miércoles, 2 de septiembre de 2015

Israel y Palestina a través del cine

Por Carmen Chato para esglobal
10 documentales que abren una puerta a un conflicto enquistado. ¿Cómo viven día a día palestinos e israelíes y cómo luchan por conseguir la paz?
Two sided story (2012)
Palestinos e israelíes en la playa en Tel Aviv. Uriel Sinai/Getty Images
Palestinos e israelíes en la playa en Tel Aviv. Uriel Sinai/Getty Images
The Parents Circle Forum, asociación de familias palestinas e israelíes afectadas por el conflicto, muestra en esta cinta -dirigida por Tor Ben- Meyor- sus reuniones y, como ellos dicen, si los que han perdido lo más importante en la vida se pueden reunir e intentar comprenderse, por qué no lo van hacer los líderes en política. La confrontación de las dos narrativas se pone al servicio del trabajo por la reconciliación en unas sociedades que viven de espalda a la existencia del otro. A través de la empatía intentan alcanzar el entendimiento del punto de vista de su contraparte. Un proceso que pretende acabar con el círculo de violencia, eliminando la venganza a través de la dignidad, la valentía y el compromiso con la paz de estas familias.

The house of tomorrow (2011)
Al amparo de las charlas TEDx, surgió la idea entre dos mujeres -Hanan Kattan y Shamim Sarif-, una israelí y otra de ascendencia palestina, de realizar un evento llamado: TEDx: HolyLand. El empoderamiento de la mujer y el papel de las minorías son sus temas centrales acercando la realidad de personas, mujeres en concreto, que son beduinas en Israel, cristianas entre musulmanes, israelíes pero árabes o empresarias en Palestina. La casa del mañana que ellas quieren construir yace sobre la capacidad, a veces relegada a un segundo plano, que las mujeres tienen para provocar un cambio en sus sociedades, a través del liderazgo y de nuevas perspectivas. En el año 2000 Naciones Unidas adoptó la resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre mujeres, paz y seguridad para potenciar un papel más activo de las mujeres, así como la inclusión de la perspectiva de género en la prevención, gestión y resolución de conflictos dado el poco índice de participación femenina en estos campos.

The law in these parts (2011)
detencionpalestina
Soldados israelíes detienen a una mujer palestina durante una manifestación contra la ocupación. HAZEM BADER/AFP/GettyImages
Tras la guerra de 1967 Israel impuso un sistema judicial militar y temporal en Cisjordania y la Franja de Gaza. 40 años después, la presencia israelí es clasificada como ocupación y lo temporal ha pasado a ser permanente. Con una narrativa audiovisual que mezcla imágenes de archivo con entrevistas actuales de jueces y asesores legales que ayudaron a construir y postergar este sistema, la cinta recuerda a The Gatekeepers (2012) no sólo por la estética sino también por el papel que han jugado los entrevistados en la historia de Oriente Medio. Dilemas morales, valores democráticos en cuestionamiento, algunos entrevistados afirman que es antinatural un sistema que ha sido ideado para ser perecedero y ha hecho que sean los jueces que a su vez son militares y por lo tanto ciudadanos los que juzguen a sospechosos que consideran además sus enemigos en un conflicto sin aparente fin. Dirigido por Ra’anan Alexandrowicz.

Would you have sex with an Arab? (2011)
De título deliberadamente provocativo y que puede resultar banal, lo cierto es que esta película -dirigida por Yolande Zauberman- habla de una barrera invisible pero real: las relaciones interpersonales entre las distintas culturas y religiones. A través de una pregunta directa se producen en los entrevistados todo tipo de reacciones. Desde el rechazo absoluto a la autocrítica por sus propias respuestas. De la aceptación natural del otro a la reflexión sobre la repercusión que podría tener en el ámbito familiar una pareja mixta. En un país, Israel, en el que sólo existe el matrimonio religioso pero que reconoce por ley los matrimonios civiles realizados en el extranjero, muchos de sus ciudadanos -alrededor de 20.000 cada año- deciden casarse en otros países como en la cercana Chipre, en Rusia o en Estados Unidos. El muro, por lo tanto, se levanta, estando presente también en el espacio más íntimo de sus ciudadanos.

Israel vs Israel (2010)
qalandiapalestina
Soldado israelí revisa el bolso de una palestina en el ‘checkpoint’ de Qalandia entre Ramala y Jerusalén. ABBAS MOMANI/AFP/Getty Images
Dirigida por Terje Carlsson. ¿Qué tienen en común un ex militar, un rabino, una civil y un anarquista? Todos son israelíes además de tener una causa común: luchar por los derechos humanos. Desde un amplio espectro de valores y planteamientos, rechazan la política de su Gobierno relativa a los asentamientos, el muro y los checkpoints. Breaking the Silence, Rabbis for Human Rights, Machsom Watch y Anarchists Against the Wall son las asociaciones cuyo trabajo pone en el punto de mira los accesos desde Cisjordania y la Franja de Gaza a Israel. Accesos como el checkpoint de Qalandia situado entre Ramala y Jerusalén y considerado el de más afluencia con cerca de 20.000 personas por día. Todos estos puntos de control que siguen aumentando –en 2011 fueron contabilizados hasta 522-, tienen como resultado la vulneración de la libertad de movimiento de los habitantes de los Territorios Ocupados, así como las diferencias directas entre la movilidad de los palestinos, que pueden llegar a sufrir horas de retenciones y controles, y la de los colonos, que disfrutan de una normativa mucho más laxa.

Budrus (2009)
Este documental ambientado en la localidad cisjordana de Budrus fue dirigido por Julia Bacha y cuenta como actores principales con 1.500 habitantes en su mayoría agricultores. ¿Motivos para ser protagonista de un documental? En principio, ninguno. En 2003 el Ejército israelí llega a Budrus para salvaguardar la construcción del muro de separación en la zona. Parece que seguimos con la calma tensa de los Territorios Ocupados. Lo anodino se transforma en argumento cinematográfico cuando el pueblo, liderado por Ayed Morrar, vecino y miembro de Fatah, decide unir fuerzas y realizar su resistencia pacífica. 10 meses protestando para alcanzar su objetivo: conseguir alterar el trazado del muro uniendo a facciones políticas, a vecinos y a activistas internacionales. Budrus no sólo nos acerca esta historia de lucha a través de la protesta pacífica, nos habla del muro de separación como componente activo del conflicto, una barrera considerada por la Corte Internacional de Justica como una violación del Derecho Internacional, pero de la que ya se ha construido el 62% de sus 700 kilómetros proyectados. Además, capta a través de su cámara el significado del olivo, resistente y robusto, que para los palestinos simboliza el arraigo a la tierra por la que los dos pueblos luchan.

Encounter point (2006)
Religiosos judíos israelíes abrazan a un palestino musulmán durante el funeral de un colono activista por la paz. DAVID BUIMOVITCH/AFP/Getty Images
Religiosos judíos israelíes abrazan a un palestino musulmán durante el funeral de un colono activista por la paz. DAVID BUIMOVITCH/AFP/Getty Images
Quien quiera conocer la actitud de la opinión pública para la consecución de la paz entre palestinos e israelíes, Encounter Point es su película. El documental, dirigido por Ronit Avni y producido –al igual que Budrus– por la organización pacifista Just Vision, nos acerca al trabajo que ésta realiza para alcanzar la paz a través del diálogo. Tras más de dos años de trabajo, Encounter Point muestra las barreras a las que hacen frente personas cuya vida cotidiana se desarrolla con el trasfondo del conflicto. Deciden que, para alcanzar un acuerdo, deben trabajar codo con codo y, por lo menos, empezar a hablar. ¿Les suena? En este 2013 no sólo se han cumplido los 20 años de los Acuerdos de Oslo sino que los negociadores se han vuelto a reunir tras tres años de atasco en las negociaciones de paz. El derecho de los palestinos a regresar, los asentamientos judíos, la cuestión de los dos Estados o la existencia de uno solo son temas que siguen estando encima de la mesa. Mientras los diplomáticos y los políticos intentan llegar a un acuerdo, los ciudadanos y los activistas trabajan en el día a día por aportar una solución.

Peace, propaganda and the promised land (2004)
La contextualización, el marco y la objetividad en la información brillan por su ausencia en el tratamiento informativo del conflicto entre Israel y Palestina en los medios de comunicación de Estados Unidos. O al menos, eso es lo que denuncia este documental –dirigido por Sut Jhally y Bathsheba Ratzkoff-. Realizando un estudio del uso del lenguaje y de la falta de análisis en comparación con otros medios internacionales, esta película transmite la idea de la existencia de una opinión pública manipulada con una información sesgada de una zona de gran interés geopolítico. Los datos revelan que el 64 % de los adultos de EE UU, en relación y en el contexto del conflicto de Oriente Medio, apoyan la opción de los israelíes; mientras que aquellos que simpatizan con los palestinos son un 12%, porcentaje similar a aquellos que no se decantan por ninguno de los dos: 11% de los encuestados.

Shalom Abu Bassem (2004)
Calle Haladiya, Jerusalén. Dos vecinos, Danny Robbins y Abu Bassem, judío de Nueva York y árabe de Jerusalén. Los dos quieren vivir en la Ciudad Santa, los dos consideran que es su hogar. Pero para alcanzar sus anhelos, tienen que coexistir, respetarse y convivir. Veinte años de historia y de historias del barrio árabe en Jerusalén Este, dos décadas de la vida cotidiana de personas que tienen que poner de su parte para lograr una coexistencia. Pero los efectos del conflicto se dejan ver en la vida diaria, en la que más que una comunidad de vecinos se tiene el peso sobre los hombros de la historia. Los pequeños avances hacia la reconciliación y los visos de cotidianeidad terminan por resentirse y, con ello, se tambalean los sueños de paz de los habitantes de la calle Haladiya. Dirigida por Nissim Mossek.

Arna’s children (2003)
Mural realizado por niños en Jenín. SAIF DAHLAH/AFP/Getty Images
Mural realizado por niños en Jenín. SAIF DAHLAH/AFP/Getty Images
La historia que nos cuenta Arna’s Children –de Juliano Mer Khamis- es la historia de los chicos de Jenín y de Arna Mer Khamis que puso en marcha el proyecto Care & Learning tras la Primera Intifada (1987). Su objetivo era que los protagonistas pudieran encontrar nuevas maneras de expresarse contra la ocupación y así facilitar una vía de resistencia fuera de la lucha violenta. Tras conseguir el Premio Nobel Alternativo concedido por el Parlamento sueco, Arna levantó en 1993 el teatro, The Stone Theatre, para llevar a cabo su idea de la resistencia a través de la cultura. El documental muestra como el proyecto tuvo éxito, pero el edificio fue destruido por la invasión israelí en 2002. Finalmente, muchos de los chicos de Jenín terminaron radicalizando sus posturas, enrolándose en la lucha armada y muriendo algunos en actos terroristas. En la actualidad, el legado de este trabajo continúa en Jenín, donde se reabrió el teatro en 2006 tras el éxito del documental dirigido por el hijo de Arna. Se le rebautizó como The Freedom Theatre.
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miércoles, 26 de agosto de 2015

Un año después, Estado Islámico crece y florece

EN EL ANIVERSARIO DE LA OFENSIVA DE LA OTAN PARA ANIQUILARLO, EL 

CALIFATO CONTROLA VASTAS REGIONES DE SIRIA E IRAK

La influencia regional de Estado Islámico y las repercusiones que su retórica y sus acciones tienen en Europa son enormes. El fracaso acecha todos los intentos estadounidenses por debilitarlo, más allá de los golpes mediáticos.


Jóvenes musulmanes se unen por centenas a las filas de EI para pelear en Irak o Siria. Imagen: EFE
 Por Eduardo Febbro
Desde París
Un año después (8 de agosto de 2014) de que la coalición de 19 países liderada por Estados Unidos iniciara en Irak la campaña militar contra Estado Islámico, este grupo sunnita radical está lejos de haber sido neutralizado. Incluso si el pasado 18 de agosto la aviación norteamericana mató al número dos de EI, Fadhil Ahmad al Hayali –también se lo conocía como Abu Muslim al Turkmani o Hajji Mutazz–, las fuerzas de este movimiento que controla vastas regiones de Irak y Siria y tiene como objetivo instaurar un califato radical en esas zonas no han hecho más que crecer. La Casa Blanca juzga como un duro golpe la muerte de Fadhil Ahmad al Hayali porque el líder era uno de los coordinadores centrales de EI y tenía a su cargo la logística del transporte de armas, explosivos y personas entre Irak y Siria. Pero una lectura más estadística de la realidad desautoriza cualquier ilusión optimista. En primer lugar, la influencia regional de Estado Islámico y las repercusiones que su retórica y sus acciones tienen en Europa son enormes.
El fracaso acecha todos los intentos estadounidenses por debilitar a Estado Islámico. En un año, IE se ha expandido de manera vertiginosa al tiempo que provocó una ola de adhesiones constantes en el mundo árabe y, en Europa, activó un flujo de jóvenes musulmanes que se unen por centenas a sus filas para pelear en Irak o Siria. Según cifran de manera convergente los servicios secretos occidentales, con más de un año de guerra a cuestas, Estado Islámico mantiene un núcleo de combatientes que no ha variado: 31 mil hombres, de los cuales 25 mil son extranjeros. De estos 25 mil, cerca de 5 mil son oriundos de Europa occidental. Un informe de la ONU de mayo pasado da cuenta de que unos cien países, es decir, la mitad del planeta, nutre con sus hombres las filas de Estado Islámico. Las campañas de reclutamiento de IE son eficaces. Sus eslogan que presentaban al califato como el “arca de Noé” que salvará a los musulmanes cuando llegue el momento final impactan entre los jóvenes de estos países. Además IE se ha dotado de una estructura de comunicación especialmente diseñada para atraer a combatientes, el Al Hayat Media Center. Al Hayat (La vida) publica tres revistas, IS Report, IS News y Dabiq, y difunde varios videos por año. En uno de los números publicados casi a finales de 2014, Diabiq decía: “Unanse a Estado Islámico con sus padres, sus hermanos y hermanas, sus esposos y esposas y sus hijos. Vengan a participar a la liberación de La Meca, de Medina y de Jerusalén. ¿Acaso no quieren llegar al día del juicio final con grandes actos en sus balanzas?”. En un video de Al Hayat titulado Come my friend, Estado Islámico presentaba un montaje lleno de hombres en armas y de imágenes de victoria. La banda decía: “La felicidad pertenece hoy a la gente de fe”.
El éxito de esas campañas de seducción explica en mucho la estabilidad del movimiento. Wa- shington afirma que desde agosto de 2014 mató a poco más de 10 mil combatientes. Sin embargo, esto no ha cambiado ni la estrategia de Estado Islámico ni tampoco mermado su progresión. El arribo constante de combatientes extranjeros seducidos por la aventura radical sustenta las filas de Estado Islámico con un ejército en perpetua renovación, indemne ante las pérdidas que sufre. En lo que atañe a Francia, el Ministerio de Interior reveló que del total de casi mil franceses que se unieron a EI desde el inicio del conflicto, alrededor de siete combatientes franceses mueren cada mes. En 2013 había sólo 86 franceses implicados en una u otra rama jihadista.
Hoy son cerca de 2 mil franceses con manifiestas intenciones de sumarse a las filas de EI. El Estado francés trata de frenar el imán de la retórica jihadista mediante una campaña nacional cuyo principal enunciado dice: “En realidad, vas a descubrir el infierno en la Tierra y morirás lejos de tu hogar”. Estado Islámico y sus atractivas retóricas ha desestabilizado desde el interior a las sociedades occidentales. Nada más que en Francia, 19 personas murieron entre enero y julio de 2015 en distintos atentados perpetrados por jihadistas nacionales.
En el plano estrictamente militar, salvo un caso, Estados Unidos fracasó en todos sus intentos por recuperar las regiones en manos de los hombres que responden al jefe de EI, Abubaker al Bagdadí. Las cifras son impresionantes: el Pentágono desplegó en Irak 3500 asesores mientras que, desde 2014, se llevaron a cabo más de 6 mil acciones militares. Como si nada. La única conquista territorial de la coalición occidental es Tikrit, en Irak. El fracaso más rotundo fue el fallido operativo para recuperar la ciudad Iraquí de Mosul. A cambio, IE se dio el lujo de invadir y controlar Ramadi, la estratégica capital de la provincia iraquí de la provincia de Anbar.
En Siria, los bombardeos de Estados Unidos y de sus aliados árabes ablandaron las posiciones de EI en la frontera con Turquía. A principios de agosto, Washing- ton desplegó aviones F16 en la base turca de Incirlik, situada en la frontera con Siria. La autorización dada por Ankara para que la primera potencia mundial se instalara en su suelo destapó una incalculable respuesta política por parte de IE. A mediados de agosto, IE difundió un video en turco con claras amenazas a Turquía y un llamado a la rebelión contra su presidente, Recep Tayyip Erdogan. El jefe del Estado es acusado de “traidor” y de “Satán” por haber permitido a Estados Unidos operar en su territorio. “Conquistaremos Estambul porque el traidor Erdogan está tratando de entregársela a los cruzados”, dice en el video un barbudo en armas. Además, IE empezó a adoptar en Turquía el mismo perfil estratégico comunicacional que en el resto del mundo. Empezaron a aparecer bajo sus siglas revistas de propaganda como Konstantiniyyé con una retorica pimentada y abiertamente hostil dirigida a las actuales autoridades.
A su manera dislocada y permanente, no pasa un mes sin que el Estado Islámico consiga llevar a cabo acciones tan espeluznantes como eficaces. La última fue la decapitación de un hombre de 81 años, Jaled Asaad, uno de los más prestigiosos arqueólogos de la ciudad siria de Palmira. El sitio arqueológico de Palmira está catalogado como Patrimonio mundial de la Humanidad por la Unesco. A finales de mayo de 2015, los hombres de Estado Islámico tomaron el control de esta localidad situada a 250 kilómetros de Damasco. El discurso oficial de la coalición continúa siendo alentador, los resultados, menos. Cada golpe recibido no puso al IE de rodillas sino que, como si tuviera una lámpara de Aladino, modificó su estrategia y amplió sus bases. El general John Hesterman, jefe de la fuerza aérea del comando militar norteamericano en Medio Oriente, declaró: “Los bombardeos aéreos tuvieron un efecto profundo sobre el enemigo”. Pero el mismo general aclaró que 75 por ciento de los aviones regresan de su misión sin haber lanzado las bombas. En esta guerra asimétrica liderada por un Estado Nación –Estados Unidos– contra un movimiento de jihadistas insurgentes que nació con el desmembramiento de Irak provocado por Washington y sus aliados en 2003 no todo está muy definido. En la coalición actual hay cinco países árabes y, entre ellos, algunos como Qatar, han sido reiteradamente acusados de haber financiado a grupos sunnitas radicales. La CIA aseguró a principios de año que el IE recibe aproximadamente tres millones de dólares por día, lo que hace del Estado Islámico una de las organizaciones terroristas más ricas de la historia. Una buena parte de esos fondos provienen de riquísimos donantes de los países del Golfo, los mismo que, en mayor o menor medida, forman parte de la coalición. Estas extrañas dualidades remiten a los tiempos de Osama bin Laden. El fundador de Al Qaida se había aliado con Estados Unidos para combatir la invasión soviética de Afganistán. Luego, su país de origen, Arabia Saudita, se alió con Washington y permitió que Estados Unidos instalara sus bases para responder a la invasión de Kuwait (1990) por parte del difunto presidente iraquí Saddam Hussein. Bin Laden rompió su pacto con Estados Unidos y se volvió su principal enemigo. Las mismas semillas vacilantes crecen en las tierras del Estado Islámico. Un año después, la capacidad operacional de IE está intacta y sus brazos irrigan Occidente y también siembran la destrucción en otros países. En junio pasado, el mismo día, IE llevó a cabo una ofensiva destructora contra la ciudad kurda de Kobane, en Siria, perpetró un atentado contra turistas occidentales en la playa tunecina de Sousse, hizo volar una mezquita en Kuwait mientras que, en Francia, un terrorista afiliado a EI, Yassin Salhi, decapitó a una persona cuando trató de hacer explotar un depósito de distribución de gas. La geopolítica de las bombas no ha hecho más que acelerar el circuito de la geopolítica del terror.
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martes, 18 de agosto de 2015

Guerra Fría en Oriente Próximo


La descomposición estatal y fragmentación territorial en Siria, Irán o Yemen son un polo de atracción para los yihadistas. La comunidad internacional debe tratar de apaciguar las turbulentas aguas de la zona antes de que se conviertan en sunami




EULOGIA MERLE

Oriente Próximo ha entrado en una nueva era tras el acuerdo alcanzado en Viena entre Irán y el G5+1, por el cual Irán se compromete a limitar su actividad nuclear durante la próxima década y consigue, a cambio, el levantamiento de las sanciones internacionales. Una de las incógnitas por despejar es si dicho acuerdo aliviará la situación en Siria, Irak o Yemen o, por el contrario, agudizará la guerra fría que libran Irán y Arabia Saudí por la hegemonía regional.
No es ningún secreto que ambos países mantienen una tormentosa relación desde el triunfo de la Revolución Islámica. Las relaciones bilaterales se han visto afectadas por el antagonismo religioso-ideológico y la competencia geo-estratégica, dado que ambos actores se perciben a sí mismos como los líderes naturales de la región. Aunque a menudo se suele describir esta relación conflictiva como una lucha entre suníes y chiíes, en realidad la confrontación va mucho más allá, pues también supone la colisión de dos modelos irreconciliables: el revolucionario y antiimperialista iraní versus el conservador y prooccidental saudí.
La invasión estadounidense de Irak en 2003 hizo saltar por los aires los equilibrios regionales vigentes hasta el momento siendo Irán el principal beneficiado de la implantación de un Estado sectario controlado por los chiíes, que desplazaron a la élite baazista suní en Bagdad. Las revueltas antiautoritarias de 2011 evidenciaron la debilidad de los regímenes autoritarios, pero también sumergieron a la región en una inestabilidad crónica. Desde entonces, países como Irak, Siria o Yemen viven inmersos en una espiral de violencia sin precedentes caracterizada por la descomposición del Estado central, las tensiones étnico-sectarias y la expansión yihadista.
Esta conflictividad no sólo se explica aludiendo a factores endógenos: la implicación de Arabia Saudí e Irán, las dos principales potencias de Oriente Próximo, ha sido determinante para llevarlos al callejón sin salida actual. Las prioridades de Arabia Saudí son tres: restablecer el equilibrio de poder previo a 2003, cortocircuitar las transiciones democráticas iniciadas en 2011 y, sobre todo, preservar al reino saudí de cualquier turbulencia que amenace su seguridad. Por su parte, Irán pretende garantizar su profundidad estratégica frente a su principal enemigo: Israel, lo que requiere evitar la caída de Bachar el Asad en Siria, mantener bajo su órbita de influencia al Gobierno de Haidar Al Abadi en Irak y sostener a Hezbollah para que siga siendo un actor clave en Líbano.
De esta forma, Irán pretende apuntalar un arco chií que va desde Irán hasta Líbano pasando por Irak y Siria e, incluso, extenderlo a otros países de la península arábiga con población chií, ya sea mayoritaria como en Bahréin o minoritaria como en Yemen. En este cuadro, Siria representa una primera línea de defensa para el mantenimiento de la influencia iraní en Oriente Próximo. De ahí el decisivo apoyo financiero y la vital asistencia militar que Teherán ha prestado a Damasco, indispensable para la supervivencia política de Bachar el Asad.

El acuerdo alcanzado en Viena sobre la actividad nuclear de Irán abre una nueva era en la zona
Consciente de todo lo que se jugaba, Arabia Saudí tampoco se ha quedado de brazos cruzados. Tras el inicio de la primavera árabe, Riad movilizó todos sus recursos para desactivar unas revueltas que, con sus demandas de libertades y de justicia social, suponían un auténtico órdago para el propio reino. Para cortar de raíz un posible efecto contagio se pusieron en marcha una serie de medidas encaminadas a garantizar la paz social, entre ellas el alza de salarios, el incremento de los subsidios, la oferta de empleos en la Administración y la construcción de viviendas públicas. A la vez se intensificaron las políticas sectarias en el interior del país con el objeto de indisponer a la mayoría sunní contra la minoría chií, retratando a esta última como una quinta columna iraní que pretendía desestabilizar el país y propagar el caos.
En el exterior, el régimen saudí actuó de manera enérgica cuando los vientos revolucionarios se aproximaron a la península arábiga, no dudando en enviar sus tropas a Bahréin para evitar la caída de los Khalifa, cuya autoridad había sido puesta en tela de juicio por las protestas de la mayoría chií. En Egipto, un país clave por su posición geoestratégica y su peso demográfico, Arabia Saudí se alió con los sectores contrarrevolucionarios y los militares para hacer fracasar la transición pilotada por los Hermanos Musulmanes. Un eventual éxito de este experimento islamista podría haber cuestionado la propia legitimidad del sistema de Gobierno saudí, por lo que era imprescindible frenar en seco a Morsi, quien fue desalojado del poder por Abdel Fattah al-Sisi, que no tardó en convertirse en el nuevo hombre fuerte de Egipto con el beneplácito saudí.

Arabia Saudí ha actuado de manera enérgica ante los vientos revolucionarios en la península
En Siria, Arabia Saudí financió a la oposición y a los rebeldes contrarios a el Asad. Este apoyo era compatible con las prioridades de la política regional saudí basada en la contención de Irán y el debilitamiento de los Hermanos Musulmanes. Este respaldo económico, militar y logístico saudí se encaminó a los grupos salafistas integrados en el Frente Islámico, algunos con una agenda claramente sectaria, que ejercían de contrapeso al yihadista Estado Islámico, en cuyas filas combatían centenares de saudíes. La estrategia saudí pasa por evitar el surgimiento de un liderazgo sirio fuerte y cohesionado, ya que pretende mantener a los rebeldes sirios lo suficientemente fragmentados y atomizados como para garantizar su lealtad y obediencia.
Por último, Yemen representa un caso particular, puesto que ocupa la puerta trasera del reino y, por tanto, Arabia Saudí ha reaccionado con más determinación para evitar que dicho país caiga en la órbita de influencia de Irán. El rey Salmán no ha dudado en ponerse al frente de una intervención militar, bautizada como Tormenta Decisiva, junto a otros miembros del Consejo de Cooperación del Golfo con el propósito de frenar el avance de los rebeldes Huthi, de confesión chií, que tras conquistar Saná se hicieron con el control del estratégico puerto de Adén.
En todos y cada uno de los escenarios analizados, la descomposición estatal y la consiguiente fragmentación territorial se han convertido en un polo de atracción para los yihadistas. Por eso es tan imperioso que la comunidad internacional aproveche la nueva coyuntura creada por el reciente acuerdo nuclear iraní para tratar de apaciguar las turbulentas aguas de Oriente Próximo antes de que sea demasiado tarde y se conviertan en un sunami imposible de domeñar.
Ignacio Álvarez-Ossorio es profesor de Estudios Árabes en la Universidad de Alicante y coordinador de Oriente Próximo y Magreb en la Fundación Alternativas.
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¿Ha perdido el norte Amnistía Internacional? (Primera parte)

Análisis forense de los informes de Amnistía Internacional sobre la Operación Muro Protector


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Amnistía Internacional (AI) es una de las organizaciones de derechos humanos más importantes del mundo. Sus declaraciones modelan la opinión pública, mientras que los Estados se sienten obligados si no a tenerle en cuenta, cuando menos a responderle. Un movimiento a favor de la justicia que aspire a llegar a un público amplio y a influir en la política de Estado no se puede permitir ignorar a AI si esta se equivoca o cuando lo hace. Esta monografía considera que AI ha perdido verdaderamente el norte y su objetivo es documentarlo con la esperanza de que AI haga una corrección o de que sus miembros de base le obliguen a hacerla.En lo últimos años AI ha publicado informes de derechos humanos meticulosamente documentados y legalmente impecables sobre el conflicto israelo-palestino, por ejemplo Operation “Cast Lead”: 22 days of death and destruction [Operación Plomo Fundido: 22 días de muerte y destrucción] [1], una virulenta crítica del ataque de Israel a Gaza en 2008-9. Pero este no ha sido siempre el caso. Durante muchas décadas esta venerable organización de derechos humanos dio de hecho carta blanca a Israel para su práctica generalizada de la tortura en los territorios palestinos ocupados [2]. A juzgar por sus informes publicados después del ataque israelí a Gaza en el verano de 2014, la Operación Margen Protector, AI está volviendo a sus disculpas anteriores. Para quienes han llegado a fiarse de AI y citarla como fuente de un correcto informe de derechos humanos esta evolución es inquietante y profundamente frustrante. El principal objetivo de esta monografía no es dar cuenta del aparente retroceso de AI, aunque en la conclusión se aventurarán algunas conjeturas al respecto, sino documentarlo exhaustivamente y centrarse en particular en la acusación global que hace AI a Hamas [3] en el informe Unlawful and Deadly: Rocket and mortar attacks by Palestinian armed groups during the 2014 Gaza/Israel conflict [Ilegales y mortales: ataques con cohetes y mortero de grupos armados palestinos durante el conflicto Gaza/Israel de 2014] [4].
Un balance falaz
El cuadro 1 presenta los datos brutos con los que empieza necesariamente una valoración desde el punto de vista de los derechos humanos de la Operación Margen Protector (en adelante OMP) [5]. 
TABLE 1 Civilian Losses in Operation Protective Edge 
Víctimas totales
(de las cuales son niños)
Civiles
(% del total de víctimas)
Combatientes
(% del total de víctimas)
Daños directos a infraestructuras civiles (en dólares)Viviendas civiles destruidas /inhabitables
Israel 73 (1)6 ** (8)67 (92)55.000.000 [6]1 *** 
Gaza 2.200 (550)*1,560 (70) [7])640 (30)4.000.000.000 [8]18.000 ****

· * Las cifras de Gaza se han redondeado. En toda esta monografía las cifras altas se redondean en decenas, centenas o miles.
· ** Uno de los civiles era un trabajador inmigrante tailandés.
· *** Otras 11 sufrieron algún daño.
· **** Otras 38.000 sufrieron algún daño.
“Una vez más los civiles de ambas partes fueron los más castigados por la tercera guerra a plena escala en menos de seis años”, observa AI en in Unlawful and Deadly. Aunque se podría decir que esta afirmación es cierta [9], oculta la abismal diferencia entre la magnitud del sufrimiento infligido a los gazíes en comparación con el de los civiles israelíes [10]. Resulta difícil encontrar un ejemplo más gráfico de una diferencia cuantitativa que se convierte en cuanlitativa que el único niño israelí frente a los 550 niños gazíes asesinados y no merma el carácter sagrado de cada vida el indicar que si la muerte de un niño israelí es terrible, entonces, según el mismo cálculo, la muerte de niños en Gaza es 550 veces más terrible. Una Misión Médica de Investigación internacional reclutada por la filial israelí de Médicos por los Derechos Humanos y formada por eminentes profesionales médicos concluía su informe sobre OMP con esta advertencia: “Sin querer minusvalorar en modo alguno los traumáticos efectos de la guerra sobre los civiles israelíes, estos palidecen en comparación con las consecuencias de la destrucción generalizada provocada a Gaza”[11]. Incluso el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, que en el pasado deshonró su cargo con su apología a favor de Israel [12], diferenció claramente entre los ataques letales de Israel a instalaciones de la ONU durante OMP, los cuales “deplora”, y el mal uso que hizo Hamas de las instalaciones de la ONU, por el que “está consternado” [13]. Se busca en vano un reconocimiento o matización similares por parte de AI.
En conformidad con esta imagen de imparcialidad AI transmite la impresión de que Israel y Hamas fueron igualmente culpables de haber violado las leyes de guerra. Publicó dos informes después de la guerra que documentaban los crímenes de Israel y otros dos que documentaban los crímenes de Hamas (cuatro informes en total), aunque sorprendentemente dedicó en total muchas más páginas a acusar Hamas (107) que a Israel (78)[14]. En su informe Operation “Cast Lead” AI formuló más acusaciones contra Israel (60 páginas frente a 13), con lo que la distribución del espacio relativo de este informe anterior era más acorde, aunque todavía no lo fuera totalmente, con la muerte y destrucción infligidos por cada parte [15]. La introducción a cada uno de estos informes de postguerra sobre OMP equilibra metódicamente la distribución de la culpa. Como si esto no fuera suficientemente problemático, en Unlawful and Deadly se detalla a lo largo de más de dos páginas la muerte de cada niño israelí a consecuencia de los ataques de Hamas. Si AI hubiera buscado verdaderamente ser equilibrado, ¿acaso no debería haber dedicado 1.100 páginas a los niños gazíes asesinados? AI incluso sugiere que Hamas fue la parte más manifiestamente culpable en el conflicto. Así, la conclusión de Unlawful and Deadly deplora claramente “el flagrante desprecio por parte de Hamas del derecho humanitario internacional” mientras que uno de los informes recíprocos de AI, Families under the Rubble: Israeli attacks on inhabited homes [Familias bajo los escombros: los ataques israelíes a casas habitadas], concluye cautelosamente que la destrucción creada (18.000 viviendas gazíes fueron destruidas o quedaron inhabitables, lo que dejó a 110.000 personas sin hogar) “plantea preguntas difíciles al gobierno israelí que por el momento no ha contestado” [16]. Por supuesto, se puede imaginar que Hamas cometiera tantos crímenes como Israel, si no más, durante OMP, pero a primera vista sería una conclusión de lo más anómala. Tanto en términos absolutos como relativos, el grado de culpabilidad parece inclinarse fuertemente del lado israelí: Hamas mató a 73 israelíes, solo el 8% de los cuales eran civiles, mientras que Israel mató 2.200 gazíes un 70% de los cuales eran civiles; el daño causado a las infraestructuras civiles de Gaza (4.000 millones de dólares) multiplica por 70 el causado a las infraestructuras de Israel (55 millones de dólares), mientras que la proporción de viviendas civiles destruidas por Israel frente a las destruidas Hamas es de 18.000 a 1. La pregunta fascinante es cómo consigue AI convertir este balance tan enormemente desequilibrado en una acusación “ecuánime” de ambas partes en el conflicto.

Notas
[1] 2009. [Se puede consultar en castellano en http://amnistiainternacional.org/publicaciones/80-israel-gaza-operacion-plomo-fundido-22-dias-de-muerte-y-destruccion.html].[2] Norman G. Finkelstein, Knowing Too Much: Why the American Jewish romance with Israel is coming to an end (New York: 2012), p. 97.
[3] El nombre Hamas se utiliza aquí para indicar todos los grupos armados en Gaza.
[4] 2015. [Se puede consultar en castellano en https://www.amnesty.org/es/documents/mde21/1178/2015/es/]
[5] Para los antecedentes de OMP, véase Norman G. Finkelstein, Method and Madness: The hidden story of Israel’s assaults on Gaza (New York: 2014).
[6] La mayor parte de los datos de esta monografía provienen del Estado de Israel, The 2014 Gaza Conflict, 7 July-26 August 2014 (Mayo 2015). Esta informa de que las indemnizaciones totales por daños directos a civiles israelíes ascenderán a 40 millones de dólares, mientras que el Estado gastará una suma adicional de 15 millones para reparar las infraestructuras públicas dañadas (párrafos 112, 223).
[7] Las cifras de víctimas y daños en el caso de Gaza se basan en el informe de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), Fragmented Lives [Vidas fragmentadas] (marzo de 2015). Las principales organizaciones de derechos humanos que trabajan en Gaza (Al Mezan, Palestinian Center for Human Rights) cifran la cantidad de civiles muertos entre 1.600 y 1.700. [El informe de] Israel 2014 Gaza Conflict afirmaba que de los 1.700 muertos gazíes que habían sido clasificados de un total de 2.125, 940 (44 %) eran “militantes” de Hamas, 760 (36 %) eran civiles y 420 (20 %) estaban “por clasificar”. También afirma que “en todos los casos excepto raras excepciones, las mujeres, niños menores de 16 años y los ancianos se clasificaban automáticamente como “no implicados” en sus cálculos”. Dejando de lado todas los demás absurdos de la contabilidad de Israel, la cantidad de mujeres y niños gazíes asesinados (esto es, sin incluir ningún hombre adulto) sumaba ya un total de 850 personas, según la OCHA (la única discrepancia leve es que la OCHA consideraba niño a toda persona menor de 17). El informe israelí culpa a la OCHA de basar su distinción combatiente/civil en “las listas diarias de muertos publicadas por el ministerio de Sanidad de Gaza controlado por Hamas”, que, continúa, “no identifica si la persona fallecida era un militante”. Es difícil imaginar cómo la OCHA se pudo basar en cifras desglosadas del ministerio si este no las había proporcionado. Véase 2014 Gaza Conflict, p. 56n165; Anexo—Palestinian Fatality Figures in the 2014 Gaza Conflict, párrafos 9, 13, 26-27.
[8] Estado de Palestina, The National Early Recovery and Reconstruction Plan for Gaza (Octubre de 2014), p. 9.
[9] Por otra parte, solo un 8 % del total de las víctimas israelíes eran civiles
[10] En su último informe publicado, “Strangling Necks”: Abductions, torture and summary killings of Palestinians by Hamas forces during the 2014 Gaza/Israel conflict (2015 [se puede consultar en castellano con el título “Gaza: Palestinos torturados y ejecutados sumariamente por Hamás durante el conflicto de 2014 “, https://www.amnesty.org/es/latest/news/2015/05/gaza-palestinians-tortured-summarily-killed-by-hamas-forces-during-2014-conflict/]), AI menciona brevemente que “la magnitud de las víctimas y la destrucción causadas en Gaza por las fuerzas israelíes excede con mucho las causadas por los ataques palestinos a Israel, lo que refleja, entre otros factores, la mucho mayor potencia de fuego de Israel”.
[11] Jutta Bachmann et al., Gaza 2014: Findings of an independent medical fact-finding mission (2015), p. 101 (en adelante Misión Médica de Investigación)
[12] Finkelstein, Method, pp. 101-20.
[13] Los comentarios de Ban Ki-moon se publican adjuntos al sumario del informe final de una comisión de investigación de la ONU a la que encargó investigar “determinados incidentes ocurridos en la Franja de Gaza entre el 8 de julio 2014 y el 26 de agosto de 2014” (en adelante Comisión de Investigación de la ONU).
[14] Además de Unlawful and Deadly y de “Strangling Necks” AI publicó Families under the Rubble: Israeli attacks on inhabited homes (2014) y “Nothing Is Immune”: Israel’s destruction of landmark buildings in Gaza (2014). Conviene señalar que estos cuatro informes se publicaron entre el final de OMP y la publicación del informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre esta operación en junio de 2015. Todo lo que AI publique después del informe de la ONU tendrá poco impacto político o ninguno. Casualmente, el informe de la ONU utiliza abundantemente estos cuatro informes de AI, una cuestión sobre la que volverá este escritor en una próxima monografía.
[15] Una yuxtaposición precisa arroja aún más sombra sobre las asignaciones espaciales de AI: en cifras absolutas, la escala de civiles muertos y de destrucción infligida por Israel durante la Operación Muro Protector fue mucho mayor mientras que en el caso de Hamas fue casi la misma.
[16] Por otra parte, “Strangling Necks” afirma categóricamente: “Las fuerzas militares israelíes cometieron crímenes de guerra y otras violaciones graves del derecho internacional durante la Operación Muro Protector”. Human Rights Watch (HRW) también condenó mucho más rápidamente a Hamas que a Israel. “Obviamente es más fácil denunciarlo como crimen de guerra, a saber, el lanzamiento por parte de Hamas de cohetes a zonas civiles”. El director ejecutivo de HRW Kenneth Roth comentó durante OMP: “Esto es abiertamente obvio. No se necesita una investigación exhaustiva para constatarlo. Para Israel hace falta más de una”. (http://m.democracynow.org/stories/9979).

Fuente: https://www.byline.com/project/13/article/14 
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

miércoles, 29 de julio de 2015

Waleed Saleh Alkhalifa: "El Estado Islámico no es peor que los regímenes de Irán, Iraq y Siria"

"Muchos jóvenes, la mayoría fracasados social y económicamente y con una frustración política enorme, tienen una rabia contenida muy grande contra los regímenes iraquí, sirio e iraní, y han encontrado en estos grupos armados, en estos grupos radicales, el mejor aliado para combatir a estos gobiernos islamistas"

•elmercuriodigital ▫- El profesor de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid Waleed Saleh Alkhalifa cree que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) ha surgido como "contrapeso a otros regímenes instalados en la zona desde hace décadas y que, en nombre del Islam, han estado actuando y asesinando". Además, en una entrevista con Servimedia, se muestra crítico con la comunidad internacional porque "se le llena la boca" hablando de principios como la democracia o los derechos humanos, pero luego no tiene reparos en apoyar a "los regímenes dictatoriales criminales" de Iraq, Irán y Siria.


En el año 1978, Waleed Saleh Alkhalifa abandonó Irak cansado de las continuas amenazas, torturas y retenciones de las que era objeto por su pertenencia al Partido Comunista Iraquí. Tras un breve paso por Marruecos, llegó a España, donde actualmente trabaja como profesor de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid.


Considerado uno de los mayores expertos de de España en Oriente Próximo, Waleed Saleh Alkhalifa lo tiene claro: aunque hay muchas circunstancias que se deben tener en cuenta, una de las principales causas del surgimiento del grupo terrorista Estado Islámico (EI) es la "situación política que se vive en Oriente Medio".

"El Estado Islámico (EI), propiamente dicho, ha surgido como una reacción inmediata, directa, a lo que estaba instalado en Irán, Irak y Siria, que supuestamente es la otra versión del Islam, el Islam chií. Es una especie de contrapeso a otros regímenes instalados desde hace varias décadas y que también, en el nombre del Islam, han estado actuando y asesinando a sus opositores", asegura.

"Para mí, el Estado Islámico no es peor que los estados instalados en la zona y, concretamente, en Irak, Siria e Irán. Particularmente en Irán, donde llevan ya varias décadas haciendo una política siniestra y asesinando y cortando derechos", añade.

En esa situación política también está el origen, según el experto, del apoyo que está teniendo la organización terrorista por parte de algunas tribus en la región, de antiguos oficiales y soldados del Ejército iraquí y de algunos jóvenes.

"Muchos jóvenes, la mayoría fracasados social y económicamente y con una frustración política enorme, tienen una rabia contenida muy grande contra los regímenes iraquí, sirio e iraní, y han encontrado en estos grupos armados, en estos grupos radicales, el mejor aliado para combatir a estos gobiernos islamistas", destaca.

CRÍTICAS A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Waleed Saleh Alkhalifa se muestra muy crítico con la actitud de la comunidad internacional y, en concreto, de los Estados Unidos, y considera que "lo que sucede en la región también es fruto de la política errónea que se ha practicado".

"Da vergüenza ver a Estados Unidos negociando y aliándose con Irán para luchar contra el Estado Islámico. ¡Si Irán es otro Estado islámico peor que el otro! ¿Cómo es posible que se olviden de las maldades que han cometido, colgando a homosexuales, metiendo a los opositores en las cárceles, marginando a las mujeres?", se pregunta.

El profesor universitario denuncia que "se nos llene la boca hablando desde Europa de todos estos principios, pero luego, cuando tratamos a regímenes en la región, nos olvidamos de todo esto y solamente miramos nuestros intereses".

NO EXISTEN RECETAS MÁGICAS

Cuando se le pregunta por posibles soluciones para la región, y tras advertir que no hay recetas mágicas y que el mundo árabe islámico va a seguir mucho tiempo en esta situación "complicada, difícil y desagradable", destaca como uno de los primeros pasos a seguir romper relaciones con estos regímenes.

"La comunidad internacional tiene que poner un poco más delante de sus ojos sus principios, que reclama día y noche. Principios como los derechos humanos, los derechos de la mujer y de las minorías, las libertades, la democracia, etc. Esto hay que llevarlo a la práctica paso a paso, es decir, debe dejar de apoyar a los regímenes dictatoriales criminales que están en la región. A sistemas anclados en el pasado y a gobiernos que tienen una mentalidad retrógrada", asevera.

También hace hincapié en la necesidad de apoyar a los grupos liberales. "En todos los países árabes y musulmanes ha habido y hay otros partidos políticos liberales, que no son religiosos y que sí necesitan y merecen ser apoyados", opina, y cree que "es a ellos a quienes debería apoyar el mundo occidental".

Además, critica esa tendencia a solucionar todo por la vía militar. "Las acciones militares suelen traer todavía más radicalismos y más fanatismo, por eso hay que actuar y trabajar, de otro modo, y procurar tener relaciones con la sociedad civil", advierte.


jueves, 23 de julio de 2015

11 muros que todavía dividen al mundo

De Cisjordania-Israel a México, estos son algunos de los muros implantados en el mundo que actualmente dividen a pueblos, países y familias



El muro que el gobierno de Turquía está construyendo en la frontera con Siria para intentar disminuir el riesgo de ataques del Estado Islámico se suma a la lista de barreras que han impuesto gobiernos para frenar el movimiento de personas por razones políticas, religiosas o migratorias.
Frontera entre Estados Unidos y México. Foto: Getty
 

1. Estados Unidos-México

La frontera entre México y Estados Unidos (EEUU) se extiende por cerca de 3.200 km. Más de 10.000 personas han muerto intentando cruzar la frontera, la mayoría debido a las temperaturas del desierto.
El muro construido por EE.UU. para controlar la entrada de indocumentados se extiende por aproximadamente un tercio de la frontera es en realidad un mosaico de vallas de acero y concreto, al que se suman cámaras infrarrojas, sensores, aviones, dirigibles y otros mecanismos.
"Hasta la fecha Estados Unidos ha completado 652 millas (1050 km) de barreras primarias", le dijo a Carlos Lazo, vocero de la Oficina de Aduana y Protección de Fronteras estadounidense.
Los alambres con cuchillas nunca fueron retirados de Ceuta y siguen causando heridas. Foto: Getty
 

2. Ceuta y Melilla

Inmigrante herido por las concertinas o alambres con cuchillas en Ceuta. Para evitar la entrada masiva de inmigrantes africanos España decidió construyó a finales de los 90 dos barreras físicas en Ceuta y Melilla.
Estas ciudades autónomas ubicadas en territorio africano, al otro lado del estrecho de Gibraltar, representan la entrada más directa a Europa desde África.
La inclusión de cuchillas que generan heridas profundas ha sido uno de los aspectos más condenados de este muro, formado por dos vallas de seis metros de altura y un tendido de alambres tridimensional intermedio de tres metros.
ONGs y palestinos han denunciado al muro como un mecanismo de apropiamiento ilegal de más tierras. Foto: Getty
 

3. Cisjordania

La barrera que divide el territorio entre Israel y Cisjordania, que comenzó a construirse en 2002, está formada por vallas, alambradas, zanjas y placas de cemento de hasta ocho metros de alto.
Algunas secciones tienen también "zonas de separación" de hasta 60 metros. ONGs y palestinos han denunciado al muro como un mecanismo de apropiamiento ilegal de más tierras.
Israel defiende el muro como un mecanismo para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
Pero los palestinos y organizaciones internacionales lo denuncian como un "muro de apartheid" que ha llevado además al apropiamento ilegal de más tierras.
Muchos residentes de Belfast dicen sentirse más seguros con los muros. Foto: Getty
 

4. Irlanda del Norte

Las 99 llamadas "líneas" o muros de paz de la capital Belfast comenzaron a ser levantadas hace 40 años para evitar la violencia entre católicos y protestantes.
Sus dimensiones varían desde unos pocos centenares de metros hasta cinco kilómetros. Muchos residentes de Belfast dicen sentirse más seguros con los muros.
"Están en áreas en las que los nacionalistas (que quieren vivir en una Irlanda unida), y los unionistas (que quieren seguir siendo parte de Reino Unido), viven en zonas contiguas. Existen interfaces o portones de comunicación que se cierran durante la noche y en épocas tensas", explicó Andy Martin, corresponsal de la BBC en Irlanda del Norte.
A diferencia de muchos otros muros, los de Belfast cuentan con apoyo de muchos residentes.
La franja entre las dos Coreas fue creada en 1953, cuando tuvo lugar la guerra que dejó cerca de tres millones de víctimas. Foto: Getty
 

5. Corea del Norte y Corea del Sur

La Zona Desmilitarizada de las dos Coreas (ZDC) es una franja de territorio de cuatro kilómetros de ancho por unos 250 kilómetros de largo, que divide a Corea del Norte y Corea del Sur.
La franja fue creada en 1953, cuando un armisticio puso fin a la guerra entre las dos Coreas que dejó más de un millón de muertos.
Un efecto inesperado ha sido el florecimiento en esa zona no habitada de una de las reservas de biodiversidad más ricas de toda Asia.
El rey Abdalá de Arabia Saudita ordenó "todas las medidas necesarias para proteger al reino de grupos terroristas". Foto: Reuters 
 

6. Arabia Saudita-Irak

Cerca de la mitad de la frontera de 900 km entre Arabia Saudita y su vecino del norte, Irak, es con la provincia iraquí de Anbar.
El rey Abdalá (fallecido en enero del 2015) de Arabia Saudita había ordenado "todas las medidas necesarias para proteger al reino de grupos terroristas".
Y en esa provincia es donde combatientes del grupo yihadista autodenominado Estado Islámico se mueven con libertad, según el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner.
Estado Islámico ya controla gran parte del oeste de Irak y está efectivamente a la puerta de Arabia Saudita, por lo que el reino está alerta.
Físicamente la frontera parece estar asegurada. Desde 2006 Arabia Saudita ha estado reforzando las barreras existentes con un sistema de vallas altas con alambre de púa, patrulladas desde puestos de observación y bases militares, según Gardner.
Las paredes defensivas construidas por Marruecos en el Sahara Occidental tienen una altura de entre dos y tres metros. Foto: Getty
 

7. Sahara Occidental

Con más de 2.700 metros de longitud, es considerado el segundo muro más largo del mundo después de la Muralla China. Las paredes defensivas construidas por Marruecos en el Sahara Occidental tienen una altura de entre dos y tres metros.
El Sahara Occidental es una zona disputada por sus pobladores originales -los saharauis- y Marruecos, que ocupó ese territorio en 1976 luego de que España, la potencia colonial ocupante, se retirara.
Al apropiarse del territorio, Marruecos decidió construir un muro en el desierto para defenderse del Frente Polisario, un movimiento político y militar que busca su independencia de Marruecos y la autodeterminación del pueblo saharaui.
El muro es en realidad un conjunto de seis paredes defensivas. Tiene una altura de entre dos y tres metros y tiene partes de arena, otras de piedra, alambres de espino y minas.
El muro se convirtió en una frontera infranqueable tras la guerra entre ambas comunidades en Chipre en 1974. Foto: Getty
 

8. Chipre

En 1964 se definió la barrera que partió Chipre en dos, separando a los grecochipriotas en el sur y los turcochipriotas en el norte de la isla.
Una década después, este muro se convirtió en una frontera infranqueable tras la guerra entre ambas comunidades en 1974.
La alambrada se extiende 180km y existe una zona de exclusión entre ambas comunidades (conocida como Línea Verde) bajo control de las fuerzas de paz de la ONU. Esta "tierra de nadie" tiene un ancho que oscila entre tres metros y 7,5km. Tras la caída del muro de Berlín, Nicosia es la única capital dividida del mundo.
Muros y alambradas entre India y Pakistán que se extienden por casi la mitad de los 2900 km de línea fronteriza.. Foto: Getty
 

9. India-Pakistán

La frontera que comparten India y Pakistán, ambas potencias nucleares, es una de las más inestables del planeta.
A finales de la década de los 80, India comenzó a levantar la barrera con el argumento de "combatir el terrorismo".
Un motivo frecuente de tensión es la valla de alambres, combinados con minas y alta tecnología, conocida como Línea de Control, erigida a casi todo lo largo de la frontera de facto en Cachemira, no reconocida por Pakistán.
India y Pakistán se enfrentaron en tres guerras por el territorio de Cachemira, en 1947, 1965 y 1999.
Las barreras entre Kuwait e Irak son una consecuencia directa de la invasión por parte del gobierno de Saddam Hussein. Foto: Getty
 

10. Kuwait-Irak

La delimitación entre Irak y Kuwait con barreras de diverso tipo fue una consecuencia directa de la invasión de Kuwait por parte del entonces gobierno de Saddam Hussein en 1990.
La primera de ellas empezó a construirse en 1991 por iniciativa de Naciones Unidas para evitar una nueva invasión iraquí.
Tiene 190 kilómetros de longitud y se compone de una cerca electrificada, alambre de púa y muros de arena.
En 2004 Kuwait empezó a instalar una nueva barrera de 217 km. El argumento fue que era necesario proteger la frontera norte del país.
Buena parte de los 1.100 kilómetros de frontera que Uzbekistán comparte con Kirguistán están demarcados por barreras de alambre. Foto: Getty
 

11. Uzbekistán: alambres de púas, minas y cercas electrificadas

Uzbekistán ha colocado barreras en gran parte de sus fronteras. El objetivo es, según las autoridades, evitar el ingreso de insurgentes.
En 1999, tras un atentado en la capital, Tashkent, el gobierno uzbeko defendió las barreras como una forma de impedir que militantes del radical Movimiento Islámico de Uzbekistán se infiltraran en su territorio.
En su límite sur, Uzbekistán linda con Afganistán. La barrera de alambre de púa está respaldada por una cerca electrificada.
En la frontera con Tajikistán, de unos 1500 kilómetros de longitud, la barrera de alambre de púas está reforzada por minas antipersonales..
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