viernes, 11 de enero de 2013

La revolución Siria: orígenes, actores y procesos


Naomí Ramírez
Universidad Autónoma de Madrid
RESUMEN
La revolución  –no revuelta ni rebelión- Siria comenzó en marzo de 2011 con una petición muy sencilla: una vida digna. Sin embargo, la especial posición geoestratégica de Siria, la complicación y prolongación de la crisis y a la injerencia de diversos actores han desvirtuado algunos postulados iniciales de la revolución, que hoy se intentan recuperar para salvar la revolución en sí y el país en conjunto, una empresa complicada por la connivencia internacional para evitar que la revolución triunfe.
PALABRAS CLAVE: revolución, injerencia, solidaridad, militarización, intereses
ABSTRACT
The Syrian Revolution  –neither revolt, nor rebellion- started in March 2011 and it bore a very simple demand: living with dignity. However, the special geopolitical position of Syria, the growing complexity of the crisis and its prolongation and the interference of various actors, have skewed the initial postulates of the revolution, which activists are working today to recuperate in order to save the revolution itself and the country, a complex enterprise due to the international connivance to make the revolution fail.
KEY WORDS: revolution, interference, solidarity, militarization, interests
1. INTRODUCCIÓN
El terreno va embarrándose en la República Árabe Siria y cada vez es más complicado discernir la propaganda mediática de la verdad, más aún cuando dos bandos enfrentan sus versiones y el lector ha de decidir en qué grado ambas o una de ellas es acorde con la realidad de la calle, a fin de cuentas, el verdadero escenario de la revolución.
Desde que la revolución comenzara en marzo de 2011, los acontecimientos en Siria se han ido complicando de tal forma que exigen un análisis detenido de su evolución y cambios para poder comprender los retos a los que la población y el país se enfrentan: desde injerencias extranjeras hasta la posibilidad de una guerra civil en caso de caer el régimen.
A lo largo de este escrito se pretenderá comprobar la naturaleza de los cambios visibles en la revolución; es decir, si se trata de cambios intrínsecos al propio movimiento, si son resultado del estancamiento de la situación en algunos momentos o si en ello tienen que ver las injerencias extranjeras. Del mismo modo, se analizarán las repercusiones de dichos cambios en el avance del movimiento y en la prolongación en el tiempo de un conflicto que ha superado con creces los 40.000 muertos según diversas estimaciones y que se perfila como una de  las crisis que más afectarán a la región en que se enmarca, y en gran medida a toda la comunidad internacional, como ya es patente.
Para logar tales objetivos, se hará un uso extensivo de la información recabada a lo largo de estos meses de fuentes primarias; es decir, vídeos de manifestaciones, entrevistas con activistas dentro y fuera del país, entrevistas con estudiosos de la materia o analistas habituales que en ocasiones son a su vez participantes en la revolución y manifiestos emitidos por los comités de coordinación local. Con 
ello se irá elaborando un análisis del desarrollo de la revolución desde sus albores hasta la situación más actual, con el fin de identificar los retos a los que esta se enfrenta de cara al futuro. Las transcripciones del árabe se ajustarán lo más posible a la ortografía y pronunciación españolas para facilitar la lectura.
2. ¿REVUELTA, REBELIÓN O REVOLUCIÓN?
Haciendo un repaso de los medios de comunicación, que no dejan de ser una importante ventana al mundo, el lector puede observar que, al hablar de la “primavera árabe”, un término harto ambiguo y que para nada denota una realidad general (además de que obvia a otros grupos sociales) si no es en el sentido de que los pueblos han decidido dirigir el rumbo de su destino tras años de opresión y represión de cualquier atisbo de disidencia civil en distintos grados según los países  –la pregunta es si lo lograrán-, se utilizan tres palabras para referirse a dichas movilizaciones: revuelta, rebelión o revolución.
En el caso de Túnez  y Egipto, dos casos en los que el primer objetivo de la revolución, que era la desaparición de los regímenes dictatoriales (aunque los derroteros hayan ido en una dirección poco acorde con las aspiraciones originarias de los manifestantes) se ha logrado, parece que existe un consenso en que se trata de “revoluciones” (tal vez por la sorpresa que produjo un movimiento tan pacífico y con tanta determinación). El uso de este término, en general es para designar “un proceso complejo”, en el cual “el gobierno central de una sociedad pierde la capacidad de hacer cumplir sus leyes sobre una parte importante de su territorio o población” y posteriormente “diversos grupos  -
incluido el gobierno anterior- luchan por establecerse como autoridad central” (Miller, 1987).  Sin embargo, es poco frecuente que se hable de estas “revoluciones árabes” en conjunto, pues el término que tiende a utilizarse es “revueltas”, también movimiento social espontáneo, pero que no pretende transformar radicalmente las estructuras (políticas,  económicas y/o sociales) establecidas, sino satisfacer una serie de demandas y protestar contra determinadas injusticias. De ahí, por ejemplo, que no se hable de “revoluciones del pan”, sino de “revueltas del pan” en los distintos lugares del mundo donde se han dado a lo largo de la historia.
Por otra parte, en Egipto y Túnez nadie hablaba de “rebeldes”, sino de activistas, manifestantes, la población o, más generalmente, los jóvenes, ya que estos conformaban el grueso de las movilizaciones y aún hoy son los que mantienen vivas las protestas contra la maquinaria de la contrarrevolución. Algo semejante sucedió en Yemen. Si bien, fue el caso libio el que hizo cambiar las tornas: en Libia, donde las armas comenzaron a circular y utilizarse extensivamente desde el primer momento, se cambió la denominación y, a falta de manifestaciones (ya que estas no inundaban las calles como lo habían hecho en Yemen o aún sucede en Siria), el movimiento pasó a ser una revolución armada, revolución porque, 
como señala el intelectual Salama Kayleh1, “pretende cambiar el régimen ....

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