Israel,
la peor amenaza contra sí mismo
por
Robert Fisk para La Jornada
Terror, terror, terror, terror, terror. Ahí vamos de nuevo. Israel
va a erradicar el terror palestino –es lo que lleva 64
años diciendo que hace, sin éxito–, en tanto Hamas, la más
reciente de las mórbidas milicias de Palestina, anuncia que
Israel ha abierto las puertas del infierno al asesinar a su
líder militar, Ahmed Jaabari.
Hezbolá anunció varias
veces que Israel había abierto las puertas del infierno al
atacar Líbano. Yasser Arafat, quien fue un superterrorista, luego un
súper estadista –después de capitular en el jardín de la Casa
Blanca– y después otra vez un superterrorista, al darse cuenta de
que fue engañado en Campo David, también fanfarroneó sobre
laspuertas del infierno en 1982.
Y los periodistas
escribimos como osos bailarines, repitiendo todos los lugares comunes
usados en los 40 años pasados. El asesinato de Jaabari fue unataque
selectivo, una incursión aérea quirúrgica –como
las incursiones aéreas quirúrgicas israelíes que mataron
a casi 17 mil civiles en Líbano en 1982; los mil 200 libaneses, la
mayoría civiles, de 2006, o los mil 300 palestinos, la mayoría
civiles, en Gaza en 2008-9, o la mujer encinta y el bebé muertos por
lasincursiones aéreas quirúrgicas en Gaza la semana pasada–
y los 11 civiles muertos en una casa de Gaza este domingo. Por lo
menos Hamas, con sus cohetes Godzilla, no menciona
nadaquirúrgico al respecto. Su objetivo es matar israelíes…
cualquier israelí, hombre, mujer o niño.
Como es también el
verdadero objetivo de los ataques israelíes en Gaza. Pero no digamos
eso o seremos nazis antisemitas, casi tan malignos, perversos,
indecibles, diabólicos y criminales como el movimiento Hamas, con el
cual –una vez más, por favor no mencionemos esto– Israel negoció
alegremente en la década de 1980, cuando alentó a esa cáfila de
mafiosos a tomar el poder en Gaza yasí decapitar al exiliado
superterrorista Arafat. El nuevo tipo de cambio en Gaza entre muertes
palestinas e israelíes ha llegado a 16:1. Se elevará, por supuesto;
en 2008-9 fue de 100:1.
Y también creamos mitos.
La más reciente guerra israelí en Gaza tuvo un éxito tan asombroso
–en erradicar el terror, claro– que sus unidades
supuestamente de élite no lograron encontrar ni siquiera a su
soldado capturado Gilad Shalit, quien finalmente fue sacado a la luz
el año pasado por Jaabari en persona.
Jaabari era el casi
secreto líder número uno de Hamas, según la agencia Ap. Pero,
¿cómo podía ser casi secreto si conocíamos la fecha de su
nacimiento, detalles de su familia, los años que estuvo preso en
Israel, durante los cuales cambió su lealtad de Fatah a Hamas? Por
cierto, ya que estoy en eso, esos años de prisión en Israel no
precisamente convirtieron a Jaabari al pacifismo, ¿verdad? Bueno,
nada de lágrimas entonces; era un hombre que vivió por la espada y
murió por la espada, destino, que, desde luego, no afligirá a los
guerreros del aire de Israel que asesinan civiles en Gaza.
Washington apoya
el derecho de Israel a defenderse y luego clama una espuria
neutralidad, como si las bombas israelíes en Gaza no vinieran de
Estados Unidos tan seguramente como que los cohetes Fajr-5 vienen de
Irán.Entre tanto, el lastimero William Hague afirma que Hamas es el
principal responsable de la guerra. Pero no hay pruebas de ello.
Según The Atlantic Monthly, el asesinato israelí
de undiscapacitado mental palestino que se extravió en la
frontera pudo haber sido el principio de esa guerra. Otros sospechan
que la provocación pudo haber sido el asesinato de un muchacho
palestino; pero éste fue muerto por los israelíes cuando un grupo
armado palestino intentaba cruzar la frontera y se topó con tanques
israelíes, en cuyo caso los palestinos –no de Hamas, por cierto–
pudieron haber desatado las hostilidades.
Pero ¿no hay nada que
detenga esta estupidez, esta guerra insensata? Cientos de cohetes
caen sobre Israel. Cierto. Miles de hectáreas son robadas a los
árabes por Israel –sólo para judíos– en Cisjordania. Ya no
queda siquiera tierra suficiente para un Estado palestino.
Pero nos alientan a
olvidarnos de eso. Nos dicen que sólo hay chicos buenos y malos en
este escandaloso conflicto, en el cual los israelíes afirman ser los
buenos ante el aplauso de los países de Occidente (que luego se
preguntan por qué muchos musulmanes no quieren mucho a los
occidentales).
El problema,
extrañamente, es que las acciones israelíes en Cisjordania y su
sitio de Gaza acercan precisamente el suceso que Israel proclama
temer día con día: la destrucción de su Estado.
En la batalla de cohetes
–no menos los Fajr-5 de Irán y los drones de
Hezbolá–, los dos bandos se adentran en una nueva ruta bélica. Ya
no se trata de tanques israelíes cruzando la frontera libanesa o la
de Gaza: ahora son cohetes, drones de alta tecnología y ataques por
computadora –o ciberterrorismo, si son cometidos por
musulmanes–, y la materia humana que queda destrozada por el camino
será menos relevante que en los tres años pasados.
El despertar árabe toma
ahora su propio curso; sus líderes comenzarán a seguir el ánimo de
su público. Lo mismo hará, sospecho, el pobreanciano rey Abdalá de
Jordania. Las payasadas estadunidenses por la paz del lado
israelí ya no valen nada para los árabes. Y si Benjamin Netanyahu
cree que el arribo de los primeros cohetes Fajr iraníes demanda un
gran estallido israelí en Irán, y luego Irán devuelve el golpe –y
quizá los estadunidenses también– y atrae a Hezbolá, y Obamá se
ve arrastrado a otra guerra de Occidente contra musulmanes, ¿qué
ocurrirá después?
Bueno, Israel pedirá un
cese del fuego, como hace de rutina en las guerras contra Hezbolá.
Volverá a rogar el apoyo indeclinable de Occidente en su lucha
contra el mal, Irán incluido.
¿Y por qué no elogiar
el asesinato de Jaabari? Por favor, olvídense de que los israelíes
negociaron hace menos de 12 meses con el propio Jaabari, por
mediación del servicio secreto alemán. No se puede negociar
con terroristas, ¿o sí? Israel llama Operación
Columna de Defensa a su más reciente baño de sangre.
Columna de Hipocresía, más bien.
© The Independent
Traducción: Jorge
Anaya
No hay comentarios:
Publicar un comentario