lunes, 20 de enero de 2014

DEPENDE: UN SIGLO XXI 'MADE IN' ASIA

20 de enero de 2014

¿Hacía donde va el continente? Derrumbando mitos, vislumbrando escenarios.

AFP/Getty Images


“El auge de Asia cambiará el orden mundial”
Sin duda. Ya lo está haciendo. China no es el único país asiático que quiere acabar con el orden internacional impuesto tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Además de Pekín, en Asia compiten por establecer un nuevo orden más acorde con sus intereses Rusia, India, Japón, Indonesia, Corea del Sur y Turquía. Todos estos países están convencidos de que ha llegado la hora de acabar con la supremacía ostentada por Europa desde el siglo XVIII y heredada por Estados Unidos en 1941, aunque es China la que ha tomado la delantera.
Con el 60% de la población y el 25% del PIB del planeta, el mundo asiático se presenta como multipolar, quiere adaptar las instituciones internacionales a su realidad, se mueve por los impulsos del comercio y el desarrollo económico y, a nivel global, mantiene una estrategia dirigida a la consecución de materias primas para seguir creciendo, lo que crea mucha competencia entre los diferentes actores.
En Asia -fábrica, laboratorio y mercado del mundo- se dirime el futuro económico de la Tierra. En los ascensos y caídas de los imperios juegan tanto los intereses económicos como el poderío militar y Asia ofrece todas las condiciones para impulsar y modelar la economía y las finanzas del siglo XXI.

“El Asia de hoy es la Europa de 1914”
La potenciación de los nacionalismos es muy preocupante. El despertar de Asia lo han protagonizado los Estado-nación, lo que alienta el nacionalismo y la autoafirmación en sociedades que aún no se han curado las heridas que le infligieron el imperialismo y el colonialismo de los siglos XIX y XX. El historiador británico David Stevenson considera el noreste de Asia como la “zona más caliente” del planeta, en la que se enfrentan Estados Unidos como imperio en decadencia y China como imperio emergente.
Pekín considera que la política de Washington en Asia tiene como fin cercarle y frenar su ascenso, por lo que en los últimos años ha pasado de una diplomacia discreta a una mucho más proactiva, que no tiene reparos en extender su influencia por Asia a base de mostrar tanto su poder duro (militar) como blando (económico, cultural y diplomático). China se siente vulnerable frente al poderío militar de EE UU, que antes de 2020 tendrá en el Pacífico más del 60% de su flota. El despliegue de 2.500 marines estadounidenses en el norte de Australia, el reforzamiento de la base de Guam y de las alianzas defensivas con Filipinas, Corea del Sur y Japón, y la ofensiva diplomática estadounidense en India y los 10 países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) profundizan la desconfianza de Pekín hacia Washington. La decisión del presidente Barack Obama de dar prioridad a la región de Asia-Pacífico fue interpretada por el Partido Comunista Chino (PCCh) como prueba de la evidente resistencia de EE UU a aceptar la competencia geoestratégica en una zona que China considera su área natural de influencia.
Esta situación desemboca en una nueva guerra fría, en la que el escenario más volátil es el mar del Este, con la peligrosa disputa entre Japón y China por las islas denominadas Diaoyu en chino y Senkaku en japonés. Según el Tratado de San Francisco (1951), que China no firmó y a cuya negociación no fue invitada, esas islas son territorio nipón y como tales están protegidas por el acuerdo de defensa entre EE UU y Tokio. Pekín sostiene que las islas le pertenecen y que Washington no debe inmiscuirse en sus asuntos. La disputa se nutre del nacionalismo creciente en  amplios sectores de la sociedad china, que el PCCh utiliza para legitimarse, y en la japonesa, como vivero de votos de los partidos más derechistas, incluido el ala dura del gobernante Partido Liberal Democrático.  
A su vez, la guerra fría se alimenta con la carrera armamentista emprendida por los países de la zona ante el espectacular crecimiento del presupuesto militar chino, que lleva dos décadas aumentando a cifras de dos dígitos, aunque el gasto militar de EE UU sigue siendo seis veces superior al chino. El mayor empeño de Pekín ha sido modernizar y aumentar el tamaño de su flota y de sus fuerzas aéreas, dotarlas de medios y de armamento muy avanzados, que compra mayoritariamente a Rusia, aunque China ha logrado importantes avances tecnológicos en su industria bélica y aeroespacial.
Al igual que Europa en 1914, Asia carece de una estructura de seguridad que permita poner en contacto inmediato a los dirigentes de los países para evitar que un accidente o un incidente desate un incendio de consecuencias tan terroríficas como la Primera Guerra Mundial. En la solución de esta grave carencia estratégica deben implicarse los países del entorno y la misma ASEAN como institución. La Unión Europea debería impulsarla y prestar su asesoramiento.

“Corea del Norte utilizará sus armas nucleares”
Es muy improbable, pese a la agresiva retórica de Kim Jong-un. El  tercero de la dinastía Kim, en su discurso de Año Nuevo, afirmó que si estalla una nueva contienda en la península coreana “supondrá una espantosa catástrofe nuclear, de la que ni siquiera EE UU se salvará”. Empeñado en hacerse con las riendas del país más aislado del planeta desde que hace dos años muriera su padre, el Querido Líder Kim Jong-il, el nuevo tirano reforzó el año pasado su arsenal atómico con una tercera prueba explosiva y el disparo de un misil de largo alcance. El rechazo a volver a la mesa de negociaciones para renunciar al armamento nuclear a cambio de una cuantiosa ayuda económica y tecnológica extiende la inestabilidad por todo el noreste del Asia, mientras en el interior de Corea del Norte se suceden las purgas políticas con ejecuciones sumarias. La impredecible evolución del régimen eleva la temperatura de una zona en la que también hay un diferendo fronterizo entre Japón y las dos Coreas, que se disputan la soberanía de unos islotes.

“Las aguas turbulentas están en el mar del Este de China”
No solo. Hay tormenta en el espacio aéreo y en el mar del Sur de China. El 23 de noviembre pasado Pekín anunció que declaraba una Zona de Identificación de la Defensa Aérea (ZIDA) sobre una extensa parte del mar del Este. La decisión unilateral fue muy criticada, en especial por Japón, pese a que ese país ha realizado varias ampliaciones de su ZIDA, la última en 2012, y por EE UU que envió a la zona dos aviones de combate B-52 para recordarle a China que las medidas no se toman de forma unilateral.  Días después, Seúl anunció el establecimiento de su propia ZIDA. Las tres zonas se solapan en grandes áreas, por lo que el riesgo de accidentes e incluso de confrontación directa se ha disparado. Los tres países han declarado que no van a desatar un conflicto armado por unos islotes -aunque sus aguas, ricas en pesca, esconden grandes bolsas de petróleo y gas-, pero siguen dando pasos hacia el enfrentamiento.
Además, los países del sureste asiático temen que el nuevo moviendo de China sea un paso previo a la declaración unilateral de su ZIDA sobre los tres cuartos del mar del Sur de China que reclama. El PCCh reivindica el dominio sobre el 80% de ese mar, que tiene una extensión aproximada de 3,5 millones de kilómetros cuadrados, con numerosas islas, islotes, atolones y peñascos deshabitados, cuya soberanía también se disputan Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwan. Esto tendría serias consecuencias tanto en la navegación aérea como marítima. Esas aguas son unas de las más transitadas del planeta, por las que discurre más de la mitad del tonelaje de la flota mercante mundial y un tercio del transporte de crudo, además de multitud de pesqueros, submarinos y buques de las distintas fuerzas navales.

“La vuelta de Japón”
Mucho más que Abenomics. Así se denomina la política económica del primer ministro Shinzo Abe, con la que en un año de gobierno ha devuelto la confianza a los empresarios y consumidores nipones tras dos décadas de estancamiento económico y deflación. Más allá del término, lo que Japón experimenta en la actualidad es una reafirmación de su espíritu nacional, que afecta tanto a la economía como a la política, la diplomacia y la sociedad. Shinzo Abe se plantea modificar la Constitución de 1946, impuesta por EE UU como potencia ocupante tras la Segunda Guerra Mundial. El espíritu pacifista de la Carta Magna prohíbe a Japón tener un Ejército como tal y limita las tareas de las denominadas fuerzas de autodefensa, que carecen de capacidad para sumarse a una operación militar internacional, aunque tenga como objetivo la defensa de Japón. Para incrementar el papel nipón en la esfera internacional, Abe pretende también eliminar de la Carta Magna las restricciones a Japón a participar en el sistema de seguridad colectiva de Naciones Unidas.
La normalización de las Fuerzas Armadas japonesas casi 70 años después de su estrepitosa derrota ha llevado a Tokio a dotarse de un Consejo de Seguridad Nacional para responder con rapidez ante cualquier contingencia. Además, Abe ha ordenado el incremento del presupuesto militar en un 5% y ha elaborado su primer plan de estrategia nacional, con una duración de cinco años, a lo largo de los cuales no se descarta que vuelva a redefinir su política defensiva y acepte el principio de ser el primero en atacar ante una grave amenaza, lo que provocará que vecinos como China y las dos Coreas, que sufrieron la dominación japonesa en la primer mitad del siglo XX, pongan el grito en el cielo.
Ante la reemergencia de China -su primer socio comercial--, Tokio tiene tres posibles soluciones. La primera es la más amarga para los políticos. Consiste en asumir el nuevo papel de China y tratar de obtener con ello el mayor beneficio económico posible. La segunda es pragmática y exige ligar aún de forma más estrecha la suerte japonesa a la de EE UU y convertirse en el bastión estadounindense en Asia, seguido de cerca por Australia, Corea del Sur y Filipinas. Y la tercera, la más arriesgada, parece ser la que va tomando cuerpo en el archipiélago: se decanta por la reafirmación nacionalista de Japón e incluye gestos como la visita al monasterio sintoísta de Yasukuni, donde se veneran las almas de los millones de japoneses caídos en las contiendas de 1853 a 1945, incluidas las de los 14 criminales clase A de la Segunda Guerra Mundial. Abe acudió al templo el pasado 26 de diciembre y su ministro del Interior una semana más tarde. Ni China ni las Coreas se lo van a perdonar. Incluso EE UU lo criticó al entender que añade leña al fuego de las tensas relaciones de Japón con sus vecinos.
Si China ve con espanto la opción de que se refuerce la alianza Tokio-Washington, aún le alarma más la reafirmación nacionalista japonesa.  

“La contención de China se llama India”
No está tan claro. La Administración de George Bush, profundamente anticomunista, llegó a un acuerdo nuclear con India e impulsó sobremanera las relaciones entre la democracia más numerosa del mundo y la más poderosa. Los halcones republicanos ven en India -que comparte al menos en teoría los valores occidentales de democracia, libertad y Estado de Derecho, al gigante asiático capaz de contener la expansión china. Pekín y Nueva Delhi, que en 1962 se enfrentaron en una guerra de baja intensidad, aún mantienen uno de los muchos contenciosos fronterizos que les separaban, ideológicamente son como el día y la noche y sus modelos económicos son radicalmente opuestos. Sin embargo, esta disparidad ha convertido sus economías en complementarias. Si China es la fábrica del mundo, India es la oficina, con su espectacular dominio de Internet, de la tecnología de la información y del software. Pero esta producción ocupa muy poca mano de obra e India, que muy pronto sobrepasará a China en población –en la actualidad, China tiene 1.350 millones de habitantes, apenas 100 millones más que India– necesita con urgencia impulsar un sector manufacturero que cree trabajo, para lo que precisa una amplia red infraestructuras que no tiene. China, que por la política del hijo únicocomienza a tener una población envejecida, tiene en India millones de jóvenes disponibles para trabajar en las fábricas que deslocalice.

Nueva Delhi, al igual que Pekín, trata de jugar con todas las carta de que dispone en la mesa y, al tiempo que estrecha las relaciones con Washington y la Unión Europea,  ha mejorado considerablemente sus contactos y sus intercambios comerciales con China, sin dejar de rearmarse y expandir su influencia por el Océano Índico.

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viernes, 17 de enero de 2014

Tres versiones de Bagdad

EL MUNDO 16 ENE 2014 
Atentados dejaron al menos 80 muertos esta semana en Irak
La capital iraquí es una ciudad acostumbrada a las bombas, la ocupación y la corrupción en las esferas políticas.
Por: Víctor de Currea-Lugo
Tres versiones de Bagdad
Suníes iraquíes rezan junto a los ataúdes de varias víctimas asesinadas por el ejército iraquí en el marco de la lucha “antiterrorista”. / EFE
Todos oímos en la infancia de una región llamada Mesopotamia, que significa “la tierra entre dos ríos”, el Tigris y el Éufrates. Allí nació la escritura. Es la tierra de Simbad el marino y otros cuentos de las Mil y una noches. La tierra tanto de los sumerios, una de las primeras civilizaciones conocidas, como de los que hoy la pueblan: los iraquíes.
Entre sus ciudades legendarias están Bagdad y Babilonia. Bagdad fue fundada en 761, a orillas del Tigris. Durante 500 años fue la capital del mundo árabe-musulmán y finalmente cayó destruida por los mongoles en 1257. Entre 1533 y la Primera Guerra Mundial, Mesopotamia fue parte del Imperio otomano. En 1917 los británicos entraron a Bagdad y, con la creación de Irak, se convirtió en capital.
Bagdad puede ser vista desde la geopolítica de sus conflictos, que la hacen figurar a diario en las noticias, desde la cotidianidad de sus habitantes y desde las leyendas que se le adjudican. Las tres miradas, al final, confluyen.
Bagdad, donde las paredes lloran
Bagdad me dio la bienvenida con cotidianos cortes de luz y llena de peregrinos camino a Karbala. La torre de Babel fue sin duda construida aquí: todos gritan, pero pareciera que nadie entiende a nadie. “Es Irak”, me dice mi guía. En todas las grandes calles vi carros de combate otrora usados por las tropas estadounidenses y ahora en manos del ejército de Irak.
En un modesto restaurante terminé hablando con el mesero, un iraquí educado en Manchester y ahora mal pagado. Me dijo: “Aquí en Irak, para conseguir un empleo no hay que tener conocimientos, hay que conocer a los que están en el poder”. El barrio donde estábamos había sido, recuerda Yasser, un barrio floreciente. Hoy es un vecindario hundido en la crisis. “El país cambió de mal a peor y estará aún peor en el futuro”.
La ciudad está tensa por los ataques terroristas, pero el despliegue militar es, me dicen, el usual. Bagdad luce sucia, como un pueblo después de una tormenta de arena. Bueno, sufrió una tormenta de tropas extranjeras. Las basuras son parte del paisaje. Para Yasser, la suciedad es tristeza. Me dice: “En esta ciudad las paredes lloran”.
El gran empleador es el Estado y éste depende del petróleo. Siendo la seguridad un gran problema, las Fuerzas Armadas son una alternativa laboral. A orillas del río Tigris terminé hablando con un psicólogo cuya opción fue incorporarse a la policía. Pero dentro de las filas la frustración es grande. En Salman Pak, un soldado me pidió que le ayudase a conseguir un trabajo para dejar el Ejército.
Durante el gobierno de Sadam Husein los letreros religiosos en homenaje a Alí, yerno del profeta Mahoma, estaban prohibidos. Hoy se ven en calles y mercados sin problema. Los chiitas, perseguidos por Sadam, ahora celebran públicamente su fe. No es el retorno de los chiitas, siempre han estado ahí, pero antes se ocultaban. Pero sí hay un grupo de habitantes de Bagdad ocultos: los niños con malformaciones y con cáncer fruto del uranio empobrecido y otras armas usadas por Estados Unidos. ¿Cómo decir que la guerra ha terminado en una ciudad con tantas personas con alteraciones y abortos causados por las armas del ocupante?
A pesar de todo, el mercado sigue. Sus calles comerciales están invadidas de productos chinos. Una de las calles más famosas conduce a la estatua del poeta Mutanabi; es una venta callejera de libros y otras cosas. Aquí conviven copias del Corán con afiches de Mickey Mouse. Pero otras calles perdieron su magia. La calle Rashid, la primera que vio el alumbrado público —en 1917— y una de las más imponentes, es hoy un manojo de fachadas a medio derruir.
Cerca de allí me encontré al empresario y escritor Hamid al Hassani, quien me dijo por qué había decidido volver a Bagdad: “La mayoría siempre aplasta a la minoría y yo me devolví para que la minoría creciera un poco”. Después de mucho hablar me regaló una frase: “No tengo tiempo para morir”. Cuando un periodista local notó que era extranjero decidió preguntarme qué hacía una persona como yo en un sitio como ese. Les extraña que alguien quiera visitar Bagdad. Le contesté: “Vine a Bagdad porque quería verla antes de morirme”. No hablar árabe es, para muchos, ser estadounidense y ser estadounidense es sinónimo de tener dinero.
La Bagdad de la infancia de Yasser ya no existe. La torre Sadam y el puente Sadam dejaron de llamarse como el dictador para recibir el nombre de un líder chiita, Mohamed Sadeq al Sadr, y pasaron a ser llamadas torre y puente Sadr. Incluso la cabeza de bronce de Abu Jaafar al Mansur, fundador de Bagdad en el siglo VIII, sobrevivió a la guerra (y a una explosión en 2005), pero hoy es desplazada en el imaginario urbano por el centro comercial recién abierto a pocos metros de la estatua y que lleva el nombre de Mansur.
Otra vez, Mesopotamia en guerra
La guerra de 2003 tiene un ícono: la estatua de Sadam cayendo en la plaza Firdos. Hoy sólo queda su pedestal cubierto. Bagdad es una ciudad bajo control militar y no por ello más segura. Los túneles otrora para peatones en los principales cruces están del todo cerrados.
Hay dos Bagdads: la de los ocupantes (y sus amigos) y la de los ocupados. La “Zona Verde” es una ciudad dentro de la ciudad. Fortificada, allí quedan oficinas del Gobierno, transnacionales del petróleo y buena parte de los extranjeros. Me recuerda las historias medievales donde el rey y su corte vivían amparados del pueblo y de sus enemigos tras unas murallas que lo aislaban de quienes lo mantenían con sus impuestos. No se puede entrar sin ser invitado.
La Bagdad de los ocupados tiene muchos matices. Hay una zona de edificios donde vivían los hombres de la Guardia Republicana de Sadam. Cuentan que cuando llegaron las tropas ocupantes, muchos huyeron dejando abandonadas sus viviendas, que a los pocos días fueron ocupadas por iraquíes incluso de otras regiones del país.
La ciudad ha cambiado. No sólo hay cuarteles hechos parqueaderos sino ruinas. Una parte de Bagdad se cae a trozos, cual ruinas de los bombardeos de 2003, y otra intenta surgir sin lograrlo a través de nuevas construcciones a medio camino. La ciudad está salpicada de lo que un día fueron controles militares y cierres de vías, hoy abandonados.
Hubo un famoso centro comercial en las afueras de Bagdad, el Salman Pak, con jardines, zonas para niños, fuentes, piscinas públicas y tiendas. Ese centro fue destruido no por la guerra sino por el pillaje que siguió a la ocupación de 2003: hasta el mármol de sus paredes fue robado. La ruta entre Bagdad y el parque estaba llena de fincas, pero hoy está llena de barrios de desplazados. Son algunos de los 1,3 millones de desplazados que siguen sin retorno. Ir a ese parque era uno de los paseos de colegio, pero hoy no quedan sino sus ruinas al lado de una histórica puerta de Bagdad del tiempo del profeta Mahoma.
La economía es frágil. Irak (y sus guerras) depende del petróleo. Como decía Robert Fisk: “¿Creen que si Irak sólo produjera zanahorias lo hubiéramos invadido?”. A pesar de su potencial energético, los cortes de luz se suceden varias veces cada día. La poca agricultura se ha visto afectada por las armas químicas usadas por Estados Unidos en la reciente ocupación.
En 2012 Irak superó sus exportaciones anuales de petróleo de los últimos 30 años, llegando a 2,6 millones de barriles al día. Pero los avances en la exportación no se ven reflejados en el desarrollo de las instituciones, en la lucha contra la corrupción, ni mucho menos en las condiciones de vida.
En 2010 se retiraron la mayoría de las “tropas de combate”, pero un número considerable de “asesores militares” sigue allí. Las tropas se fueron pero las petroleras se quedaron: Exxon Mobil, British Petroleum, Emerson y Shell permanecerán por mucho tiempo, tanto como haya petróleo disponible. En la plaza Tahrir hay un letrero contra el terrorismo. Se fueron las tropas pero se quedó la muerte. Un toque de humor negro: aquí sí lo reciben a uno con “bombas” y platillos.
La “fatiga de Irak” es de la opinión pública, de los donantes internacionales, de la prensa y hasta de las tropas ocupantes. Nadie quiere saber nada más de Irak, casi todos desean pasar página y centrarse en otros temas.
Irak es ahora un lugar inseguro y destruido, donde el agua potable es un lujo. Un país petrolero dependiente de generadores eléctricos que funcionan con combustible proveniente del mercado negro. No se sabe bien quién ganó la guerra; tal vez las petroleras. Pero sin duda Irak la perdió.
Bagdad del ábrete sésamo
Aladino liberó una esclava, Morgiana, que le ayudó en sus aventuras. Aquí, en la calle Kahramana, está ella, inmortalizada en piedra, echando aceite hirviendo a los cuarenta ladrones escondidos en tinajas. La lámpara maravillosa tiene una inmensa réplica tan grande como su genio al frente del Teatro Nacional. Y Sherezada cuenta sus historias al rey Shahryar a la orilla del río Tigris (todos los que escribimos tenemos algo de Sherezada, contamos historias esperando que nuestros lectores nos mantengan vivos).
Si bien es cierto que la historia de Alí Baba parece ser originaria de Sudán, la de Aladino de Aleppo (actual Siria) y las Mil y una noches están llenas de tradición persa, no por eso es menos real que Morgiana, Sherezada y la lámpara de Aladino son parte de Bagdad.
También hay más de 40 ladrones en el parlamento iraquí, donde la corrupción es una constante. También los civiles quisieran que la lámpara de Aladino funcionara para pedir, por lo menos, que cesen los carros bomba. También EE.UU. es una Sherezada que inventa historias para tratar de ganar con las palabras una guerra que perdió.
En 1257 los mongoles arrasaron Bagdad, y cuenta la leyenda que el río Tigris se tiñó de rojo de sangre y luego de negro de tinta, por la destrucción de las bibliotecas. Hoy es gris plomizo de basura. Total, el Tigris no es como lo pintan.
En una triste y mágica cotidianidad de la guerra confluyen las tres versiones de esta ciudad. Con rezagos del embargo de los años noventa, huellas de la dictadura y cicatrices de la ocupación. Sí, hay tres Bagdads: la difuso de los cuentos de Oriente y sus alfombras voladoras, la estudiada en las clases de geopolítica y la cotidiana de su mercado de pájaros. Las tres son a su manera posibles. La magia está en que uno, de paso por Bagdad, puede tomar de cada una lo que más le guste.
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martes, 31 de diciembre de 2013

La revolución de la dignidad

Naomí Ramírez Díaz
Trasversales



Naomí Ramírez Díaz es arabista, doctoranda en la UAM y especializada en Siria, donde pasó un año estudiando árabe y aprendiendo sobre el país y la sociedad, autora del blog Traducciones de la Revolución Siria y coautora del blog Hermanos Musulmanes, un observatorio de la organización islámica. Ha publicado varios artículos académicos sobre la revolución y ha asistido a congresos nacionales e internacionales para presentar su trabajo.

-Hemos encontrado muchas dificultades, más entre el activismo "politizado" que entre el resto de la población, para convencer de que el levantamiento sirio era una verdadera revolución popular desde abajo. Incluso hemos encontrado quienes afirman que todo fue obra de conspiradores extranjeros. Tú conoces muy bien esta revolución, ¿podrías situar el origen de la sublevación civil y las formas de lucha que adoptó?
-Lo primero que puedo decir es que la revolución siria nos sorprendió a todos, analistas, políticos y a los propios sirios en el exterior e interior, pues a diferencia de Túnez o Egipto donde la actividad sindical había tenido experiencias previas y, por tanto, la lucha social tenía unas bases de las que partir y un ligero bagaje, en el caso de Siria, tras la cruenta represión de la insurrección de finales de los 70 y principios de los 80, liderada por islamistas, pero no exclusivamente integrada por ellos, toda opción de oposición había quedado eliminada. El miedo a la repetición de ese escenario, más el temor al mero hecho de hablar de política incluso en el entorno familiar, eran suficientes para no atreverse a chistarle al “líder”.
Dicho esto, no deja de sorprender cómo se produjo la primera manifestación, teniendo en cuenta que las llamadas en las redes sociales a un “día de la ira” fueron infructuosas y que lo máximo que se había logrado habían sido sentadas de protesta por la represión en Libia. En un zoco damasceno, a mediados de febrero de 2011, un grupo de personas rodeó una escena en la que un policía acababa de hablar de forma humillante a un comerciante y gritó al unísono: “al pueblo sirio no se le humilla” y “la muerte antes que la humillación”, gritos que se repetirían un mes después en Daraa, al sur del país.
Allí, unos adolescentes pintaron en las paredes los eslóganes que oían en la televisión en la plaza de Tahrir: “te ha llegado el turno, Bashar” “el pueblo quiere derrocar al régimen” etc. Esos jóvenes fueron detenidos y torturados y cuando sus padres fueron a recuperarlos se les dio una contestación que atentaba contra el honor tan presente en una zona tribal. Ello detonó manifestaciones de rechazo contra las que el régimen no dudó en disparar y cercar la ciudad, provocando la solidaridad de otras ciudades del territorio sirio con Daraa: “estamos contigo Daraa”, “romped el bloqueo a Daraa” etc.
Todas estas manifestaciones tenían algo en común: el grito de silmiyya (pacífica). Y en ellas se enfatizaba la unidad del pueblo contra la humillación y la falta de libertad: “el pueblo sirio es uno” Las llamadas al derrocamiento del régimen vendrían después, por eso la revolución siria ha sido llamada la revolución de la dignidad.

-¿Cuál fue la respuesta del régimen a ello? ¿Cuál es la magnitud de la masacre? ¿Qué apoyos exteriores encontró?
-Como decía, el régimen fue poco inteligente. No son pocos los que creen que de haber entregado a los niños a salvo y haber abierto la veda de las libertades y la competición política real, Bashar se habría mantenido sin despeinarse. Sin embargo, la violencia contra manifestantes desarmados fue la política que se siguió.
No sólo eso, para lo que el régimen ha contado con la inestimable ayuda de las armas rusas (que se entregan “según acuerdos firmados anteriormente” tal y como dicen las declaraciones oficiales), los milicianos del Hezbollah libanés (que su propio líder ha reconocido) y la ayuda en materia de inteligencia (para espiar la actividad informática en la red e identificar a activistas) y la provisión de miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán. Ésta es la intervención que se ha dado desde las primeras semanas en Siria y que hoy sigue en marcha.
Además, el régimen se ha valido de grupos paramilitares de carácter sectario para provocar masacres que inciten al odio sectario y provoquen la división, como se sospecha que sucede con la rama siria del PKK turco, el PYD, para enrarecer las relaciones entre árabes y kurdos en Siria.
Existen además rumores de las relaciones del régimen con Jabhat al-Nusra, que inicialmente podrían haber sido ciertas, debido a que el núcleo de este grupo se formó a partir de algunos de los presos liberados por el régimen en sus amnistías, y con el Estado Islámico de Iraq y Siria, dado que éste se ha convertido en un verdadero obstáculo para la revolución, para los periodistas que cubren la situación y para los principios básicos por los que se salió: libertad y dignidad.
Finalmente, el régimen ha contado con un magnífico aparato de propaganda mediática liderado por canales llamados alternativos por parte de ciertos sectores de la izquierda que siguen viendo el mundo en términos maniqueos según los cuales es progresista todo lo que se erige como antiimperialista (contra el imperialismo estadounidense, no el ruso, por ejemplo) o contrario a Israel (el régimen sirio, en nombre de la incapacidad de lograr la paridad estratégica con su vecino ocupante, no ha hecho nada por recuperar el Golán, entre otras cosas) y que además se dice socialista. En este sentido, aunque la retórica de EEUU son meras palabras, como el reciente episodio de las armas químicas ha demostrado a las claras, si EEUU se posiciona verbalmente contra las masacres del régimen contra el pueblo entonces eso es malo y solo busca excusas para intervenir en Siria, como pieza del Eje del Mal. Este aparato propagandístico que ha negado sistemáticamente las matanzas, los muertos y la realidad de un régimen despótico ha servido a los Asad para alimentar su imagen de garante de la estabilidad contra “desestabilizadores” que buscan debilitar a Siria, según su retórica.
Lo cierto e innegable es que Siria suma ya más de 100.000 muertos, dos millones de desplazados, miles de detenidos y desaparecidos y parece que el mundo sólo lo ha visto al llegar la falsa amenaza de intervención. El nivel de la masacre es inabarcable, y a ello han de unirse las necesidades de los desplazados y refugiados, especialmente los niños, muchos de ellos en riesgo real de desnutrición.
-En las muchas concentraciones que se han realizado en el bulevar del paseo del Prado ante la embajada "siria" uno de los gritos más frecuentes era "Asad matando y Europa (o España o el mundo) mirando". Se notaba una fuerte indignación ante la comunidad internacional y en particular frente a los Estados que dicen ser "amigos" de la revolución. Por el contrario, los partidarios de Al Asad, ya sea entre algunos sectores de izquierda o en la extrema derecha, aseguran que todo está montado por EEUU. ¿Cómo lo ves tú, realmente la revolución siria ha sido apoyada o ha sido abandonada a su suerte por "Occidente", Arabia Saudí, Israel, etc.?
-Como se deduce de lo anterior, los “amigos de Siria” son sus peores enemigos, pues por un lado alimentan la propaganda anti-intervencionista y pro genocidio, y por otro lado dan falsas esperanzas a quienes se ven solos. Desde el principio, los sirios pidieron un bloqueo aéreo al ver que la fuerza del régimen residía en su potencial aéreo tras el comienzo de las deserciones de los soldados de a pie que se negaban a matar a manifestantes pacíficos y desarmados. También pedían el establecimiento de corredores humanitarios. Nunca se ha concedido. También se pidió una intervención durante un tiempo, sí, pero pronto se desencantaron y pidieron que se armara al Ejército Sirio Libre para poder derrocar al régimen ellos mismos con armas que pudieran enfrentar sus capacidades. Tampoco se hizo: las armas que han llegado no sirven para frenar los bombardeos desde el aire, por ejemplo, y quienes disponen de mejores armas son los yihadistas, patrocinados por Estados que no quieren ayudar a la revolución, sino expandir su propia visión retrógrada del islam.
Con este panorama, nada se puede esperar de los “amigos de Siria”. Recordemos que España, por ejemplo, envió a Bernardino León a intentar llegar a un acuerdo con Asad, lo que demuestra que, aunque España es un país secundario en este tema de política internacional, no había ningún deseo de que la revolución triunfara ni de que Asad cayera. EEUU no quiere tener que buscar una alternativa a su perro guardián que tan celosamente ha mantenido tranquila la frontera del Golán, Rusia quiere mantener su influencia en Siria, algo que puede descartar si el régimen cae dada su implicación directa, Israel no ha tenido problema en reconocer que la caída de Asad no le beneficiaría (aunque algunos grupos políticos no lo ven tan claro), ¿por qué ayudar a la revolución entonces? Es más cómodo mantener una sangría interna en Siria en la que ninguna de las partes gane, pero en la que ninguna se debilite hasta el punto de suponer una amenaza para los intereses de alguno de los jugadores internacionales.
-Recientemente han surgido también voces críticas para las que la revolución ha cambiado de signo por la militarización de la resistencia y por el protagonismo de los grupos armados yihadistas; también dicen algunos que la rebelión civil ha desaparecido. Nuestra impresión es otra, nos parece que la militarización, siempre peligrosa, fue impuesta por las circunstancias de la militarizada y feroz represión de las necesidades de autodefensa, que la revolución civil sigue viva y que no ha sido fagocitada por el yihadismo reaccionario sino que tiende a chocar con él de forma cada vez más clara, pero son impresiones desde muy lejos. Nos gustaría conocer tu punto de vista, mucho más informado y comprometido, sobre esos tres aspectos y sus vínculos: militarización, presencia armada de grupos en el entorno de Al Qaeda o similares y situación de la oposición civil.
-En primer lugar, no debemos olvidar que el núcleo de la revolución, su génesis y esencia, es la resistencia civil, que comenzó espontáneamente, pero que no tardó en buscar maneras de organizarse en los llamados comités de coordinación local para poder convocar manifestaciones en puntos más o menos seguros, llamar a huelgas generales que debilitaran al régimen económicamente, asistir a los heridos en hospitales de campaña clandestinos, pedir donaciones de sangre y un sinfín de actividades que desde aquí se nos pueden escapar. A día de hoy, en las llamadas zonas liberadas, donde la presencia del régimen es nula salvo por los bombardeos aéreos, que han llegado a ser con barriles de dinamita y misiles SCUD, esta oposición civil, espíritu original de la revolución, se organiza en consejos locales encargados de dirigir los asuntos administrativos, desde el gobierno local al establecimiento de escuelas para que los niños no pierdan el colegio. Además, se encargan de coordinar los temas de seguridad con las brigadas locales (no sin tensiones, sobre todo al inicio) adscritas al ESL.
Existen, además, otras brigadas que no se inscriben en el paraguas del ESL, como algunas brigadas kurdas que protegen las zonas donde esa comunidad es mayoritaria, y algunas islamistas que no se adscriben a los principios más tendentes al laicismo del ESL, aunque también hay brigadas kurdas e islamistas en el ESL.
Finalmente, tenemos a los yihadistas, que no diré que son un cáncer, porque son exógenos al tejido sirio, pero que sí constituyen un verdadero obstáculo a la continuación de la actividad civil (todo activista o médico es amenazado o incluso asesinado) y a la consecución de los objetivos revolucionarios, pues sus postulados intransigentes no son compatibles ni con la sociedad ni con sus aspiraciones. Más aún, su objetivo es crear su propio emirato. En una pared podía leerse: “El califato islámico o quemamos el mundo” emulando las inscripciones de los milicianos y mercenarios del régimen que versan: “Al-Asad o quemamos el país” Así, han dejado de conquistar territorio y luchar contra el régimen para dedicarse a sus propios proyectos de instauración de un gobierno medieval.
No sólo los comités y los civiles han condenado su presencia y actuaciones, sino que incluso el principal cuerpo de la oposición política en el exterior –siempre a remolque de lo que sucede dentro, la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria, ha negado que el Estado Islámico de Iraq y Siria sea parte de la revolución o esté en la línea de sus aspiraciones, y ha condenado sus prácticas.
-Quienes sentimos la urgencia de la solidaridad con el pueblo sirio debemos esforzarnos en encontrar y crear vías para ejercerla, es parte de nuestras obligaciones, pero quizá tú puedas indicarnos algunos de los caminos que podríamos seguir para ello, qué asociaciones podrían canalizar la ayuda, etc.
-Sin duda existen varios mecanismos, siempre que no sean los oficiales de la ONU que se canalizan a través del régimen sirio y, por tanto, no llegan a quien de veras lo necesita, además de mantenerle como parte legítima en el conflicto. En España, por ejemplo, la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio es una ONG sin vocación política que se dedica a organizar envíos de ayuda humanitaria: material médico y sanitario, ropa, mantas, alimentos infantiles y que precisa de donaciones en especie pero también económicas para sufragar los envíos. Por su parte, Corriente Roja ha mostrado su disposición a hacer llegar ayudas económicas a los comités y consejos locales para que la actividad civil no muera por falta de recursos.
-Dado tu amplio conocimiento sobre el Norte de África y Oriente Medio, nos gustaría conocer tu opinión sobre un aspecto de las revoluciones que han recorrido la región que nos interesa mucho, su carácter transnacional. Algunos consideran que algunos de los levantamientos eran dignos de apoyo, como los de Egipto o Túnez, pero que otros son contrarrevolucionarios, como los de Siria o Libia. Nuestra impresión es que todos ellos, tanto da que ocurriesen en Siria o en Bahréin, han sido levantamientos movidos por sentimientos de dignidad, libertad y justicia, contra regímenes odiosos, se llevasen éstos bien o mal con los gobernantes de EEUU, de Israel o de Arabia Saudí. Sin duda, todos han tenido un fuerte arraigo en las condiciones de cada Estado, ¿pero pueden o no pueden considerarse a la vez como un acontecimiento con una importante dimensión transnacional, regional si se quiere pero con influencia en países como España, Turquía o Brasil, o incluso en EEUU (Occupy)?
-Me gustaría matizar que lo contrarrevolucionario es negar las revoluciones, intervenir para pararlas, no sólo como hacen Irán, Rusia y Hezbollah en Siria, sino también como hizo Arabia Saudí en Bahréin y, aunque parezca paradójico, como hizo la OTAN en Libia. La manera de deslegitimar estos levantamientos era intervenir y convertirse en ejército de uno de ellos (obviando el tema de los contratos del petróleo), a sabiendas además de que esto supondría un claro revés para la revolución en Siria, pieza central del cambio en Oriente Medio por sus particulares alianzas. Con esto no digo que la revolución libia no fuera tal y que no fuera legítima, que no se me malinterprete, sino que el uso que se hizo de ella fue negativo.
Contrarrevolucionario también es apoyar a unos u otros grupos según los propios intereses o dar la imagen que más conviene de las revoluciones, como han hecho algunos medios. Contrarrevolucionario es dar un golpe militar contra un gobierno elegido, con mil y un fallos, pero elegido como símbolo del cambio.
Desde mi punto de vista, no se ha aprendido lo suficiente de las movilizaciones en el mundo árabe. Se ha puesto énfasis en el uso de las redes sociales, pero se han escapado los detalles, los sentimientos y las vibraciones que desde allí llegaban y llegan.
Quiero pensar que las concentraciones del 15-M en Sol se inspiraron, por ejemplo, en Tahrir (de hecho vi un cartel en su momento que decía: de Tahrir a Sol, que literalmente traducido sería “desde la liberación al sol”, y que lo mismo sucedió en otros puntos del mundo, como el famoso Occupy Wall Street, pero creo que las fuerzas contrarrevolucionarias ganaron la batalla y estos modelos de movilización popular dejaron de ser ejemplo para muchos. A día de hoy, muchos han dejado de apoyar la revolución en Siria, porque “es una guerra” y yo siempre matizo, “es una revolución que el régimen convirtió en guerra, una guerra contra el pueblo”.

 Revista Trasversales número 30 octubre-enero 2013 .

domingo, 29 de diciembre de 2013

Al Nakba - Subtitulos en español

Al Nakba ganó el premio al mejor largo documental sobre Palestina en Al Jazeera Quinto Festival Internacional de Cine (Doha / Qatar) y el premio del público en el Festival Amal Novena Cine Euro-Árabe (Santiago / España). Ha participado en otros festivales de cine en Brasil, Argentina, Italia, Jordania, Egipto y Palestina.


jueves, 26 de diciembre de 2013

Ser cristiano en Irak

Dura, la zona afectada de la capital

Un doble atentado con bomba dejó al menos 44 muertos en Bagdad como epílogo triste de la Navidad. Los episodios de violencia religiosa persisten en el país musulmán.
Por: Víctor de Currea-Lugo /
La celebración de la Navidad en Irak terminó en luto. Un ataque contra una iglesia cristiana y un mercado en la zona de Dura, al sur de Bagdad, dejó 91 víctimas, entre muertos (al menos 44) y heridos.
El ataque contra cristianos esta semana no es un acto aislado. Desde la invasión de Estados Unidos y sus aliados, en 2003, se han ido juntando los fanatismos y la intolerancia que hace posible el reciente crimen. En los últimos 10 años más de mil cristianos han muerto por razones religiosas y por lo menos 62 sitios cristianos han sido atacados.
No es una guerra de musulmanes contra cristianos. De hecho, muchos musulmanes viven mezclados con cristianos en varios barrios de Bagdad. Y la gente en las calles repudia el atentado, independientemente de su religión.
El cristianismo llegó a Mesopotamia en el primer siglo de nuestra era. En el siglo VI muchos monasterios fueron construidos. En el siglo XIV, Tamerlán decapitó 70.000 cristianos en Tikrit y 90.000 en Bagdad.
En 1987, según el censo oficial, había 1,4 millones de cristianos en Irak, algunos de los cuales participaron en los círculos de poder de Sadam Huseín, al punto que uno de ellos fue ministro: Tareq Aziz, hoy en prisión. Pero esa no fue la suerte de todos: muchos han emigrado y sólo alrededor de 330.000 sigue en el país. Los judíos también fueron perseguidos y expropiados. Algunas de sus casas están hoy abandonadas, muy cerca de la orilla del río Tigris.
En el caso de los cristianos, las medidas económicas de los años noventa, la ocupación de Estados Unidos y las presiones interreligiosas hicieron huir a muchos de ellos, tanto a países cercanos como a otras zonas más tranquilas dentro de Irak, como el norte kurdo del país.
Las presiones de grupos radicales contra los cristianos en estos años van desde forzar su conversión al islam hasta obligar a mujeres cristianas a vestirse de manera islámica, pasando por la remoción de cruces y otros símbolos de la cristiandad. Muchos bares para fumar pipa de agua y tomarse un café han cerrado sus puertas. Los ataques a bares por las tensiones interreligiosas han opacado la vida nocturna. Me dicen que algunos bares han sido visitados por milicias armadas que prohíben la venta de licor.
Desde el punto de vista de la responsabilidad inmediata, la gente en las calles culpa a Al Qaeda. Desde el punto de vista más histórico, culpan a la ocupación. Un joven me decía en un área cristiana: antes de la ocupación había problemas, pero no nos matábamos por razones religiosas.
En la noche de Navidad varios centros comerciales vendían adornos que eran comprados incluso por musulmanes, aunque algunos cristianos se sienten temerosos de celebrar la Navidad en público. Este año, con casi 7.000 muertos por el conflicto en Irak, termina superando en violencia a los anteriores y es comparable con 2007. Más allá de las diferencias de fe, Irak demuestra que la imposición de la tolerancia a punta de fusil no sólo es un desacierto sino que es echarle leña al fuego.
xx@elespectador.com
@xxxxx
@DeCurreaLug
http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/ser-cristiano-irak-articulo-465991

lunes, 23 de diciembre de 2013

La demolición de hogares en Jerusalén Este

Martín A. Martinelli
Rebelión

imagen jerusalem-palestina.blogspot.com

Desde el punto de vista de la Municipalidad de Jerusalén, la construcción ilegal es una decisión política con consecuencias de enorme alcance que pone en peligro la propia virtud del gobierno israelí en Jerusalén Este. La paradójica queja israelí de “Edificio político” (eufemismo para denominar construcciones palestinas) evidencia que el miedo ha superado la racionalidad. El régimen israelí adquiere así el sentimiento que la soberanía judía sobre Jerusalén está en peligro. El gobierno israelí tiene una visión distorsionada del mundo por lo cual toma decisiones en estos casos desastrosas, lo que socava la coexistencia de los dos pueblos, y enmaraña aún más el conflicto palestino-israelí. Las resoluciones que la Municipalidad de Jerusalén emana son puramente agresivas. Por lo tanto, una casa judía sin un permiso es un problema urbano, pero un hogar palestino sin un permiso es una amenaza estratégica.
Asimismo, cuando un problema se percibe en términos de una amenaza nacional, no puede haber compromiso, la gama de soluciones es limitada y el pensamiento se mueve en una pista de agresión. La comprensión está limitada por el nacionalismo. Donde los parámetros son de carácter político, las soluciones serán asiduamente agresivas y erróneas.

Uno de los peligros principales de la vida en los territorios ocupados es la demolición de la casa por las autoridades militares israelíes. Las demoliciones de viviendas son uno de los métodos más efectivos y controvertidos utilizados por las autoridades israelíes para despoblar partes de los Territorios Ocupados Palestinos. Según Amnistía Internacional, a partir de 1967, cuando Israel ocupó militarmente y se apropió de Cisjordania, incluida Jerusalén oriental, y la Franja de Gaza, se han demolido miles de casas palestinas. Esto socava la vida de poblaciones palestinas, que también viven penurias económicas, por lo que el esfuerzo y el valor que le dan a la casa significa años de sacrificios.

Es así que, el significado de que destruyan el hogar de una familia palestina es un sufrimiento imposible de cuantificar. El hogar es mucho más que una mera estructura física. Es un centro simbólico y la expresión de su condición. Se trata de un lugar de refugio, la representación física de la familia, su "casa". Para los palestinos, una casa tiene un significado adicional. Los hijos cuando se casan a construyen sus casas cerca de la casa de sus padres, y así preservan no sólo la proximidad física, sino también la continuidad de la explotación de las tierras ancestrales. Este último aspecto es significativo para los refugiados arrancados de sus hogares en 1948 o 1967. La demolición de casas, similar a su expropiación, es un aspecto más de la embestida a la identidad propio ser y del hombre.

La política de Israel en Jerusalén Este está motivada políticamente y es orientada a conservar una mayoría judía en la ciudad, por lo que resulta intrincado para los palestinos obtener permisos de construcción. Según cifras del Ministerio del Interior de Israel y el Municipio de Jerusalén occidental alrededor de 15.000-20.000 edificios en Jerusalén Este han sido construidas sin permisos, es decir, alrededor del 40% del número total de edificios. Estimativamente por cada edificio erigido bajo permiso, diez han sido construidas sin permisos. Lo injusto es entonces la forma en la que se otorgan esos permisos de construcción.

Desde el comienzo de la ocupación en 1967, los sucesivos gobiernos israelíes persiguieron como objetivo la “judaización” de Jerusalén Este, una “desarabización”. Una realpolitik cuyo propósito es y ha sido garantizar el control territorial, demográfico y religioso sobre toda la ciudad. Entretanto, los parámetros de una división política de la ciudad que Bill Clinton (2000) trazó ("Lo qué es árabe debe ser palestino", y "lo que es Judío debe ser israelí") han de tener sentido. De un total de aproximadamente 470.000 colonos en los Territorios Palestinos Territorios, el 40% 190.000 viven en la actualidad en Jerusalén Este, con otros 96.000 en los asentamientos alrededor de Jerusalén. Los datos, cifras, medios y políticas empleadas por Israel le sirven para reforzar su control sobre la ciudad. Esto evidencia cómo Israel está tratando de excluir a Jerusalén de cualquier negociación futura asegurándose de que la ciudad no puede ser nunca “dividida” a lo largo de todas las líneas, obstaculizando así los planes palestinos para desarrollar el este de Jerusalén y declararla la capital de un futuro Estado palestino.

Indudablemente la demolición de hogares es una práctica de una violencia material y simbólica inusitada, con un mensaje notorio: “Aquí no hay lugar para ustedes”. Si bien muchos declaran que Jerusalén puede ser considerada “...una de las ciudades más conflictivas del globo ” o una “no-ciudad” por falta de denominador común, o “...un volcán a punto de estallar en cualquier momento”. Y esto es así hasta el presente, de todos modos podemos tener esperanza de algún tipo de solución, aunque para ello son vitales los acuerdos en el tema de la “geografía sagrada” y la aspiración de israelíes y palestinos de tener a Jerusalén como Capital. Por ejemplo, el vídeo de la ONG, Paz Ahora, ¿Por qué luchamos por la paz? deja entrever que hay personas interesadas en la paz. A nuestro juicio, han existido históricamente conflictos duraderos los cuales llegaron a superar las disidencias de diversas maneras, esto podría llegar en algún momento a esta ciudad, aunque las diferencias vistas actualmente parezcan insalvables.

No obstante, Jerusalén es considerada como la capital del país por dos pueblos, palestinos e israelíes. Adquiere un profundo significado para todos aquellos involucrados en el conflicto. Por lo tanto, una de las posturas más aceptadas expone que un acuerdo equitativo sobre la forma de compartir Jerusalén y los lugares considerados sagrados, entre los palestinos y los israelíes constituiría a la vez la pieza central de un acuerdo entre estos dos pueblos y la clave para una paz justa y duradera en todo Medio Oriente. Sin un acuerdo equitativo en el manejo de Jerusalén, no habrá solución permanente del conflicto entre los palestinos y los israelíes, y no habrá paz duradera en la región. Esto es debido la importancia de esta ciudad. Es necesario enfatizar, que Jerusalén también es importante para el Islam y los musulmanes, (más allá del lugar que ocupe en las preferencias la explanada de las Mezquitas) ya que se tiende a hacer mayor hincapié sobre las creencias depositadas en las narrativas bíblicas o de la Torah.


Martín A. Martinelli, docente-investigador, autor del blog http://mediorienteactual.blogspot.com.ar.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Child arrest, No minor matter

Palestina Solidariteit in Belgium is proud to present its short film for the campaign on child prisoners and G4S in Belgium.

We produced the film in 4 languages and hope it can be of use to you.
Please share.

Best wishes for the holidays.
Selwa, An and Myriam from Palestina Solidariteit.be

French http://youtu.be/cht1th2dirY
Arabic: http://youtu.be/Wz0Teq_KVZ8
English: http://youtu.be/CufxnxYqy8U
Dutch: http://www.youtube.com/watch?v=76aGugwb1ps

mix of real arrests: http://www.youtube.com/watch?v=io_vOk-3NRY
 




jueves, 19 de diciembre de 2013

No puede haber democracia sin laicismo

Entrevista a Georges Corm, historiador y jurista libanés, en la que analiza la situación actual del mundo árabe


Traducido para rebelión por Caty R.
Michelcolloninfo


Georges Corm pertenece a esa generación de intelectuales árabes progresistas que aboga por el laicismo y defiende la soberanía de los estados frente a cualquier forma de imperialismo. El historiador y jurista libanés analiza la situación actual del mundo árabe.
-Tras las esperanzas suscitadas por la Primavera Árabe en 2011 y la llegada al poder en Egipto y Túnez de movimientos que se declaran islamistas, ¿es optimista respecto al futuro de los países árabes?
-El movimiento de 2011 fue extraordinario: de Omán a Mauritania la conciencia colectiva árabe despertó. Pero las esperanzas son a largo plazo. Los ciclos revolucionarios del mundo árabe son largos, sobre todo por las interferencias externas. Para romper dicho movimiento se crearon puntos de fijación en Libia y Siria. Ambas intervenciones han conducido a la catástrofe. Cuando armaron a los manifestantes pacíficos provocaron la guerra civil. La indignación respecto a tal o cual dictador es selectiva según los intereses geopolíticos occidentales y los de sus aliados locales. ¿Suprimir un sistema dictatorial y depredador? ¿Para sustituirlo por qué? Todo Oriente Medio está siendo depredado por sus clases dirigentes y los aliados de éstas en el mundo de las multinacionales. Son economías «rentistas» totalmente improductivas que generan desempleo y una gran concentración de la riqueza. Solo los pueblos pueden resolver sus problemas con sus regímenes políticos y económicos y construir los nuevos.
-¿Cuál es su punto de vista sobre la situación de Siria?
-Es una batalla muy peligrosa que sobrepasa ampliamente los desafíos sirios internos y puede desembocar en una tercera guerra mundial. Mientras hay unos 90.000 o 100.000 combatientes no sirios y los medios de la oposición en el extranjero permanecen presos de los intereses de Turquía, Francia, Arabia Saudí y Catar, no vamos a ningún sitio. Están destruyendo el país de manera sistemática. Mañana llegarán los nuevos depredadores a saquear Siria con el pretexto de la reconstrucción, como en Líbano, Irak o Bosnia.
-En su opinión, ¿cuáles son los intereses estratégicos que actúan en la región?
-Ahora se trata del reequilibrio del sistema internacional y del final del unilateralismo estadounidense. La región es un caos total. En la ribera sur del Mediterráneo Estados Unidos e Israel pusieron a la región de rodillas con la invasión de Irak en 2003 y después el ataque israelí a Líbano en 2006. Siria soportó un millón y medio de refugiados iraquíes sin pedir ayuda. Los tunecinos se han visto obligados a acoger a miles de refugiados de Libia. En Líbano hay entre 800.000 y un millón de refugiados sirios, es decir, el 25% de la población. En esta situación explosiva Europa, a remolque de Estados Unidos, no desempeña ningún papel de apaciguamiento, más bien al contrario.
-¿Cuál es el papel del Golfo en la región?
-El aumento de los precios del petróleo desde 1973 ha constituido un terremoto social en Oriente Medio de una amplitud sin precedentes en la época moderna. Las élites urbanas árabes que desencadenaron el renacimiento en el siglo XIX y adaptaron los principios de la ley islámica a las necesidades del mundo moderno, progresivamente cedieron el poder cultural, religioso y mediático a las familias reinantes del Golfo que disponen de medios económicos y financieros desproporcionados frente a los demás regímenes políticos árabes fragilizados por las derrotas militares frente a Israel, por los fracasos del desarrollo o por ambos a la vez. El «despertar islámico» vino a sustituir al «renacimiento árabe» con su cortejo de predicadores influenciados todos por el rigor teológico extremista del wahabismo. La religión musulmana se instrumentalizó para convertirla en un arma política temible, en alianza con Estados unidos en la lucha contra el comunismo. Se abandonó la cuestión palestina en beneficio de luchas que no son las nuestras en Afganistán, en Bosnia, en Chechenia o en el Cáucaso. Esos movimientos llevan en sí la legitimación de un autoritarismo temible que pretende controlar la vida de los creyentes hasta en sus mínimos detalles y combatir a los «incrédulos», musulmanes o no.
-Contra esas «ideologías autoritarias» usted predica la vuelta a la libertad de pensamiento
-El gran error de muchos intelectuales árabes ha sido dejar la cuestión religiosa a los Hermanos Musulmanes y al wahabismo los cuales, con sus medios, se han apoderado de las mentes de las personas. Los logros de la civilización islámica, que instituyó una libertad de pensamiento notable para la época, se ocultan completamente. ¡Solo se habla de Sayyid Qotb, Maudidi e Ibn Taymiyya! Ahora vemos el resultado de 40 años de una política muy activa, que se remonta a la Guerra Fría, de una «reislamización» de las sociedades para luchar contra el comunismo. Actualmente usted no es un musulmán «representativo» si es un musulmán liberal. Sin embargo siempre existe en el mundo árabe un vivo debate sobre la forma de interpretar el texto coránico, pero que no interesa a los medios académicos y mediáticos.
-Usted aboga por el laicismo, ¿no es utópico predicar un modelo impopular en la calle árabe?
-Con lo que ocurre en Egipto, en Túnez y en Siria, la opinión pública árabe, incluida la parte creyente, empieza a comprender cuál es la utilidad del laicismo. En el Mashreq , donde reina una fuerte diversidad religiosa en el propio interior del islam, es la única solución. Por otra parte no puede haber democracia sin laicismo. Si todo está polarizado sobre la cuestión del referente religioso en las constituciones o la identidad social y cultural, es porque no tenemos un pensamiento económico alternativo que habría relegado al segundo plano esta cuestión. Hay que rechazar el análisis en términos de identidad: el problema es la desestructuración de nuestras sociedades y el rechazo del pluralismo en una región del mundo que es plural desde la más lejana antigüedad.
-¿Qué papel desempeñaría el Magreb, y Marruecos en particular, en este contexto?
-Argelia ha sufrido enormemente la oleada islámica. Libia está actualmente presa de la anarquía que beneficia a los elementos que se declaran islamistas militantes, y Túnez vive cada vez más peligrosamente. Marruecos con su monarquía de legitimidad religiosa, al declarase partidario de un islamismo equilibrado, que es el auténtico islam, podría desempeñar un papel catalizador de un liberalismo árabe e islámico moderno, como el que existió hasta los años 50.Es también lo que intenta hacer Al Azhar en Egipto. Es el momento de trabajar para restablecer en el mundo árabe la salud mental que perdemos un poco cada día y volver a una concepción del mundo abierta, tolerante y pluralista. Lo que por otra parte construyó la grandeza de la civilización árabe-islámica y más recientemente el magnífico renacimiento árabe.
Georges Corm, nacido en 1940 en Alejandría asistió en su juventud a la llegada del poder de Nasser y a la nacionalización del canal de Suez. Tras un doctorado en Derecho Público sobre las sociedades multiconfesionales, fue profesor de Ciencias Políticas en la universidad Saint-Joseph de Beirut, empleado en el sector público y después en el sector bancario, asesor de diversas organizaciones internacionales y ministro de Finanzas de Líbano de 1998 a 2000. En sus numerosas obras, tanto en árabe como en francés como Le proche-Orient éclaté (1956-2012) y Pour une lectura profane des conflicts (La Découverte 2012), aboga por un mundo árabe más unido y más independiente y critica duramente el apoyo de Estados Unidos y Europa a los Estados teocráticos como Arabia Saudí e Israel.
Kenza Sefrioui es periodista cultural y crítica literaria. Estudió Literatura Comparada en la Universidad de París IV Sorbona y acaba de publicar su tesis: Souffles (1966.1973), espoirs de révolution culturelle au Maroc (Sirocco, 2013). Es colaboradora de las publicacionesBabelmed Economia. Además ha publicado Casablanca œuvre ouvert, con un segundo volumen: Casablanca poème urbain (Le Fennec, 2013), pertenece a la asociación «Racines» para el desarrollo cultural de Marruecos y África y organiza debates sobre temas culturales.
http://www.rebelion.org/