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Este ULTIMOROUND
10
mitos sobre el conflicto palestino-israelí por Jeremy R. Hammond
Comprender
Palestina: entrevista a Martin
A. Martinelli por
Colectivo ULTIMOROUND. Fotos Maru
Lastra Cordero
"Cucullú,
una historia escrita con el tizne de las gomas quemadas"
porFabricio
Lombardo.
Ilustraciónes Paula
Lupo
"Violeta
Parra, viajes de una mujer que no para de renacer" por Germán
Batalla.
Ilustración Diego
Parpaglione
Crónicas
bolivarias: Comuneras de Santa Rita por Marco
Augusto Teruggi
¿Por
dónde la vez, izquierda?: Entrevista a Itai
Hagman por Martin
Acosta.
Fotos Sebastian
Trípoli y
entrevista a Leandro
Amoretti porFederico
Aime.
Fotos Gerardo
Pérez Elío
El
Horror.
Editorial
ULTIMOROUND número seis
"Tienes
que tener hombres que tengan moral… y al mismo tiempo que sean
capaces de utilizar sus instintos para matar sin sentimentalismos…
sin pasión… sin juzgar… sin juzgar. Porque es el juzgar lo que
nos derrota.” Apocalipsis Now
Pensábamos
tocarlo más adelante, porque el tema es complejo. Pensábamos
destinarle una edición casi completa para poder focalizarnos en el
aspecto mitológico e histórico y avanzar por el siglo XX
deteniéndonos en los puntos que considerábamos esenciales: el
Holocausto, el rol de las potencias, el problema de los desplazados
y, obvio, la cuestión religiosa.
Pero
las bombas y la muerte lo trastocaron todo.
Las
imágenes que nos está dejando esta nueva “guerra” son de una
tristeza indecible, una tristeza que nos hace deambular por las horas
ahogados de horror, de impotencia facebookera plagada de hombres sin
piernas, de madres llorando, de pibitos que –si tienen la suerte de
vivir– no entienden nada. El horror, solo eso. Como lo susurrara
Marlon Brando en Apocalipsis Now. Como en Auschwitz.
Nosotros
tampoco entendemos. O sí; pero no alcanza. Alcanza para gritar, para
denunciar, para manifestarse. Pero no alcanza para quitarse el dolor
de la cara, para tomarse un mate tranquilo y pensar que no está
pasando nada, porque el aire de Gaza durante estos días lo nubló
todo. Espesó el aire y lo volvió irrespirable, nos puso un espejo
delante y el reflejo que mostró fue el de un mundo que no merece
absolutamente nada.
Ya
se sabe: lo que ocurre hoy en Gaza pasará a ser un nuevo hito en
esta guerra sin fin, porque cada cierto tiempo Israel invade, somete,
asesina y/o desplaza so pretexto de su seguridad contra “los
terroristas”, como si estos últimos surgieran de un repollo o como
si asesinar despiadadamente desde un ejército regular fuese menos
terrible que mediante otros métodos. Israel se asienta con
violencia, Palestina resiste con violencia. El resultado: muchos
muertos, sobre todo civiles, y muchos pibitos.
Lo
extraño es que justamente esta edición estaba pensada para que se
tratara de lo contrario, de las luchas que justamente contradicen la
idea de que la Humanidad no merece absolutamente nada: la lucha por
los derechos de las mujeres y la igualdad de género; la que desde la
literatura planteó uno de los más grandes de nuestra América,
Cesar Vallejo; y la que ahora un nuevo sector de la política
argentina –la llamada Izquierda Popular– emprende con los anhelos
de siempre pero con otras formas. La planteada era una edición
alentadora, digamos.
Pero
en el medio de eso, otra vez Israel y Franja de Gaza. Allí también
se lucha, claro que se lucha. Pero una cosa es empujar y otra muy
diferente es resistir. En nosotros el resultado lógico fue una
especie de contradicción que seguramente podrá percibirse hojeando
este número. No es una contradicción ideológica ni política, sino
más bien filosófica, existencial; es la contradicción de saber que
como humanidad somos capaces de las luchas más hermosas y las
miserias más terribles.
Gaza:
muchos muertos, muchos pibitos que podrían ser los nuestros.
Que
son los nuestros. Pibitos que, como escribía Rodolfo Walsh, nacen
con el yugo de la ocupación y el sometimiento israelí sobre sus
espaldas. De grandes, si tienen la suerte de vivir, seguro que no se
van a quedar de brazos cruzados. Y es lógico: algunas certezas
fundamentales se aprenden desde muy pequeño. Los niños palestinos
saben lo que está ocurriendo: el horror está ocurriendo. En eso,
curiosamente, se parecen –y mucho– a los niños judíos de la
Alemania Nazi. Exterminados, también ellos, por un ejército
regular.
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número completo en www.revistaULTIMOROUND.com.ar
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