domingo, 3 de marzo de 2013

Huelgas de hambre y muerte en las cárceles israelíes


Huelgas de hambre y muerte en las cárceles israelíes
Familiar muestra foto de Arafat Jaradat, muerto durante interrogatorio en una cárcel israelí
Los medios de comunicación masivos ya no dan más noticias sobre las huelgas de hambres realizadas por presos palestinos. Sin embargo esa forma de protesta persiste y aumenta tras la muerte bajo tortura de un preso el 23 de febrero.



Según la organización palestina de derechos humanos Addameer en su último informe de febrero de este año, hay actualmente 4812 palestinos detenidos en las cárceles israelíes. De estos, 219 tienen menos de 18 años (31 de ellos menores de 16) y 12 son mujeres. Alrededor de 180 están bajo “detención administrativa”.
Desde el inicio de la ocupación ilegal de la Cisjordania, en 1967, se calcula que 700 mil palestinos fueron detenidos por Israel. En la práctica, eso significa que en cada familia palestina hay por lo menos un miembro que está o ya estuvo en una cárcel israelí.
La mayoría de los palestinos que recurren a la huelga de hambre están bajo detención administrativa. Esta es una ley militar israelí que posibilita arrestar civiles sin presentar cargos, sin demandas ni juicios, por un período límite de seis meses. Sin embargo, pueden renovar la detención infinitas veces, sin dar explicaciones.
Actualmente 12 prisioneros se mantienen en ayuno. Entre ellos, Ayman Sharawna, de 36 años, que fue nuevamente detenido tras ser liberado en el canje de prisioneros entre Israel y Hamas que involucró la liberación del soldado israelí Gilad Shalit. Sharawna empezó su huelga de hambre en julio del año pasado y la mantuvo hasta diciembre, entre huelgas parciales y totales, cuando la suspendió tras la promesa de la justicia israelí de resolver su caso. El 17 de enero de 2013 retomó la protesta luego de una negativa del Servicio de Detención Israelí. Actualmente, está en una celda, aislado, en la cárcel de Ayalon, en Beer al-Saba, y su pedido de liberación todavía circula por distintos niveles de la justicia israelí.
Otro huelguista es Samer Al-Issawi, de 33 años, detenido el 7 de julio de 2012, quien también había sido liberado en el canje por Shalit, en octubre de 2011. Entre periodos de huelgas totales y parciales, Issawi ya acumula más de 200 días de protesta, ya perdió 23 kilos, no puede caminar y corre riesgo su vida. El 21 de febrero último Israel sentenció a Issawi a 8 meses de prisión. Todavía la justicia israelí debe decidir si Issawi tendrá que cumplir los 20 años de su sentencia anterior.
Otros dos huelguistas también son detenidos administrativos, Jafar Azzidine, de 41 años, y Tarek Qa’adan, de 40. Ambos son de la ciudad de Jenin y empezaron la protesta en 28 de noviembre de 2012 y esperan en el hospital que la justicia israelí decida sus destinos.
Asesinato bajo tortura
La lucha de los detenidos palestinos en cárceles israelíes sumó un nuevo y triste capítulo. El 23 de febrero, Arafat Jaradat, de 30 años, falleció mientras estaba bajo custodia del Estado de Israel, en la cárcel de Meggido.
Jaradat vivía en las cercanías de la ciudad de Hebron y fue detenido por el Ejército israelí e interrogado por el Shin Bet, el servicio de seguridad interno de Israel, también conocido como Shabak. Un representante del Servicio de Detención de Israel confirmó la muerte y la atribuyó a un paro cardíaco.
Según la organización palestina de derechos humanos Al-Haq, los médicos forenses afirmaron que el cuerpo tenía marcas de “torturas severas”. Millares de palestinos salieron a las calles de Hebron, una de las más pobladas de la Cisjordania, el lunes 25 de febrero, para protestar por la muerte del palestino.
Jaradat era casado y su mujer está embarazada. Fue detenido bajo la acusación de tirar piedras contra las fuerzas de seguridad israelíes en una manifestación.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) prometió que buscará procesar a Israel en las cortes internacionales. “El gobierno israelí no puede ser eximido de su responsabilidad en esa muerte, ya que las circunstancias que lo transformaron en un mártir no pueden ser separadas del hecho de que ocurrieron mientras estaba preso y siendo interrogado en una cárcel dentro de Israel, lo que en sí ya es una violación de la IV Convención de Ginebra”, declaró el vocero de la ANP.  
Las Naciones Unidas, por medio de Richard Falk, un agente especial de la ONU en derechos humanos, afirmó que la ONU irá a pedir la conformación de una investigación internacional para determinar si Jaradat fue muerto bajo tortura. “La muerte de un prisionero durante un interrogatorio es siempre fuente de preocupación, pero en ese caso, cuando Israel muestra un patrón y prácticas abusivas contra los prisioneros, la necesidad de una investigación externa y creíble es más que urgente”, afirmó. 
http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/111-medio-oriente/3098-huelgas-de-hambre-y-muerte-en-las-carceles-israelis

sábado, 2 de marzo de 2013

EXCELENTE CURSO: LENGUA Y CULTURA ÁRABES (NIVEL INTERMEDIO e INICIAL)


encabezado seube

Docente/s: 
Lic. Idriss Tekki
Código: 
97
Inscribite: 
Realizar inscripción online disponible a partir del 15 de marzo

En este nivel, vamos a profundizar los conocimientos adquiridos durante el año pasado, incorporando cada vez más cosas nuevas. Aparte de los diálogos a los que están acostumbrados los estudiantes, se agregarán este año textos de lectura para fortalecer la comprensión, aplicar las reglas gramaticales estudiadas y practicar el vocabulario incorporado tanto à través de producciones escritas como ejercicios orales.

Idriss Tekki es licenciado en lengua y literatura española de la Universidad Abdelmalek Essadi de Tetuán (Marruecos). Diplomado de la Escuela superior de traductores Rey Fahd de Tanger (Marruecos). Titular de diploma de intérprete del Instituto Lucille Barnes, Buenos Aires (Argentina). Actualmente se desempeña como corresponsal de la agencia marroquí de noticias Agence Maghreb Arabe Presse (MAP) en la Argentina.

DÍAS:Miércoles de 15 a 17 hs.
AULA:131
FECHA DE INICIO: 3 de Abril
ARANCEL: no arancelado
CARGA HORARIA: 
IMPORTANTE: TAMBIÉN SE DICTARÁ EL NIVEL INICIAL
CÁTEDRA LIBRE DE ESTUDIOS ÁRABES (CLEARAB) E INSTITUTO DE HISTORIA ANTIGUA ORIENTAL (IHAO) (UBA)

ARABE-UBA

LA UBA OFRECE CURSO GRATUITO DE LENGUA Y CULTURA ARABE


Buenos Aires, 1 de marzo (Télam). La Universidad de Buenos Aires (UBA) dictará un curso 

gratuito sobre la cultura e idioma árabe, hablado por más de 300 millones de personas en 22 

países.

En el nivel inicial se ofrecerá una introducción al idioma y a la cultura, a través de diferentes 

medios didácticos, con los que se irán despejando dudas y haciendo del estudio del árabe, una 

actividad atractiva e interactiva. 

El objetivo primero y esencial es finalizar el año dominando el abecedario, entre otras cosas, 

llave indispensable para las actividades en los niveles siguientes, informó la UBA. 

El estudio cobra su importancia partiendo del hecho de que el árabe es un idioma milenario 

hablado por más de 300 millones de personas en 22 países árabes y es la lengua de culto de 

más de mil millones de personas en el mundo, se informó en un comunicado.

Esta variadad de espacios en los que es usado el árabe le confiere especificidades muy distintas 

a otros idiomas hablados en otras regiones, como es el caso preciso del castellano hablado en 

España y sus diferentes registros latinoamericanos.

El curso se dictará en la sede de Puán 480 de la facultad de Filosofía y Letras, en el aula 131 y 

contará con 17 encuentros.(Télam)

jueves, 28 de febrero de 2013

Un debate nuclear emborronado

ANÁLISIS

El contexto político marca la reunión entre que el Sexteto y Teherán celebran en Almaty sobre el programa nuclear






La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el jefe negociador iraní, Said Jalili durante la reunión internacional sobre el programa nuclear iraní. / STANISLAV FILIPPOV (AFP)
Resulta tentador reducir las nuevas conversaciones nucleares entre Irán y las seis potencias hoy en Almaty a la crónica de un fracaso anunciado. El punto de partida de ambas partes es tan dispar que no solo las posibilidades de acuerdo son remotas, sino que la propaganda de uno y otro lado ha emborronado el debate. Teherán insiste en que se reconozcan sus "derechos nucleares", es decir, que se le permita formar parte del club de países que enriquecen uranio. Mientras, el sexteto (EE UU, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) le ofrece el levantamiento parcial de sanciones para precisamente intentar limitar esa actividad que tanto sirve para producir combustible nuclear como para fabricar una bomba.
La insistencia del régimen iraní en reclamar lo que denomina sus “derechos nucleares” transmite la idea de que la comunidad internacional le niega el derecho a la energía atómica. Sin embargo, nadie ha cuestionado la puesta en marcha de la central de Bushehr, que oficialmente empezó a funcionar en septiembre de 2011. El problema radica en su obstinación por enriquecer uranio, un proceso necesario para obtener el combustible nuclear, pero que también lleva a la obtención del material fisible con el que se fabrican las bombas atómicas.
Estados Unidos y sus aliados recelan de ese empeño porque Bushehr se alimenta de combustible vendido por Rusia que recoge además los residuos radioactivos que genera. Y también porque desconfían del régimen iraní. Teherán asegura que tiene previsto construir una veintena de centrales más por lo que va a necesitarlo en el futuro y que no puede fiarse de obtenerlo en los mercados internacionales debido a la marginación a que ha sido sometido desde la revolución de 1979. Aunque existen datos para justificar su suspicacia, también es cierto que sus planes de nuevas centrales aún están en pañales.
Tampoco ayuda que las autoridades iraníes mantuvieran secreto su programa nuclear durante casi dos décadas, hasta que salió a la luz en el verano de 2002. Estados Unidos, que rompió relaciones diplomáticas con Irán a raíz de la toma de su Embajada en Teherán en 1979, enseguida acusó a la República Islámica de querer dotarse del arma atómica, una posibilidad que acabaría con la superioridad estratégica de su principal aliado en la zona, Israel.
Desde entonces, se iniciaron dos procesos paralelos para tratar de atajar la consiguiente tensión. Por un lado, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que se encarga de vigilar el cumplimiento del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP) del que Irán es firmante, ha enviado periódicamente inspectores para tratar de asegurarse de que su programa no viola el TNP y aclarar las actividades sospechosas de tener un carácter militar. Tras sus visitas, esos expertos entregan un informe al director general del OIEA que invariablemente constata puntos oscuros o lugares a los que no se les permite acceder.
Por otro lado, y ante la ausencia de relaciones entre Washington y Teherán, Reino Unido, Alemania y Francia lanzaron una iniciativa diplomática para buscar un compromiso que evitara la crisis, en principio, que los gobernantes iraníes renunciaran a enriquecer uranio a cambio de incentivos. Fue el germen de las conversaciones que hoy se celebran en Almaty y que a partir de de 2006 se ampliaron para incluir a Rusia, China y EE UU, si bien mantuvieron al responsable de política exterior de la UE como jefe negociador (antes Javier Solana, ahora Catherine Ashton).
La oferta que Ashton presenta al jefe negociador iraní, Said Yalilí, en nombre de los Seis propone “una reducción de ciertas sanciones sobre el comercio del oro, las relativas a la industria petroquímica y algunas sanciones bancarias”, según se ha filtrado a la prensa en los últimos días. A cambio, renuevan la exigencia de que Teherán “cese el enriquecimiento de uranio al 20%, cierre las instalaciones de Fordo y envíe fuera el uranio enriquecido al 20% que ha almacenado”. Es la misma petición que plantearon, sin éxito, en la reunión de Bagdad en 2012.
Después de una década de negociaciones fallidas, seis resoluciones condenatorias del Consejo de Seguridad de la ONU (cuatro de ellas acompañadas de sanciones) y un embargo occidental a la compra de petróleo y las transacciones financieras con Irán, el régimen iraní ha dejado claro que ninguna presión va a hacerle renunciar a su programa nuclear. Nada que no sea un total levantamiento de las sanciones, logrará que Yalilí coja el móvil para llamar a Teherán. Tal posibilidad no solo es remota sino impracticable. El volumen y complejidad de las sanciones, muy en particular de las impuestas unilateralmente por EE UU (cuya retirada tiene que aprobar el Congreso), requiere un proceso político que puede llevar meses sino años.
De ahí que se especulara con un primer paso por parte de los países europeos, para crear una atmósfera de confianza. Pero mientras tanto, el paradigma ha cambiado. Los gobernantes iraníes han visto como, a pesar de las amenazas israelíes o del “todas las opciones están sobre la mesa” de EE UU, han ido sorteando el malestar internacional con periódicos (y estudiados) anuncios de nuevos avances. Desde el inicial enriquecimiento experimental al 3,5% al enriquecimiento a escala industrial, al enriquecimiento al 20% o la revelación, cuando ya no les quedaba más remedio porque se la habían detectado, de una segunda instalación para enriquecimiento en Fordo.
De hecho, el Sexteto (y sobre todo EE UU) ya no le exige el enriquecimiento cero y ha aceptado implícitamente que purifique uranio al 3,5%. Por lo tanto, el empecinamiento de los gobernantes iraníes ha dado resultado. Mientras exista demanda de petróleo, podrán encontrar agujeros al sistema de sanciones, y sin la necesidad de rendir cuentas en las urnas, el programa nuclear se ha convertido no sólo en el eje de su política exterior sino también en un aglutinante ante el faccionalismo interno.
Más allá de las cuestiones técnicas, es la política (tanto iraní como internacional) la que marca el contexto de estas reuniones periódicas entre el Sexteto y Teherán. Sin cambios, en ese nivel resulta improbable ningún avancen ni Almaty ni donde quiera que se organice la próxima cita. Pero mientras se habla, se congela el riesgo de tener que hacer efectivas las amenazas de una acción militar, algo para lo que Israel presiona regularmente, pero que nadie más parece dispuesto a considera
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martes, 26 de febrero de 2013

¿Obama y Putin van a repartirse el Medio Oriente?

En un artículo publicado en Rusia el 26 de enero de 2013, Thierry Meyssan expone el nuevo plan de partición del Medio Oriente en el que trabajan actualmente la Casa Blanca y el Kremlin. El autor revela los principales parámetros de la negociación en marcha sin emitir juicios sobre la posibilidad de un acuerdo definitivo ni sobre su aplicación. El interés de este artículo reside en que permite la comprensión de las ambiguas posiciones de Washington, que está empujando a sus aliados hacia un callejón sin salida para imponerles próximamente una nueva distribución de cartas que simplemente los deja fuera del juego.

 | DAMASCO (SIRIA)  

JPEG - 22.2 KBEn 1916, Francia y Gran Bretaña se repartían el Medio Oriente con los acuerdos Sykes-Picot. Casi un siglo después, Estados Unidos y Rusia están discutiendo un nuevo plan de partición que beneficiaría a ambos países y pondría fin a la influencia franco-británica en la región.

El presidente Obama se dispone a cambiar completamente de estrategia internacional, a pesar de la oposición que ha suscitado su proyecto en el seno de su propia administración.La situación es muy simple. Estados Unidos está a punto de alcanzar la independencia energética a través de la rápida explotación del gas de esquito y de las arenas bituminosas [1]. Ese factor determina el fin de la doctrina Carter –adoptada en 1980–, según la cual la necesidad de garantizar el acceso al petróleo del Golfo era un imperativo de seguridad nacional. Lo mismo sucede con el acuerdo de 1954 en el que Washington se comprometía a proteger a la dinastía gobernante de Arabia Saudita a condición de que esta última garantizara el acceso de Estados Unidos al petróleo de la Península Arábiga. Así que ha llegado el momento de decretar una retirada masiva que permitiría trasladar las tropas estadounidenses hacia el Extremo Oriente, para contrarrestar allí la creciente influencia de China.Por otro lado, hay que hacer el máximo esfuerzo para impedir una alianza militar entre China y Rusia. Para ello es conveniente ofrecer a Rusia algo que desvíe su atención del Extremo Oriente.
Y para terminar, Washington ya se siente que no puede respirar a causa de su relación, demasiado estrecha, con Israel. Esta relación se ha hecho demasiado onerosa, resulta injustificable en el plano internacional, y está enemistando a Estados Unidos con los pueblos musulmanes en su conjunto. Por otro lado, resultaría conveniente castigar claramente a Tel Aviv por su escandalosa injerencia en la campaña electoral previa a la elección del presidente de Estados Unidos, donde el gobierno israelí apostó además en contra del candidato ganador.
Esos tres factores han llevado a Barack Obama y sus consejeros a proponerle un pacto a Vladimir Putin: Washington, reconociendo implícitamente su derrota en Siria, está dispuesto a aceptar que Rusia se instale en el Medio Oriente, sin que esta tenga que ceder nada a cambio, y a compartir con Moscú el control de dicha región.
A ese estado de ánimo corresponde la redacción, por parte de Kofi Annan, del Comunicado de Ginebra adoptado el 30 de junio de 2012. En aquel momento, el objetivo no era otro que hallar una salida a la cuestión siria. Pero aquel acuerdo fue saboteado de inmediato por varios miembros de la propia administración Obama que filtraron hacia la prensa europea diversos detalles sobre la guerra secreta contra Siria, incluyendo la existencia de una Presidential Executive Order en la que se orientaba a la CIA el despliegue de hombres y mercenarios en el terreno. Esa sorpresiva maniobra llevó a Kofi Annan a renunciar a sus funciones como mediador. La Casa Blanca, por su parte, prefirió mantener un perfil bajo para evitar que las divisiones existentes en el seno del ejecutivo saliesen a la luz en medio de la campaña para la reelección de Barack Obama.En las tinieblas, 3 grupos se oponían en aquel momento al comunicado de Ginebra:
Los agentes implicados en la guerra secreta,
Las unidades militares a cargo del enfrentamiento con Rusia,
Los defensores de los intereses de Israel.
Inmediatamente después de su reelección, Barack Obama emprendió la purga. El primero en caer fue el general David Petraeus, quien había concebido la guerra secreta contra Siria. Después de caer en la trampa sexual que le tendió una agente de la inteligencia militar, el director de la CIA se vio obligado a dimitir. Posteriormente, una docena de militares de alto rango fueron puestos bajo investigación por sospechas de corrupción. Entre ellos se encontraban el almirante James G. Stravidis, comandante supremo de la OTAN, y su sucesor designado –el general John R. Allen– así como el comandante de la Missile Defense Agency (o sea, el escudo antimisiles), general Patrick J. O’Reilly. Para terminar, Susan Rice y Hillary Clinton fueron blanco de recios ataques por haber ocultado al Congreso ciertos elementos sobre la muerte del embajador Chris Stevens, asesinado en Bengazi por un grupo islamista, probablemente por orden del Mossad.
Ya pulverizados o paralizados los elementos de oposición, Barack Obama anunció una profunda renovación de su equipo. Comenzó poniendo a John Kerry a la cabeza del Departamento de Estado. Kerry es partidario declarado de la colaboración con Moscú en temas de interés común. Es también amigo personal de Bachar al-Assad.
Obama continuó después con la nominación de Chuck Hagel para dirigir el Departamento de Defensa. Hagel, es uno de los pilares de la OTAN, pero es además un realista. Siempre ha denunciado la megalomanía de los neoconservadores y el sueño de imperialismo global del que son portadores. Es además un nostálgico de la guerra fría, aquella época bendita en que Washington y Moscú se repartían el mundo sin muchas complicaciones. Junto a su amigo John Kerry, Chuck Hagel organizó en 2008 un intento de negociación para tratar de que Israel restituyese a Siria la meseta del Golán.
Y, para terminar, John Brennan a la cabeza de la CIA. Este asesino a sangre fría está convencido de que la primera debilidad de Estados Unidos es haber creado y desarrollado el yihadismo internacional. Su obsesión es la eliminación del salafismo y el desmantelamiento de Arabia Saudita, lo cual aliviaría en definitiva la situación de Rusia en el norte del Cáucaso.
La Casa Blanca prosiguió al mismo tiempo sus conversaciones con el Kremlin. Lo que debía ser una simple solución para Siria se ha convirtido en un proyecto mucho más amplio de reorganización y partición del Medio Oriente.
Es importante recordar que, luego de 8 meses de negociaciones, el Reino Unido y Francia se repartieron en secreto el Medio Oriente (Acuerdos Sykes-Picot). El contenido de esos acuerdos fue revelado al mundo por los bolcheviques en cuanto llegaron al poder. Y así se mantuvo la situación a lo largo de un siglo. Lo que la administración Obama tiene ahora en mente es un rediseño del Medio Oriente para el siglo XXI, bajo la égida de Estados Unidos y Rusia.
En Estados Unidos, a pesar de que Obama se sucede a sí mismo, la administración saliente no puede hacer otra cosa que ocuparse de los temas corrientes. Y recuperará la totalidad de sus atribuciones sólo después de la ceremonia de juramente para el próximo mandato, el 21 de enero de 2013. Después de la investidura del presidente, habrá una audiencia en el Senado –el 23 de enero– donde Hillary Clinton será interrogada sobre el misterio del asesinato del embajador de Estados Unidos en Libia. El 24 de enero, tendrá lugar en el Senado la audiencia para la confirmación de John Kerry como secretario de Estado. Inmediatamente después, los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU se reunirán en Nueva York para examinar las proposiciones Lavrov-Burns sobre Siria.
Esas proposiciones prevén la condena de toda injerencia externa, el despliegue de observadores y de una fuerza de paz de la ONU, así como un llamado a los diferentes protagonistas para que formen un gobierno de unión nacional y planifiquen la celebración de elecciones. Es posible que Francia se oponga, pero sin llegar por ello a amenazar con recurrir al veto en contra de su amo estadounidense.
La originalidad del plan reside en que la fuerza de la ONU se conformaría principalmente con soldados de los países miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). El presidente Bachar al- Assad se mantendría en el poder, negociaría rápidamente una Carta Nacional con los líderes de la oposición no armada seleccionados con la aprobación de Moscú y Washington y sometería esa Carta al veredicto popular a través de la realización de un referéndum organizado y realizado bajo la supervisión de observadores.
Este sorprendente escenario fue preparado desde hace tiempo por el general sirio Hassan Tourkmani (asesinado en el atentado que estremeció Damasco el 18 de julio de 2012) y su homólogo ruso Nikolai Bordyuzha. Los ministros de Relaciones Exteriores de la OTSC adoptaron después –el 28 de septiembre de 2012– una posición común sobre el tema y el departamento de la ONU a cargo de las operaciones de paz firmó con la OTSC un protocolo que otorga a esa organización prerrogativas similares a las de la OTAN. Bajo la denominación «Fraternidad inviolable», una serie de simulacros militares ONU/OTSC se desarrollaron en Kazajstán del 8 al 17 de octubre de 2012. Finalmente, un plan de despliegue de «chapkas azules» se discutió –el 8 de diciembre– en el Comité Militar de la ONU.
Después de la estabilización de Siria, una conferencia internacional por una paz global entre Israel y sus vecinos debería desarrollarse en Moscú. Estados Unidos estima que no es posible negociar una paz separada entre Israel y Siria porque los sirios exigen, en nombre del arabismo, que se resuelva primero la cuestión de Palestina. Pero tampoco es posible una negociación de paz con los palestinos, debido a la extrema división que reina entre estos últimos, a menos que Siria se encargue de obligarlos a respetar un acuerdo aceptado por la mayoría. Por lo tanto, toda negociación debe tener un carácter global, según el modelo de la Conferencia de Madrid (realizada en 1991). Según esa hipótesis, Israel se retiraría lo más posible hacia sus fronteras de 1967 y los territorios palestinos se fusionarían con Jordania para conformar el Estado palestino definitivo, cuyo gobierno estaría en manos de la Hermandad Musulmana, lo cual haría esa solución aceptable para ciertos gobiernos árabes. Posteriormente, se devolvería a los sirios la meseta del Golán a cambio de que renunciaran al lago Tiberiades, conforme al esquema ya estudiado en 1999 durante las negociaciones de Shepherdstown (1999). Y Siria se convertiría en garante del respeto de los tratados por la parte jordano-palestina.
Como en un juego de dominó, habría ocuparse entonces del tema kurdo. Se desmantelaría Irak para dar nacimiento a un Kurdistán independiente y Turquía estaría llamada a convertirse en un Estado federal que concedería la autonomía a su región kurda.
Los estadounidenses desean llevar el rediseño hasta una fase en la que sacrificarían a Arabia Saudita, que ya ha dejado de serles útil. Ese país se dividiría en 3 partes y algunas provincias pasarían a formar parte de la federación jordano-palestina o del Irak chiita, conforme a un viejo plan del Pentágono titulado «Taking Saudi out of Arabia», que data del 10 de julio de 2002. Esa opción permitiría a Washington dejar en manos de Moscú una amplia zona de influencia, sin tener por ello que sacrificar parte de su propia influencia. Es un comportamiento similar al que ya pudo verse en el FMI cuando Washington aceptó aumentar el derecho de voto de los países miembros del grupo BRICS. Estados Unidos no cedió ni un ápice de su propio poder sino que obligó a los europeos a renunciar a una parte de sus votos para abrir espacio a los miembros del BRICS.
Este acuerdo político-militar va acompañado de un acuerdo económico-energético ya que lo que realmente interesaba a la mayoría de los protagonistas de la guerra contra Siria era la conquista de las reservas de gas de ese país. En efecto, importantes yacimientos de gas natural han sido descubiertos en el sur del Mediterráneo y en Siria. Con el posicionamiento de sus tropas en ese país, Moscú mejoraría su control sobre el mercado del gas para los próximos años.
El regalo de la nueva administración Obama para Vladimir Putin es también resultado de una serie de cálculos. Su objetivo no sólo es desviar a Rusia del Extremo Oriente sino también neutralizar a Israel. Si bien un millón de israelíes tienen también la nacionalidad estadounidense, hay otro millón de israelíes rusoparlantes. La presencia de tropas rusas en Siria sería un elemento disuasivo para evitar que los israelíes cedan a la tentación de atacar a los árabes y que los árabes ataquen Israel. Así que Estados Unidos ya no tendría que dedicar sumas astronómicas a la seguridad de la colonia judía.
La nueva distribución del juego obligaría a Estados Unidos a reconocer por fin el papel de Irán en la región. Washington quiere, sin embargo, la garantía de que Teherán va a retirarse de Latinoamérica, donde ha establecido numerosas relaciones, sobre todo con Venezuela. Se ignora aún cuál será la reacción iraní sobre este aspecto del dispositivo, pero Mahmud Ahmadinejad ya se ocupó de hacerle saber a Obama que está dispuesto a hacer lo que esté en sus manos para ayudarlo a distanciarse de Tel Aviv.
Hay perdedores en ese proyecto. En primer lugar, Francia y Gran Bretaña, que van a perder su influencia. Y después Israel, que perderá su influencia en Estados Unidos y se verá reducido a su justa dimensión de pequeño Estado. Finalmente Irak, que será desmantelado, y posiblemente Arabia Saudita que desde hace varias semanas viene haciendo desesperados esfuerzos por reconciliarse con todas las partes para tratar de escapar al destino que se le prepara.
Pero también hay ganadores. En primer lugar, Bachar al-Assad, hasta ayer tratado por los occidentales como un culpable de crímenes contra la humanidad y mañana glorificado como el vencedor de los islamistas. Y sobre todo Vladimir Putin, quien –gracias a su tenacidad a lo largo del conflicto– saca finalmente a Rusia de su «containment», le abre nuevamente las puertas del Mediterráneo y del Medio Oriente y obtiene el reconocimiento del predominio ruso sobre el mercado del gas.
Thierry Meyssan
Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

domingo, 24 de febrero de 2013

La razón “formal” de la izquierda árabe en su alianza con el Baaz y su postura contraria a la revolución


Texto original: Al-Hayat 

Autor: Salamah Kayleh

Fecha: 20/02/2013



Sí, hay un gran sector de la izquierda árabe e internacional que lo hace bajo el lema del rechazo, la resistencia y el antiimperialismo. Se trata de una izquierda que estaba relacionada con el esquema soviético previamente, esquema que partía de que la lucha internacional es una lucha contra el imperialismo, que es el “círculo principal”, entendido como imperialismo estadounidense básicamente, que dirigía el modelo capitalista en su conjunto.

Por ello, todo el que se oponía o difería con el imperialismo estadounidense pasaba a estar en el “bando nacional” o “progresista” o “libertador” y había que aliarse con él por necesidad. Esa “conciencia” o “concepción” ha seguido dominando a aquellos y dirigiendo sus políticas. Ello a pesar de la caída de la Unión Soviética y de los países socialistas, situación que ha creado un nuevo mundo que ya no posee las mismas características que en la guerra fría (es decir, la guerra entre el capitalismo y el comunismo),y a pesar de que la idea misma era un error marxistamente hablando, y expresaba la política del Estado soviético en su lucha internacional, que se suponía que debía atraer al eje de su política a todos los que se oponían al imperialismo. Eso es lo que hicieron los partidos comunistas en general, sin tener en cuenta la realidad objetiva en sus países.

Por ello, siempre estaban unidos a fuerzas que no eran comunistas ni socialistas, sino que eran en su esencia capitalistas aunque difirieran con el imperialismo estadounidense en concreto. Por ejemplo, se unieron al Baaz, que estableció una autoridad que se alió con las autoridades soviéticas, pero cuyas relaciones económicas eran con los estados capitalistas europeos, y defendían su socialismo aunque lo único que tenía de socialista eran sus lemas, cuyo contenido expresaba el “socialismo de la pequeña burguesía” o el “socialismo de los campesinos”, y era el Baaz quien representaba a esos sectores sociales. Este “socialismo” inevitablemente daba lugar a un desarrollo capitalista, y posteriormente mafioso.

A pesar de todos los errores de la experiencia, aquellos no corrigieron las ideas en las que se apoyaban, sino que siguieron dominados por el “hecho” en sí.

Esos mismos, también defendieron a muerte a los “yihadistas” y los “Hermanos Musulmanes”, que se oponían al imperialismo, como decía esta izquierda, aunque los islamistas no utilizasen el concepto de imperialismo y careciesen de una política basada en lo político. Esta izquierda también acusó a todo aquel que se negó a apoyar a los islamistas o a aliarse con ellos de estar de parte del imperialismo. Por ello, prepararon el camino a los islamistas para convertirse en la primera fuerza “opositora” al régimen y la primera fuerza “anti-imperialista”. Así, era obvio que llegarían al poder tras las revoluciones que han tenido lugar. Esta política no solo ha fortalecido a los islamistas, sino que también ha debilitado a las fuerzas de izquierda, bien porque estas fuerzas, en su discurso político, aparecían como un margen para los islamistas, lo que los hacía estar en apuros con el régimen, o bien porque los anti-imperialistas tendían a apoyar a los islamistas en vez de a la izquierda que los glorificaba. Ello es lo que aumentó el volumen de los islamistas y marginó a la izquierda.

Esta izquierda no se detuvo ante lo que se  acaba de exponer: no criticó su alianza con o su apoyo a los islamistas. Y ello a pesar de que la puesta en valor de los “Hermanos” y los islamistas en general es resultado en cierta medida de este canturreo mediático y propagandístico “de izquierdas”, que los asentó como fuerza opositora o como fuerza anti-imperialista. La “lógica de la concepción” siguió siendo la misma, y el principio general heredado de los soviéticos siguió dominando su visión. El concepto del círculo central siguió siendo clave en el análisis, unido a la visión “política”; es decir, la visión de la política como hechos, posturas y relaciones, sin una comprensión profunda de la naturaleza de las fuerzas, ni de los intereses de clase, ni de las relaciones entre las fuerzas y las clases. Por ello, (esta izquierda) repite los mismos errores y se queda marginada y, desde el margen, se arrepiente y habla de conspiraciones, además de insultar.

Esta izquierda sigue el mismo patrón metodológico, en cualquier parte: en Siria y con los islamistas. Y por tanto, si ha fracasado en la primera postura, necesariamente también fracasará ahora. Ve “la divergencia” entre el poder (sirio) y EEUU en concreto (no con todo el imperialismo, ya que hay relaciones con Europa y Turquía) sin aproximarse a las causas de esa divergencia, partiendo de una comprensión de la naturaleza de clases del poder, como supone el marxismo y la naturaleza de sus intereses. ¿Por qué diverge con EEUU y firma un pacto estratégico con Turquía y se esfuerza por atraerse a Europa, por no decir que intenta entenderse con EEUU (incluso con mediación sionista en algún momento)? ¿La estructura económica materializada en la última década supone un enfrentamiento con los EEUU o una unión con ellos, o quizá con el modelo capitalista? Finalmente, ¿por qué se produjo la divergencia con EEUU?

Era importante para esta izquierda que “existiera la divergencia” que comenzó a  caracterizar previamente, con adjetivos “abstractos”, resultado de una preconcepción y una pre-definición de todo lo que diverge con el imperialismo estadounidense. Es decir, resultado de “moldes preparados” que valen para todo aquel que aparente estar en contra de EEUU. Estos moldes se aplicaron a los islamistas en su momento y hoy se aplican a las autoridades sirias. Eso es lo que se llama una visión formal, que se somete a presupuestos que nada tienen que ver con la realidad, ya que no se definen claramente las clases que se están apoyando, sino que la pre-delimitación política es la que provoca las “ilusiones” sobre la naturaleza de estas fuerzas que se amoldan a ese presupuesto. Por tanto, todo el que está “en contra del imperialismo” forma parte de las clases revolucionarias o progresistas (o la burguesía nacional), aunque su divergencia con el imperialismo no llegue al punto de una verdadera lucha, sino que tal vez imponga una competencia o un intento formal de marginar la lucha entre las fuerzas de clases semejantes. Así, los “Hermanos”, en términos de clase, son los capitalistas comerciales tradicionales insertos en el poder económico mundial. Las autoridades sirias son “nuevos hombres de negocios” que trabajan como una mafia en los sectores de servicios como todos los capitalismos gobernantes, y esa naturaleza suya es la que ha provocado la revolución, como sucedió en Túnez, Egipto, Yemen y Libia, y en Marruecos y Jordania ha hecho que se iniciara un movimiento revolucionario, pues la estructura de clases es semejante. Por tanto, hay que preguntarse por la causa de la divergencia entre la mafia siria y el imperialismo estadounidense (a pesar de que esta mafia es parte de la estructura capitalista mundial).

Así, hay una contradicción que nace frente el imperialismo, que es en su base una contradicción de los pueblos, y también existe una divergencia por uno u otro motivo en el marco de la competencia o la aclimatación con el poder imperialista, como resultado de la naturaleza de la clase que domina todas las circunstancias para que se produzca una revolución. ¿Damos, entonces más importancia a una divergencia marginal entre la clase dominante con el imperialismo en vez de a la profunda contradicción entre esta clase y el pueblo?

El estudio de la estructura de clase y la realidad política ha quedado fuera de los intereses de esta izquierda, a pesar de ser una prioridad marxista, y la base de su método materialista. En consecuencia, no son conscientes de las contradicciones de clase, sino que ven la divergencia política, justo porque su conciencia es una conciencia politiquista (es decir, de hechos, que sigue la política de las autoridades y los partidos, las relaciones internacionales y las declaraciones de las fuerzas). Y toda la lucha de clases queda fuera de esa visión, porque lo político no se funda sobre el conocimiento de la realidad económica y las contradicciones de clases, y en consecuencia de su representación política, sino que parte en exclusiva de lo político.

Todo ello está fuera de las posibilidades de la “razón formal” (la razón que sigue la lógica formal del blanco y negro sin ver la gama de colores entre ambos).

La razón es formal y superficial y el resultado es necesariamente una política errónea. Ello no es izquierda, pero ¿qué intereses expresa? ¿Es acaso un “reacondicionamiento” del pasado, que sigue relacionado con las ilusiones de ideas que la realidad ha superado?

http://traduccionsiria.blogspot.com.es/2013/02/la-razon-formal-de-la-izquierda-arabe.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+TraduccionesDeLaRevolucinSiria+(Traducciones+de+la+revoluci%C3%B3n+siria)

El Índice de Libertad de Prensa de 2013, o un saludo a la familia real kuwaití


Al-Ajbar (edición en lengua inglesa)
Traducción de Loles Oliván.


Cada año, la organización internacional Reporteros sin Fronteras publica su Índice Anual de Libertad de Prensa. Y cada año, los medios de comunicación occidentales comparten los mismos titulares que se centran únicamente en los países que se atreven desafiar la voluntad política occidental. Este año no ha sido una excepción.
Pero cada vez que veo una encuesta que clasifica a los países de todo el mundo por su libertad de prensa o por su simpatía o por cualquier otro criterio ya sea serio o estúpido, me centro en la región de Oriente Próximo, pues es una zona que conozco bastante bien, lo que me permite juzgar la credibilidad de la encuesta o del proceso de clasificación.
He notado, por ejemplo, que Freedom House [Casa de la Libertad], supuestamente especializada en clasificar la situación de la libertad en todo el mundo, ha favorecido a países que están alineados con Estados Unidos, independientemente de las normas sobre libertad en esos países. Los regímenes comunistas siempre han sido recompensados ​​por Freedom House. Pero Freedom House es una “institución” estadounidense y Estados Unidos está acostumbrado a los estándares patrióticos y festivos en las normas políticas. No obstante, Reporteros sin Fronteras es una organización internacional que cuenta con una reputación “progresista”.
Si nos fijamos en el ranking de países de Oriente Próximo en la encuesta de este año observaremos los mismos problemas de sesgo político. Así, según el Índice anual de este año, Siria e Irán reciben la peor clasificación de todos los países de Oriente Próximo. Sin duda, Siria e Irán no se merecen una buena posición en tal encuesta, pero qué coincidencia que esos dos países que son los que más se oponen a las orientaciones políticas de los gobiernos occidentales reciban un “prominente” rango bajo.

¿Y por qué Siria e Irán aparecen tan próximos si la situación de la prensa en ambos países no es la misma? En Irán existe una prensa política más diversa a pesar de que no se permitan las críticas al régimen o al líder supremo. Pero criticar a los presidentes iraníes está permitido en la prensa iraní, mientras que tales críticas no se toleran en Siria. En Irán existen diferentes puntos de vista políticos que se reflejan en la prensa iraní (a pesar de que lo que se permita es reflejar los diferentes puntos de vista políticos de la élite gobernante y no los de la población en general). La prensa siria no refleja los diferentes puntos de vista políticos del régimen porque el régimen no se permite ofrecer puntos de vista políticos diferentes. Pero resulta muy curioso que los dos países se sitúen tan estrechamente juntos cuando ambos regímenes no son completamente iguales.
Asimismo, uno constata que Cuba, Corea del Norte y China están situados en el grupo más abajo de la encuesta, lo cual está bien aunque plantea muchas cuestiones acerca de las normas y criterios de la encuesta.
Por ejemplo: ¿por qué Arabia Saudí se sitúa por delante de los regímenes sirio e iraní cuando la suya es claramente una de las prensas más controladas de toda la región? La prensa saudí está en su mayoría bajo control de los príncipes saudíes a los que no se les permite airear los desacuerdos de la familia real.
¿Cómo es posible que Egipto reciba tan baja calificación por parte de Reporteros sin Fronteras, que lo sitúa en el rango 158, mientras que Jordania recibe el rango 134? Y, cómicamente, Emiratos Árabes Unidos se sitúa muy por delante de la mayoría de los países árabes, en el rango 114. ¿Cómo podría la prensa de Emiratos Árabes Unidos estar por delante de la de Irán, o incluso de la de Siria? La prensa egipcia es rica, diversa y dinámica. Se tolera la variedad de puntos de vista y las críticas al jefe de gobierno a pesar de los intentos gubernamentales de amordazar a los medios, mientras que en Emiratos Árabes Unidos jamás se ha tolerado ni siquiera la más leve crítica a sus gobernantes.

¿Con qué vara de medir emite RSF tales juicios netamente políticos? ¿Y a Qatar se le otorga la posición número 110? ¿Quién puede creerse que la prensa qatarí, a la que no se le permite abordar temas relacionados con Qatar, es más libre que la prensa egipcia? ¿Y por qué los aliados dictatoriales próximos a Estados Unidos reciben un tratamiento preferencial en esta encuesta (y en otras)?
Y ¿por qué lógica la prensa kuwaití (que se adhiere a la norma de prohibir cualquier ofensa, crítica o insulto contra el gobernante) recibir el adelantado rango 77, cuando a Líbano, que tiene claramente la prensa más libre de cualquier país de Oriente Próximo, se le otorga el puesto 101? ¿Quién va a creerse que los medios de comunicación kuwaitíes son más libres que los medios de comunicación libaneses, que desde 2005 únicamente se adhieren a escasas limitaciones o restricciones? No hay jefe de gobierno ni dirigente de Oriente Próximo que sea inmune a las críticas o insultos en la prensa libanesa, a pesar de los intentos de la familia real saudí de poner todos los medios de comunicación bajo su estricto control, y a pesar de los intentos del régimen sirio de controlar los medios de comunicación libaneses durante años.
Esta encuesta, y otras similares, muestran más allá de toda duda razonable que las ONG occidentales padecen a menudo los manifiestos prejuicios políticos de los medios de comunicación occidentales: que son muy susceptibles a las preferencias e inclinaciones políticas de los gobiernos occidentales.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=164319

viernes, 22 de febrero de 2013

¿Qué hacemos con Siria?


¿Qué hacemos con Siria?
Por Leandro Albani. La Unión Europea extendió el embargo de armas a Siria. La medida generó contradicciones en el bloque. Las monarquías criticaron la extensión de sanciones que golpea a los mercenarios.

Si algo se observa después de dos años de conflicto en Siria es que el movimiento diplomático y político entre ese país, sus aliados y las naciones que buscan derrocar el presidente Bashar Al Assad es constante y cada día trae nuevas noticias.
El lunes pasado, los 27 miembros de la Unión Europea (UE) acordaron prolongar las sanciones contra la nación árabe por otros tres meses. La medida también abarca el embargo de venta de armas hacia Siria, que en un primer momento intentó golpear al gobierno de Al Assad, pero ahora genera rispideces y tensiones entre quienes quieren ver al mandatario sirio fuera del poder. Con el embargo, los países que apoyan a los grupos opositores irregulares ven con preocupación la imposibilidad de enviar armamento a los mercenarios que operan en territorio sirio.
Los deseos porque esta medida no se cumpla los encabezan Gran Bretaña, Francia, Italia, Qatar y Arabia Saudita. La monarquía qatarí es uno de los principales polos de desestabilización abierta contra Siria, al igual que Turquía. Ambos países han declarado públicamente su respaldo a los grupos terroristas, muchos de ellos integrados por miembros de Al Qaeda y mercenarios trasladados desde una treintena de países.
Por su parte, el gobierno británico ha desviado hacia Siria millones de euros, decisión que al tomarse siempre fue anunciada por el canciller William Hague. Días atrás, Hague reconoció que en Siria operan yihadistas islámicos, los cuales son señalados como promotores de políticas ultra ortodoxas como las aplicadas en Arabia Saudita.
Hague reconoció que “dichos yihadistas no representan ningún peligro para nosotros cuando se dirigen hacia Siria. Pero si sobreviven podrían retornar a Europa con una ideología más radical y mayor experiencia en el manejo de armas y explosivos”.
Conocido el anuncio de la UE, la monarquía de Qatar criticó al bloque y calificó la medida como “equivocada”. El primer ministro qatarí, jeque Hamed Bin Yasem Al Zani, afirmó que su país está dispuesto a proporcionar cualquier cosa que los terroristas necesiten, incluidas armas, informó HispanTV.
Quien también reconoció la existencia de mercenarios en Siria fue el coordinador de la UE en la Lucha contra el Terrorismo, Gilles de Kerchove. El funcionario admitió que ciudadanos europeos, especialmente jóvenes, se han trasladado a la nación árabe para sumarse al Frente Al Nusra, integrante de la red al Qaeda, y al cual el propio Washington debió incluir en su lista de organizaciones terroristas que tienen que ser sancionadas.
La medida tomada por la UE se puede analizar como un nuevo intento de desestabilizar al gobierno de Al Assad, pero demuestra a su vez las tensiones internas. El costo de profundizar los intentos violentos contra Damasco no es compartido por todos los socios del bloque, la mayoría de ellos imbuidos en una crítica situación financiera.
A esto se suma que las negociaciones de Rusia e Irán para encontrar una salida pacífica al conflicto sirio se observan más potables y reales que la idea inicial de la Casa Blanca y sus socios europeos de convertir a Siria en una nueva Libia y arrasar el país.
Este intento, que se mantiene latente y siempre a mano de Washington, tuvo una respuesta rápida de Moscú y Beijing dentro del Consejo de Seguridad de la ONU al vetar cualquier posibilidad de invasión extranjera. Pero además tiene, hasta el momento, una cohesión entre el gobierno de Al Assad, las Fuerzas Armadas sirias y el pueblo, hecho poco tratado en los medios de comunicación.
Por estos días, en Siria se realizan encuentros y reuniones para encontrar una salida a la crisis. Grupos opositores del país, que rechazan la injerencia, han demandado una salida segura al conflicto y concretar un cambio democrático, pero sin recurrir a las armas.
Fateh Jamus, líder de las denominadas Fuerzas Nacionales Opositoras en la Línea de Cambio Pacífico (FNOLCP), declaró que se necesita “concretar un acuerdo político y legal para cambiar la forma y estructura del sistema político, a través de un método pacífico, gradual y seguro hacia un sistema moderno y democrático”. El dirigente indicó que para lograr esto han presentado una serie de iniciativas en apoyo al diálogo nacional, como poner fin a la violencia, permitir la manifestación pacífica protegida por el Ejército o las fuerzas de seguridad y castigar a los funcionarios corruptos. Jamus, en nombre de los grupos opositores pacíficos, llamó a las organizaciones irregulares a “desmantelar los controles en las vías públicas y colaborar en la prestación de servicios y labores de socorro”, como también a aceptar las negociaciones propuestas por el gobierno de Al Assad.
http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/111-medio-oriente/3040-que-hacemos-con-siria