Sal Emergui | Jerusalén
Actualizado sábado 04/05/20
Fuentes israelíes han confirmado el ataque aéreo contra un envío de sofisticados misiles de Siria al grupo chií libanés Hizbulá. Las fuentes, bajo el anonimato y citadas por AP, añaden que el objetivo en la madrugada del viernes no fue un depósito de armas químicas sino un arsenal avanzado que "puede cambiar la relación de fuerzas". Todo indica que se trata de modernos misiles tierra-tierra de largo alcance. Mientras, el Ejército israelí declina hacer comentarios.
"¿Qué significa confirmación? ¿Quiénes son esos funcionarios que citan? Para mí, la confirmación es oficial cuando lo hace el portavoz del Ejército", ha afirmado esta tarde el alto funcionario del Ministerio de Defensa israelí Amos Gilad, que se ha negado a confirmar o desmentir las informaciones al respecto.
Según varias cadenas norteamericanas, los cazas israelíeshabrían atacado en la noche del jueves al viernes un almacén sin violar el espacio aéreo sirio. El ataque destinado a evitar latransferencia de armas del régimen de Bashar Asad a su aliado Hizbulá habría sido efectuado desde el Líbano. Según la web del Ejército libanés, un total de 16 vuelos de cazas israelíes violaron su espacio aéreo desde el jueves por la noche hasta el viernes por la tarde.
Citando "una fuente de seguridad en la región", Reuters confirma el ataque revelando que tuvo lugar tras una reunión secreta del minigabinete de seguridad israelí mantenida el jueves por la noche. "El objetivo no fue una instalación de armas químicas sirias", añade la fuente.
Preguntado por el supuesto ataque, el embajador sirio en la ONU, Bashar Ja'afari declaró: "No estoy al tanto de ningún ataque en estos momentos". Sin embargo, un comandante rebelde, Qassim Saadedin, confirma los hechos a Reuters. "Nuestra información indica que ha habido un bombardeo israelí contra un convoy que transfería misiles a Hizbulá. Aún tenemos que confirmar la localización", señaló Saadedin, ex coronel del Ejército sirio desertor al bando rebelde.
Secretismo israelí
Mientras los dirigentes israelíes no hacen declaraciones públicas este sábado -ya sea por ser la festividad del Shabat o por ser un tema altamente delicado- la embajada en Washington rechazó comentar la información limitándose a la postura oficial y conocida: "Israel está empeñado en imposibilitar el traspaso de armas químicas u otro tipo de armamento excepcional del régimen sirio a los terroristas, sobre todo a Hizbulá en el Líbano".
"Nosotros haremos lo que sea necesario para frenar la transferencia de sofisticadas armas de Siria a grupos terroristas", explicó hace unos días a ELMUNDO.es una fuente del ministerio de Defensa israelí que no quiso confirmar ni desmentir el ataque del pasado mes de enero contra un convoy sirio de misiles antiaéreos SA-17 que iba destinado a Hizbulá.
Dos fuentes estadounidenses, citadas por la cadena CNN, declaran hoy que "no hay razones que hagan creer que Israel ha atacado instalaciones de armas químicas".
Armas químicas
El paradero de las armas químicas sirias se ha convertido en los últimos meses en una prioridad para numerosos países y objeto de seguimiento especial de los servicios de Inteligencia de Israel, EEUU y Gran Bretaña.
La posibilidad de que Asad las use contra su población o caigan en manos de Hizbulá o de yihadistas de Al Qaeda en Siria es unalínea roja tanto para Israel como para EE.UU.
Hace unos días, el jefe de la unidad de investigación de la Inteligencia Militar israelí, Itai Brun, reveló que las tropas de Asad ya hicieron uso de armas químicas -en concreto gas sarín- contra los sirios.
Estados Unidos fue sorprendido por esta valoración pero días después la Casa Blanca informó de la existencia de "ciertas garantías" de que las armas químicas fueran empleadas.
Según fuentes militares israelíes, el envio de arsenal muy sofisticado (en su mayoria de fabricación rusa) a Hizbulá es también una "línea roja" que, en según qué circunstancias, les obligaría a intervenir.
Incertidumbre israelí
Israel mira con incertidumbre a sus dos fronteras norte, Siria y Líbano. Teme que El Asad esté entregando armas sofisticadas a Hezbolá, como pago o como custodia, que acaben sirviendo para un nuevo ataque contra sus intereses. Por el momento no hay pruebas de que la milicia tenga armas químicas, que seguirían en poder del régimen sirio. La inteligencia israelí vigila de cerca que nunca se produzca este intercambio. El conflicto sirio es hoy un interrogante para Israel, que teme que El Asad mantenga el poder y con él perpetúe su alianza con Hezbolá e Irán pero, a la vez, también recela de los islamistas, cada vez más presentes entre la insurgencia, como relevo en Damasco.
Sobre el terreno, esta mañana los opositores Comités Locales de Coordinación informan de otra posible masacre con 200 muertos, asesinados a puñaladas y luego quemados, en Raas Nabea, un barrio de Banias, la ciudad costera que está siendo asediada por tercer día consecutivo. Las tropas del régimen atacan su periferia, suní, protegiendo el corazón de la ciudad, alauí como el presidente El Asad. Ninguna otra ONG disidente ha informado de este caso.
Anoche, el Ejército Libre de Siria lanzó dos cohetes contra el aeropuerto de Damasco, causando un potente incendio, informa la agencia oficial SANA. Es la primera vez que un medio del Gobierno confirma un impacto en aeródromo
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