pertenece esta obra que elige un trasfondo histórico fascinante y poco conocido: las luchas fratricidas que mantuvieron los señores del Mediterráneo oriental durante la segunda mitad del siglo XIX para afianzar su cuota de poder ante el moribundo Imperio Otomano. Un hombre cualquiera, un vendedor de huevos maronita de Beirut, es confundido con un rebelde druso y apresado y enviado a Belgrado. A partir de ahí comienza una peripecia que le acaba convirtiendo prácticamente en un druso. Así lo creen los demás, e incluso él mismo, que ya no ve claro cuáles son sus límites identitarios. La novela aborda también las relaciones entre violencia y degradación humana, aunque no sucumbe al pesimismo y deja la puerta abierta a una fraternidad siempre reparadora.
El traductor de Los drusos de Belgrado, Francisco Rodríguez Sierra, se ha enfrentado a una labor compleja, que ha resuelto con gran habilidad. La dificultad proviene de dos factores. Por un lado, en el relato se superponen multitud de registros lingüísticos, pues estando escrito en árabe refleja a la vez las dificultades de comunicación y anímicas del protagonista, un libanés prisionero del ejército otomano que recorre a finales del siglo XIX las diversas comunidades del Mediterráneo oriental (turcos, griegos, serbios, bosnios, árabes). Por otro, se multiplican los culturemas del trasfondo sociohistórico del argumento, encuadrado en la descomposición del Imperio Otomano y las luchas fratricidas entre sus confesiones y etnias. En ambas circunstancias el marco de unas identidades mudables en fronteras imaginarias tiene su correlato en la lengua de la narración, documentada en testimonios y obras coetáneos a los acontecimientos novelados, que se recogen en el anexo bibliográfico final.
En español, Los drusos de Belgrado es la primera traducción de una obra de Jaber. El poco tiempo transcurrido entre la publicación original (2011) y la traducción de la novela no anima a suponer que se haya producido un cambio cualitativo en la dinámica que hasta ahora ha presidido la traducción de literatura árabe en España, caracterizada por el desinterés de las editoriales generalistas por los autores jóvenes y las obras más recientes. Pese a ello hay que saludar la nueva colección de Turner de narrativa árabe (llamada Kitab), que se inauguró en 2013 con esta novela y ya cuenta con tres títulos más: El oasis, de Baha Taher, Azazel, de Youssef Ziedan y Fragmentos de Bagdad, de Sinan Antoon.
Rabee Jaber, Los drusos de Belgrado, traducción de Francisco Rodríguez Sierra, Madrid, Turner, 2013.
Luz Gómez es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid. Es autora, entre otras obras, de Diccionario de islam e islamismo (Madrid, Espasa, 2009). Recientemente ha editado el volumen colectivo BDS por Palestina. El boicot a la ocupación y el apartheid israelíes (Madrid, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2014).
El traductor de Los drusos de Belgrado, Francisco Rodríguez Sierra, se ha enfrentado a una labor compleja, que ha resuelto con gran habilidad. La dificultad proviene de dos factores. Por un lado, en el relato se superponen multitud de registros lingüísticos, pues estando escrito en árabe refleja a la vez las dificultades de comunicación y anímicas del protagonista, un libanés prisionero del ejército otomano que recorre a finales del siglo XIX las diversas comunidades del Mediterráneo oriental (turcos, griegos, serbios, bosnios, árabes). Por otro, se multiplican los culturemas del trasfondo sociohistórico del argumento, encuadrado en la descomposición del Imperio Otomano y las luchas fratricidas entre sus confesiones y etnias. En ambas circunstancias el marco de unas identidades mudables en fronteras imaginarias tiene su correlato en la lengua de la narración, documentada en testimonios y obras coetáneos a los acontecimientos novelados, que se recogen en el anexo bibliográfico final.
En español, Los drusos de Belgrado es la primera traducción de una obra de Jaber. El poco tiempo transcurrido entre la publicación original (2011) y la traducción de la novela no anima a suponer que se haya producido un cambio cualitativo en la dinámica que hasta ahora ha presidido la traducción de literatura árabe en España, caracterizada por el desinterés de las editoriales generalistas por los autores jóvenes y las obras más recientes. Pese a ello hay que saludar la nueva colección de Turner de narrativa árabe (llamada Kitab), que se inauguró en 2013 con esta novela y ya cuenta con tres títulos más: El oasis, de Baha Taher, Azazel, de Youssef Ziedan y Fragmentos de Bagdad, de Sinan Antoon.
Rabee Jaber, Los drusos de Belgrado, traducción de Francisco Rodríguez Sierra, Madrid, Turner, 2013.
Luz Gómez es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid. Es autora, entre otras obras, de Diccionario de islam e islamismo (Madrid, Espasa, 2009). Recientemente ha editado el volumen colectivo BDS por Palestina. El boicot a la ocupación y el apartheid israelíes (Madrid, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2014).
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