GUERRA CIVIL EN SIRIA
Representantes de unos 130 países reunidos en Marruecos estudian cómo respaldar a la coalición opositora
Francia descarta de momento abastecer de armas a los rebeldes
AGENCIAS / IGNACIO CEMBRERO Marrakech / Madrid 12 DIC 2012 - 10:56 CET
Las potencias mundiales que conforman el grupo de los 'Amigos de Siria' han decidido reconocer a la Coalición Nacional de las Fuerzas de Oposición y de la Revolución Siria (CNFORS) como "representante legítimo del pueblo sirio", según consta en la declaración final de la reunión que mantienen este miércoles en Marraquech.
El texto de los 130 representantes internacionales que conforman el grupo, al que ha tenido acceso Reuters, insta al presidente sirio, Bachar al Asad, a "echarse a un lado" y advierte al régimen sirio de que el uso de armas químicas o biológicas recibiría una "seria respuesta".
"Los participantes reconocen a la Coalición Nacional como representante legítimo del pueblo sirio y como la organización que aglutina a toda la oposición siria", se lee en el borrador de la declaración que se negocia en la reunión, a la que no asisten Rusia ni China.
"Bachar al Asad ha perdido su legitimidad y debe echarse a un lado a fin de permitir un proceso de transición política sostenible", continúa la declaración. Asimismo, el borrador anuncia la creación de un fondo "para ayudar al pueblo sirio" y pide a los Estados y organizaciones que hagan sus contribuciones a este fondo.
En referencia a los recientes informes de las Inteligencias occidentales sobre la posible utilización de armas químicas o biológicas por parte del Gobierno de Damasco, el texto advierte de que "cualquier uso de armas químicas en Siria sería repugnante y debería recibir una respuesta seria de la comunidad internacional".
Abastecimiento de armas
Casi 21 meses después de que estallase la rebelión en Siria contra el régimen de El Asad, que se ha cobrado unos 42.000 muertos, la oposición ha arrebatado tanto terreno al Ejército regular que ya no solicita una intervención militar extranjera, ni siquiera que se declare una zona de exclusión aérea para que no pueda ser bombardeada desde el aire.
Pide armas, sobre todo misiles anticarro y antiaéreos. Si se les proporcionan en gran número y se le enseña a manejarlas será capaz de imponer por sí sola una zona de exclusión aérea en los cielos de Siria vaticinaba, a principios de semana, Yasser Tabbara, portavoz de la Coalición Nacional Siria (CNS).
La CNS, que nació hace un mes en Doha (Catar), reagrupa a casi toda la oposición política al régimen de El Asad. Su gran estreno político tiene lugar en la conferencia de Marraquech, pero antes ya ha cosechado varios éxitos. La Unión Europea (UE) la consideró, el lunes, como “representante legítimo” del pueblo sirio. Dos de sus miembros, Francia y Reino Unido, fueron más allá al aceptarlo como “único representante legítimo”, al igual que hará Estados Unidos, según anunció anoche el presidente Barack Obama.
Un mes después de la unificación política se produjo la militar. Un Consejo Militar Supremo (CSM) fue creado, el viernes pasado, en Antalya (Turquía). Se compone de 30 miembros presididos por el general Selim Idriss, originario de Homs, y que desertó hace cinco meses. Se le considera cercano a Catar. “Es un ingeniero respetado y escuchado por los combatientes”, asegura Ignace Leverrier, un exdiplomático francés que anima un blog sobre Siria.
En el Consejo no figuran muchos de los militares que desertaron en un primer momento, como Riad el Asad, que anunció desde Turquía la creación del Ejército Libre de Siria (ELS) en el exterior, pero que carecen de implantación dentro del país. Su presencia no aportaría nada. Tampoco están las milicias yihadistas como el Frente Al Nusra.
En la reunieron de Antalya sí estuvieron presentes espías y consejeros militares de un puñado de países occidentales, empezando por EE UU, y saudíes y cataríes. Estos últimos prometieron armas a la rebelión militar si cerraba filas y este anuncio fue un potente acicate para que se creara el Consejo. “Con esta estructura se pone en pie un órgano legítimo susceptible de recibir ayuda armamentística”, explica por teléfono, desde París, Fahad al Masri, portavoz de la rama interior del (ELS).
La rebelión armada ha recibido ya de Europa y EE UU armas no letales como, por ejemplo, equipos de visión nocturna. Pero su falta de unidad y el temor a repetir la experiencia de Libia, donde los occidentales, con Francia a la cabeza, repartieron artefactos ofensivos a grupos recién creados y, a veces, radicales, les ha impedido ir más lejos.
El presidente francés, François Hollande, ya declaró el mes pasado que había que examinar la entrega de armas a la rebelión. La UE solo prorrogó, el lunes, tres meses más el embargo de armas a Siria, una decisión que revisará, como tarde, en marzo. Sin embargo, esta mañana, el ministro de exteriores francés, Laurent Fabius, ha declarado que París ha decidido "no actuar, de momento" en ese sentido. "Veremos qué ocurre en los próximos meses", dijo el ministro.
En cualquier caso, al margen del reagrupamiento de la oposición, hay otra poderosa razón para que los occidentales sean ahora más proclives a armar a la insurrección. Aunque siguen siendo minoritarios, los grupos yihadistas como Frente al Nusra, afín a Al Qaeda, han ganado peso en el seno de la rebelión. Prueba de ello es que el lunes esta milicia radical se apoderó de la base militar de Darret Ezza, en el norte de Siria.
Equipar y entrenar a los militares rebeldes no radicales, aunque entre ellos abunden los elementos cercanos a los Hermanos Musulmanes, es hacer contrapeso al Frente al Nusra. Para intentar cercenar su actividad, el Departamento de Estado ha incluido a este grupo en la lista de organizaciones terroristas.
Los embates que le propinan rebeldes moderados y radicales hacen que el régimen de Damasco esté noqueado. El último en vaticinar su caída fue, el domingo, en jefe del servicio secreto alemán, Gerhard Schindler. “El régimen de Asad no sobrevivirá”, declaró al diario Frankfurter Allegemeine Zeitung. “Hay crecientes indicios de que (…) está en su etapa final”.
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